Alejandra le había pedido a su madre que estuviera atenta, saliera corriendo y avisara a alguien si el horror que hasta entonces había sufrido en silencio se intensificaba. La progenitora, con principio de Alzhéimer, vivía con su hija, su yerno y su nieto desde hace unos años en la localidad valenciana de Algemesí . «Dormía con el teléfono debajo de la almohada» ante las discusiones que se habían producido en las últimas semanas.El reloj no marcaba todavía las seis de la mañana de este miércoles cuando ha escuchado los gritos de auxilio de su hija. No ha podido hacer nada más que llamar al 112 y salir a pedir ayuda a la calle. Cuando las primeras patrullas policiales han llegado a la casa, su hija y su nieto ya estaban muertos.Leonardo , de 34 años y nacionalidad colombiana, ha asesinado presuntamente a cuchilladas a su mujer y ha asfixiado a Samuel , el hijo que tenían en común. En julio habría cumplido tres años, con la ilusión de empezar el colegio el próximo curso. «Era un amor», apunta la propietaria de una heladería -hoy cerrada- situada en la calle que ha despertado con un golpe difícil de asimilar. Los agentes que se han personado en el domicilio tras recibir la voz de alarma han intentado, sin éxito, reanimar al pequeño siguiendo indicaciones médicas por teléfono.’Aleja’-como la llamaban sus amigas- tenía 43 años y nacionalidad española. Antes de viajar a España en 2021, emigró de Venezuela -su país de origen- a Colombia en busca de nuevas oportunidades. Allí inició una relación, que había llegado ya a los siete años, con el presunto autor del doble crimen. Era madre también de una adolescente que vive en otro país. Ayer estuvo con él y con el niño en la piscina. Así lo atestiguan sus allegados y las fotos que compartieron en redes sociales.Luego tomaron un helado. « Era todo una apariencia . Yo le decía: denuncia, denuncia. Pero ella no quería», comenta Angélica, una de las amigas de la víctima que se han concentrado, destrozadas, frente al mismo dispositivo policial que les ha advertido de que algo ocurría a primera hora. Los vecinos que pasean por el parque que preside el barrio, en la entrada del municipio, no dan crédito.MÁS INFORMACIÓN noticia No Detienen a un traficante «mayorista» para toda Europa con 19 kilos de cogollos de marihuanaLos ruegos de sus familiares a Alejandra para que denunciara y echara de casa a su «maltratador» fueron infructuosos. Eso sí, recalcan que -al menos en público- nunca se mostró violento con el pequeño Samuel. «Mi madre cuando ha escuchado los gritos de mi hermana, que estaba pidiendo ayuda, ha querido ir» y «ha pensado en sacar al niño, pero al ver que no podía, se ha ido corriendo porque estaba asustada», explica Andrés, hermano de Alejandra, que niega que se estuviera produciendo una discusión en la casa en ese momento. « Mi suegra escuchó como si él la estuviera ahorcando », añade Leidy, cuñada de la asesinada. La mujer ha sido atendida por especialistas en este tipo de situaciones.Las amigas describen al asesino como un hombre «celoso» y «muy agresivo». «Una mala persona» que hace unas semanas protagonizó una pelea en un bar al creer que un individuo se estaba dirigiendo a su mujer. « Era obsesión lo que tenía por ella », aseveran. Después, de aquel episodio, ella habría sufrido una agresión física y le habría pedido que se marchara de casa, a lo que él no habría accedido, según el relato de sus allegados. «Le enviaba mensajes amenazándola y luego los eliminaba», indica otra joven, sobre cómo el arrestado borraba el rastro de ese dolor escondido. «Le decíamos: piensa en tu hijo vete, vas a ser más feliz», señala sollozando.Le había dado un ultimátum. Aunque la separación estaba encima de la mesa, Alejandra dependía económicamente de él. Lo poco que ganaba haciendo manicuras hacía inviable trasladarse con un niño pequeño y una madre enferma a un lugar seguro. Y a eso se añadía el « miedo » a que perdiera los papeles. El hermano y la cuñada de la víctima aseguran que se ofrecieron a ayudarla a pagar el alquiler e incluso a montar su propio negocio. Ahora asisten impotentes a «una película de terror». «Denuncien a tiempo», pedía Leidy: «Estos casos son reales».El presunto asesino –padre de otras dos hijas que residen en Colombia- ha sido trasladado a la comisaría de Alzira, a la espera de pasar a disposición judicial. Mientras, el Ayuntamiento de Algemesí –un municipio de alrededor de 30.000 habitantes- ha decretado este jueves como día de luto oficial, cuando se realizará también un minuto de silencio a mediodía a las puertas del consistorio. Alejandra le había pedido a su madre que estuviera atenta, saliera corriendo y avisara a alguien si el horror que hasta entonces había sufrido en silencio se intensificaba. La progenitora, con principio de Alzhéimer, vivía con su hija, su yerno y su nieto desde hace unos años en la localidad valenciana de Algemesí . «Dormía con el teléfono debajo de la almohada» ante las discusiones que se habían producido en las últimas semanas.El reloj no marcaba todavía las seis de la mañana de este miércoles cuando ha escuchado los gritos de auxilio de su hija. No ha podido hacer nada más que llamar al 112 y salir a pedir ayuda a la calle. Cuando las primeras patrullas policiales han llegado a la casa, su hija y su nieto ya estaban muertos.Leonardo , de 34 años y nacionalidad colombiana, ha asesinado presuntamente a cuchilladas a su mujer y ha asfixiado a Samuel , el hijo que tenían en común. En julio habría cumplido tres años, con la ilusión de empezar el colegio el próximo curso. «Era un amor», apunta la propietaria de una heladería -hoy cerrada- situada en la calle que ha despertado con un golpe difícil de asimilar. Los agentes que se han personado en el domicilio tras recibir la voz de alarma han intentado, sin éxito, reanimar al pequeño siguiendo indicaciones médicas por teléfono.’Aleja’-como la llamaban sus amigas- tenía 43 años y nacionalidad española. Antes de viajar a España en 2021, emigró de Venezuela -su país de origen- a Colombia en busca de nuevas oportunidades. Allí inició una relación, que había llegado ya a los siete años, con el presunto autor del doble crimen. Era madre también de una adolescente que vive en otro país. Ayer estuvo con él y con el niño en la piscina. Así lo atestiguan sus allegados y las fotos que compartieron en redes sociales.Luego tomaron un helado. « Era todo una apariencia . Yo le decía: denuncia, denuncia. Pero ella no quería», comenta Angélica, una de las amigas de la víctima que se han concentrado, destrozadas, frente al mismo dispositivo policial que les ha advertido de que algo ocurría a primera hora. Los vecinos que pasean por el parque que preside el barrio, en la entrada del municipio, no dan crédito.MÁS INFORMACIÓN noticia No Detienen a un traficante «mayorista» para toda Europa con 19 kilos de cogollos de marihuanaLos ruegos de sus familiares a Alejandra para que denunciara y echara de casa a su «maltratador» fueron infructuosos. Eso sí, recalcan que -al menos en público- nunca se mostró violento con el pequeño Samuel. «Mi madre cuando ha escuchado los gritos de mi hermana, que estaba pidiendo ayuda, ha querido ir» y «ha pensado en sacar al niño, pero al ver que no podía, se ha ido corriendo porque estaba asustada», explica Andrés, hermano de Alejandra, que niega que se estuviera produciendo una discusión en la casa en ese momento. « Mi suegra escuchó como si él la estuviera ahorcando », añade Leidy, cuñada de la asesinada. La mujer ha sido atendida por especialistas en este tipo de situaciones.Las amigas describen al asesino como un hombre «celoso» y «muy agresivo». «Una mala persona» que hace unas semanas protagonizó una pelea en un bar al creer que un individuo se estaba dirigiendo a su mujer. « Era obsesión lo que tenía por ella », aseveran. Después, de aquel episodio, ella habría sufrido una agresión física y le habría pedido que se marchara de casa, a lo que él no habría accedido, según el relato de sus allegados. «Le enviaba mensajes amenazándola y luego los eliminaba», indica otra joven, sobre cómo el arrestado borraba el rastro de ese dolor escondido. «Le decíamos: piensa en tu hijo vete, vas a ser más feliz», señala sollozando.Le había dado un ultimátum. Aunque la separación estaba encima de la mesa, Alejandra dependía económicamente de él. Lo poco que ganaba haciendo manicuras hacía inviable trasladarse con un niño pequeño y una madre enferma a un lugar seguro. Y a eso se añadía el « miedo » a que perdiera los papeles. El hermano y la cuñada de la víctima aseguran que se ofrecieron a ayudarla a pagar el alquiler e incluso a montar su propio negocio. Ahora asisten impotentes a «una película de terror». «Denuncien a tiempo», pedía Leidy: «Estos casos son reales».El presunto asesino –padre de otras dos hijas que residen en Colombia- ha sido trasladado a la comisaría de Alzira, a la espera de pasar a disposición judicial. Mientras, el Ayuntamiento de Algemesí –un municipio de alrededor de 30.000 habitantes- ha decretado este jueves como día de luto oficial, cuando se realizará también un minuto de silencio a mediodía a las puertas del consistorio.
Familiares y amigos de las víctimas relatan los episodios de violencia que sufría la asesinada y su impotencia ante la negativa a denunciarlos
Alejandra le había pedido a su madre que estuviera atenta, saliera corriendo y avisara a alguien si el horror que hasta entonces había sufrido en silencio se intensificaba. La progenitora, con principio de Alzhéimer, vivía con su hija, su yerno y su nieto desde hace unos años en la localidad valenciana de Algemesí. «Dormía con el teléfono debajo de la almohada» ante las discusiones que se habían producido en las últimas semanas.
El reloj no marcaba todavía las seis de la mañana de este miércoles cuando ha escuchado los gritos de auxilio de su hija. No ha podido hacer nada más que llamar al 112 y salir a pedir ayuda a la calle. Cuando las primeras patrullas policiales han llegado a la casa, su hija y su nieto ya estaban muertos.
Leonardo, de 34 años y nacionalidad colombiana, ha asesinado presuntamente a cuchilladas a su mujer y ha asfixiado a Samuel, el hijo que tenían en común. En julio habría cumplido tres años, con la ilusión de empezar el colegio el próximo curso. «Era un amor», apunta la propietaria de una heladería -hoy cerrada- situada en la calle que ha despertado con un golpe difícil de asimilar. Los agentes que se han personado en el domicilio tras recibir la voz de alarma han intentado, sin éxito, reanimar al pequeño siguiendo indicaciones médicas por teléfono.
‘Aleja’-como la llamaban sus amigas- tenía 43 años y nacionalidad española. Antes de viajar a España en 2021, emigró de Venezuela -su país de origen- a Colombia en busca de nuevas oportunidades. Allí inició una relación, que había llegado ya a los siete años, con el supuesto autor del doble crimen. Era madre también de una adolescente que vive en otro país. Ayer estuvo con su pareja y con el niño en la piscina. Así lo atestiguan sus allegados y las fotos que compartieron en redes sociales.
Luego tomaron un helado. «Era todo una apariencia. Yo le decía: denuncia, denuncia. Pero ella no quería», comenta Angélica, una de las amigas de la víctima que se han concentrado, destrozadas, frente al mismo dispositivo policial que les ha advertido de que algo ocurría a primera hora. Los vecinos que pasean por el parque que preside el barrio, en la entrada del municipio, no dan crédito. No había denuncias previas ni registros en el sistema VioGén.
Los ruegos de sus familiares para que denunciara y echara de casa a su «maltratador» fueron infructuosos. Eso sí, recalcan que -al menos en público- el padre nunca se mostró violento con el pequeño Samuel. «Mi madre cuando ha escuchado los gritos de mi hermana, que estaba pidiendo ayuda, ha querido ir» y «ha pensado en sacar al niño, pero al ver que no podía, se ha ido corriendo porque estaba asustada», explica Andrés, hermano de Alejandra, que niega que se estuviera produciendo una discusión en la casa en ese momento. «Mi suegra escuchó como si él la estuviera ahorcando», añade Leidy, cuñada de la asesinada. La mujer ha sido atendida por especialistas en este tipo de situaciones.
«Le decíamos: vete, vas a ser más feliz»
El entorno describe al arrestado como un hombre «celoso» y «muy agresivo». «Una mala persona» que hace unas semanas protagonizó una pelea en un bar al creer que un individuo se estaba dirigiendo a su mujer. «Era obsesión lo que tenía por ella», aseveran. El patrón se repite en el relato de varias amigas de la víctima. Después, de aquel episodio, ella habría sufrido una agresión física y le habría pedido que se marchara de casa, a lo que él no habría accedido. «Le enviaba mensajes amenazándola y luego los eliminaba», indica otra joven, sobre cómo el arrestado borraba el rastro de ese dolor escondido. «Le decíamos: piensa en tu hijo vete, vas a ser más feliz», señala sollozando y removiendo una tila para calmar los nervios.
Alejandra le había dado un ultimátum a Leonardo. Aunque la separación estaba encima de la mesa, dependía económicamente de él. Lo poco que ganaba haciendo manicuras hacía inviable trasladarse con un niño pequeño y una madre enferma a un lugar seguro. Y a eso se añadía el «miedo» a que él perdiera los papeles, en todos los sentidos.
El hermano y la cuñada de la víctima aseguran que se ofrecieron a ayudarla a pagar el alquiler e incluso a montar su propio negocio. Ahora asisten impotentes a «una película de terror». «Denuncien a tiempo», pedía Leidy ante las cámaras de televisión, dirigiéndose a otras posibles mujeres que sufran el terror machista: «Estos casos son reales». 17 en lo que llevamos de año en España. El número de víctimas de violencia vicaria -la que se ejerce sobre los hijos- se eleva a tres.
El presunto asesino –padre de otras dos hijas que residen en Colombia- ha sido trasladado a la comisaría de Alzira, a la espera de pasar a disposición judicial. Mientras, el Ayuntamiento de Algemesí –un municipio de alrededor de 30.000 habitantes- ha decretado este jueves como día de luto oficial, cuando se realizará también un minuto de silencio a mediodía a las puertas del consistorio.
El 016 es el teléfono gratuito de atención a todas las formas de violencia contra las mujeres.
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