Tener 12 años y querer que el tiempo se detenga no es nada común. Pero Faustino Oro no es un niño normal. Este argentino, que el martes sopló velas, es un prodigio del ajedrez. Lo dicen sus rivales y sus entrenadores, pero sobre todo sus resultados. Desde que la pandemia le obligó a aprender este juego, el joven Fausti, bautizado popularmente como el Messi del ajedrez , no ha parado de batir récords en poder de los mejores de la historia.
Faustino Oro, que el martes cumplió 12 años, tiene menos de cinco meses por delante para lograr ser el gran maestro más joven de la historia del ajedrez
Tener 12 años y querer que el tiempo se detenga no es nada común. Pero Faustino Oro no es un niño normal. Este argentino, que el martes sopló velas, es un prodigio del ajedrez. Lo dicen sus rivales y sus entrenadores, pero sobre todo sus resultados. Desde que la pandemia le obligó a aprender este juego, el joven Fausti, bautizado popularmente como el Messi del ajedrez , no ha parado de batir récords en poder de los mejores de la historia.
Hace unas semanas dio el primer paso para acercarse a uno de los más deseados por los ajedrecistas: Oro consiguió en el torneo Leyendas y Prodigios, disputado en Madrid, la primera norma (de tres) para ser gran maestro FIDE (GM) y ahora aspira a batir al estadounidense de origen indio Abhimanyu Mishra, que logró ese título con 12 años, cuatro meses y 25 días. El objetivo es rendir a un nivel de 2.600 de ELO en dos torneos más. El 10 de marzo del 2026 es la fecha límite. Si lo consigue será el GM más joven de la historia. Cada minuto importa.
“El nivel para lograrlo ya lo tiene, pero se tienen que dar ciertas circunstancias”, reflexiona para La Vanguardia Tomás Sosa, entrenador de Oro hasta hace unos meses. “Creo que no lo está buscando de manera desesperada. Cuando logró el título de maestro internacional –el anterior a GM y del que sí tiene el récord de precocidad- sí estaba un poquito más interesado”, resuelve.
Los logros de este joven prodigio son ya universales, no hay nadie mínimamente interesado en el deporte-ciencia que no esté al tanto de sus salvajadas. Como ganarle a Magnus Carlsen (también ha derrotado al estadounidense Nakamura, número dos a ritmo clásico y blizt o relámpago), el genio por excelencia del ajedrez, algo a lo que el propio entorno de Oro ha restado trascendencia.
En Madrid logró la primera norma de tres para ser GM en el torneo Leyendas y Prodigios
La vida de Oro ha cambiado por completo desde que durante la pandemia comenzase una historia de amor de lo más hollywoodiense. Su madre obligó a su padre a enseñarle a jugar para que parase de destrozar la casa jugando al fútbol. Solo tenía 7 años. Ahí nació la magia. Fausti empezó a mejorar de manera exponencial sin aprendizaje previo, algo tan extraordinario que cuando Sosa lo tuvo como pupilo decidió grabar todas sus sesiones para inmortalizar algo que él consideraba que el mundo no debía perderse. “Tiene un talento único o muy poco común. Le pones cualquier posición y en pocos segundos se orienta muy fácil. Cosas en las que otros grandes maestros o jugadores muy fuertes tardan unos minutos, y él lo ve muy rápidamente”, cuenta Sosa.
“Es más precoz que Carlsen –pero también que Fisher o Kasparov– y está más o menos a la altura de los logros de Gukesh, que es el último campeón del mundo (además de ser el más joven de la historia en haberlo logrado). Es un chico muy especial, claramente tiene un talento único para esto, además trabaja muchísimo y progresa muy rápido”.
Oro ha sido el mejor sub-8, sub-9, sub-10, sub-11 y sub-12 con amplia diferencia. Y ahora mismo, con 12 años, ostenta el mejor ránking ELO de cualquier niño menor de 14 años.
El talento de Oro empujó a su familia a tomar decisiones vitales muy importantes, como trasladarse desde Argentina hasta Badalona el año pasado. Aquí han encontrado el entorno ideal para pulir su talento. Pero también para protegerlo de una presión mediática que no ha parado de crecer, sobre todo desde una Argentina que mantiene una relación con él similar a la de Messi antes de ser campeón del mundo. De hecho la familia mantiene en secreto quien es su entrenador actual.
Se ha mudado de Buenos Aires a Badalona y su familia mantiene en secreto quién es su entrenador
“Va a ser gran maestro probablemente el año que viene. En dos años, quizás antes, llegará a 2.600 de ELO, lo que lo ubicaría cerca del top 100. Talento tiene, trabajo y actitud también, pero esto no son matemáticas”, termina Sosa.
Nadie podrá quitar ya a este niño la condición de jugador más joven en alcanzar el título de Maestro Internacional (solo tenía 10 años, 8 meses y 16 días y batió el récord del mencionado Abhimanyu Mishra). Pero ahora quiere, sin hacer demasiado ruido, subir un nuevo escalón en una historia que emociona en todo el mundo. Ese será solo el siguiente paso.
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