Oikos presenta un informe en el que asegura que se podría beneficiar el sector agroalimentario, el papelero, el textil y el farmacéutico Leer Oikos presenta un informe en el que asegura que se podría beneficiar el sector agroalimentario, el papelero, el textil y el farmacéutico Leer
La descarbonización en España es un proceso con numerosas trabas. Económicas, burocráticas, técnicas, financieras… pero al otro lado de estas barreras se encuentra la oportunidad de evitar unas 35,71 millones de toneladas de CO2, según el informe Descarbonización de la industria española, publicado por Oikos, think tank dedicado al medioambiente. Esta reducción representa aproximadamente el 13% de las emisiones totales de la economía española en 2023. Esto podría ser una realidad si, según Oikos, se utilizan los 1.000 millones de euros disponibles para la descarbonización industrial.
Este monto lo constituirían los «550 millones de euros de los PERTEs (Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica) del Gobierno y el 40% de los fondos de innovación de la Unión Europea, de la cual España tendría posibilidad de ganar unos 400-500 millones de euros», asegura el informe. Y este proyecto de descarbonización que plantea Oikos «compensa hacerlo en aquellos países que pagan un precio de energía más bajo que los países vecinos», asegura Luis Quiroga a EL MUNDO, cofundador de Oikos. Es decir, en países como España, que tiene para ello el potencia de la electricidad barata de origen renovable.
Este proceso puede ayudar «en muchas industrias que quizás no son tan conocidas cuando la gente piensa en industria, pero que sí son importantes tanto en el peso económico como en el empleo». Así, el informe destaca el sector agroalimentario, el sector textil, el sector papelero y el sector farmacéutico como aquellos beneficiados por este proceso descarbonizador. Esto es posible en estos sectores porque «es técnicamente posible electrificar los procesos térmicos industriales a temperaturas medias y bajas a un coste asumible y logrando un alto nivel de descarbonización», asegura el informe que se presentará el próximo miércoles ante el Senado. Es decir, las temperaturas de estas industrias son suficientemente bajas para ser electrificables y dejar de utilizar así combustibles fósiles para generar el calor.
Al descarbonizar estos sectores, «España consigue una ventaja en costes eléctricos frente a países como Alemania que permite alcanzar rentabilidades mayores. En estos casos, si se hace un buen uso de las ayudas disponibles o se desarrollan nuevos incentivos, es posible aumentar la rentabilidad de las inversiones en España a niveles atractivos incluso en competición con Francia y su electricidad de bajo coste procedente de nucleares», afirma el think tank.
Esto es sería crear una capacidad de ofrecer una oportunidades económicas mejores que otras. Esto es porque «como tenemos mucho sol y como sabemos cómo capturar y transformar energía solar en electricidad a un precio bastante bajo, eso es una oportunidad para que España capte nuevas inversiones más que el resto de países», añade Quiroga.
En definitiva, la conclusión para Oikos es para que estos sectores que no son los electrointensivos clásicos, «la rentabilidad es bastante mayor que la alemana y se acerca bastante a la francesa». De esta forma, «se desplazan importaciones de costes de combustibles fósiles y te ahorras derechos de emisiones, pero el beneficio económico para el país es que estás atrayendo 1.000 millones de euros de inversiones en un sector que va a ser cada vez más importante en el mundo y que eso da trabajo a ingenieros, instaladores y técnicos» y en un futuro atraer a empresas.
El proyecto de descarbonización que puede tener ventajas económicas competitivas, fuera de las ventajas plenamente verdes, también se enfrenta, según Oikos, a una serie de barreras. En cuanto a la barrera técnica y económica, «la electricidad es muy difícil para cosas que son a más de 500 grados». Es decir, es «casi imposible con un coste equivalente al que se tiene hoy con el gas», afirma Quiroga. Además, el experto también asegura que «no tenemos una red eléctrica preparada para esto», por lo que «habría que expandirla».
Por otro lado, en la barrera financiera está el hecho de que estas inversiones pueden rondar los 7 millones de euros en empresas medianas, un precio que no es asumible para muchas de las compañías.
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