La escritora Miriam Rojas Sánchez, nacida en Barcelona y residente en Canarias, debuta en el mundo literario con una obra que promete dejar huella en el corazón de los lectores: El niño que no tenía nada, publicada con Letrame Grupo Editorial. Este libro, que se mueve entre la autoayuda y la espiritualidad, no solo cuenta una historia, sino que ofrece una experiencia de transformación personal y emocional.
Una historia que enciende la conciencia
Desde muy pequeña, Miriam Rojas sintió la necesidad de crear historias que transmitieran luz, esperanza y reflexión. El niño que no tenía nada nace de esa misma pulsión: la necesidad universal del ser humano de creer en sí mismo y reencontrarse con su propia esencia.
“Quería escribir algo que hablara con suavidad a las heridas profundas”, explica la autora. “Un libro que recordara a cada persona que no le falta nada, que dentro de sí ya tiene todo lo que necesita para sanar”.
La obra relata la historia de un niño que, aparentemente, no posee nada. Sin nombre, sin pertenencias y sin rumbo, el protagonista se convierte en un símbolo de la búsqueda interior. A través de su mirada inocente, el lector se enfrenta a sus propias sombras y aprende a abrazarlas. Cada página se convierte en un espejo donde reconocer la vulnerabilidad y el poder interior que habita en todos.
Una propuesta literaria sanadora y accesible
Organizado en capítulos breves, el libro propone un recorrido emocional por conceptos esenciales como la aceptación, la escucha, la pertenencia o el reflejo. Su lenguaje claro, evocador y profundamente humano facilita una lectura pausada, ideal tanto para la reflexión individual como para el trabajo terapéutico o educativo.
Lejos de recurrir a grandes artificios narrativos, Miriam Rojas apuesta por una escritura sencilla pero simbólica, que acompaña al lector sin imponer respuestas. La evolución del protagonista —un niño que pasa de la carencia a la plenitud— funciona como metáfora del propio proceso de sanación personal.
“Lo que más me importa no es que el lector entienda la historia, sino que la sienta. Que encuentre en ella una voz amable que le recuerde que puede sanar”, confiesa la autora.
Por su estructura y su profundidad emocional, El niño que no tenía nada se presenta también como una herramienta útil para profesionales de la educación emocional, terapeutas, padres o docentes que deseen trabajar valores humanos a través de la lectura.
Letrame Grupo Editorial: un puente entre autor y lector
Publicar un libro puede ser un proceso complejo, especialmente cuando se trata de una obra tan íntima y emocional. Para Miriam Rojas, contar con el acompañamiento de Letrame Grupo Editorial fue clave para dar forma a su proyecto con sensibilidad y profesionalidad.
La editorial, especializada en ayudar a nuevos autores a publicar un libro desde cero, ha guiado a la escritora en cada etapa del proceso, desde la corrección y el diseño hasta la promoción y difusión.
“El equipo de Letrame ha estado presente en todo momento, con cercanía y respeto por mi voz como autora”, comenta Miriam. “Gracias a ellos, este sueño se ha hecho realidad”.
En un panorama literario cada vez más competitivo, saber cómo publicar un libro con un sello que apueste por la calidad humana y la autenticidad del mensaje marca la diferencia. Las opiniones sobre Letrame coinciden en que es una editorial que cuida tanto el contenido como a las personas detrás de cada obra, y el caso de Miriam Rojas es un claro ejemplo de ello.
Un viaje interior que apenas comienza
El niño que no tenía nada es solo el inicio de un proyecto mayor: una saga de cinco volúmenes en la que la autora profundizará en distintos aspectos del desarrollo emocional y espiritual del ser humano. Con cada entrega, el lector será invitado a realizar un viaje más profundo hacia su interior, avanzando en intensidad y autoconocimiento.
Las primeras opiniones de los lectores no se han hecho esperar: “Real”, “necesario”, “para volver a leer” o “fácil y accesible” son algunos de los comentarios que ha recibido la autora, junto a un sentimiento común: el deseo de leer el segundo volumen.
Miriam Rojas celebra esta acogida con gratitud y humildad, consciente de que su libro no solo se lee, sino que se vive.
“Si mis palabras logran que alguien se sienta un poco menos solo, o que mire dentro de sí con compasión, ya habrá valido la pena”, afirma.
Una luz en tiempos de desconexión
En un mundo saturado de ruido y prisa, El niño que no tenía nada surge como una pausa necesaria, un recordatorio de que la plenitud no se encuentra fuera, sino dentro. Miriam Rojas Sánchez entrega una obra que combina profundidad espiritual y sensibilidad literaria, demostrando que la verdadera riqueza está en la conciencia y en la capacidad de amar.
Con esta primera publicación, la autora abre una puerta luminosa hacia el crecimiento personal, el autoconocimiento y la esperanza. Un libro que, más que leerse, se siente: una invitación a sanar desde la ternura, la comprensión y el poder de creer en uno mismo.