Tras dos meses consecutivos de bajadas en los precios de compra de materias primas y de venta de productos finales, ambas categorías están ahora de nuevo al alza Leer Tras dos meses consecutivos de bajadas en los precios de compra de materias primas y de venta de productos finales, ambas categorías están ahora de nuevo al alza Leer
El sector manufacturero español experimentó en julio el mayor aumento de nuevos pedidos en lo que va de año, lo que elevó su producción y sus ventas, pero las compañías sufrieron una subida de los precios de los insumos: las materias primas, maquinaria o herramientas que utilizan para producir se encarecieron por primera vez en dos meses, un incremento de precio que los proveedores achacaron a los aranceles.
El 12 de marzo de este año entraron en vigor en Estados Unidos los aranceles del 25% a la importación de acero y aluminio y el 4 de junio estos se duplicaron hasta el 50%. Estas tarifas se suman al 10% universal que se aplica desde abril a cualquier producto europeo que cruce el Atlántico y que ahora pasará a ser del 15%, tras el acuerdo alcanzado entre ese país y la Comisión Europea.
Estas medidas y, sobre todo, la incertidumbre en cuanto a su aplicación definitiva, han llevado ya a algunos fabricantes en España a subir sus precios. «En julio, se informó que los aranceles fueron un factor inflacionista, y algunos proveedores comentaron que los utilizaron como motivo para subir los precios de los insumos. Por primera vez en tres meses se ha registrado una inflación de los precios de los insumos, aunque la subida general fue relativamente moderada en comparación con el promedio de la encuesta. Las empresas intentaron trasladar el aumento de los costes a los clientes siempre que fue posible, y los precios cobrados aumentaron en julio, aunque solo levemente», recoge el índice PMI, publicado este viernes, que realiza S&P a partir de encuestas a gerentes de compras de las principales empresas del país.
Este indicador adelantado se considera uno de los más útiles para anticipar cómo se va a comportar la economía de un país, por lo que esta subida de precios temprana podría ser el preludio de las tensiones inflacionistas que va a generar el nuevo escenario comercial a nivel mundial.
«La dinámica de los precios cambió en julio. Tras dos meses consecutivos de bajadas en los precios de compra y de venta, ambas categorías están ahora de nuevo al alza. Este hecho probablemente esté relacionado con las medidas arancelarias que están interrumpiendo las cadenas de suministro internacionales y ejerciendo presión al alza en los precios. En consonancia con esto, los plazos de entrega de los insumos también se están alargando. Los encuestados afirman que están trasladando al menos parte del aumento de los costes a los consumidores finales a través de precios más altos», explicó Jonas Feldhusen, economista del Hamburg Commercial Bank, que elabora la encuesta junto a S&P.
El índice obtuvo su mejor puntuación en España: se situó en 51,9 puntos, medio punto más que en junio, y holgadamente por encima de la frontera de 50 puntos que delimita la diferencia entre la contracción y la expansión del sector. En Alemania bajó a 50,6 puntos, frente a los 51,9 de junio, su mínimo de los últimos cinco meses; mientras que en Francia e Italia se situó en terreno contractivo: 48,2 puntos en Francia, una décima mejor que en junio, y 49,8 en Italia, 1,4 puntos más que en el mes anterior.
En ninguno de estos tres países las empresas del sector detectaron subidas de precios ante los aranceles, por lo que las compañías españolas han sido las únicas que o bien han aprovechado la incertidumbre para subir sus precios o bien han sido las más previsoras.
En conjunto, en la zona euro el índice se situó en 49,8 puntos, en terreno negativo, aunque mejor que en junio (49,5); de hecho, fue su máxima puntuación de los últimos tres años.
Frédéric Leroux, miembro del Comité de Inversión de la gestora de fondos francesa Carmignac y especialista en inflación, explica a EL MUNDO que «al fin y al cabo, los aranceles son inflación, porque significan menos comercio mundial y porque crean cuellos de botella en las cadenas de suministro», por lo que cree que son una de las razones por las que el mundo se va a adentrar en una nueva etapa inflacionista que durará más de una década.
«En el pasado hemos tenido tendencias estructurales que han dado forma a la desinflación durante cuatro décadas consecutivas. Y ahora vemos que lo estructural se está revirtiendo casi al mismo tiempo, lo que probablemente proporcionará un impulso a la inflación al menos en los próximos 10 a 15 años. No significa que pasaremos de una inflación del 0% al 20%, significa que volvemos a entrar en un periodo de inflación sin necesidad de que ayude el ciclo económico», advierte.
Este experto señala que EEUU siempre va primero y la UE le sigue, con un desfase de unos seis meses. En este sentido, cree que «en algún momento de este año, deberíamos ver en EEUU el inicio de la segunda ola de inflación, debido a que ya no hay inmigración, por lo que no hay mano de obra disponible; al hecho de que tendremos los primeros efectos de los aranceles comerciales, y también porque, fundamentalmente, el crecimiento estadounidense es muy resistente». «Veremos las mismas razones para la inflación que tuvimos hace tres años. Probablemente a menor escala, pero sí». Esta oleada se extenderá después a Europa y España no saldrá indemne: «Veremos que el 2% no solo es un soporte, sino probablemente el punto de partida de algo que irá a más. España no escapará a esta mayor inflación, especialmente porque el crecimiento es más fuerte que en muchos otros países de Europa».
Actualidad Económica // elmundo