Muy poco después de que Israel asesinara el viernes a la cúpula de la Fuerzas Armadas iraníes, el líder supremo, Ali Jamenei, anunció el reemplazo de quienes también eran algunos de sus principales asesores militares. Entre ellos, el mayor general de la Guardia Revolucionaria, Ali Shadmani, que pasaba a ser el nuevo jefe del cuartel general de Khatam-al Anbiya, el gran conglomerado económico de esta fuerza militar, que se creó en el contexto de la guerra con Irak para dar liderar proyectos de construcción e ingeniería militar.
El Tsahal podría no estar tocando al ejército iraní pensando en una eventual transición
Muy poco después de que Israel asesinara el viernes a la cúpula de la Fuerzas Armadas iraníes, el líder supremo, Ali Jamenei, anunció el reemplazo de quienes también eran algunos de sus principales asesores militares. Entre ellos, el mayor general de la Guardia Revolucionaria, Ali Shadmani, que pasaba a ser el nuevo jefe del cuartel general de Khatam-al Anbiya, el gran conglomerado económico de esta fuerza militar, que se creó en el contexto de la guerra con Irak para dar liderar proyectos de construcción e ingeniería militar.
Con la desaparición de sus compañeros de armas, Shadmani también se convertía en uno de los integrantes más veteranos de esta fuerza y por consiguiente en una de las personas en las que el líder supremo puede confiar más a nivel militar después de las pérdidas de los últimos días. Pero Israel está dando pistas de que busca seguir la misma táctica utilizada en la guerra de Líbano, cuando no solo asesinó al líder de Hizbulah, Hasan Nasralah, sino a quien lo reemplazó. Lo mismo hizo con muchos otros cargos militares.
Israel busca debilitar al máximo esta fuerza militar creada durante la guerra contra Irak por el ayatolá Jomeini
Con esta estrategia logró disminuir la influencia y poder político y militar de esta agrupación que Irán consideraba uno de los pilares de su defensa.
Con el asesinato ayer de Shadmani en Teherán, Israel confirma que no solo busca destruir los programas nucleares y de misiles, sino debilitar al máximo esta fuerza militar creada en el marco de la guerra por el ayatolá Jomeini y que con los años pasó a ser la institución más poderosa del país. Su misión es proteger a la República Islámica y al líder supremo, de quien recibe órdenes directas.
Con los años, la Guardia Revolucionaria también conocida como Sepah Pasdaran , relegó a segundo plano al ejército regular, conocido como Artesh. Pasaron a tener divisiones navales y áreas al tiempo que sus tentáculos se extendieron a todo los campos de la nación. Están relacionados con el cuidado de las fronteras, la protección de las instalaciones nucleares, la represión de las protestas, la construcción de represas, el sector financiero, el programa de misiles… en fin, su poder pasa por todo. “Ellos tienen muchas figuras en la sombra que guardan perfiles más bajos, pero esto que ha pasado en los últimos días ha sido un gran golpe para ellos. No solo por las pérdidas de algunos de sus hombres con mayor experiencia sino porque demuestra hasta qué grado estaban infiltrados”, explica un economista iraní que continúa en Teherán y que sigue muy de cerca los acontecimientos del país.
Las pérdidas de los últimos días han afectado a gran parte de las divisiones de esta fuerza. Sus fotos adornan las avenidas de Teherán y se les da tratamiento de mártires. Estos incluyen al comandante en jefe, Hosein Salami, a su comandante adjunto, al jefe del departamento de inteligencia y a siete integrantes de la división aeroespacial, incluido el brigadier general Hajizadeh, quien lideró en los últimos años el programa de misiles y de drones. Los mismos que Rusia usa para atacar sistemáticamente territorio ucraniano.
“Empezaron como milicianos que defendían el país, con una gran ideología detrás. En muchos campos han logrado avances importantes, como los misiles. Pocos nos imaginamos que pudieran estar haciendo el daño que vemos actualmente”, asegura un escritor que siendo muy joven peleó en la guerra contra Irak y fue testigo del surgimiento de la Guardia.
Entre el grupo de los altos cargos asesinados el pasado viernes también estaba Mohammad Hossein Bagheri, comandante en jefe de las Fuerzas Armadas y también guardia revolucionario. Para sorpresa de muchos, Bagheri fue reemplazado por Sayyid Abdolrahim Mousavi, comandante del Ejército. Y es que si bien esta institución agrupa a la Guardia, al Ejército y a la Policía, siempre había estado bajo la dirección de un comandante de los Pasdaran .
“No sé si empiezan a escasear los comandantes con experiencia en sepah opiensan que, al ser parte del ejército, lo protege más”, dice el escritor, añadiendo que tiene el sentimiento de que Israel no toca el ejército pensando en una eventual transición de poderes si caen las autoridades de la República Islámica, “eso parece ser su finalidad. Yo no creo que lo vayan a lograr”, afirma.
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