El Mundial está más cerca hoy pero sigue igual de lejos que ayer, valga la contradicción. Enamora la España de De la Fuente camino de Norteamérica, con cuatro triunfos en otros tantos partidos, el último este martes frente a la débil Bulgaria en el José Zorrilla. Pero ni siquiera así le va a ser fácil sacar su billete, que todo apunta que no podrá ser picado hasta el último partido de esta clasificación después de que Turquía, que visitará La Cartuja el 18 de noviembre. no fallara tampoco ante Georgia. Poco importó eso en Pucela, donde se vivió una noche de fiesta para la historia, encadenados ya 29 partidos sin perder por España, igualada así la marca que había establecido el legendario equipo que dirigía Del Bosque.
‘La roja’ vuelve a brillar con una goleada que le vale para encadenar 29 partidos sin perder y acercarse a la gran cita del verano
El Mundial está más cerca hoy pero sigue igual de lejos que ayer, valga la contradicción. Enamora la España de De la Fuente camino de Norteamérica, con cuatro triunfos en otros tantos partidos, el último este martes frente a la débil Bulgaria en el José Zorrilla. Pero ni siquiera así le va a ser fácil sacar su billete, que todo apunta que no podrá ser picado hasta el último partido de esta clasificación después de que Turquía, que visitará La Cartuja el 18 de noviembre. no fallara tampoco ante Georgia. Poco importó eso en Pucela, donde se vivió una noche de fiesta para la historia, encadenados ya 29 partidos sin perder por España, igualada así la marca que había establecido el legendario equipo que dirigía Del Bosque.
Volvió a acompañar la noche en Valladolid, donde si no llega a ser por el violeta que inunda Zorrilla alguno hubiera pensado que estaba viendo el mismo partido que en Elche. Un monólogo de España ante un rival entregado, con la bandera blanca izada desde antes del inicio. Bulgaria, por números la peor selección del grupo E, presentó tanta batalla como Georgia el sábado, lo que viene siendo ninguna.
Poco dado a las rotaciones desde el batacazo sufrido en Escocia, hasta hoy la última derrota de la roja, De la Fuente hizo más cambios que nunca esta vez en su once, aunque mantuvo a su sala de máquinas intacta, con Zubimendi, Pedri y Mikel Merino, consciente de dónde nace el juego de su equipo.
El equipo de De la Fuente sigue enamorando y ya ha igualado la histórica marca de Del Bosque
Álex Baena fue una de las novedades, comenzando en ataque desde banda izquierda, y formando una sociedad con Pedri que amargó a los búlgaros, cada día más alejados de aquella gloriosa escuadra de 1994. Fue el atlético el primero en probar a Vutsov, de largo el más destacado de los suyos, sin parar de trabajar en toda la noche y demostrando grandes reflejos. También Samu, que después de apenas un par de ratos con la selección se estrenó en el once, le dio problemas, aunque aún le queda ajustar unas cuantas cosas al del Oporto para asentarse en este equipo tan brillante.
Fue Samu el que destapó la caja de los truenos con un remate sin oposición ante el que Vutsov sacó una gran mano. Le siguió Pedri, coreado de nuevo por la marea roja de Pucela, que topó con el larguero. El canario no tardó en volver a intentarlo con un disparo cruzado que se cantó como gol a orillas del Pisuerga.
Disfrutó el rojigualdo respetable de más de media hora de exhibición de su selección antes de poder cantar el primer gol. Y, de nuevo, más de algún despistado debió imaginar que estaba viendo el partido de Elche. El tanto que abrió la lata fue calcado al que hizo lo propio en el Martínez Valero. Un pase mágico en profundidad de Pedri desde la linea de tres cuartos, un regalo de Le Normand y, esta vez, fue Merino, y no Yeremy Pino, el que encontró la red con la cabeza. Otra gran combinación que daba sus frutos y que acercaba un poco más a España al Mundial. La única señal de vida de Bulgaria la ofreció Despodov, cuya carrera hacia el área fue perdiendo peso hasta rematar fuera. Otra primera parte sin que Unai Simón tuviera que hacer una sola parada.
El papel de Merino en esta España es cada vez más fundamental, no será fácil que se baje del once
La entrada de Borja Iglesias tras el descanso por el discreto Samu animó aún más la agradable noche vallisoletana. Entre palacios y librerías, el Panda puso en jaque a Vutsov hasta en tres claras ocasiones en menos de diez minutos pero la faltó finura. Pero si hay alguien con trazo fino en esta España es Mikel Merino, cada vez más consolidado en el once, convertido en un futbolista ejemplar. El del Arsenal selló su doblete con otro salto majestuoso, elevado al cielo de Castilla para anotar el segundo tras un gran centro de Grimaldo. Pero para acabar de diferenciarse del duelo de Elche, acabó la roja por rubricar la noche con el tercero, obra de Chernev en su portería, y el cuarto, que llevó la firma de Oyarzábal de penalti, acción forzada por un inmenso Merino.
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