EL MUNDO revela los nombres de las instalaciones y las empresas señaladas en los ‘forensic’ de Moncloa y Red Eléctrica Leer EL MUNDO revela los nombres de las instalaciones y las empresas señaladas en los ‘forensic’ de Moncloa y Red Eléctrica Leer
Los dos informes sobre el apagón que han presentado esta semana el Gobierno y Red Eléctrica han desatado una guerra total en el sector. El diagnóstico oficial, el del comité de investigación que ha capitaneado Sara Aagesen, ministra de Transición Ecológica; concluye que el cero energético fue provocado por un conjunto de causas o, más bien, por un conjunto de negligencias, pues reparte la responsabilidad entre todos los eslabones del sistema.
Destaca los errores del operador estatal, al zanjar que faltaron recursos para amortiguar la sobretensión que acabó tumbando todo el sistema. Pero también evidencia fallos en las centrales de gas y nucleares que regentan las principales empresas eléctricas del país, que no apoyaron lo suficiente en ese control de tensiones, pese a haber sido programadas para ello. Incluso, deja al descubierto faltas imputables al propio Ministerio y a la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), que no actualizaron unos protocolos que, según se ha demostrado, agravaron la sobrecarga.
Tanto el documento del comité como el de la empresa que dirige Beatriz Corredor están repletos de tachones. Ocultan los nombres de las centrales a las que sitúan en la ‘zona cero’ del apagón, y los de las empresas que las gestionan. La confidencialidad se ha convertido en otra arma arrojadiza. Unos y otros se acusan mutuamente de emplearla para «encubrir» sus culpas. Tras consultar múltiples fuentes próximas a la investigación, EL MUNDO ha podido rellenar los huecos en blanco de ambos informes.
El domingo 27 de abril, Red Eléctrica programó para el día siguiente diez grupos de ciclos combinados (gas) y nucleares como colchón para amortiguar las tensiones. A las pocas horas, uno de ellos se declaró indisponible. Fue la central de gas gaditana de San Roque, propiedad de Endesa y Naturgy, que causó baja al producirse un incendio en la planta. El operador decidió no reemplazarla.
Así, Red Eléctrica afrontó las horas solares del lunes con nueve grupos térmicos programados, el mínimo registrado en todo el año. La gestión de estas plantas está en manos de Iberdrola, Endesa y Naturgy. El programa contempla tres nucleares –Vandellós, Ascó y Almaraz– y seis ciclos combinados. Entre ellos están, Cartagena, Arcos de la Frontera, Sagunto, Villaseca de la Sagra y As Pontes García Rodríguez. La sexta central de gas, según algunas fuentes, sería la de Bahía de Vizcaya que gestiona BP.
Red Eléctrica programó más ciclos el día anterior, pero no para control de tensión, pues los activó únicamente para cubrir las primeras horas del día, antes de la entrada de la fotovoltaica. «Hasta las 9.00 de la mañana había 21 centrales de gas activas, hasta las 10:00 hubo una decena y desde entonces hasta el apagón se quedaron con seis para controlar tensión», describen fuentes sectoriales.
Tanto el Gobierno como Red Eléctrica han concluido que ninguna de las instalaciones programadas para controlar tensión respondieron como estaba previsto, a pesar de que se trata de un servicio por el que son compensadas económicamente.
Para Red Eléctrica, el apagón no se hubiera producido si estas centrales hubieran reaccionado como estaba previsto. Para las eléctricas, fue la programación de Red Eléctrica la que se quedó corta. Fuentes próximas a la investigación aseguran que ni la primera ni las segundas están libres de culpa, pero matizan que será esencial determinar si esas desviaciones en la amortiguación de tensión son habituales o no, y si Red Eléctrica lo denunció ese lunes o en días anteriores.
La cronología del Gobierno apunta a una planta fotovoltaica de Badajoz que experimentó un comportamiento anómalo, distinto al de otras instalaciones semejantes, en la media hora previa al apagón, en torno a las 12.03 horas. El informe de Red Eléctrica califica esta vibración como «forzada», ajena al sistema, y la achaca a un fallo de la instalación. Se trata de la planta de Núñez de Balboa, una de las más grandes de Europa, que es propiedad de Iberdrola. La eléctrica ha asegurado que sus centrales actuaron siempre conforme a la normativa y ha acusado a Red Eléctrica de gestión «negligente».
Las fuertes oscilaciones que sufrió el sistema el día 28 fueron el detonante que llevó a una escalada de tensión, lo que, a su vez, provocó una caída en cascada de generación. Las medidas que Red Eléctrica aplicó para controlar las oscilaciones aplacaron las vibraciones, pero tuvieron como efecto secundario un incremento de tensión en el sistema. Eso fue lo que provocó la caída masiva de generación hasta llegar a un «punto de no retorno».
A las 12.16 horas, hubo otra secuencia de oscilaciones. «A la vista de las medidas adoptadas para amortiguar las oscilaciones y de cara a su impacto en el control de tensión, el operador del sistema decidió acoplar nueva generación convencional, en particular en la zona sur», relata el informe del Gobierno. Con las tensiones ya desbocadas, a partir de las 12.18 horas, Red Eléctrica llamó in extremis a varias compañías para tantear cuál de sus centrales podía activarse en menos tiempo. La sobrecarga empezaba a ser incontrolable y faltaban recursos para afrontarla. En este punto, los dos informes coinciden en que la central más rápida informó de que tardaría una hora y media en activarse. La planta que ofreció el tiempo más corto fue, según las fuentes consultadas, el ciclo combinado de Palos de la Frontera, que gestiona Naturgy.
La planta confirmó que tardaría una hora y media, el tiempo habitual para un ciclo combinado cuando se encuentra en parada, pero nunca llegó a entrar al sistema porque antes se produjo el cero total. Fuentes técnicas involucradas en la investigación aseguran que esa es la central que el operador debía haber programado el día anterior para sustituir a San Roque. «Red Eléctrica pecó de un exceso de confianza en sus propias habilidades, pero todo apunta a que habrá consecuencias para todos los agentes señalados en los informes del Gobierno», analiza.
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