Olvidado el lustre de la histórica campaña anterior, Montilivi volvió a ser este domingo, en la 48.ª edición del Trofeo Costa Brava, el hogar de un Girona irregular y más mundano, sufridor en el mercado de fichajes, aún con deberes por hacer, pero aún agarrado a ese fútbol ofensivo que tanto enorgullece a los ‘gironins’. El equipo de Míchel, garante de esa idea de juego desde hace cuatro años, se presentó ante su afición con un buen triunfo ante el Wolverhampton inglés (2-1) gracias a los goles de Yangel Herrera y Joel Roca, de bella factura.
El Girona gana la 48.ª edición del Trofeo Costa Brava gracias a los goles de Yangel Herrera y el canterano
Olvidado el lustre de la histórica campaña anterior, Montilivi volvió a ser este domingo, en la 48.ª edición del Trofeo Costa Brava, el hogar de un Girona irregular y más mundano, sufridor en el mercado de fichajes, aún con deberes por hacer, pero aún agarrado a ese fútbol ofensivo que tanto enorgullece a los ‘gironins’. El equipo de Míchel, garante de esa idea de juego desde hace cuatro años, se presentó ante su afición con un buen triunfo ante el Wolverhampton inglés (2-1) gracias a los goles de Yangel Herrera y Joel Roca, de bella factura.
El proyecto del club pasa por sumar años en Primera y expandir su masa social por la provincia. Por ello, se estrenó la tercera equipación azul dedicada a su costa y al resto de comarcas con la letra G, logo del ‘orgull gironí’, en lugar del escudo. La elástica lució más que los fichajes Rincón y Lemar. El francés debutó en el tramo final pero no destacó y el lateral se retiró tras un golpe en la cara.
Rincón se retiró con un golpe en la cara y Lemar debutó pero no destacó
El once solo tuvo la cara nueva del canterano Joel Roca. La puesta en escena local fue engullida por la presión del equipo de la Premier. Sometido de primeras, el Girona respiró con transiciones. Fue a la media hora cuando los gironins gozaron de la posesión, pero solo rondaron el gol a balón parado. Ni Stuani, ni Krejci, ni Solís remataron a puerta entre un mar de piernas.
Tras la reanudación, sí acertó Yangel Herrera, llegando desde atrás, a rematar un centro de Arnau. El Girona enlazó sus mejores minutos tras el gol y Joel Roca aprovechó el escenario para firmar una obra de arte: un chut con rosca desde fuera del área que entró por la escuadra. Golazo. La fiesta en Montilivi siguió con la entrada de Rincón, pero a partir de ahí los de Pereira crecieron. Un regalo de Antal hizo que Gazzaniga realizara un paradón a Larsen. El meta se volvió a lucir a cabezazo de Mosquera y ya no pudo hacer nada ante en el gol de Arias tras una pared por el centro.
Los problemas se multiplicaron, de vuelta al banquillo un mareado Rincón. El Girona sufrió y aguantó con un once de circunstancias en el penúltimo envite de la pretemporada. Contra el Nápoles, antes de descorchar la temporada, quizá la plantilla tenga más novedades.
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