La guerra entre Israel e Irán entra en su segunda semana sin indicios de que el conflicto sea breve. Los misiles volvieron a cruzar el cielo de ambos países, mientras el gobierno de Masoud Pezeskhian anunciaba que no debatirá el futuro de su programa nuclear mientras continúen los ataques. El Ejército israelí anunció una nueva ronda de bombardeos en diferentes puntos de Irán, que tuvieron como objetivo plantas de producción de misiles, un centro de investigación vinculado al desarrollo de armas nucleares en la capital y otras instalaciones militares en el oeste y el centro de Irán.
Los misiles iraníes hirieron a cuarenta personas en la ciudad israelí de Haifa
La guerra entre Israel e Irán entra en su segunda semana sin indicios de que el conflicto sea breve. Los misiles volvieron a cruzar el cielo de ambos países, mientras el gobierno de Masoud Pezeskhian anunciaba que no debatirá el futuro de su programa nuclear mientras continúen los ataques. El Ejército israelí anunció una nueva ronda de bombardeos en diferentes puntos de Irán, que tuvieron como objetivo plantas de producción de misiles, un centro de investigación vinculado al desarrollo de armas nucleares en la capital y otras instalaciones militares en el oeste y el centro de Irán.
Las autoridades persas aseguraron que Israel atacó durante la madrugada del viernes un hospital en Irán, el tercero alcanzado por los misiles israelíes desde que comenzó la ofensiva “León Naciente”. Según ellos, seis ambulancias y un centro de salud integral “también fueron brutalmente atacados por el enemigo sionista”, así como un centro de educación en Bostanabad, en el noroeste del país. Menos de un día antes, el ministro de Defensa, Israel Katz, acusó al régimen de los ayatolás de cometer “crímenes de guerra” por el lanzamiento de un misil contra un complejo hospitalario en Beer Sheva, en el sur del país.
Katz ha ordenado intensificar los ataques contra “símbolos del régimen” en Teherán
Según la Agencia de Noticias de Activistas de Derechos Humanos (Hrana), con sede en Estados Unidos, más de 639 iraníes han fallecido desde el inicio de la contienda, incluidos altos mandos militares y científicos nucleares. Las televisiones iraníes anunciaron la detención de un “agente” del Mossad, la agencia de inteligencia israelí, que supuestamente enviaba información sobre defensas aéreas iraníes a Israel mediante WhatsApp.
En Israel, una andanada de al menos treinta misiles atravesó pasado el mediodía las avanzadas defensas antiaéreas y se reportaron impactos en el sur, centro y norte del país. Hubo cuarenta heridos, según el diario Haaretz.
Según el ministerio de Exteriores, “un misil impactó cerca de una mezquita” en la ciudad portuaria, clave para la infraestructura y la industria israelí.
Mientras ambos países esperan la decisión de Estados Unidos, que valora entrar en la guerra, funcionarios occidentales y regionales sugirieron que Israel intenta desmantelar el gobierno del líder supremo Ali Jamenei. El ministro Katz afirmó que ha ordenado intensificar los ataques contra “símbolos del régimen” en Teherán con el objetivo de desestabilizarlo. Según medios iraníes, diversos grupos opositores iraníes sostienen que su momento se acerca, pero activistas que participaron en protestas anteriores afirman que no quieren iniciar revueltas masivas mientras bajo el fuego. A pesar del corte de internet masivo en el país, se reportaron manifestaciones en varias ciudades, describiéndolas como marchas de “furia y victoria” y de “solidaridad y resistencia”.
En Líbano, Hizbolah acusó a Estados Unidos de lanzar amenazas de “imprudentes y necias” y afirmó que “tendrán consecuencias desastrosas”.
La milicia chií, derrotada por Israel el pasado noviembre, no se ha pronunciado aún sobre si se unirá a sus aliados iraníes en el conflicto.
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