Aitana Bonmatí subió a recoger la medalla de subcampeona y la besó mientras miraba a cámara. Era su forma de reivindicar el camino y la Eurocopa que ha completado la selección. Sin título pero buena deportista y en la victoria y la derrota. Cuando bajó del estrado, la centrocampista admitió estar en shock por la final perdida y por la forma. “Sigo en shock. No tengo muchas emociones porque me he vaciado en el campo. Es duro estar en esta situación”, explicó la doble Balón de Oro, que se acordó también de la Champions que se le escapó al Barcelona en mayo en Lisboa. “Estoy muy jodida”, lamentaba.
El vestuario de España, aún en shock, saca su ambición por rehacerse
Aitana Bonmatí subió a recoger la medalla de subcampeona y la besó mientras miraba a cámara. Era su forma de reivindicar el camino y la Eurocopa que ha completado la selección. Sin título pero buena deportista y en la victoria y la derrota. Cuando bajó del estrado, la centrocampista admitió estar en shock por la final perdida y por la forma. “Sigo en shock. No tengo muchas emociones porque me he vaciado en el campo. Es duro estar en esta situación”, explicó la doble Balón de Oro, que se acordó también de la Champions que se le escapó al Barcelona en mayo en Lisboa. “Estoy muy jodida”, lamentaba.
Y es que Aitana, tan competitiva, aún le daba vueltas al penalti que le paró Hampton en la tanda. “Pido perdón por mi penalti, porque no lo he podido meter”, daba la cara de forma cruda. “Yo asumo mi responsabilidad, juego por el equipo pero también por toda la gente que nos apoya. De nada sirve si llegas a los penaltis y no marcas el tuyo”, insistía.
Tras la derrota, Tomé descarta hablar sobre su futuro: “Ahora no es algo en la que quiera pensar”
Un sentimiento simular tenía Laia Aleixandri. “Te deja la sensación de shock. Varias estamos así. Es difícil irse de aquí sin la copa, se te escapa en penaltis y duele. Cuando lo veamos con perspectiva tendremos otro discurso”, argumentaba la defensa.
Pero pronto sacó la ambición y las ganas de rehacerse y desquitarse. “Cuesta decir esto ahora pero esta selección tiene muchísimo para dar. Teníamos el objetivo de ganar esta copa pero esta selección va a tener hambre de más. Si pudiéramos jugaríamos el partido otra vez más, pero nos tocará esperar un poco más para saciar esta hambre”, confesaba, hablando desde las entrañas.
“Lo sentimos mucho por la gente nos ha apoyado”, decía una emocionada Patri Guijarro. “Hemos hecho nuestro juego y estamos orgullosas aunque ahora eso esté en el fondo del todo. Hoy estamos jodidas y mañana también. Nos veréis con a cara enrabietada pero volveremos”, prometía la mediocentro, a la que se le escapó alguna lágrima por la pena de los Juegos del año pasado y ahora de la Eurocopa. “Me hubiese encantado ganar algo con la selección y creo que aún tendré tiempo. Ojalá prontito podamos dar una alegría”. Y es que Guijarro se perdió el Mundial por sus principios.
“Es un momento duro porque creo que merecíamos más. pero esto va de marcar”, intervino la capitana Irene Paredes. “No sé si es para pedir perdón pero se te queda una fea sensación. Yo estoy orgullosa del equipo. Lo hemos dado todo y a un equipo así no se le puede reprochar nada”, defendió la defensa a su equipo.
Paredes explicó que en la tanda las compañeras confiaban mucho en el buen hacer de Cata Coll. “Sabíamos que Cata nos iba a parar un penalti como así ha sido. Y por eso es más duro”, añadió la capitana, que jugó su cuarta Eurocopa.
España lo intentó todo hasta el minuto 120 mientras “ellas estaban cómodas yendo con los penaltis”, analizaba la central vasca. “A partir del minuto 70 el partido ha sido nuestro y las veíamos cansadas. Ellas no llegaban. Nos ha faltado elegir mejor los centros y el remate. Pero ganamos y perdemos todas juntas”, decía Aitana Bonmatí, sin buscar culpables y con un mensaje de futuro. “Creo que somos un equipo capacitado para sobreponerse a las derrotas”.
Montse Tomé mucho la seleccionadora, primero con la alineación (titularidad de Athenea y suplencia de Pina) y después con los cambios, al sustituir a Alexia Putellas en el minuto 71. Pero la seleccionadora, apenada, no tenía ganas de su futuro aunque su contrato con la Federación acaba el mes que viene. “Ahora no es algo en lo que quiera pensar. Eso lo lleva mi grupo de trabajo externo. En mi cabeza está lo que había preparado y lo que ha pasado. No quiero pensar más allá”. No podía. No era el día.
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