Las pérdidas se cuentan por miles de millones de euros en la última década y cientos de puestos de trabajo en España; pero precisar una cifra es casi tan complicado como en otros sectores ilegales como el tráfico de drogas, la trata de personas y el juego ilegal. Los delitos contra la propiedad industrial no paran de crecer y Madrid es la capital de este tipo de fraudes, con el polígono de Cobo Calleja como epicentro principal en toda España. Y quizá incluso a nivel europeo. En sus 162 hectáreas de naves se asientan más de 1.500 empresas, de las que alrededor de 400 son negocios regentados por asiáticos: el principal país de procedencia de estos productos falsificados es China, seguido de Turquía, que está tomando fuerza en los últimos tiempos.Es una mañana de julio en uno de los despachos de la Sección de Propiedad Industrial e Intelectual de la Comisaría General de Policía Judicial de la Policía Nacional , en Canillas. Está adscrita a la Unidad Central de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV). El inspector Jorge y la oficial María, que es de las más veteranas en el Grupo III (especializado en piratería industrial), enseñan lo que en el argot periodístico se denomina bodegón. Una muestra de material incautado falso de lo más variopinto: camisetas de fútbol del Real Madrid y Barcelona (lideran este ilegal mercado, con Mbappé y Lamine como sensaciones de esta campaña), bolsos de ‘marca’ y hasta pilas alcalinas, ejemplares de IPhone y cajas de Funko, esos muñecos cabezones que simulan personajes de ficción y reales. Al ojo de cualquier humano (excepto de estos especialistas) nadie diría que son copias. Pero guardan muchas sorpresas. Vayamos por partes.La propiedad industrial consiste en la protección de las marcas, sus logotipos, diseños, importación y exportación de sus productos. Su negocio ilícito es la piratería, un delito que cuenta con dos obstáculos principales: no tiene mucho reproche social y las penas son nimias. «Por eso es una práctica ilegal que crece», especifica el inspector.Noticia Relacionada estandar Si Los asiáticos que vieron en el apagón masivo el gran negocio de fabricar pilas falsas Alba García Seis individuos han sido detenidos, en la mayor intervención desarrollada en España contra este tipo de productosLas rutas de estas importaciones desde Madrid comienzan en la producción de estas unidades, que normalmente se fabrican en las propias fábricas de los productos originales, pero de mano de empleados infieles que utilizan materiales de calidad muy inferior. Llegan por avión y por contenedores de mar a distintos puertos de la Unión Europea, y luego, vía terrestre, hasta España. De nuevo, muy similar a la manera de entrar los cargamentos de droga.Otro de los problemas en el día a día de estas investigaciones es la colaboración internacional con China, que no es un país precisamente transparente y animado a la cooperación; es uno de los puntos en los que están trabajando desde esta brigada de la Policía Nacional, derribar el muro de la opacidad y que se tomen en serio los controles, para que sean más estrictos.Eso sí, hay muchísimo material que queda paralizado en las aduanas de terceros países y que no llega a España. Y el que llega, eso sí, en un 90% (si no más), recala de una u otra manera en Cobo Calleja. El polígono de Fuenlabrada sirve de parada previa no solo a lo que luego acaba en estantes de bazares y en puestos de mercadillos madrileños; sino que una buena porción luego alimenta otras infraestructuras similares, como las naves de Guadalhorce, en Málaga, y negocios de toda la geografía española, explican estos policías. «Todas las investigaciones que hacemos, directa o indirectamente, pasan por Cobo Calleja», detalla la oficial María. Detectives privados«Los tres elementos fundamentales para iniciar nuestras investigaciones son las denuncias que interponen las propias marcas –enumera el inspector–, que cuentan con sus propios detectives privados que buscan en las tiendas o también reciben notificaciones de clientes; luego está la colaboración que tenemos con las empresas de reparto de mercancías y la colaboración internacional; y, en tercer lugar, investigaciones anteriores que nos permiten tirar del hilo de otras nuevas».Estas mafias utilizan empresas fantasma para importar el material y almacenarlo allí. Otras optan por el ‘dropshipping’, que son las páginas web que compran directamente al proveedor para venderlo al cliente final, sin necesidad de inventariarlo físicamente.España es un país finalista, de recepción, mucho más que de distribución. Esta época del año, además, es la que más actividad se da, con la proliferación de mercadillos ambulantes, tiendas de playa y el ‘top manta’ en las zonas costeras. Estamos rodeados de falsificaciones. «Somos de los países que más consumimos estos productos siendo conscientes de ello», se lamenta el inspector. En tiempos de relativismo total, en que todo se compra y se vende, «está en auge lo que llaman el ‘orgullo fake’»: «Chavales jóvenes que saben que llevan prendas falsas y lo dicen sin problemas». El inspector Jorge muestra algunos productos falsos intervenidos, la semana pasada en Canillas JAIME GarcíaOtra realidad es la de los vendedores senegaleses, el conocido como ‘top manta’. Aquí encontramos que las mismas organizaciones que se dedican a la trata de personas, a traerlos de manera ilegal a España, los ponen a trabajar en las calles con prendas falsificadas. Muchos de ellos, hastiados por la situación de pobreza que viven en su país, saben perfectamente a lo que vienen. Y son sometidos a una explotación laboral brutal, viviendo incluso en los propios domicilios que sirven de ‘guardería’ de la mercancía. Son grupos criminales con una estructura, en la que el propio senegalés que organiza a sus vendedores compra directamente a China el material. Luego, con el tiempo, alguno de esos manteros puede establecerse por sí mismo y convertirse en el jefe de compatriotas que van llegando en cayuco a nuestras costas. Así, la rueda nunca para y pueden amasar millones de euros desde un piso con personas hacinadas en Lavapiés. Es una delincuencia, en cierto modo, horizontal, no hay relación por ejemplo entre los chinos y los senegaleses. En el Grupo de Propiedad Intelectual de la UDEV Central ponen de ejemplo lo que encontraron hace apenas dos meses en dos pequeños trasteros de Vallecas: 260 cajas con 9 toneladas de camisetas de fútbol. Cada una las compran por entre 3 y 6 euros, y las venden por 30. El valor en la manta es incalculable, millones de euros. ¿Dónde va todo ese dinero? Las investigaciones patrimoniales pueden ser la pata más complicada de abordar, pues se sospecha que buena parte de las ganancias acaban en inversiones en sus países. De nuevo, sale a colación la importancia de la cooperación internacional para el total esclarecimiento del funcionamiento de estas redes.Redes pluridelictivasPor otra parte, algunas organizaciones pueden ser pluridelictivas: hay mafias asiáticas de las falsificaciones que tienen miembros que también se dedican a la prostitución, el contrabando de tabaco y el tráfico de drogas; eso sí, siempre dentro de su comunidad de origen.La fábrica ilegal de pilas desmantelada el 10 de junio ABCLa Comisaría General de Policía Judicial explotó una operación que demuestra el poderío de estos delincuentes. A raíz del apagón del 28 de abril, detectaron la distribución masiva de pilas falsas desde Cobo Calleja. Siguieron el rastro, el 10 de junio desmantelaron una fábrica donde se elaboraban, en Yuncler (Toledo) . Imitaciones de Panasonic, Maxell y Duracell de extraordinaria similitud. Imprimían los cartones con los logos originales, códigos de barras falsificados (eran todos iguales) y piezas casi idénticas, excepto por una marca en uno de los polos. Se incautaron de 3,5 millones de unidades.Zapatillas Gucci que parecen haber salido de la Milla de Oro; supuestos relojes Rolex que dan el pego; teléfonos de Apple que, al encenderse, funcionan con el sistema operativo Android; hasta cuchillas de afeitar que acaban en supermercados de prestigio… Todo es susceptible de tener su trasunto de calidad inferior y acabar también en portales de venta de segunda mano que, advierten los investigadores, pueden ser constitutivos de estafas. Las pérdidas se cuentan por miles de millones de euros en la última década y cientos de puestos de trabajo en España; pero precisar una cifra es casi tan complicado como en otros sectores ilegales como el tráfico de drogas, la trata de personas y el juego ilegal. Los delitos contra la propiedad industrial no paran de crecer y Madrid es la capital de este tipo de fraudes, con el polígono de Cobo Calleja como epicentro principal en toda España. Y quizá incluso a nivel europeo. En sus 162 hectáreas de naves se asientan más de 1.500 empresas, de las que alrededor de 400 son negocios regentados por asiáticos: el principal país de procedencia de estos productos falsificados es China, seguido de Turquía, que está tomando fuerza en los últimos tiempos.Es una mañana de julio en uno de los despachos de la Sección de Propiedad Industrial e Intelectual de la Comisaría General de Policía Judicial de la Policía Nacional , en Canillas. Está adscrita a la Unidad Central de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV). El inspector Jorge y la oficial María, que es de las más veteranas en el Grupo III (especializado en piratería industrial), enseñan lo que en el argot periodístico se denomina bodegón. Una muestra de material incautado falso de lo más variopinto: camisetas de fútbol del Real Madrid y Barcelona (lideran este ilegal mercado, con Mbappé y Lamine como sensaciones de esta campaña), bolsos de ‘marca’ y hasta pilas alcalinas, ejemplares de IPhone y cajas de Funko, esos muñecos cabezones que simulan personajes de ficción y reales. Al ojo de cualquier humano (excepto de estos especialistas) nadie diría que son copias. Pero guardan muchas sorpresas. Vayamos por partes.La propiedad industrial consiste en la protección de las marcas, sus logotipos, diseños, importación y exportación de sus productos. Su negocio ilícito es la piratería, un delito que cuenta con dos obstáculos principales: no tiene mucho reproche social y las penas son nimias. «Por eso es una práctica ilegal que crece», especifica el inspector.Noticia Relacionada estandar Si Los asiáticos que vieron en el apagón masivo el gran negocio de fabricar pilas falsas Alba García Seis individuos han sido detenidos, en la mayor intervención desarrollada en España contra este tipo de productosLas rutas de estas importaciones desde Madrid comienzan en la producción de estas unidades, que normalmente se fabrican en las propias fábricas de los productos originales, pero de mano de empleados infieles que utilizan materiales de calidad muy inferior. Llegan por avión y por contenedores de mar a distintos puertos de la Unión Europea, y luego, vía terrestre, hasta España. De nuevo, muy similar a la manera de entrar los cargamentos de droga.Otro de los problemas en el día a día de estas investigaciones es la colaboración internacional con China, que no es un país precisamente transparente y animado a la cooperación; es uno de los puntos en los que están trabajando desde esta brigada de la Policía Nacional, derribar el muro de la opacidad y que se tomen en serio los controles, para que sean más estrictos.Eso sí, hay muchísimo material que queda paralizado en las aduanas de terceros países y que no llega a España. Y el que llega, eso sí, en un 90% (si no más), recala de una u otra manera en Cobo Calleja. El polígono de Fuenlabrada sirve de parada previa no solo a lo que luego acaba en estantes de bazares y en puestos de mercadillos madrileños; sino que una buena porción luego alimenta otras infraestructuras similares, como las naves de Guadalhorce, en Málaga, y negocios de toda la geografía española, explican estos policías. «Todas las investigaciones que hacemos, directa o indirectamente, pasan por Cobo Calleja», detalla la oficial María. Detectives privados«Los tres elementos fundamentales para iniciar nuestras investigaciones son las denuncias que interponen las propias marcas –enumera el inspector–, que cuentan con sus propios detectives privados que buscan en las tiendas o también reciben notificaciones de clientes; luego está la colaboración que tenemos con las empresas de reparto de mercancías y la colaboración internacional; y, en tercer lugar, investigaciones anteriores que nos permiten tirar del hilo de otras nuevas».Estas mafias utilizan empresas fantasma para importar el material y almacenarlo allí. Otras optan por el ‘dropshipping’, que son las páginas web que compran directamente al proveedor para venderlo al cliente final, sin necesidad de inventariarlo físicamente.España es un país finalista, de recepción, mucho más que de distribución. Esta época del año, además, es la que más actividad se da, con la proliferación de mercadillos ambulantes, tiendas de playa y el ‘top manta’ en las zonas costeras. Estamos rodeados de falsificaciones. «Somos de los países que más consumimos estos productos siendo conscientes de ello», se lamenta el inspector. En tiempos de relativismo total, en que todo se compra y se vende, «está en auge lo que llaman el ‘orgullo fake’»: «Chavales jóvenes que saben que llevan prendas falsas y lo dicen sin problemas». El inspector Jorge muestra algunos productos falsos intervenidos, la semana pasada en Canillas JAIME GarcíaOtra realidad es la de los vendedores senegaleses, el conocido como ‘top manta’. Aquí encontramos que las mismas organizaciones que se dedican a la trata de personas, a traerlos de manera ilegal a España, los ponen a trabajar en las calles con prendas falsificadas. Muchos de ellos, hastiados por la situación de pobreza que viven en su país, saben perfectamente a lo que vienen. Y son sometidos a una explotación laboral brutal, viviendo incluso en los propios domicilios que sirven de ‘guardería’ de la mercancía. Son grupos criminales con una estructura, en la que el propio senegalés que organiza a sus vendedores compra directamente a China el material. Luego, con el tiempo, alguno de esos manteros puede establecerse por sí mismo y convertirse en el jefe de compatriotas que van llegando en cayuco a nuestras costas. Así, la rueda nunca para y pueden amasar millones de euros desde un piso con personas hacinadas en Lavapiés. Es una delincuencia, en cierto modo, horizontal, no hay relación por ejemplo entre los chinos y los senegaleses. En el Grupo de Propiedad Intelectual de la UDEV Central ponen de ejemplo lo que encontraron hace apenas dos meses en dos pequeños trasteros de Vallecas: 260 cajas con 9 toneladas de camisetas de fútbol. Cada una las compran por entre 3 y 6 euros, y las venden por 30. El valor en la manta es incalculable, millones de euros. ¿Dónde va todo ese dinero? Las investigaciones patrimoniales pueden ser la pata más complicada de abordar, pues se sospecha que buena parte de las ganancias acaban en inversiones en sus países. De nuevo, sale a colación la importancia de la cooperación internacional para el total esclarecimiento del funcionamiento de estas redes.Redes pluridelictivasPor otra parte, algunas organizaciones pueden ser pluridelictivas: hay mafias asiáticas de las falsificaciones que tienen miembros que también se dedican a la prostitución, el contrabando de tabaco y el tráfico de drogas; eso sí, siempre dentro de su comunidad de origen.La fábrica ilegal de pilas desmantelada el 10 de junio ABCLa Comisaría General de Policía Judicial explotó una operación que demuestra el poderío de estos delincuentes. A raíz del apagón del 28 de abril, detectaron la distribución masiva de pilas falsas desde Cobo Calleja. Siguieron el rastro, el 10 de junio desmantelaron una fábrica donde se elaboraban, en Yuncler (Toledo) . Imitaciones de Panasonic, Maxell y Duracell de extraordinaria similitud. Imprimían los cartones con los logos originales, códigos de barras falsificados (eran todos iguales) y piezas casi idénticas, excepto por una marca en uno de los polos. Se incautaron de 3,5 millones de unidades.Zapatillas Gucci que parecen haber salido de la Milla de Oro; supuestos relojes Rolex que dan el pego; teléfonos de Apple que, al encenderse, funcionan con el sistema operativo Android; hasta cuchillas de afeitar que acaban en supermercados de prestigio… Todo es susceptible de tener su trasunto de calidad inferior y acabar también en portales de venta de segunda mano que, advierten los investigadores, pueden ser constitutivos de estafas.
Las pérdidas se cuentan por miles de millones de euros en la última década y cientos de puestos de trabajo en España; pero precisar una cifra es casi tan complicado como en otros sectores ilegales como el tráfico de drogas, la trata de personas y … el juego ilegal. Los delitos contra la propiedad industrial no paran de crecer y Madrid es la capital de este tipo de fraudes, con el polígono de Cobo Calleja como epicentro principal en toda España. Y quizá incluso a nivel europeo. En sus 162 hectáreas de naves se asientan más de 1.500 empresas, de las que alrededor de 400 son negocios regentados por asiáticos: el principal país de procedencia de estos productos falsificados es China, seguido de Turquía, que está tomando fuerza en los últimos tiempos.
Es una mañana de julio en uno de los despachos de la Sección de Propiedad Industrial e Intelectual de la Comisaría General de Policía Judicial de la Policía Nacional, en Canillas. Está adscrita a la Unidad Central de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV). El inspector Jorge y la oficial María, que es de las más veteranas en el Grupo III (especializado en piratería industrial), enseñan lo que en el argot periodístico se denomina bodegón. Una muestra de material incautado falso de lo más variopinto: camisetas de fútbol del Real Madrid y Barcelona (lideran este ilegal mercado, con Mbappé y Lamine como sensaciones de esta campaña), bolsos de ‘marca’ y hasta pilas alcalinas, ejemplares de IPhone y cajas de Funko, esos muñecos cabezones que simulan personajes de ficción y reales. Al ojo de cualquier humano (excepto de estos especialistas) nadie diría que son copias. Pero guardan muchas sorpresas. Vayamos por partes.
La propiedad industrial consiste en la protección de las marcas, sus logotipos, diseños, importación y exportación de sus productos. Su negocio ilícito es la piratería, un delito que cuenta con dos obstáculos principales: no tiene mucho reproche social y las penas son nimias. «Por eso es una práctica ilegal que crece», especifica el inspector.
Las rutas de estas importaciones desde Madrid comienzan en la producción de estas unidades, que normalmente se fabrican en las propias fábricas de los productos originales, pero de mano de empleados infieles que utilizan materiales de calidad muy inferior. Llegan por avión y por contenedores de mar a distintos puertos de la Unión Europea, y luego, vía terrestre, hasta España. De nuevo, muy similar a la manera de entrar los cargamentos de droga.
Otro de los problemas en el día a día de estas investigaciones es la colaboración internacional con China, que no es un país precisamente transparente y animado a la cooperación; es uno de los puntos en los que están trabajando desde esta brigada de la Policía Nacional, derribar el muro de la opacidad y que se tomen en serio los controles, para que sean más estrictos.
Eso sí, hay muchísimo material que queda paralizado en las aduanas de terceros países y que no llega a España. Y el que llega, eso sí, en un 90% (si no más), recala de una u otra manera en Cobo Calleja. El polígono de Fuenlabrada sirve de parada previa no solo a lo que luego acaba en estantes de bazares y en puestos de mercadillos madrileños; sino que una buena porción luego alimenta otras infraestructuras similares, como las naves de Guadalhorce, en Málaga, y negocios de toda la geografía española, explican estos policías. «Todas las investigaciones que hacemos, directa o indirectamente, pasan por Cobo Calleja», detalla la oficial María.
Detectives privados
«Los tres elementos fundamentales para iniciar nuestras investigaciones son las denuncias que interponen las propias marcas –enumera el inspector–, que cuentan con sus propios detectives privados que buscan en las tiendas o también reciben notificaciones de clientes; luego está la colaboración que tenemos con las empresas de reparto de mercancías y la colaboración internacional; y, en tercer lugar, investigaciones anteriores que nos permiten tirar del hilo de otras nuevas».
Estas mafias utilizan empresas fantasma para importar el material y almacenarlo allí. Otras optan por el ‘dropshipping’, que son las páginas web que compran directamente al proveedor para venderlo al cliente final, sin necesidad de inventariarlo físicamente.
España es un país finalista, de recepción, mucho más que de distribución. Esta época del año, además, es la que más actividad se da, con la proliferación de mercadillos ambulantes, tiendas de playa y el ‘top manta’ en las zonas costeras. Estamos rodeados de falsificaciones. «Somos de los países que más consumimos estos productos siendo conscientes de ello», se lamenta el inspector. En tiempos de relativismo total, en que todo se compra y se vende, «está en auge lo que llaman el ‘orgullo fake’»: «Chavales jóvenes que saben que llevan prendas falsas y lo dicen sin problemas».
JAIME García
Otra realidad es la de los vendedores senegaleses, el conocido como ‘top manta’. Aquí encontramos que las mismas organizaciones que se dedican a la trata de personas, a traerlos de manera ilegal a España, los ponen a trabajar en las calles con prendas falsificadas. Muchos de ellos, hastiados por la situación de pobreza que viven en su país, saben perfectamente a lo que vienen. Y son sometidos a una explotación laboral brutal, viviendo incluso en los propios domicilios que sirven de ‘guardería’ de la mercancía. Son grupos criminales con una estructura, en la que el propio senegalés que organiza a sus vendedores compra directamente a China el material. Luego, con el tiempo, alguno de esos manteros puede establecerse por sí mismo y convertirse en el jefe de compatriotas que van llegando en cayuco a nuestras costas. Así, la rueda nunca para y pueden amasar millones de euros desde un piso con personas hacinadas en Lavapiés. Es una delincuencia, en cierto modo, horizontal, no hay relación por ejemplo entre los chinos y los senegaleses. En el Grupo de Propiedad Intelectual de la UDEV Central ponen de ejemplo lo que encontraron hace apenas dos meses en dos pequeños trasteros de Vallecas: 260 cajas con 9 toneladas de camisetas de fútbol. Cada una las compran por entre 3 y 6 euros, y las venden por 30. El valor en la manta es incalculable, millones de euros.
¿Dónde va todo ese dinero? Las investigaciones patrimoniales pueden ser la pata más complicada de abordar, pues se sospecha que buena parte de las ganancias acaban en inversiones en sus países. De nuevo, sale a colación la importancia de la cooperación internacional para el total esclarecimiento del funcionamiento de estas redes.
Redes pluridelictivas
Por otra parte, algunas organizaciones pueden ser pluridelictivas: hay mafias asiáticas de las falsificaciones que tienen miembros que también se dedican a la prostitución, el contrabando de tabaco y el tráfico de drogas; eso sí, siempre dentro de su comunidad de origen.
ABC
La Comisaría General de Policía Judicial explotó una operación que demuestra el poderío de estos delincuentes. A raíz del apagón del 28 de abril, detectaron la distribución masiva de pilas falsas desde Cobo Calleja. Siguieron el rastro, el 10 de junio desmantelaron una fábrica donde se elaboraban, en Yuncler (Toledo). Imitaciones de Panasonic, Maxell y Duracell de extraordinaria similitud. Imprimían los cartones con los logos originales, códigos de barras falsificados (eran todos iguales) y piezas casi idénticas, excepto por una marca en uno de los polos. Se incautaron de 3,5 millones de unidades.
Zapatillas Gucci que parecen haber salido de la Milla de Oro; supuestos relojes Rolex que dan el pego; teléfonos de Apple que, al encenderse, funcionan con el sistema operativo Android; hasta cuchillas de afeitar que acaban en supermercados de prestigio… Todo es susceptible de tener su trasunto de calidad inferior y acabar también en portales de venta de segunda mano que, advierten los investigadores, pueden ser constitutivos de estafas.
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