“Todos preguntáis por ella”, se queja con una mueca Rachel, periodista china de la agencia de noticias Xinhua. Es cierta la insistencia de fotógrafos y periodistas, pero realmente su participación en estos Mundiales de Singapur es excepcional. Una niña de 12 años que en septiembre si fuera española empezaría a cursar Primero de la ESO enfrentándose a las gigantes musculadas de la natación, entre ellas la nueva reina Summer McIntosh, y siendo competitiva. Tanto, que en su debut ha dejado con la boca abierta a los presentes. Nadará una final, por la calle 1, este lunes en la tarde asiática.
Yu Zidi, un prodigio nunca visto, se metió en la final de los 200 estilos con un último 50 de campeona
“Todos preguntáis por ella”, se queja con una mueca Rachel, periodista china de la agencia de noticias Xinhua. Es cierta la insistencia de fotógrafos y periodistas, pero realmente su participación en estos Mundiales de Singapur es excepcional. Una niña de 12 años que en septiembre si fuera española empezaría a cursar Primero de la ESO enfrentándose a las gigantes musculadas de la natación, entre ellas la nueva reina Summer McIntosh, y siendo competitiva. Tanto, que en su debut ha dejado con la boca abierta a los presentes. Nadará una final, por la calle 1, este lunes en la tarde asiática.
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A simple vista, Yu Zidi, que comenzó a practicar este deporte porque un entrenador le vio habilidades en un parque acuático, no parece que tenga 12 años. Mide 1,63cm y pesa 48 kilos. En la zona mixta sonríe con su bañador azul turquesa, contesta a los periodistas chinos con frases largas y pelo corto. Su cuerpo es de adolescente, sus gestos de niña. Desde que se diera a conocer hace apenas unos meses, ha ganado altura y masa muscular, lo que abre otro debate de si es apropiado todo este trabajo para alguien quien hasta el pasado octubre debía viajar en el coche en un asiento especial por su edad. Para ponerlo en contexto. Todo le acontece a la velocidad de la luz.
Con una madurez que asustó, la china entró, por la mañana, con la decimoquinta marca a las semifinales de los 200 estilos (2m11s90) mostrando una consistencia en el nado y un final terrorífico. Yu Zidi hizo una buena salida, tocó tercera la posta de mariposa, su estilo favorito (27s67), pasó quinta por la espalda (1m01s86), bajó a la sexta posición tras la braza (1m41s21) y finalmente mantuvo el puesto en la serie.
Una actuación fuera de lógica en 200 estilos
Yu Zidi registró su mejor marca personal con un último 50 de campeona
No remontó posiciones pero fue la segunda más rápida de las 37 participantes en los últimos 50 con una marca de 30s69. Solamente la superó la australiana Tara Kinder con 30s66. Ese medio minuto está al alcance de muy pocas nadadoras ya adultas. Y refleja la barbaridad de entrenamiento que lleva a la espalda para dar lo mejor cuando las esfuerzas escasean.
Su mejor registro en esta prueba era 2m10s 63, pero lo batió por la tarde para meterse séptima en la final con 2m10s22. Asombroso. Por la calle 8, lejos de la carrera y sin referencias, siguió a lo suyo: fue séptima en mariposa, más lenta que por la mañana, mejoró la espalda en más de un segundo, resistió en braza y en su último 50 adelantó a tres nadadoras para marcar 30.07. Impresionante. “Mi edad actualmente es una ventaja y espero crecer y desarrollar más fuerza en el futuro”, dijo a Reuters una niña que no se puso como objetivo estos 200 estilos, sino de los 400 y los 200 mariposa. ¿Qué hará en esas pruebas?
Está claro que Singapur ya tiene carnaza para el debate y de nuevo China esté en el epicentro. En los Juegos de Londres fue Shiwen Ye, doble campeona olímpica con 15 años que nadó el último 50 de los 400 estilos como Ryan Lochte, la que inició los cuestionamientos. El prodigio de McIntosh irrumpió con fuerza con 14 y 15 años… y ya se ha visto dónde está llegando. Ahora le toca a la más precoz de todas.
En las tres pruebas de su programa, aunque en dimensiones todavía diferentes, se las verá con la nadadora del momento, la canadiense Summer McIntosh, que empezó estos Mundiales a lo grande. Con la plusmarca en la mano conseguida en este 2025, la de Toronto ganó con solvencia los 400 libre.
Su duelo con Katie Ledecky en esta prueba ha perdido emoción. La estadounidense, de 28 años y con una trayectoria impresionante, fue a rueda desde el primer 50, con una marcha más McIntosh, que a sus 18 nadó con la experiencia de una campeona. Sus 3m56s26 no están entre sus mejores registros, pero ahora mismo ella sabe jugar con los tiempos. La plata, muy celebrada en las gradas, con mucha presencia de aficionados chinos, fue para Bingjie Lie, con 3m58s21 (récord de Asia). El bronce fue para Ledecky, con 3m58s49.
Apenas 24 minutos después, se lanzó en la primera semifinal de los 200 estilos, que dominó de principio a fin. Por si alguien tenía dudas de si se recuperaría, nadó por debajo de su propio récord del mundo la posta de mariposa. Luego jugueteó a años luz de sus perseguidoras para nadar en 2m 07s. Otro oro que caerá este lunes, y por lo visto quizás con récord mundial.
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Saltaron chispas en la final del 400 libre masculina, la que siempre abre el programa acuático. El alemán Luka Maertens, que en este 2025 había reventado el legendario récord con bañador de poliuretano y vigente desde 2009 de su compatriota Paul Biedermann, y además se convirtió en el primer hombre en bajar de 3m40s (3m39s96), superó por apenas tres centésimas al australiano Samuel Short. Discreto fue el tiempo, si entendemos que ambos han nadado dos segundos por debajo en más de una vez (3m42s35). Maertens controló la prueba hasta el último 50, cuando dio un acelerón. Nadó ese parcial en 28s03, solo superado por el coreano Woomen Kim, que fue bronce.
Los relevos cerraron la jornada. Australia le ganó a Estados Unidos en el relevo 4×100 femenino en un final apretadísimo. El bronce fue para Holanda. En categoría masculina, de nuevo Australia sigue en la ola de los Juegos de París y se apuntó el título con récord de los Campeonatos y de Oceanía: 3m08s97. Le siguieron Italia y Estados Unidos. Pero este domingo solo se hablaba de la china, que le robó el protagonismo a McIntosh. Lo primero no se había visto nunca.
La natación española, un debut discreto
De Celis, récord nacional en los 100 libre
Con rebajadas expectativas llegaba la natación española a Singapur y en esa línea se desarrolló en la primera jornada. Emma Carrasco fue la única que nadó por la tarde, en las semifinales un 200 estilos que entró por los pelos. Hizo 2m12s29, igual que la eslovaca Tamara Potocka, por lo que tuvieron que cerrar la matinal con un duelo en la piscina. La nadadora que se entrena en el CAR de Sant Cugat fue más rápida, con 2m12s21. “Me quedé lejos de mi mejor marca, tendré que mejorar cosas por la tarde. Por las mañanas me cuesta más, pero la piscina es rápida”, comentó. Por la tarde, quedó fuera de la final con 2m12s49.
Laura Cabanes fue vigesimotercera en esa misma prueba (2m13s80), Nil Cadevall fue vigesimosexto en los 100 braza con 1m00s93 y el relevo 4×100 libre masculina quedó fuera de la final aunque Sergio de Celis batió en la primera posta el récord de España, con 48s23. “Es mi mejor por la mañana. No fueron las mejores sensaciones, es una pena no clasificarnos. Por la tarde hubiera estado en 47 segundos. Hay que ser positivos. En estos Mundiales mis tres compañeros son nuevos y hay nervios, no siempre sale como esperas, pero lo tomas como aprendizaje”, explicó el nadador del CN Sabadell.
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