No es la primera vez que un canadiense domina el deporte en Estados Unidos. Durante las décadas de los ochenta y noventa Wayne Gretzky fue la estrella más rutilante de la NHL, la liga de hockey hielo. Ahora, Shai Gilgeous-Alexander ha repetido el sacrilegio de volver a ganar los estadounidenses en lo suyo.
El canadiense, que ha liderado a Oklahoma al anillo de campeón, reúne también los títulos de MVP de la final, de la fase regular y máximo anotador de la NBA
No es la primera vez que un canadiense domina el deporte en Estados Unidos. Durante las décadas de los ochenta y noventa Wayne Gretzky fue la estrella más rutilante de la NHL, la liga de hockey hielo. Ahora, Shai Gilgeous-Alexander ha repetido el sacrilegio de volver a ganar los estadounidenses en lo suyo.
El base de Toronto, de 26 años, se acaba de coronar como el nuevo rey de la NBA. Ha sido el líder de los Thunder de Oklahoma City que se han proclamado por segunda vez en su historia campeones de la competición. El primer anillo, de 1979, llegó cuando la franquicia aún jugaba en Seattle bajo la denominación de Supersonics.
Club muy exclusivo
Solo Abdul-Jabbar, Jordan y O’Neal habían conseguido los tres galardones individuales del curso
“Esto no parece real. Han sido tantas horas, tantos momentos, tantas emociones, tantas noches imaginándolo… Es una locura pero este grupo se lo ha ganado. Hemos trabajado y nos lo merecemos”, sentenció Gilgeous-Alexander sobre la pista tras derrotar a los Indiana Pacers en el definitivo encuentro de la final (103-91).
Sin tener una noche acertada en el tiro, Shai se fue a los 29 puntos y fue el máximo anotador del encuentro. Ha sido la tónica general de una temporada en la que el equipo de Oklahoma ya fue el mejor de la fase regular con 68 victorias y 14 derrotas. En los playoffs se deshizo de los Grizzlies, Nuggets, Timberwolves y los Pacers.
Frente a los de Indiana, el número 2 de los Thunder promedió 30,3 puntos, que le valieron para ser elegido jugador más valioso de la final, galardón que suma al MVP de la fase regular y al título de máximo anotador del curso (con 32,7 puntos). Esos tres premios individuales en un mismo año le catapultan a un club súperexclusivo en el que solo han entrado Kareem Abdul-Jabbar (1971), Michael Jordan (cuatro veces) y Shaquille O’Neal (2000). Entre los tres suman 16 anillos.
En el 2019
Paul George quería ir a los Clippers y los angelinos enviaron a Oklahoma al joven Shai, que llevaba una temporada en la NBA
El reto de los Thunder, entrenados por Mark Daigneault y con Sam Presti de mánager general en los despachos, es repetir el curso que viene –nadie lo logra desde el 2018–. Juventud no le faltará ya que ninguno de sus titulares (Dort, Jalen Williams, Holmgren y Hartenstein) superan los 27 años. Además elegirán dos veces en la primera ronda (15.ª y 24.ª posición) del Draft del día 26.
Creados en el 2008, antes que Shai otras estrellas como Durant, Harden, Westbrook, Carmelo Anthony, Chris Paul o Paul George habían vestido su camiseta sin acercarse al campeonato. Sin embargo, en el 2019 se produjo el intercambio que cambiaría la historia de la franquicia. George quería ir a los Clippers para unirse a Leonard y los angelinos enviaron a Oklahoma al joven Shai, que llevaba una temporada en la NBA, al italiano Gallinari y tres primeras rondas del Draft. Huelga decir quién salió ganando en el trueque.
La madre de Gilgeous-Alexander (12/VII/1998) fue atleta en los noventa. La velocista de Antigua y Barbuda estuvo en los Juegos de Barcelona’92 en los 400 metros, aunque cayó en las rondas preliminares con un tiempo de 55s48. El chaval creció en Canadá y se trasladó a EE.UU. para cursar el instituto en Chattanooga. De ahí le reclutó la universidad de Kentucky donde solo estuvo un curso antes de saltar a la NBA. “Cada uno tenemos nuestros dones”, explicó el hijo sobre su elección. Siete años después, es el campeón.
El ejemplo de su madre atleta
Su madre fue olímpica en Barcelona’92 en los 400 metros. “Cada uno tenemos nuestros dones”, dice el hijo
En el primer cuarto llegó el momento clave del séptimo partido de la final, cuando cayó lesionado Haliburton, la estrella de los Pacers. Se llevaban siete minutos cuando el base visitante se desplomó al notar que le fallaba la pierna derecha: se había roto el tendón de aquiles. Haliburton, que llevaba tres triples en el arranque (18-16), quedó tendido, llorando y golpeando con rabia el parquet.
El primer jugador de los Thunder en acercarse fue Gilgeous-Alexander. “Se me cayó el alma a los pies por él. No me imaginaba que en el partido más importante de mi vida pasara algo así. Me dio mucha pena. Mis oraciones están con él. Es un jugadorazo”, explicó sobre su rival.
Shai, imagen de la marca Converse, es un rey atípico en un baloncesto en el que cada vez se lanza de más lejos. Solo anotó 8 triples en los siete partidos de la final. Es su ley.
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