Compañías como Astrazeneca o las españolas Acerinox y Fluidra abren la puerta a cotizar en Wall Street ante un mercado europeo en decadencia Leer Compañías como Astrazeneca o las españolas Acerinox y Fluidra abren la puerta a cotizar en Wall Street ante un mercado europeo en decadencia Leer
Las empresas europeas se han contagiado del romanticismo de principios del siglo XX, cuando vivir el ‘sueño americano’ era sinónimo de libertad y de igualdad de oportunidades en EEUU. Y así lo siguen creyendo, al menos, en términos bursátiles. En las últimas semanas algunas voces españolas han vuelto a subrayar su deseo -quizás esta vez algo más convencidos- de querer cotizar en Wall Street, un mercado que les ofrece, según argumentan, muchas más posibilidades por dos motivos: la bolsa de Nueva York es el epicentro de un tornado que todo lo absorbe y donde se concentran cada vez más flujos de inversión y, por ende, segunda razón, las compañías que cotizan allí lo hacen con mayor tamaño y a unas valoraciones muy superiores, porque el mercado, de alguna forma, les premia.
El ejemplo patrio nos lleva a hablar de dos compañías que nacieron en España y que, por tanto, eligieron cotizar aquí, pero que su trayectoria vital las ha convertido en estadounidenses. Son Acerinox y Fluidra, que podrían seguir los pasos de Ferrovial muy pronto. La primera de ellas lleva años reclamando que se valoren sus esfuerzos por mantenerse en España, donde creen que están infravalorados en bolsa y donde asumen costes por la electricidad muy superiores a otras partes del mundo en su fábrica primigenia del Campo de Gibraltar, que ha sufrido parones de producción y recortes de personal en los últimos años. Es lo opuesto a lo que vive en NAS (North American Stainless), en el estado (muy americano) de Kentucky, donde ha anunciado inversiones millonarias para ampliar su planta y abrir nuevas vías de producción. Allí, en noviembre, cerró la compra de la también yankee Haynes Internacional por casi 800 millones de euros, para reforzar su negocio de aleaciones especiales, pata que en Europa cubre con la alemana VDM Metals.
La noticia volvió a saltar la semana pasada cuando el consejero delegado del grupo, Bernardo Velázquez, dejó la puerta abierta a cotizar en Wall Street, en una entrevista concedida a la agencia Bloomberg. No es novedad, defienden desde la compañía, y es cierto que cada vez que tiene ocasión Velázquez recuerda las diferencias de valoración a las que cotizan sus comparables americanas en detrimento de la española. En todo caso, la acerera reconoce a EL MUNDO que son planes, que de llegar, serían como mínimo «tras la integración de Haynes» por lo que se dilatarían otros dos años más. Hay que tener en cuenta que para Acerinox seis de cada diez euros de ingresos provienen de EEUU y de ahí que no se entiendan las diferencias con EEUU solo por la parte del negocio. Pero es un reclamo con sentido si se miran las cifras.
De media, comparables como Steel Dynamics y Nucor Corporation cotizan a dos veces precio sobre valor en libros, que es uno de los ratios que se utilizan para valorar compañías. Acerinox lo hace a casi la mitad (en 1,1 veces), con lo que si se aplicaran las mismas valoraciones que en EEUU, su capitalización aumentaría un 70%, por encima de los 5.500 millones de euros. Y eso que la española vive un buen momento en bolsa, teniendo en cuenta que el mercado la está premiando por su fuerte exposición a EEUU en tiempos de guerra arancelaria. Otras como ArcelorMittal, su filial de inoxidables Aperam, Voestalpine o la finlandesa Outokumpu no corren la misma suerte al cotizar a múltiplos de 0,5-0,6 veces, con lo que saltar a EEUU podría suponerles aumentar más de un 200% su valor en Bolsa solo por multiplicadores.
Es cierto que el timing quizás no sea el mejor ahora que parece que los inversores están reequilibrando sus carteras a base de comprar más Europa tras años en los que todo era EEUU. Se dice, y hay cifras que lo refrendan, que es el americano de a pie quien está sosteniendo Wall Street ante la huida de los grandes fondos y bancos de inversión. Pero más allá del ahora, la historia demuestra que entrar en un simple ETF indexado al S&P 500 como garantía de éxito tiene lógica. Si se miran los últimos veinte años, el principal índice de Wall Street se ha revalorizado un 411% desde julio del año 2005; frente al 93% del Stoxx 600, que es la referencia europea comparable, y el 40% del Ibex, gracias a que este 2025 está siendo especialmente bueno para el mercado español, con ganancias de más del 20%. Es decir, la mitad de lo que se revaloriza en dos décadas se ha hecho desde enero.
El pasado 1 de julio se filtró que la mayor cotizada británica, la farmacéutica Astrazeneca, quería saltar a la Bolsa de Nueva York, probablemente, mediante la fórmula del dual listing, que implica seguir cotizando en ambos mercados. Se hablaba entonces de la «frustración» de su consejero delegado, Pascal Soriot, ante la regulación británica y por una carrera de la industria farmacéutica que por talento y por logros están ganando EEUU y China. Pero no es la única que se plantea hacer las maletas y abandonar la City londinense. Según cálculos de Bloomberg, cotizadas por valor de más de 100.000 millones de dólares estarían pensando también dar el salto al Atlántico para instalarse en Nueva York; y todo ello se conjuga con el peor arranque de año en los últimos 28 de salidas a bolsa en el Footsie de Londres.
¿Es una situación excepcional de Reino Unido? No, a pesar de que el Brexit suma un plus en su caso. Las autoridades comunitarias llevan un par de años especialmente preocupadas por la pérdida de peso del mercadoeuropeo en el mundo. Cada vez somos más irrelevantes y para ello están planteando medidas orientadas a rebajar requisitos, exigir menos capital libre cotizado en el mercado o nuevos estímulos fiscales para tratar de revertir el éxodo de compañías, sobre todo, hacia las manos del capital privado. ¿Es una solución? De momento no, empezando porque es muy difícil poner de acuerdo a todos los estados miembro. Y tampoco se entiende que quieran incentivar las salidas a bolsa dejando al margen a los ciudadanos -que no suelen participar en las OPVs- y con una liquidez irrisoria de las compañías.
Según recoge el ‘Libro Blanco’ de BME, en una década, de 2013 a 2022, la bolsa estadounidense ha pasado de representar el 37,8% de la capitalización mundial al 40% y eso sin contar la revalorización de la tecnología de los últimos dos años y medio. Su ponderación en las carteras va más allá, con un 70% del MSCI World. De los europeos el mayor mercado es Francia, con un 3% de la capitalización mundial, Reino Unido se queda en el 2,9%, pero después de haber perdido la mitad de su peso internacional a raíz del Brexit, y España es solo el 0,6%, tres veces inferior a diez años atrás.
En mayo de 2025 Ferrovial comenzó su andadura en el Nasdaq estadounidense después de haber pasado por el mercado holandés que utilizó como ‘puente’ para salir a cotizar en Wall Street. BME dijo entonces que nadie le había pedido abrir esa vía, pero que hubiera sido posible sin la necesidad de salir de España. Año y dos meses después no puede decirse que la negociación de la firma de la familia Del Pino se haya incrementado estrepitosamente por cotizar en Nueva York, pero es cierto que ha mejorado en los últimos meses. Si en mayo de 2025, cuando dio el salto solo negociaba en EEUU un 2% de todo el volumen que movía en sus acciones españolas, hoy es el 14%.
Fluidra, una compañía catalana líder mundial en piscinas, también «ha puesto sobre la mesa» que los múltiplos de sus comparables en EEUU son muy diferentes, y por ello no descarta tampoco dar el salto a Wall Street. Esos múltiplos podrían llegar a ser el doble si se compara con sus principales competidores en EEUU: Pool Corporation, que cotiza a ratios de 9 veces, y en la zona de 4 se sitúan Pentair, el líder del mercado con una cuota del 13%, o Xylem. Esto implica que la capitalización de Fluidra podría llegar a duplicarse y a alcanzar los 9.000 millones de euros si sus múltiplos de valoración se ajustasen a los americanos.
El gigante de las piscinas también es una compañía eminentemente americana tras la compra de su rival Zodiac en 2018. Si se mira el mundo y dónde está presente, Fluidra tiene un 18% de la cuota de mercado en el sur de Europa, Australia y Nueva Zelanda (mercados que aglutina la compañía en sus presentaciones) y el 12% de Centroeuropea y los países nórdicos junto con mercados emergentes. Hablamos de un tamaño de mercado conjunto de cerca de 8.000 millones de euros, repartidos casi al 50% entre estos dos grupos de países y donde Fluidra es el número 1. Pero el mercado más grande, con cerca de 9.000 millones de euros es Norteamérica (EEUU y Canadá), donde a Fluidra le corresponde un 10% de la cuota de mercado tras la compra de Zodiac. El coste medio de fabricar una piscina allí es de 100.000 euros, el triple que en Europa y hasta 20 veces más que en países emergentes.
Uno de los objetivos de Fluidra es crecer a través de consolidaciones, que es el eufemismo que se utiliza en mercado para hablar de salir de compras. «Es un sector muy fragmentado, con cerca de 1.000 players que se reparten el 63% del negocio», otros 4 que tienen un 12% y los tres mayores, donde destaca Fluidra, cuentan con el 25% del market share. Para ello es importante ganar músculo financiero y también tamaño y un camino más rápido -y quizás más seguro- de lograrlo es a través del mercado de capitales estadounidense.
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