La alimentación siempre ha sido uno de los grandes pilares del bienestar. Lo que comemos, cuándo lo hacemos y cómo lo combinamos puede determinar no solo nuestra salud física, sino también nuestro estado de ánimo , nuestra energía e incluso la forma en la que pensamos y dormimos . Hoy sabemos que la comida no es solo combustible, es información que nuestro cuerpo interpreta y utiliza para mantenerse en equilibrio. Sin embargo, no basta con comer bien si el resto de nuestro estilo de vida no acompaña . Así lo ha explicado Laura Aguirre, nutricionista , en una reciente entrevista en el programa La Tarde de la Cadena COPE, donde ha abordado cómo los hábitos cotidianos influyen directamente en nuestras hormonas .La especialista subraya que la alimentación es «uno de los tres pilares fundamentales para nuestro equilibrio hormonal», pero insiste en que este no puede entenderse de forma aislada. Según explica, dormir poco, vivir estresado o llevar una vida sedentaria pueden neutralizar los beneficios de una dieta equilibrada . «Puedes comer perfecto, pero si duermes mal, vives estresado o no te mueves, tu cuerpo no va a responder como esperas», advierte.La nutricionista pone el foco en la idea de que el cuerpo no funciona por compartimentos estancos, todo está conectado . La alimentación influye en las hormonas, las hormonas en el ánimo, y el ánimo en la forma en que comemos . «Cada alimento que elegimos puede ser una herramienta para equilibrar nuestro cuerpo y nuestras emociones», señala, recordando que comer bien no significa comer menos, sino «comer mejor».Las hormonas, las verdaderas directoras del bienestarEn su intervención, la experta explicó que las hormonas tienen un papel mucho más amplio del que solemos imaginar. No solo regulan el ciclo menstrual, sino también el estado de ánimo, la energía, el apetito, el sueño y la capacidad de concentración. Por eso, cuando algo se desajusta, el cuerpo lanza señales que muchas veces interpretamos mal . «Cuando las pacientes entienden que no es una falta de voluntad, sino un desajuste hormonal, cambia totalmente su relación con su cuerpo», afirma.La nutricionista insiste en que determinados hábitos pueden alterar los niveles de cortisol , la hormona del estrés, generando un ‘efecto dominó’ que afecta a todo el sistema endocrino. Por ejemplo, una mala calidad del sueño o una exposición constante a situaciones de tensión no solo aumentan la ansiedad o el cansancio, sino que también pueden provocar más hambre, menos saciedad y una tendencia a buscar alimentos ultraprocesados o ricos en azúcares .Noticia Relacionada estandar No La nutricionista que sabe el secreto del método del plato: la técnica para comer sano sin dietas Raquel alcolea Adriana Oroz, experta en nutrición, explica en su último libro ‘Cómo aplicar el método del plato’ los trucos de organización y planificación para nutrirse bien y mejorar la saludLa especialista asegura que, al comprender cómo actúan las hormonas , es más fácil tomar decisiones conscientes sobre lo que comemos. En el caso de las mujeres, añade, adaptar la alimentación a las fases del ciclo menstrual puede marcar la diferencia : «Si jugamos con ella a lo largo del ciclo, nos puede ayudar muchísimo tanto con desajustes, como si no los tienes, a entender tu cuerpo, a no tener esos antojos o esa falta de energía».Comer bien también es escuchar al cuerpoLa nutricionista hace hincapié en que el equilibrio hormonal no se logra únicamente con un plan dietético estricto , sino con una vida más consciente y coherente con las necesidades del organismo. Dormir las horas adecuadas, reducir el estrés y mantener una actividad física regular son, para ella, condiciones imprescindibles. Sin descanso ni movimiento, advierte, la alimentación pierde su poder reparador.Por último, la especialista invita a sus pacientes a leer las señales del cuerpo y a abandonar la idea de que el cansancio, los antojos o la hinchazón son simples cuestiones de voluntad. En la mayoría de los casos, dice, se trata de respuestas fisiológicas a un desequilibrio que puede corregirse con hábitos sostenibles. Porque, como señala la experta en nutrición, «no se trata de comer menos, sino de comer mejor». Y sobre todo, de entender que la comida no es solo lo que nutre el cuerpo, sino también lo que calma la mente y equilibra las hormonas. La alimentación siempre ha sido uno de los grandes pilares del bienestar. Lo que comemos, cuándo lo hacemos y cómo lo combinamos puede determinar no solo nuestra salud física, sino también nuestro estado de ánimo , nuestra energía e incluso la forma en la que pensamos y dormimos . Hoy sabemos que la comida no es solo combustible, es información que nuestro cuerpo interpreta y utiliza para mantenerse en equilibrio. Sin embargo, no basta con comer bien si el resto de nuestro estilo de vida no acompaña . Así lo ha explicado Laura Aguirre, nutricionista , en una reciente entrevista en el programa La Tarde de la Cadena COPE, donde ha abordado cómo los hábitos cotidianos influyen directamente en nuestras hormonas .La especialista subraya que la alimentación es «uno de los tres pilares fundamentales para nuestro equilibrio hormonal», pero insiste en que este no puede entenderse de forma aislada. Según explica, dormir poco, vivir estresado o llevar una vida sedentaria pueden neutralizar los beneficios de una dieta equilibrada . «Puedes comer perfecto, pero si duermes mal, vives estresado o no te mueves, tu cuerpo no va a responder como esperas», advierte.La nutricionista pone el foco en la idea de que el cuerpo no funciona por compartimentos estancos, todo está conectado . La alimentación influye en las hormonas, las hormonas en el ánimo, y el ánimo en la forma en que comemos . «Cada alimento que elegimos puede ser una herramienta para equilibrar nuestro cuerpo y nuestras emociones», señala, recordando que comer bien no significa comer menos, sino «comer mejor».Las hormonas, las verdaderas directoras del bienestarEn su intervención, la experta explicó que las hormonas tienen un papel mucho más amplio del que solemos imaginar. No solo regulan el ciclo menstrual, sino también el estado de ánimo, la energía, el apetito, el sueño y la capacidad de concentración. Por eso, cuando algo se desajusta, el cuerpo lanza señales que muchas veces interpretamos mal . «Cuando las pacientes entienden que no es una falta de voluntad, sino un desajuste hormonal, cambia totalmente su relación con su cuerpo», afirma.La nutricionista insiste en que determinados hábitos pueden alterar los niveles de cortisol , la hormona del estrés, generando un ‘efecto dominó’ que afecta a todo el sistema endocrino. Por ejemplo, una mala calidad del sueño o una exposición constante a situaciones de tensión no solo aumentan la ansiedad o el cansancio, sino que también pueden provocar más hambre, menos saciedad y una tendencia a buscar alimentos ultraprocesados o ricos en azúcares .Noticia Relacionada estandar No La nutricionista que sabe el secreto del método del plato: la técnica para comer sano sin dietas Raquel alcolea Adriana Oroz, experta en nutrición, explica en su último libro ‘Cómo aplicar el método del plato’ los trucos de organización y planificación para nutrirse bien y mejorar la saludLa especialista asegura que, al comprender cómo actúan las hormonas , es más fácil tomar decisiones conscientes sobre lo que comemos. En el caso de las mujeres, añade, adaptar la alimentación a las fases del ciclo menstrual puede marcar la diferencia : «Si jugamos con ella a lo largo del ciclo, nos puede ayudar muchísimo tanto con desajustes, como si no los tienes, a entender tu cuerpo, a no tener esos antojos o esa falta de energía».Comer bien también es escuchar al cuerpoLa nutricionista hace hincapié en que el equilibrio hormonal no se logra únicamente con un plan dietético estricto , sino con una vida más consciente y coherente con las necesidades del organismo. Dormir las horas adecuadas, reducir el estrés y mantener una actividad física regular son, para ella, condiciones imprescindibles. Sin descanso ni movimiento, advierte, la alimentación pierde su poder reparador.Por último, la especialista invita a sus pacientes a leer las señales del cuerpo y a abandonar la idea de que el cansancio, los antojos o la hinchazón son simples cuestiones de voluntad. En la mayoría de los casos, dice, se trata de respuestas fisiológicas a un desequilibrio que puede corregirse con hábitos sostenibles. Porque, como señala la experta en nutrición, «no se trata de comer menos, sino de comer mejor». Y sobre todo, de entender que la comida no es solo lo que nutre el cuerpo, sino también lo que calma la mente y equilibra las hormonas.
La alimentación siempre ha sido uno de los grandes pilares del bienestar. Lo que comemos, cuándo lo hacemos y cómo lo combinamos puede determinar no solo nuestra salud física, sino también nuestro estado de ánimo, nuestra energía e incluso la forma en … la que pensamos y dormimos. Hoy sabemos que la comida no es solo combustible, es información que nuestro cuerpo interpreta y utiliza para mantenerse en equilibrio. Sin embargo, no basta con comer bien si el resto de nuestro estilo de vida no acompaña. Así lo ha explicado Laura Aguirre, nutricionista, en una reciente entrevista en el programa La Tarde de la Cadena COPE, donde ha abordado cómo los hábitos cotidianos influyen directamente en nuestras hormonas.
La especialista subraya que la alimentación es «uno de los tres pilares fundamentales para nuestro equilibrio hormonal», pero insiste en que este no puede entenderse de forma aislada. Según explica, dormir poco, vivir estresado o llevar una vida sedentaria pueden neutralizar los beneficios de una dieta equilibrada. «Puedes comer perfecto, pero si duermes mal, vives estresado o no te mueves, tu cuerpo no va a responder como esperas», advierte.
La nutricionista pone el foco en la idea de que el cuerpo no funciona por compartimentos estancos, todo está conectado. La alimentación influye en las hormonas, las hormonas en el ánimo, y el ánimo en la forma en que comemos. «Cada alimento que elegimos puede ser una herramienta para equilibrar nuestro cuerpo y nuestras emociones», señala, recordando que comer bien no significa comer menos, sino «comer mejor».
Las hormonas, las verdaderas directoras del bienestar
En su intervención, la experta explicó que las hormonas tienen un papel mucho más amplio del que solemos imaginar. No solo regulan el ciclo menstrual, sino también el estado de ánimo, la energía, el apetito, el sueño y la capacidad de concentración. Por eso, cuando algo se desajusta, el cuerpo lanza señales que muchas veces interpretamos mal. «Cuando las pacientes entienden que no es una falta de voluntad, sino un desajuste hormonal, cambia totalmente su relación con su cuerpo», afirma.
La nutricionista insiste en que determinados hábitos pueden alterar los niveles de cortisol, la hormona del estrés, generando un ‘efecto dominó’ que afecta a todo el sistema endocrino. Por ejemplo, una mala calidad del sueño o una exposición constante a situaciones de tensión no solo aumentan la ansiedad o el cansancio, sino que también pueden provocar más hambre, menos saciedad y una tendencia a buscar alimentos ultraprocesados o ricos en azúcares.
La especialista asegura que, al comprender cómo actúan las hormonas, es más fácil tomar decisiones conscientes sobre lo que comemos. En el caso de las mujeres, añade, adaptar la alimentación a las fases del ciclo menstrual puede marcar la diferencia: «Si jugamos con ella a lo largo del ciclo, nos puede ayudar muchísimo tanto con desajustes, como si no los tienes, a entender tu cuerpo, a no tener esos antojos o esa falta de energía».
Comer bien también es escuchar al cuerpo
La nutricionista hace hincapié en que el equilibrio hormonalno se logra únicamente con un plan dietético estricto, sino con una vida más consciente y coherente con las necesidades del organismo. Dormir las horas adecuadas, reducir el estrés y mantener una actividad física regular son, para ella, condiciones imprescindibles. Sin descanso ni movimiento, advierte, la alimentación pierde su poder reparador.
Por último, la especialista invita a sus pacientes a leer las señales del cuerpo y a abandonar la idea de que el cansancio, los antojos o la hinchazón son simples cuestiones de voluntad. En la mayoría de los casos, dice, se trata de respuestas fisiológicas a un desequilibrio que puede corregirse con hábitos sostenibles. Porque, como señala la experta en nutrición, «no se trata de comer menos, sino de comer mejor». Y sobre todo, de entender que la comida no es solo lo que nutre el cuerpo, sino también lo que calma la mente y equilibra las hormonas.
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