La semana pasada visitó Directo al grano Javier Ruiz, presentador de Mañaneros 360, y lanzó duros golpes contra los competidores, contra los partidos de derechas y de ezxtrema derecha y contra todo el que quiso. Esta tarde, le tocó el turno a Jesús Cintora. Nada que ver con su predecesor. Cintora, conductor de Mala Lenguas, mostró un lado emocional desconocido para el espectador Leer La semana pasada visitó Directo al grano Javier Ruiz, presentador de Mañaneros 360, y lanzó duros golpes contra los competidores, contra los partidos de derechas y de ezxtrema derecha y contra todo el que quiso. Esta tarde, le tocó el turno a Jesús Cintora. Nada que ver con su predecesor. Cintora, conductor de Mala Lenguas, mostró un lado emocional desconocido para el espectador Leer
Directo al grano ha introducido en el programa una sección cada lunes en la que determinados presentadores de RTVE se sientan en el programa para hablar de los temas de actualidad, del éxito de sus formato y para contestar a todas las críticas que no pueden responder en sus programas. El lunes pasado fueJavier Ruiz, presentador de Mañaneros 360, el que inauguró esa primera entrevista a presentadores. Fue una entrevista dura donde el Javier Ruiz no tuvo reparo en cargar contra las cadenas rivales, contra los partidos de derecha y extrema derecha, contra los críticos, contra todo aquel que en algún momento haya puesto en un brete a RTVE. Este lunes le tocó el turno a Jesús Cintora. Un tono muy diferente al de su predecesor marcó una entrevista en la que el presentador de Malas Lenguas sorprendió a los espectadores al romperse en directo mientras recordaba sus orígenes.
Marta Flich y Gonzalo Miró sentaban en el silloncito de Directo al grano a Jesús Cintora, tal vez, pensando que se encontrarían a otro Javier Ruiz que tantos titulares dio la semana pasada. Sin embargo, Cintora no iba a abrir más guerras ni lanzar más ataques, sino más bien todo lo contrario. Para cada pregunta que podía haber tenido como respuesta un ataque Cintora intentó mantener la calma. Sólo se salió de la norma y señaló, sin nombre y apellidos, pero señaló cuando le preguntaron por los bulos.
Marta Flich le preguntaba si conseraba que el periodismo «estaba comprometido» y Jesús Cintora tiraba de ejemplo para asegurar que «el periodismo es muy necesario». Ponía de ejemplo las semanas de después de la DANA, de la que mañana se cumple un año, y recordó como «no tanto escuchamos bulos como que no estabas ocultando muertos, y se dijeron en programas de mucha audiencia». Sin decir a qué programa o a quién se refería era Gonzalo Miró el que mientras continuaba respondiendo Jesús Cintora asegura «como el del parking de Bonaire». Sin dar el nombre de Horizonte ni de Iker Jiménez, el programa y el presentador quedaban señalados.
«El bulo tiene su punto de atracción y como éste hay unos cuantos y hay que intentar desmontarlos», afirmaba después Cintora. De hecho, era después mientras hablaba de los bulos y de la labor de él como presentador cuando Jesús Cintora volvía otra vez sobre el tema: «Hay que explicar lo que ocurre con naturalidad y sencillez. Yo no tengo la verdad absoluta de nada, pero lo que pasa es lo que pasa, si llueve, llueve y si llueve menos, llueve menos. Ese prisma misterioso de contarte lo que nadie te cuenta puede atraer espectadores, pero es algo de sentido común».
Cintora, al contrario que el lunes pasado Ruiz, sí que aseguró que «tiene que haber periodistas y periodistas». Es decir, «tiene que haber diferentes líneas editoriales, tenemos que acompañar, pero luego tenemos que ser honestos. Puede haber un prisma liberal, comunista, anarquista, socialdemócrata… pero honesto«.
Sin embargo, el momento que más sorprendió de Jesús Cintora fue cuando Marta Flich le preguntó cuándo decidió ser periodista. Acostumbrado el espectador a verle siempre enzarzado en discusiones políticas -como por ejemplo la que vivió la semana pasada con Pablo Iglesias cuando éste le acuso de ser un presentador «dictador»-, fue sorprendente ver cómo Cintora se emocionaba al recordar su infancia en Soria.
«Explicar lo que yo he hecho se explica de dónde vengo», afirmaba. «Mi abuela florencia que tuvo 12 hijos, el último con Sindrome Down…», quiso continuar el presentador de Malas Lenguas sin poder hacerlo. Cintora se tomó unos segundos para poder contener las lágrimas. «Es que siempre que hablo de mis orígenes me emociono», advertía a Flich y Miró.
Tras unos segundos de impass, Cintora pudo continuar relatando que «eran hijos que se dedicaban al campo y la agricultura». «Mi abuelo por parte de madre se tuvo que ir a Francia a trabajar después de la guerra. Mi madre me ha contado que comían un huevo entre tres hermanos. Es la tierra de donde vengo. Mi abuelo era peón por parte de madre y por parte de padre yo era el hijo de cochiquero. Mi abuelo se llamaba Jesús y se dedicaba a los cerdos, mi padre se llama Jesús y también se dedicaaba a los cerdos y yo me llamo Jesús y muchas veces pienso que he seguido con el legado porque hay cerdos de cuatro patas, pero también de dos«, dijo entre risas.
«En mi casa no se leía. Mi primer libro fue Fray Perico y su borrico. Di con una buena escuela y buen profesor de Literatura que envió mis primeros artículos al periódico local para que los publicaran», recordó Cintora. Tal vez, por eso, cuando Miró y Flich le mostraron las imágenes de los duros enfrentamientos que ha vivido en Malas Lenguas con algunos colaboradores, Cintora no quiso abrir ninguna guerra. Ni tampoco cuando Miró le preguntó si él era más de «motosierra o lanzallamas» en referencia a las palabras de un diputado de Vox respecto a RTVE. Jesús Cintora tiró de diplomacia y se limitó a asegurar que «yo soy más de palabra».
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