La Universidade da Coruña (UDC) deberá presentar antes de que finalice el mes de septiembre un plan de equilibrio financiero a tres años vista. Así se acordó este martes en una reunión entre representantes de la Xunta y del equipo rectoral coruñés, en un nuevo intento por reconducir el desequilibrio económico que quedó revelado tras la liquidación de las cuentas del ejercicio 2023.El encuentro, en el que participaron los conselleiros de Educación, Ciencia, Universidades e Formación Profesional, Román Rodríguez; y de Facenda e Administracións Públicas, Miguel Corgos; se convocó para avanzar en la subsanación de la situación contable de la universidad herculina tras aflorar un déficit de 13,14 millones de euros en el remanente de tesorería no afectado –es decir, la cantidad de dinero sobrante de años anteriores, los beneficios, guardados en forma de reservas para enfrentar imprevistos o para emplearlos en futuros proyectos–, de acuerdo a la liquidación de las cuentas de 2023. Según la Xunta, la elaboración del plan es un paso previo imprescindible de cara a la planificación presupuestaria del año 2026. Así que el objetivo inmediato es encauzar la senda presupuestaria de la UDC: la cifra del déficit se da en un apartado que, en circunstancias normales, debería reflejar una bolsa de ahorro empleable en gastos no comprometidos. Pero el resultado negativo limita la capacidad de maniobra y evidencia un problema estructural heredado del anterior mandato.Un ‘agujero’ de 13 millonesSegún los datos hechos públicos por la propia universidad, el desequilibrio lo explica la diferencia entre lo que la UDC tiene pendiente de pagar –21 millones de euros– y lo que tiene derecho a cobrar –12,55 millones–. Es decir, la universidad se enfrenta a una situación de falta de liquidez a corto plazo, a pesar de contar con un remanente de tesorería total de 15,4 millones de euros, al no tener previstos ingresos por esa vía. Más allá, otra clave está en que tiene comprometidos 28,57 millones de ese remanente –de los que actualmente no dispone– para gastos específicos –el llamado remanente afectado–, lo que deja el remanente no afectado —el disponible para hacer frente a gastos imprevistos o nuevos proyectos— en negativo.Este escenario pone en situación de debilidad a la UDC y condiciona su estabilidad financiera, que depende en buena medida de las transferencias directas de la Xunta, como sucede con el resto del sistema universitario público gallego. Pero, a diferencia de las universidades de Santiago y Vigo, que presentaron «superávit» en sus últimas cuentas, la institución coruñesa se desmarca con un resultado que genera inquietud en el Gobierno autonómico. Lo explicó el conselleiro de Educación, Román Rodríguez, cuando acusó este mes, desde el Parlamento, a la UDC de no haber aportado «la información necesaria para saber qué pasó o qué está pasando» para explicar el desequilibrio en sus cuentas, pese a que «hace cinco meses» se constituyó una comisión mixta entre la universidad y el Gobierno gallego para analizar el problema.Aunque el contenido concreto del plan que debe elaborar la universidad coruñesa aún está por definir, todo apunta a que deberá incluir previsiones claras de ingresos y gastos en ese horizonte de tres años, con medidas correctoras que permitan revertir la situación y restaurar la estabilidad económica; y previsiblemente evitando recaer exclusivamente en más aportaciones públicas, sino realizando una revisión de la gestión interna y de las prioridades presupuestarias de la UDC. Dudas por la viabilidadEl reto se complica aún más si se tiene en cuenta que la UDC sigue intentando sacar adelante la puesta en marcha una nueva facultad de Medicina, un proyecto ambicioso que, de concretarse, implicaría un importante esfuerzo presupuestario tanto en infraestructuras como en personal y recursos académicos. La viabilidad económica de esta nueva titulación, especialmente en un momento en el que se detecta un agujero contable, lleva semanas bajo el escrutinio de la Xunta y de la comunidad universitaria.Precisamente el martes, la UDC expresó su malestar por el nuevo concierto que la Consellería de Sanidade prevé firmar con la Universidade de Santiago de Compostela (USC), mediante el que se adscribirá a esta última la docencia del grado en Medicina en todos los hospitales universitarios de Galicia, incluido el Complexo Hospitalario Universitario da Coruña (Chuac). La UDC considera que la decisión contradice la aspiración de descentralizar la titulación, al dejar en manos de profesorado de la USC toda la docencia clínica. Desde la Consellería de Sanidade, en cambio, se defendió que el convenio en trámite refleja una realidad ya vigente desde 2015, cuando los estudiantes de Medicina de la USC comenzaron a realizar prácticas en todos los hospitales gallegos y que el nuevo concierto no afectará a la relación de la UDC con las áreas sanitarias de La Coruña y Ferrol.La Xunta rechaza la decisión de abrir un expediente para implantar Medicina El presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, rechazó este lunes la propuesta de la UDC de iniciar el expediente de solicitud del Grado en Medicina, acordado la pasada semana por el consejo de gobierno de la institución académica. Tras la reunión del Consello, el titular del Ejecutivo autonómico recordó que ya se ha creado un grupo de trabajo en línea con «mejorar todo lo que tiene que ver con la docencia y la descentralización». «Por ahí vamos a seguir y, si puede ser, acelerando», dijo, insistiendo en que se debe «racionalizar para que funcione adecuadamente» una Facultad de Medicina «de toda Galicia, operativa, viable económicamente y con perspectiva de futuro». «Esa sigue siendo la postura de la Xunta y, por lo tanto, no estamos de acuerdo con esa iniciativa», zanjó el titular del Gobierno gallego. La Universidade da Coruña (UDC) deberá presentar antes de que finalice el mes de septiembre un plan de equilibrio financiero a tres años vista. Así se acordó este martes en una reunión entre representantes de la Xunta y del equipo rectoral coruñés, en un nuevo intento por reconducir el desequilibrio económico que quedó revelado tras la liquidación de las cuentas del ejercicio 2023.El encuentro, en el que participaron los conselleiros de Educación, Ciencia, Universidades e Formación Profesional, Román Rodríguez; y de Facenda e Administracións Públicas, Miguel Corgos; se convocó para avanzar en la subsanación de la situación contable de la universidad herculina tras aflorar un déficit de 13,14 millones de euros en el remanente de tesorería no afectado –es decir, la cantidad de dinero sobrante de años anteriores, los beneficios, guardados en forma de reservas para enfrentar imprevistos o para emplearlos en futuros proyectos–, de acuerdo a la liquidación de las cuentas de 2023. Según la Xunta, la elaboración del plan es un paso previo imprescindible de cara a la planificación presupuestaria del año 2026. Así que el objetivo inmediato es encauzar la senda presupuestaria de la UDC: la cifra del déficit se da en un apartado que, en circunstancias normales, debería reflejar una bolsa de ahorro empleable en gastos no comprometidos. Pero el resultado negativo limita la capacidad de maniobra y evidencia un problema estructural heredado del anterior mandato.Un ‘agujero’ de 13 millonesSegún los datos hechos públicos por la propia universidad, el desequilibrio lo explica la diferencia entre lo que la UDC tiene pendiente de pagar –21 millones de euros– y lo que tiene derecho a cobrar –12,55 millones–. Es decir, la universidad se enfrenta a una situación de falta de liquidez a corto plazo, a pesar de contar con un remanente de tesorería total de 15,4 millones de euros, al no tener previstos ingresos por esa vía. Más allá, otra clave está en que tiene comprometidos 28,57 millones de ese remanente –de los que actualmente no dispone– para gastos específicos –el llamado remanente afectado–, lo que deja el remanente no afectado —el disponible para hacer frente a gastos imprevistos o nuevos proyectos— en negativo.Este escenario pone en situación de debilidad a la UDC y condiciona su estabilidad financiera, que depende en buena medida de las transferencias directas de la Xunta, como sucede con el resto del sistema universitario público gallego. Pero, a diferencia de las universidades de Santiago y Vigo, que presentaron «superávit» en sus últimas cuentas, la institución coruñesa se desmarca con un resultado que genera inquietud en el Gobierno autonómico. Lo explicó el conselleiro de Educación, Román Rodríguez, cuando acusó este mes, desde el Parlamento, a la UDC de no haber aportado «la información necesaria para saber qué pasó o qué está pasando» para explicar el desequilibrio en sus cuentas, pese a que «hace cinco meses» se constituyó una comisión mixta entre la universidad y el Gobierno gallego para analizar el problema.Aunque el contenido concreto del plan que debe elaborar la universidad coruñesa aún está por definir, todo apunta a que deberá incluir previsiones claras de ingresos y gastos en ese horizonte de tres años, con medidas correctoras que permitan revertir la situación y restaurar la estabilidad económica; y previsiblemente evitando recaer exclusivamente en más aportaciones públicas, sino realizando una revisión de la gestión interna y de las prioridades presupuestarias de la UDC. Dudas por la viabilidadEl reto se complica aún más si se tiene en cuenta que la UDC sigue intentando sacar adelante la puesta en marcha una nueva facultad de Medicina, un proyecto ambicioso que, de concretarse, implicaría un importante esfuerzo presupuestario tanto en infraestructuras como en personal y recursos académicos. La viabilidad económica de esta nueva titulación, especialmente en un momento en el que se detecta un agujero contable, lleva semanas bajo el escrutinio de la Xunta y de la comunidad universitaria.Precisamente el martes, la UDC expresó su malestar por el nuevo concierto que la Consellería de Sanidade prevé firmar con la Universidade de Santiago de Compostela (USC), mediante el que se adscribirá a esta última la docencia del grado en Medicina en todos los hospitales universitarios de Galicia, incluido el Complexo Hospitalario Universitario da Coruña (Chuac). La UDC considera que la decisión contradice la aspiración de descentralizar la titulación, al dejar en manos de profesorado de la USC toda la docencia clínica. Desde la Consellería de Sanidade, en cambio, se defendió que el convenio en trámite refleja una realidad ya vigente desde 2015, cuando los estudiantes de Medicina de la USC comenzaron a realizar prácticas en todos los hospitales gallegos y que el nuevo concierto no afectará a la relación de la UDC con las áreas sanitarias de La Coruña y Ferrol.La Xunta rechaza la decisión de abrir un expediente para implantar Medicina El presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, rechazó este lunes la propuesta de la UDC de iniciar el expediente de solicitud del Grado en Medicina, acordado la pasada semana por el consejo de gobierno de la institución académica. Tras la reunión del Consello, el titular del Ejecutivo autonómico recordó que ya se ha creado un grupo de trabajo en línea con «mejorar todo lo que tiene que ver con la docencia y la descentralización». «Por ahí vamos a seguir y, si puede ser, acelerando», dijo, insistiendo en que se debe «racionalizar para que funcione adecuadamente» una Facultad de Medicina «de toda Galicia, operativa, viable económicamente y con perspectiva de futuro». «Esa sigue siendo la postura de la Xunta y, por lo tanto, no estamos de acuerdo con esa iniciativa», zanjó el titular del Gobierno gallego.
La Universidade da Coruña (UDC) deberá presentar antes de que finalice el mes de septiembre un plan de equilibrio financiero a tres años vista. Así se acordó este martes en una reunión entre representantes de la Xunta y del equipo rectoral coruñés, en un nuevo … intento por reconducir el desequilibrio económico que quedó revelado tras la liquidación de las cuentas del ejercicio 2023.
El encuentro, en el que participaron los conselleiros de Educación, Ciencia, Universidades e Formación Profesional, Román Rodríguez; y de Facenda e Administracións Públicas, Miguel Corgos; se convocó para avanzar en la subsanación de la situación contable de la universidad herculina tras aflorar un déficit de 13,14 millones de euros en el remanente de tesorería no afectado –es decir, la cantidad de dinero sobrante de años anteriores, los beneficios, guardados en forma de reservas para enfrentar imprevistos o para emplearlos en futuros proyectos–, de acuerdo a la liquidación de las cuentas de 2023. Según la Xunta, la elaboración del plan es un paso previo imprescindible de cara a la planificación presupuestaria del año 2026. Así que el objetivo inmediato es encauzar la senda presupuestaria de la UDC: la cifra del déficit se da en un apartado que, en circunstancias normales, debería reflejar una bolsa de ahorro empleable en gastos no comprometidos. Pero el resultado negativo limita la capacidad de maniobra y evidencia un problema estructural heredado del anterior mandato.
Un ‘agujero’ de 13 millones
Según los datos hechos públicos por la propia universidad, el desequilibrio lo explica la diferencia entre lo que la UDC tiene pendiente de pagar –21 millones de euros– y lo que tiene derecho a cobrar –12,55 millones–. Es decir, la universidad se enfrenta a una situación de falta de liquidez a corto plazo, a pesar de contar con un remanente de tesorería total de 15,4 millones de euros, al no tener previstos ingresos por esa vía. Más allá, otra clave está en que tiene comprometidos 28,57 millones de ese remanente –de los que actualmente no dispone– para gastos específicos –el llamado remanente afectado–, lo que deja el remanente no afectado —el disponible para hacer frente a gastos imprevistos o nuevos proyectos— en negativo.
Este escenario pone en situación de debilidad a la UDC y condiciona su estabilidad financiera, que depende en buena medida de las transferencias directas de la Xunta, como sucede con el resto del sistema universitario público gallego. Pero, a diferencia de las universidades de Santiago y Vigo, que presentaron «superávit» en sus últimas cuentas, la institución coruñesa se desmarca con un resultado que genera inquietud en el Gobierno autonómico. Lo explicó el conselleiro de Educación, Román Rodríguez, cuando acusó este mes, desde el Parlamento, a la UDC de no haber aportado «la información necesaria para saber qué pasó o qué está pasando» para explicar el desequilibrio en sus cuentas, pese a que «hace cinco meses» se constituyó una comisión mixta entre la universidad y el Gobierno gallego para analizar el problema.
Aunque el contenido concreto del plan que debe elaborar la universidad coruñesa aún está por definir, todo apunta a que deberá incluir previsiones claras de ingresos y gastos en ese horizonte de tres años, con medidas correctoras que permitan revertir la situación y restaurar la estabilidad económica; y previsiblemente evitando recaer exclusivamente en más aportaciones públicas, sino realizando una revisión de la gestión interna y de las prioridades presupuestarias de la UDC.
Dudas por la viabilidad
El reto se complica aún más si se tiene en cuenta que la UDC sigue intentando sacar adelante la puesta en marcha una nueva facultad de Medicina, un proyecto ambicioso que, de concretarse, implicaría un importante esfuerzo presupuestario tanto en infraestructuras como en personal y recursos académicos. La viabilidad económica de esta nueva titulación, especialmente en un momento en el que se detecta un agujero contable, lleva semanas bajo el escrutinio de la Xunta y de la comunidad universitaria.
Precisamente el martes, la UDC expresó su malestar por el nuevo concierto que la Consellería de Sanidade prevé firmar con la Universidade de Santiago de Compostela (USC), mediante el que se adscribirá a esta última la docencia del grado en Medicina en todos los hospitales universitarios de Galicia, incluido el Complexo Hospitalario Universitario da Coruña (Chuac). La UDC considera que la decisión contradice la aspiración de descentralizar la titulación, al dejar en manos de profesorado de la USC toda la docencia clínica. Desde la Consellería de Sanidade, en cambio, se defendió que el convenio en trámite refleja una realidad ya vigente desde 2015, cuando los estudiantes de Medicina de la USC comenzaron a realizar prácticas en todos los hospitales gallegos y que el nuevo concierto no afectará a la relación de la UDC con las áreas sanitarias de La Coruña y Ferrol.
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