El pasado jueves, Movistar Plus + estrenó una de sus nuevas apuestas de ficción, El Centro, serie protagonizada por Juan Diego Botto, Elena Martín Gimeno, Elisabet Casanovas, Clara Segura o Tristán Ulloa, entre otros, que narra lo que ocurre tras los muros del CNI, incluyendo una historia de traición entre agentes. Charlamos con los actores sobre cómo ha sido entrar en lo más secreto del Estado Leer El pasado jueves, Movistar Plus + estrenó una de sus nuevas apuestas de ficción, El Centro, serie protagonizada por Juan Diego Botto, Elena Martín Gimeno, Elisabet Casanovas, Clara Segura o Tristán Ulloa, entre otros, que narra lo que ocurre tras los muros del CNI, incluyendo una historia de traición entre agentes. Charlamos con los actores sobre cómo ha sido entrar en lo más secreto del Estado Leer
El Centro está ambientada en la actualidad, pero con ecos de la Guerra Fría, ya que es un thriller de espionaje que se adentra en el desconocido universo del Centro Nacional de Inteligencia. Los espectadores pueden ver desde el pasado jueves cómo la trama arranca con un asesinato que destapa una operación internacional de los servicios de Inteligencia rusos, liderada por el enigmático agente ruso Volkov, y lleva a los miembros del CNI a una carrera contrarreloj para desmantelarla, al mismo tiempo que intentan descubrir a un traidor entre sus filas.
«Cuando me hicieron la propuesta para participar en la serie me mandaron los dos primeros capítulos y me resultó muy interesante. Había algo de la propuesta que me cautivó porque soy admirador del cine de espías», explica Juan Diego Botto, que da vida a Vicente Alfaro, alias Michelín, el jefe de la Contrainteligencia Rusa.
«No tanto la parte de acción que puedan tener, que quizá me interese menos, sino por las tramas, que son como un puzzle que tienes que ir armando, que vas, como espectador siguiendo la complejidad, que no terminas de adivinar. Ese tipo de complejidad me hace disfrutar mucho como espectador. Y esta serie lo tenía», añade.
El actor también destaca sobre El Centro que la ficción no retrata a unos agentes de inteligencia con traje y pajarita tomando un Martini como suele imaginarse el público a los espías, tipo James Bond. A Michelín y al resto de personajes de la serie de Movistar Plus+ «les ves comiendo churros en la trastienda de una lavandería»: «Lo hemos hecho con un naturalismo local, con una suerte de verosimilitud para que el espectador diga ‘bueno, esto me lo puedo creer’. No son tipos que destaquen particularmente por nada, podría ser mi vecino de arriba perfectamente».
Clara Segura, interpreta a Aitana Huarte, la directora de Inteligencia, también quedó cautivada con los primeros guiones de la serie hasta tal punto de aceptar el papel: «Me ha aportado una nueva visión de cómo yo veía el mundo del servicio de inteligencia, porque es cierto que tienes la referencia, quieras o no, del MI5 (Servicio de Seguridad del Reino Unido) o de la CIA (Servicio de Inteligencia Exterior de Estados Unidos), y no tenías los que podían ser mucho más parecidos a ti en España», explica.
«Creo que hay algo, como una sensación de tener que ocultar tu profesión o que te pongas una máscara para tu trabajo o para tu vida, muy atractivo para interpretar. Creo que como actriz o persona que se dedica a la interpretación y como muchas compañeras y compañeros, siempre nos hemos fijado en la vida del personaje para hacerlo», apunta.
No podía faltar en la trama una periodista, a la que da vida Elena Martín. Su personaje, Elsa Díaz, es una reportera de guerra que se ve involucrada en la trama de Volkov personal y profesionalmente. «Hacía tiempo que quería interpretar a una periodista y lo he conseguido, el siguiente paso es hacer de política», señala entre risas. «Siempre he estado actuando en películas de cine autor y me apetecía cambiar de registro, hacer una serie…», añade.
Los tres intérpretes se sorprendieron mucho al leer la historia y descubrir todo lo que tiene que hacer un agente del CNI para ocultar, precisamente, que se dedica a esa profesión por su seguridad y por la de los que le rodean. «Tuvieron la generosidad de invitarnos a entrar en parte de las instalaciones de la sede del CNI en Madrid y lo primero en que fijé fue en cómo se vestían que ropa llevaban, refrendando su normalidad, caras que podrías ver en el metro», recuerda Botto.
No obstante, una de las cosas que más sorprendió al actor fue que les contaron que cuando esos agentes empezaban una relación con alguien, no le podían contar en qué trabajan, que cuando tienen un hijo, durante muchos años, no le revelan a qué se dedican realmente hasta que no tienen la garantía de que puede saber guardar el secreto y no contarlo. Que pueden estar casados durante años y que su pareja no sepa a qué se dedican…
«Lo mismo con las amistades… Eso va construyendo una personalidad, un carácter donde te vas retrayendo más, eres un tipo más impermeable, tus relaciones se van centrando en la gente en la que sí puedes confiar, en la que sí conocen tus secretos, pero incluso dentro de tus compañeros hay información que no puedes compartir, con lo cual eso va moldeando personalidades que, de alguna manera, son muy herméticas. Y eso fue clave para mí a la hora de construir un personaje», afirma Botto.
Martín, desde el punto de vista periodístico, destaca que para ella fue muy interesante la fase antes de rodar, porque, a partir de los ensayos, tuvo la oportunidad de conocer a una corresponsal de su edad (33 años), ya que el director definía a Elena Martín como una periodista con mucha experiencia a sus espaldas, «una tía que sabe lo que hace», afirma la actriz.
«En su profesión ha visto como tenía que desplazarse a lugares en los que realmente corría peligro, sitios de los que mucha gente quiere huir, y ella va. Es algo que me fascinaba muchísimo y necesitaba entender qué tipo de persona era y conocí a Cristina Solias, que ahora es corresponsal en Moscú de TV3, y sentí la pasión que ella me transmitía solamente al hablar de lo que hacía. Entendí que realmente hay algo muy poderoso al estar en los lugares en los que están sucediendo cosas que son importantes», señala la intérprete.
Los personajes de Clara Segura y Juan Diego Botto en El Centro viven una doble vida y hemos querido saber si tanto ellos como su compañera, Elena Martín Gimeno, serían capaces de vivir así y, por tanto, si son buenos guardando secretos como hacen sus personajes en la serie.
«Yo soy buenísima guardando secretos porque me olvido, lo de la doble vida… no creo que la pudiera llevar, soy muy transparente», afirma Martín Gimeno. Su compañera comenta que «me he llegado a plantear si hay algún punto de conexión entre los intérpretes y la gente del CNI, porque nosotros también nos ponemos una máscara para dar vida a alguien«.
Por último, Botto admite que él no podría: «A lo mejor podría, pero no querría. Me parece un sacrificio muy importante llevar una doble vida como la llevan ellos. Tienes que estar muy convencido de que lo que haces sirve a un bien mayor y que vale la pena, porque es mucho lo que estás entregando. Es la imposibilidad de tener una intimidad profunda con un montón de gente que es importante para ti». Respecto a los secretos… «soy muy bueno guardándolos», concluye sonriendo.
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