La irrupción de las energías renovables ha supuesto en cambio paradigmático en la sociedad; en su forma de consumir, en su manera de vivir. Esta transición ecológica hacia un modelo de desarrollo sostenible suma consensos al disponer de un amplio apoyo de los diferentes sectores implicados. Si bien, este auge y por tanto su crecimiento han carecido de una ordenación lógica y las administraciones no han contado con suficiente margen de maniobra para implementar sus políticas públicas sobre el territorio.Con el objetivo de dotar a Andalucía de mejores y actualizadas herramientas en el desarrollo territorial nace el POTA (Plan de Ordenación del Territorio de Andalucía) . La actual normativa está vigente desde el año 2006, obsoleto 20 años después ante la transformación internacional en materia energética. Una versión preliminar se somete hoy a información pública por un periodo de 45 días una vez que se publique en el BOJA. La Junta abre el debate con las administraciones y los agentes económicos y sociales con la firme disposición de forjar en base a acuerdos este nuevo proyecto.El POTA pone límites. Entre sus novedades, establece una serie de directrices para que los instrumentos territoriales y urbanísticos ordenen la instalación de las energías renovables. Es clave el equilibrio . Que sea compatible con los valores ambientales, culturales y paisajísticos, además de impulsar sectores como la agricultura, culminando con el crecimiento natural de las ciudades.En el caso de las plantas fotovoltaicas, se fijará una distancia de al menos un kilómetro con respecto a los núcleos urbanos, a los espacios naturales protegidos y a los bienes de interés cultural (BIC). «Andalucía es un referente nacional en el camino hacia la transición y la autonomía energética», ha señalado la consejera de Fomento, Rocío Díaz, pues se trata de una regulación para ordenar de manera equilibrada el territorio. Renovables con límitesA su vez, el documento recoge una ordenación integral de las infraestructuras de movilidad que vertebran Andalucía (carreteras, ferrocarril, áreas logísticas, puertos y aeropuertos), otorgándole especial preponderancia al tren por ser una alternativa eficaz para la movilidad de viajeros y mercancías.El POTA se detiene en cuestiones de elevado interés tanto paisajístico y medioambiental como territorial y económico. Establece unos criterios comunes de ordenación para el litoral, con determinaciones que frenen la formación de nuevas agrupaciones irregulares de viviendas en la costa y para reducir el impacto de las existentes.Por último, se piensa establecer una red de espacios de valor ecológico para mantener la biodiversidad y las funciones ecosistémicas del territorio. Están insertos espacios naturales protegidos , paisajes de interés, corredores fluviales y vías pecuarias, entre otros más.Este plan ha contado en su elaboración con un amplio número de participantes y no está cerrado. « Tenemos la voluntad de mejorar esta primera versión» , asegura la consejera. Para ello pide «diálogo y concertación con todos los agentes implicados», a los que demanda colaboración. La irrupción de las energías renovables ha supuesto en cambio paradigmático en la sociedad; en su forma de consumir, en su manera de vivir. Esta transición ecológica hacia un modelo de desarrollo sostenible suma consensos al disponer de un amplio apoyo de los diferentes sectores implicados. Si bien, este auge y por tanto su crecimiento han carecido de una ordenación lógica y las administraciones no han contado con suficiente margen de maniobra para implementar sus políticas públicas sobre el territorio.Con el objetivo de dotar a Andalucía de mejores y actualizadas herramientas en el desarrollo territorial nace el POTA (Plan de Ordenación del Territorio de Andalucía) . La actual normativa está vigente desde el año 2006, obsoleto 20 años después ante la transformación internacional en materia energética. Una versión preliminar se somete hoy a información pública por un periodo de 45 días una vez que se publique en el BOJA. La Junta abre el debate con las administraciones y los agentes económicos y sociales con la firme disposición de forjar en base a acuerdos este nuevo proyecto.El POTA pone límites. Entre sus novedades, establece una serie de directrices para que los instrumentos territoriales y urbanísticos ordenen la instalación de las energías renovables. Es clave el equilibrio . Que sea compatible con los valores ambientales, culturales y paisajísticos, además de impulsar sectores como la agricultura, culminando con el crecimiento natural de las ciudades.En el caso de las plantas fotovoltaicas, se fijará una distancia de al menos un kilómetro con respecto a los núcleos urbanos, a los espacios naturales protegidos y a los bienes de interés cultural (BIC). «Andalucía es un referente nacional en el camino hacia la transición y la autonomía energética», ha señalado la consejera de Fomento, Rocío Díaz, pues se trata de una regulación para ordenar de manera equilibrada el territorio. Renovables con límitesA su vez, el documento recoge una ordenación integral de las infraestructuras de movilidad que vertebran Andalucía (carreteras, ferrocarril, áreas logísticas, puertos y aeropuertos), otorgándole especial preponderancia al tren por ser una alternativa eficaz para la movilidad de viajeros y mercancías.El POTA se detiene en cuestiones de elevado interés tanto paisajístico y medioambiental como territorial y económico. Establece unos criterios comunes de ordenación para el litoral, con determinaciones que frenen la formación de nuevas agrupaciones irregulares de viviendas en la costa y para reducir el impacto de las existentes.Por último, se piensa establecer una red de espacios de valor ecológico para mantener la biodiversidad y las funciones ecosistémicas del territorio. Están insertos espacios naturales protegidos , paisajes de interés, corredores fluviales y vías pecuarias, entre otros más.Este plan ha contado en su elaboración con un amplio número de participantes y no está cerrado. « Tenemos la voluntad de mejorar esta primera versión» , asegura la consejera. Para ello pide «diálogo y concertación con todos los agentes implicados», a los que demanda colaboración.
El nuevo Plan de Ordenación del Territorio y Vivienda, que se somete hoy a consulta pública, determina que las plantas fotovoltaicas estén a una distancia mínima de un kilómetro de núcleos urbanos y espacios naturales protegidos
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