“La manera más fácil de ahorrar dinero en nuestro presupuesto, miles de millones de dólares, es rescindir las subvenciones y contratos del Gobierno a Elon”, publicó Donald Trump el 5 de junio en su red social Truth Social. Trump contestaba al tuit que acababa de escribir Elon Musk, que criticaba el proyecto de presupuestos que defiende el presidente como “masivo, indignante, relleno de cerdo” y “una abominación repugnante”.
La agencia espacial, que depende los cohetes de SpaceX, se enfrenta a recortes masivos
“La manera más fácil de ahorrar dinero en nuestro presupuesto, miles de millones de dólares, es rescindir las subvenciones y contratos del Gobierno a Elon”, publicó Donald Trump el 5 de junio en su red social Truth Social. Trump contestaba al tuit que acababa de escribir Elon Musk, que criticaba el proyecto de presupuestos que defiende el presidente como “masivo, indignante, relleno de cerdo” y “una abominación repugnante”.
Horas después Musk replicó que SpaceX “comenzará a desmantelar su nave espacial Dragon de inmediato”. Con este tuit, la situación “se volvió realmente aterradora”, ha declarado un directivo de la NASA a The Washington Post . El vicepresidente JD Vance ha mediado para que Trump y Musk se reconcilien, informa Reuters, y ambos han hecho gestos de distensión. Pero “hay una profunda preocupación en la NASA”, ha confirmado otra fuente de la agencia. Si Trump cumpliera la amenaza de rescindir contratos con SpaceX, o Musk la de retirar la cápsula Dragon, las consecuencias serían graves para el Pentágono y catastróficas para la NASA. La Agencia Espacial Europea (ESA), de la que forma parte España, sufriría daños colaterales.
Estación espacial, futuro incierto
Las cápsulas Dragon, lanzadas por cohetes Falcon 9, también de SpaceX, son el único vehículo de transporte que tienen actualmente los astronautas de la NASA para llegar a la Estación Espacial Internacional (EEI). Podrían volver a utilizar las cápsulas rusas Soyuz, como ya hicieron entre 2011 y 2020, cuando se habían retirado los shuttles y aún no habían entrado en servicio las Dragon, algo que fue percibido como humillante en el sector espacial de EE.UU. O bien EE.UU. podría adelantar la retirada de la estación espacial, actualmente programada para 2030.
Esta decisión perjudicaría a los astronautas de la ESA, que verían reducidas sus opciones de ir al espacio; entre ellos, los españoles Pablo Álvarez y Sara García Alonso, que aún están a la espera de ser asignados a su primera misión. Un problema añadido es que SpaceX ganó el contrato para construir la nave que debe retirar la estación espacial de su órbita y hacerla reentrar de manera controlada en la atmósfera para que se desintegre sin riesgo sobre el océano Pacífico.
Regreso a La Luna con retraso
El programa Artemis de la NASA prevé volver a enviar astronautas a la Luna y establecer una base en la superficie del satélite. El regreso de astronautas a la superficie lunar, programado en este momento para 2027, debe hacerse en una cápsula Starship de SpaceX. El cohete Falcon Heavy de SpaceX, por su parte, debe lanzar componentes de la estación espacial Gateway que se construirá en órbita alrededor de la Luna a partir de 2027. El programa Artemis va con retraso y es improbable que se ejecute en las fechas previstas. Un divorcio entre la NASA y SpaceX lo retrasaría aún más.
Se desvanece el sueño de ir a Marte
Elon Musk ha defendido la idea de colonizar Marte desde que fundó SpaceX en 2002, un objetivo que Trump ha defendido. El proyecto de presupuestos de la Casa Blanca para la NASA en 2026 parece ir en esta dirección, con un aumento para la exploración marciana y recortes en el resto de programas de la agencia. Pero Trump paralizó el 31 de mayo el nombramiento como director de la NASA de Jared Isaacman, un aliado de Musk que compartía la idea de priorizar la exploración de Marte. Además, los presupuestos de la Casa Blanca proponen cancelar misiones científicas al planeta rojo necesarias para preparar hipotéticas misiones tripuladas.

SPACEX / Europa Press
El único cohete candidato a enviar tripulaciones a Marte es el Starship de SpaceX, que lleva nueve lanzamientos, todos ellos terminados en accidentes. Tampoco están resueltos los problemas técnicos que imposibilitan el viaje interplanetario en este momento, ni hay presupuesto para resolverlos: cómo garantizar la seguridad de los astronautas durante los siete meses de viaje a Marte, cómo aterrizar sin estrellarse en una atmósfera con una densidad del 2% de la terrestre, cómo sobrevivir durante meses en el planeta o cómo volver a despegar para regresar a la Tierra.
Misiones científicas canceladas
La Casa Blanca propone recortar el presupuesto de la NASA un 24% en 2026, reduciéndolo de 24.800 a 18.800 millones de dólares. El programa científico es la víctima principal, con un recorte del 47% y 41 misiones canceladas -algunas en curso, otras programadas-. Entre ellas, misiones de observación de la Tierra que monitorizan la biosfera y el cambio climático, así como dos grandes misiones conjuntas con la ESA para traer rocas de Marte a la Tierra y para explorar ondas gravitacionales. De aprobarse la propuesta de la administración Trump, presentada en mayo, el personal de la NASA se reducirá un 32% en 2026, de 17.391 a 11.853 trabajadores. El posterior rifirrafe entre Trump y Musk ha agravado el desánimo en la agencia.
Misiones militares amenazadas
También el Departamento de Defensa de EE.UU. tiene dependencia de SpaceX. Necesita los cohetes Falcon para lanzar satélites militares y la red de satélites Starlink para comunicaciones militares. Por otra parte, Trump anunció el 20 de mayo la construcción del sistema de defensa antimisiles Golden Dome (Cúpula Dorada) para “acabar para siempre con la amenaza de los misiles contra el territorio estadounidense”. Según Trump, el sistema estará operativo antes del final de 2028 y costará 175.000 millones de dólares. Solo SpaceX, compañía hegemónica en el sector espacial, puede ofrecer alguna expectativa de completar el proyecto con el calendario y el presupuesto previstos.
La Casa Blanca busca alternativas a SpaceX
Varias compañías aeroespaciales han sido contactadas en los últimos días para evaluar cuándo podrán ofrecer sus servicios al gobierno, ha informado The Washington Post. Los cohetes que podrían competir con los Falcon de SpaceX incluyen el New Glenn de Blue Origin, la compañía de Jeff Bezos , que solo se ha lanzado una vez; el Vulcan de United Launch Alliance, que se ha lanzado dos veces; o el Neutron de RocketLab, que no se ha lanzado ninguna. Para enviar astronautas al espacio sin depender de las cápsulas Dragon de SpaceX se están desarrollando la Starliner de Boeing (que funcionó mal en su primer y único lanzamiento y obligó a sus dos tripulantes a quedarse ocho meses en la estación espacial) o la Dream Chaser de Sierra Space (que aún no ha entrado en servicio). Ninguna de estas compañías puede sustituir a SpaceX a corto plazo.
Cómo penalizar a Musk sin perder SpaceX
Incumplir contratos ya firmados entre el gobierno de EE.UU. y SpaceX resultaría dañino para las dos partes. Pero la Administración Trump dispone de otras opciones para perjudicar a Elon Musk sin renunciar a los servicios de SpaceX. Antes de la victoria electoral de Trump, once agencias federales tenían investigaciones o litigios abiertos contra empresas de Musk que se han frenado, ha informado The New York Times . Incluían investigaciones por incumplir normas de seguridad en los lanzamientos de cohetes, por contaminación de aguas junto a las instalaciones de SpaceX en Texas o por accidentes mortales causados por coches Tesla que circulaban con piloto automático.
Reactivar estas investigaciones incomodaría a Musk. Trump también podría regular de manera más estricta las actividades de sus empresas, en lugar de desregularlas como en los últimos meses. O suspenderle el acceso a información clasificada del que ha disfrutado desde que accedió al gobierno. Steve Bannon, estratega de la extrema derecha estadounidense, ha ido más allá y ha propuesto nacionalizar SpaceX y deportar a Musk.
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