El Partido Popular está decidido a dar la batalla al Gobierno a pesar del atrincheramiento de Pedro Sánchez, empeñado en mantenerse en el poder aunque cada día surgen nuevas complicaciones que hacen tambalear los maltrechos cimientos de Moncloa. Son sus socios, aquellos que un día le invistieron presidente a cambio de un puñado de cesiones polémicas –entre ellas la Ley de Amnistía –, los que le sustentan y, al mismo tiempo, los únicos que pueden hacerle caer, de ahí que el PP haya decidido redoblar su cerco sobre ellos, haciéndoles corresponsables de la degradación que atraviesa el país. «Los socios de Sánchez están en un proceso de duelo y de aceptación de la realidad y no van a cambiar su postura hasta que se den cuenta de que esto les va a pasar factura», explicaba este lunes Borja Sémper tras la reunión del comité de dirección del PP, donde estaban reunidos cuando Alberto Núñez Feijóo recibió la noticia del procesamiento del fiscal general del Estado. El auto del juez deja a Álvaro García Ortiz a un paso del banquillo , algo inédito en nuestra democracia, pero su dictado no hizo reaccionar a ninguno de los socios de investidura. Al contrario. Un inmovilismo que no sorprende en Génova, convencidos de que ERC, Junts, PNV o Bildu tienen en Sánchez un «chollo» para sus aspiraciones nacionalistas y que por eso no moverán ficha contra él. «Cuanto más tapen a un Sánchez que se esconde, más les afectará. Llegará un día en el que se caerán del guindo y se darán cuenta de que todo esto les pasará una factura muy alta», señalaba este lunes el portavoz del PP, dejando entrever la estrategia que su partido tiene en el horizonte y que no es otra que intentar horadar la resistencia de esos socios de investidura con un doble objetivo. Por un lado, buscando una fisura que les permita aglutinar los apoyos necesarios para una moción de censura ; y por otro, aprovechar ese inmovilismo para lograr un rédito electoral que sea clave cuando finalmente se convoquen elecciones. Noticia Relacionada estandar Si El juez procesa al fiscal general del Estado por revelación de secretos Nati Villanueva El magistrado considera confirmados los indicios de que tanto García Ortiz como su subordinada participaron en la filtración del correo del novio de Ayuso y lo sitúa a las puertas del banquilloEl primero de esos objetivos es el más complicado. Hace tiempo que en Génova se viene manejando la idea de que Pedro Sánchez consiga aguantar de verdad en el Gobierno hasta 2027 . Sobre todo, porque en cada nuevo escándalo no hay reacción por parte de sus socios de investidura, satisfechos con las cesiones que periodicamente le concede el Ejecutivo a cambio de su apoyo y de que miren hacia otro lado con la corrupción. De ahí que el PP haya descartado la opción de presentar una moción de censura si no cuenta antes con los apoyos necesarios, lo que implicaría sumar a uno de esos socios, además de Vox y UPN. « Todavía no se han dado cuenta de que la corrupción les va a arrastrar también a ellos », denunciaba Sémper, en un mensaje velado hacia los dirigentes del PNV, que este pasado fin de semana volvían a descartar unir sus votos a los del PPy Vox para desalojar a Sánchez. Hasta que ese momento llegue, los populares mantendrán su cerco a Pedro Sánchez y lo harán en tres frentes: en las Cortes, los tribunales y las calles. De hecho, el Senado espera aprobar esta semana la toma en consideración de la reforma del Reglamento que obligará al presidente a comparecer al menos una vez al mes y acabar con la reiterada ausencia actual de un Sánchez que acumula ya más de un año sin pisar la Cámara Alta. El Partido Popular está decidido a dar la batalla al Gobierno a pesar del atrincheramiento de Pedro Sánchez, empeñado en mantenerse en el poder aunque cada día surgen nuevas complicaciones que hacen tambalear los maltrechos cimientos de Moncloa. Son sus socios, aquellos que un día le invistieron presidente a cambio de un puñado de cesiones polémicas –entre ellas la Ley de Amnistía –, los que le sustentan y, al mismo tiempo, los únicos que pueden hacerle caer, de ahí que el PP haya decidido redoblar su cerco sobre ellos, haciéndoles corresponsables de la degradación que atraviesa el país. «Los socios de Sánchez están en un proceso de duelo y de aceptación de la realidad y no van a cambiar su postura hasta que se den cuenta de que esto les va a pasar factura», explicaba este lunes Borja Sémper tras la reunión del comité de dirección del PP, donde estaban reunidos cuando Alberto Núñez Feijóo recibió la noticia del procesamiento del fiscal general del Estado. El auto del juez deja a Álvaro García Ortiz a un paso del banquillo , algo inédito en nuestra democracia, pero su dictado no hizo reaccionar a ninguno de los socios de investidura. Al contrario. Un inmovilismo que no sorprende en Génova, convencidos de que ERC, Junts, PNV o Bildu tienen en Sánchez un «chollo» para sus aspiraciones nacionalistas y que por eso no moverán ficha contra él. «Cuanto más tapen a un Sánchez que se esconde, más les afectará. Llegará un día en el que se caerán del guindo y se darán cuenta de que todo esto les pasará una factura muy alta», señalaba este lunes el portavoz del PP, dejando entrever la estrategia que su partido tiene en el horizonte y que no es otra que intentar horadar la resistencia de esos socios de investidura con un doble objetivo. Por un lado, buscando una fisura que les permita aglutinar los apoyos necesarios para una moción de censura ; y por otro, aprovechar ese inmovilismo para lograr un rédito electoral que sea clave cuando finalmente se convoquen elecciones. Noticia Relacionada estandar Si El juez procesa al fiscal general del Estado por revelación de secretos Nati Villanueva El magistrado considera confirmados los indicios de que tanto García Ortiz como su subordinada participaron en la filtración del correo del novio de Ayuso y lo sitúa a las puertas del banquilloEl primero de esos objetivos es el más complicado. Hace tiempo que en Génova se viene manejando la idea de que Pedro Sánchez consiga aguantar de verdad en el Gobierno hasta 2027 . Sobre todo, porque en cada nuevo escándalo no hay reacción por parte de sus socios de investidura, satisfechos con las cesiones que periodicamente le concede el Ejecutivo a cambio de su apoyo y de que miren hacia otro lado con la corrupción. De ahí que el PP haya descartado la opción de presentar una moción de censura si no cuenta antes con los apoyos necesarios, lo que implicaría sumar a uno de esos socios, además de Vox y UPN. « Todavía no se han dado cuenta de que la corrupción les va a arrastrar también a ellos », denunciaba Sémper, en un mensaje velado hacia los dirigentes del PNV, que este pasado fin de semana volvían a descartar unir sus votos a los del PPy Vox para desalojar a Sánchez. Hasta que ese momento llegue, los populares mantendrán su cerco a Pedro Sánchez y lo harán en tres frentes: en las Cortes, los tribunales y las calles. De hecho, el Senado espera aprobar esta semana la toma en consideración de la reforma del Reglamento que obligará al presidente a comparecer al menos una vez al mes y acabar con la reiterada ausencia actual de un Sánchez que acumula ya más de un año sin pisar la Cámara Alta.
Espera lograr así los apoyos para una moción de censura o, en su defecto, beneficiarse del castigo que puedan sufrir estas formaciones en caso de elecciones
El Partido Popular está decidido a dar la batalla al Gobierno a pesar del atrincheramiento de Pedro Sánchez, empeñado en mantenerse en el poder aunque cada día surgen nuevas complicaciones que hacen tambalear los maltrechos cimientos de Moncloa. Son sus socios, aquellos que un … día le invistieron presidente a cambio de un puñado de cesiones polémicas –entre ellas la Ley de Amnistía–, los que le sustentan y, al mismo tiempo, los únicos que pueden hacerle caer, de ahí que el PP haya decidido redoblar su cerco sobre ellos, haciéndoles corresponsables de la degradación que atraviesa el país.
«Los socios de Sánchez están en un proceso de duelo y de aceptación de la realidad y no van a cambiar su postura hasta que se den cuenta de que esto les va a pasar factura», explicaba este lunes Borja Sémper tras la reunión del comité de dirección del PP, donde estaban reunidos cuando Alberto Núñez Feijóo recibió la noticia del procesamiento del fiscal general del Estado. El auto del juez deja a Álvaro García Ortiz a un paso del banquillo, algo inédito en nuestra democracia, pero su dictado no hizo reaccionar a ninguno de los socios de investidura. Al contrario. Un inmovilismo que no sorprende en Génova, convencidos de que ERC, Junts, PNV o Bildu tienen en Sánchez un «chollo» para sus aspiraciones nacionalistas y que por eso no moverán ficha contra él.
«Cuanto más tapen a un Sánchez que se esconde, más les afectará. Llegará un día en el que se caerán del guindo y se darán cuenta de que todo esto les pasará una factura muy alta», señalaba este lunes el portavoz del PP, dejando entrever la estrategia que su partido tiene en el horizonte y que no es otra que intentar horadar la resistencia de esos socios de investidura con un doble objetivo. Por un lado, buscando una fisura que les permita aglutinar los apoyos necesarios para una moción de censura; y por otro, aprovechar ese inmovilismo para lograr un rédito electoral que sea clave cuando finalmente se convoquen elecciones.
El primero de esos objetivos es el más complicado. Hace tiempo que en Génova se viene manejando la idea de que Pedro Sánchez consiga aguantar de verdad en el Gobierno hasta 2027. Sobre todo, porque en cada nuevo escándalo no hay reacción por parte de sus socios de investidura, satisfechos con las cesiones que periodicamente le concede el Ejecutivo a cambio de su apoyo y de que miren hacia otro lado con la corrupción. De ahí que el PP haya descartado la opción de presentar una moción de censura si no cuenta antes con los apoyos necesarios, lo que implicaría sumar a uno de esos socios, además de Vox y UPN. «Todavía no se han dado cuenta de que la corrupción les va a arrastrar también a ellos», denunciaba Sémper, en un mensaje velado hacia los dirigentes del PNV, que este pasado fin de semana volvían a descartar unir sus votos a los del PPy Vox para desalojar a Sánchez.
Hasta que ese momento llegue, los populares mantendrán su cerco a Pedro Sánchez y lo harán en tres frentes: en las Cortes, los tribunales y las calles. De hecho, el Senado espera aprobar esta semana la toma en consideración de la reforma del Reglamento que obligará al presidente a comparecer al menos una vez al mes y acabar con la reiterada ausencia actual de un Sánchez que acumula ya más de un año sin pisar la Cámara Alta.
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