La mañana de este lunes comenzó con amplias zonas del Reino Unido bajo alerta meteorológica , tras la llegada de la tormenta Floris, un fenómeno inusual para la época estival que alteró de forma significativa el funcionamiento del transporte, la vida cotidiana y los servicios básicos en Escocia, el norte de Inglaterra, Gales e Irlanda del Norte. El Servicio Meteorológico británico (Met Office) emitió una alerta amarilla por fuertes vientos en gran parte del país y una alerta ámbar, equivalente a la naranja en España, para el norte de Escocia, donde las ráfagas alcanzaron intensidades superiores a los 130 kilómetros por hora en áreas costeras y superaron los 170 kilómetros por hora en zonas montañosas como la cima del Aonach Mòr, en las Highlands.Los efectos de la tormenta se tradujeron desde las primeras horas en cortes generalizados de electricidad que afectaron a más de 10.000 viviendas, sobre todo en Escocia e Irlanda del Norte, mientras que numerosos árboles cayeron sobre carreteras, tendidos eléctricos y vías férreas, lo que obligó a interrumpir el tráfico y varios servicios de transporte. La policía escocesa informó del cierre de una importante cantidad de tramos viales debido a la caída de ramas y objetos desprendidos por el viento, mientras que varios vehículos, entre ellos caravanas y autocaravanas, sufrieron vuelcos en zonas expuestas como la isla de Skye.Noticia Relacionada estandar No Alerta roja por la borrasca Éowyn: Irlanda se prepara para la tormenta más peligrosa y destructiva jamás registrada Ivannia Salazar Las autoridades han advertido a los ciudadanos que se queden en casa, se han cerrado escuelas, aeropuertos y oficinas y se esperan daños y apagones generalizadosEl impacto en el transporte público fue inmediato. La empresa ferroviaria LNER suspendió todos los servicios al norte de Newcastle y Avanti West Coast hizo lo propio entre Preston y Escocia. ScotRail aplicó estrictos límites de velocidad en toda su red y canceló rutas afectadas por obstáculos en la vía o daños en la infraestructura. Las cancelaciones también alcanzaron al transporte aéreo. Loganair anuló sus vuelos entre Glasgow y las islas de Islay, Tiree, Barra y Benbecula, mientras que British Airways canceló sus trayectos del aeropuerto londinense de Heathrow a Aberdeen e Inverness. Los servicios de ferry operados por CalMac se vieron interrumpidos en la costa occidental de Escocia y en el enlace con varias islas de las Hébridas.Las autoridades aconsejaron a la ciudadanía evitar desplazamientos innecesarios y prepararse para condiciones meteorológicas adversas en caso de tener que salir de casa. Las recomendaciones incluyeron llevar ropa de abrigo, tener cargados los teléfonos móviles, mantener los depósitos de combustible llenos y disponer de provisiones básicas. En paralelo, múltiples espacios públicos cerraron sus puertas por razones de seguridad, como parques y jardines botánicos. Por si eso fuera poco, varios festivales culturales, muy comunes en el mes de agosto, interrumpieron su programación.Fue el caso del Festival Fringe de Edimburgo , que canceló más de un centenar de funciones previstas para la jornada, especialmente aquellas en espacios abiertos o bajo carpas, mientras que el Royal Edinburgh Military Tattoo , un espectáculo anual de música militar, danza y ceremonias que se celebra en el castillo de Edimburgo, suspendió su espectáculo nocturno, una medida que no se había adoptado en sus más de setenta años de historia.En este contexto, la tormenta Floris generó reacciones en el ámbito político . Lorna Slater, colíder de los Verdes Escoceses, señaló que este tipo de fenómenos fuera de temporada confirma la urgencia de una respuesta frente al cambio climático. «No deberíamos estar viendo tormentas como esta en agosto, pero con el caos climático a nuestro alrededor estas escenas serán cada vez más comunes y más severas», declaró, y pidió a los empleadores que no exigieran a sus trabajadores exponerse a riesgos innecesarios y que respetaran las recomendaciones de los servicios de emergencia. En su declaración, subrayó que «nuestro tiempo ha sido inestable este verano, con olas de calor e incendios forestales que dieron paso a tormentas y otras situaciones extremas». Añadió además que «cuanto más urgente se vuelve la crisis, menos hacen nuestros gobiernos por afrontarla» y reclamó una estrategia que combine mitigación, preparación y acción política tanto local como internacional. «Actuar frente al clima no es solo una cuestión de gestionar las temperaturas», concluyó, «sino de proteger a las personas, los servicios esenciales y garantizar una sociedad capaz de soportar lo que venga».La Met Office indicó que la fase más intensa del temporal se dará por concluida alrededor de las diez de la noche, cuando se prevé que empiece una mejora gradual de las condiciones. Sin embargo, para este martes persiste el riesgo de lluvias intensas , con acumulaciones de hasta 60 milímetros en áreas montañosas y posibilidades de nuevos cortes en el suministro eléctrico y ferroviario en algunas zonas.La tormenta Floris se suma a una serie de eventos meteorológicos extremos que han afectado al Reino Unido en los últimos años. Desde la implantación del sistema de alertas basado en el impacto, en 2011, la Met Office solo había emitido dos alertas ámbar por viento en el mes de agosto, lo que sitúa este episodio como uno de los más anómalos del verano británico. La mañana de este lunes comenzó con amplias zonas del Reino Unido bajo alerta meteorológica , tras la llegada de la tormenta Floris, un fenómeno inusual para la época estival que alteró de forma significativa el funcionamiento del transporte, la vida cotidiana y los servicios básicos en Escocia, el norte de Inglaterra, Gales e Irlanda del Norte. El Servicio Meteorológico británico (Met Office) emitió una alerta amarilla por fuertes vientos en gran parte del país y una alerta ámbar, equivalente a la naranja en España, para el norte de Escocia, donde las ráfagas alcanzaron intensidades superiores a los 130 kilómetros por hora en áreas costeras y superaron los 170 kilómetros por hora en zonas montañosas como la cima del Aonach Mòr, en las Highlands.Los efectos de la tormenta se tradujeron desde las primeras horas en cortes generalizados de electricidad que afectaron a más de 10.000 viviendas, sobre todo en Escocia e Irlanda del Norte, mientras que numerosos árboles cayeron sobre carreteras, tendidos eléctricos y vías férreas, lo que obligó a interrumpir el tráfico y varios servicios de transporte. La policía escocesa informó del cierre de una importante cantidad de tramos viales debido a la caída de ramas y objetos desprendidos por el viento, mientras que varios vehículos, entre ellos caravanas y autocaravanas, sufrieron vuelcos en zonas expuestas como la isla de Skye.Noticia Relacionada estandar No Alerta roja por la borrasca Éowyn: Irlanda se prepara para la tormenta más peligrosa y destructiva jamás registrada Ivannia Salazar Las autoridades han advertido a los ciudadanos que se queden en casa, se han cerrado escuelas, aeropuertos y oficinas y se esperan daños y apagones generalizadosEl impacto en el transporte público fue inmediato. La empresa ferroviaria LNER suspendió todos los servicios al norte de Newcastle y Avanti West Coast hizo lo propio entre Preston y Escocia. ScotRail aplicó estrictos límites de velocidad en toda su red y canceló rutas afectadas por obstáculos en la vía o daños en la infraestructura. Las cancelaciones también alcanzaron al transporte aéreo. Loganair anuló sus vuelos entre Glasgow y las islas de Islay, Tiree, Barra y Benbecula, mientras que British Airways canceló sus trayectos del aeropuerto londinense de Heathrow a Aberdeen e Inverness. Los servicios de ferry operados por CalMac se vieron interrumpidos en la costa occidental de Escocia y en el enlace con varias islas de las Hébridas.Las autoridades aconsejaron a la ciudadanía evitar desplazamientos innecesarios y prepararse para condiciones meteorológicas adversas en caso de tener que salir de casa. Las recomendaciones incluyeron llevar ropa de abrigo, tener cargados los teléfonos móviles, mantener los depósitos de combustible llenos y disponer de provisiones básicas. En paralelo, múltiples espacios públicos cerraron sus puertas por razones de seguridad, como parques y jardines botánicos. Por si eso fuera poco, varios festivales culturales, muy comunes en el mes de agosto, interrumpieron su programación.Fue el caso del Festival Fringe de Edimburgo , que canceló más de un centenar de funciones previstas para la jornada, especialmente aquellas en espacios abiertos o bajo carpas, mientras que el Royal Edinburgh Military Tattoo , un espectáculo anual de música militar, danza y ceremonias que se celebra en el castillo de Edimburgo, suspendió su espectáculo nocturno, una medida que no se había adoptado en sus más de setenta años de historia.En este contexto, la tormenta Floris generó reacciones en el ámbito político . Lorna Slater, colíder de los Verdes Escoceses, señaló que este tipo de fenómenos fuera de temporada confirma la urgencia de una respuesta frente al cambio climático. «No deberíamos estar viendo tormentas como esta en agosto, pero con el caos climático a nuestro alrededor estas escenas serán cada vez más comunes y más severas», declaró, y pidió a los empleadores que no exigieran a sus trabajadores exponerse a riesgos innecesarios y que respetaran las recomendaciones de los servicios de emergencia. En su declaración, subrayó que «nuestro tiempo ha sido inestable este verano, con olas de calor e incendios forestales que dieron paso a tormentas y otras situaciones extremas». Añadió además que «cuanto más urgente se vuelve la crisis, menos hacen nuestros gobiernos por afrontarla» y reclamó una estrategia que combine mitigación, preparación y acción política tanto local como internacional. «Actuar frente al clima no es solo una cuestión de gestionar las temperaturas», concluyó, «sino de proteger a las personas, los servicios esenciales y garantizar una sociedad capaz de soportar lo que venga».La Met Office indicó que la fase más intensa del temporal se dará por concluida alrededor de las diez de la noche, cuando se prevé que empiece una mejora gradual de las condiciones. Sin embargo, para este martes persiste el riesgo de lluvias intensas , con acumulaciones de hasta 60 milímetros en áreas montañosas y posibilidades de nuevos cortes en el suministro eléctrico y ferroviario en algunas zonas.La tormenta Floris se suma a una serie de eventos meteorológicos extremos que han afectado al Reino Unido en los últimos años. Desde la implantación del sistema de alertas basado en el impacto, en 2011, la Met Office solo había emitido dos alertas ámbar por viento en el mes de agosto, lo que sitúa este episodio como uno de los más anómalos del verano británico.
El evento meteorológico registra vientos de hasta 170 kilómetros por hora y las autoridades aconsejan evitar desplazamientos
La mañana de este lunes comenzó con amplias zonas del Reino Unido bajo alerta meteorológica, tras la llegada de la tormenta Floris, un fenómeno inusual para la época estival que alteró de forma significativa el funcionamiento del transporte, la vida cotidiana y los servicios básicos en Escocia, el norte de Inglaterra, Gales e Irlanda del Norte. El Servicio Meteorológico británico (Met Office) emitió una alerta amarilla por fuertes vientos en gran parte del país y una alerta ámbar, equivalente a la naranja en España, para el norte de Escocia, donde las ráfagas alcanzaron intensidades superiores a los 130 kilómetros por hora en áreas costeras y superaron los 170 kilómetros por hora en zonas montañosas como la cima del Aonach Mòr, en las Highlands.
Los efectos de la tormenta se tradujeron desde las primeras horas en cortes generalizados de electricidad que afectaron a más de 10.000 viviendas, sobre todo en Escocia e Irlanda del Norte, mientras que numerosos árboles cayeron sobre carreteras, tendidos eléctricos y vías férreas, lo que obligó a interrumpir el tráfico y varios servicios de transporte. La policía escocesa informó del cierre de una importante cantidad de tramos viales debido a la caída de ramas y objetos desprendidos por el viento, mientras que varios vehículos, entre ellos caravanas y autocaravanas, sufrieron vuelcos en zonas expuestas como la isla de Skye.
El impacto en el transporte público fue inmediato. La empresa ferroviaria LNER suspendió todos los servicios al norte de Newcastle y Avanti West Coast hizo lo propio entre Preston y Escocia. ScotRail aplicó estrictos límites de velocidad en toda su red y canceló rutas afectadas por obstáculos en la vía o daños en la infraestructura. Las cancelaciones también alcanzaron al transporte aéreo. Loganair anuló sus vuelos entre Glasgow y las islas de Islay, Tiree, Barra y Benbecula, mientras que British Airways canceló sus trayectos del aeropuerto londinense de Heathrow a Aberdeen e Inverness. Los servicios de ferry operados por CalMac se vieron interrumpidos en la costa occidental de Escocia y en el enlace con varias islas de las Hébridas.
Las autoridades aconsejaron a la ciudadanía evitar desplazamientos innecesarios y prepararse para condiciones meteorológicas adversas en caso de tener que salir de casa. Las recomendaciones incluyeron llevar ropa de abrigo, tener cargados los teléfonos móviles, mantener los depósitos de combustible llenos y disponer de provisiones básicas. En paralelo, múltiples espacios públicos cerraron sus puertas por razones de seguridad, como parques y jardines botánicos. Por si eso fuera poco, varios festivales culturales, muy comunes en el mes de agosto, interrumpieron su programación.
Fue el caso del Festival Fringe de Edimburgo, que canceló más de un centenar de funciones previstas para la jornada, especialmente aquellas en espacios abiertos o bajo carpas, mientras que el Royal Edinburgh Military Tattoo, un espectáculo anual de música militar, danza y ceremonias que se celebra en el castillo de Edimburgo, suspendió su espectáculo nocturno, una medida que no se había adoptado en sus más de setenta años de historia.
En este contexto, la tormenta Floris generó reacciones en el ámbito político. Lorna Slater, colíder de los Verdes Escoceses, señaló que este tipo de fenómenos fuera de temporada confirma la urgencia de una respuesta frente al cambio climático. «No deberíamos estar viendo tormentas como esta en agosto, pero con el caos climático a nuestro alrededor estas escenas serán cada vez más comunes y más severas», declaró, y pidió a los empleadores que no exigieran a sus trabajadores exponerse a riesgos innecesarios y que respetaran las recomendaciones de los servicios de emergencia.
En su declaración, subrayó que «nuestro tiempo ha sido inestable este verano, con olas de calor e incendios forestales que dieron paso a tormentas y otras situaciones extremas». Añadió además que «cuanto más urgente se vuelve la crisis, menos hacen nuestros gobiernos por afrontarla» y reclamó una estrategia que combine mitigación, preparación y acción política tanto local como internacional. «Actuar frente al clima no es solo una cuestión de gestionar las temperaturas», concluyó, «sino de proteger a las personas, los servicios esenciales y garantizar una sociedad capaz de soportar lo que venga».
La Met Office indicó que la fase más intensa del temporal se dará por concluida alrededor de las diez de la noche, cuando se prevé que empiece una mejora gradual de las condiciones. Sin embargo, para este martes persiste el riesgo de lluvias intensas, con acumulaciones de hasta 60 milímetros en áreas montañosas y posibilidades de nuevos cortes en el suministro eléctrico y ferroviario en algunas zonas.
La tormenta Floris se suma a una serie de eventos meteorológicos extremos que han afectado al Reino Unido en los últimos años. Desde la implantación del sistema de alertas basado en el impacto, en 2011, la Met Office solo había emitido dos alertas ámbar por viento en el mes de agosto, lo que sitúa este episodio como uno de los más anómalos del verano británico.
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