La Puerta del Sol es un sitio muy castizo, obviamente, y muy alegre, pero otra cosa es que se resuelva a ratos en una acampada de las rebajas de la sastrería de la figuración de Eurodisney. Quiero decir que la Puerta del Sol viene teniendo una tropa titular de amenidades, alcalde, una parroquia diversa donde militan un pirata de mucho ropero, tres acróbatas de vivir quietos en el aire, un Charles Chaplin, varios Mickey Mouse, un tipo en traje de retal de periódico, y hasta alguna lotera de caballete, según el momento, que no está al disfraz, naturalmente, sino a la venta transeúnte. Pero todos ambientan lo suyo, claro. A veces, a todas estas gentes les viene pidiendo la Policía que se retiren la máscara, por seguridad, y porque viven del oficio del disfraz, y no pagan el sitio. La Policía viene obrando según una ordenanza municipal que no vamos a discutir, alcalde. No nos parece mal que le pida la autoridad a estas gentes de inocencia el trabajo a cara descubierta, porque es mejor que perdamos a un Chaplin de pega antes de no reconocer en ese disfraz a un tipo de amenaza, terrorista o seguramente no tanto. A uno le sabe mal un plan de seguridad porque complica la vida laboral a estos transeúntes de postal, pero el vecindario de comerciantes está de acuerdo con la medida, y el vecindario en general también. Es asunto de cajón. No podemos visitar un picnic, antes que una plaza, y luego está que en Madrid quien labora cotiza, y la tropa de Mickeymouses del sitio sólo invierten en agua mineral. Noticia Relacionada CARTAS AL ALCALDE opinion Si Verbena y biblioteca Ángel Antonio Herrera Ahora promocionan libros hasta las gogós de cremas de InstagramLa zona vive reventona de turistas , con lo que nuestros figurantes tienen tajo. No han pasado por esos exámenes que el Ayuntamiento exigió en algún momento a los músicos, porque, en rigor, nuestros protagonistas no hacen nada, salvo sonreír a la nikon, si se les requiere. Tienen algo de familia inocente y fantasmal de la zona, algo de frikis que nunca molestan, algo de parados que no paran, pero enredando en todos los idiomas. Sólo que no cotizan, como el kioskero, y viven emboscados en un disfraz. La autoridad está para que todos vivíamos más seguros. Una tarea que no impide aplaudirle a los requeridos por la Policía lo mucho que tienen de gentes amables que siempre salen bien en las fotos de la vida de los otros. La Puerta del Sol es un sitio muy castizo, obviamente, y muy alegre, pero otra cosa es que se resuelva a ratos en una acampada de las rebajas de la sastrería de la figuración de Eurodisney. Quiero decir que la Puerta del Sol viene teniendo una tropa titular de amenidades, alcalde, una parroquia diversa donde militan un pirata de mucho ropero, tres acróbatas de vivir quietos en el aire, un Charles Chaplin, varios Mickey Mouse, un tipo en traje de retal de periódico, y hasta alguna lotera de caballete, según el momento, que no está al disfraz, naturalmente, sino a la venta transeúnte. Pero todos ambientan lo suyo, claro. A veces, a todas estas gentes les viene pidiendo la Policía que se retiren la máscara, por seguridad, y porque viven del oficio del disfraz, y no pagan el sitio. La Policía viene obrando según una ordenanza municipal que no vamos a discutir, alcalde. No nos parece mal que le pida la autoridad a estas gentes de inocencia el trabajo a cara descubierta, porque es mejor que perdamos a un Chaplin de pega antes de no reconocer en ese disfraz a un tipo de amenaza, terrorista o seguramente no tanto. A uno le sabe mal un plan de seguridad porque complica la vida laboral a estos transeúntes de postal, pero el vecindario de comerciantes está de acuerdo con la medida, y el vecindario en general también. Es asunto de cajón. No podemos visitar un picnic, antes que una plaza, y luego está que en Madrid quien labora cotiza, y la tropa de Mickeymouses del sitio sólo invierten en agua mineral. Noticia Relacionada CARTAS AL ALCALDE opinion Si Verbena y biblioteca Ángel Antonio Herrera Ahora promocionan libros hasta las gogós de cremas de InstagramLa zona vive reventona de turistas , con lo que nuestros figurantes tienen tajo. No han pasado por esos exámenes que el Ayuntamiento exigió en algún momento a los músicos, porque, en rigor, nuestros protagonistas no hacen nada, salvo sonreír a la nikon, si se les requiere. Tienen algo de familia inocente y fantasmal de la zona, algo de frikis que nunca molestan, algo de parados que no paran, pero enredando en todos los idiomas. Sólo que no cotizan, como el kioskero, y viven emboscados en un disfraz. La autoridad está para que todos vivíamos más seguros. Una tarea que no impide aplaudirle a los requeridos por la Policía lo mucho que tienen de gentes amables que siempre salen bien en las fotos de la vida de los otros.
cartas al alcalde
Gentes amables que siempre salen bien en la foto de la vida de los otros
La Puerta del Sol es un sitio muy castizo, obviamente, y muy alegre, pero otra cosa es que se resuelva a ratos en una acampada de las rebajas de la sastrería de la figuración de Eurodisney. Quiero decir que la Puerta del Sol viene … teniendo una tropa titular de amenidades, alcalde, una parroquia diversa donde militan un pirata de mucho ropero, tres acróbatas de vivir quietos en el aire, un Charles Chaplin, varios Mickey Mouse, un tipo en traje de retal de periódico, y hasta alguna lotera de caballete, según el momento, que no está al disfraz, naturalmente, sino a la venta transeúnte. Pero todos ambientan lo suyo, claro.
A veces, a todas estas gentes les viene pidiendo la policía que se retiren la máscara, por seguridad, y porque viven del oficio del disfraz, y no pagan el sitio. La policía viene obrando según una ordenanza municipal que no vamos a discutir, alcalde. No nos parece mal que le pida la autoridad a estas gentes de inocencia el trabajo a cara descubierta, porque es mejor que perdamos a un Chaplin de pega antes de no reconocer en ese disfraz a un tipo de amenaza, terrorista o seguramente no tanto.
A uno le sabe mal un plan de seguridad porque complica la vida laboral a estos transeúntes de postal, pero el vecindario de comerciantes está de acuerdo con la medida, y el vecindario en general también. Es asunto de cajón. No podemos visitar un picnic, antes que una plaza, y luego está que en Madrid quien labora cotiza, y la tropa de Mickeymouses del sitio sólo invierten en agua mineral.
La zona vive reventona de turistas, con lo que nuestros figurantes tienen tajo. No han pasado por esos exámenes que el Ayuntamiento exigió en algún momento a los músicos, porque, en rigor, nuestros protagonistas no hacen nada, salvo sonreír a la nikon, si se les requiere. Tienen algo de familia inocente y fantasmal de la zona, algo de frikis que nunca molestan, algo de parados que no paran, pero enredando en todos los idiomas. Sólo que no cotizan, como el kioskero, y viven emboscados en un disfraz. La autoridad está para que todos vivíamos más seguros. Una tarea que no impide aplaudirle a los requeridos por la policía lo mucho que tienen de gentes amables que siempre salen bien en las fotos de la vida de los otros.
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