El primer ministro francés, Sébastien Lecornu, amenazó ayer con volver a dimitir, como ya dijo el lunes pasado, si continúa sin recibir apoyos suficientes para poder gobernar. “No voy a hacer cualquier tontería”, se confió Lecornu a La Tribune Dimanche.
El primer ministro francés, Sébastien Lecornu, amenazó ayer con volver a dimitir, como ya dijo el lunes pasado, si continúa sin recibir apoyos suficientes para poder gobernar. “No voy a hacer cualquier tontería”, se confió Lecornu a La Tribune Dimanche. Seguir leyendo…
El primer ministro francés, Sébastien Lecornu, amenazó ayer con volver a dimitir, como ya dijo el lunes pasado, si continúa sin recibir apoyos suficientes para poder gobernar. “No voy a hacer cualquier tontería”, se confió Lecornu a La Tribune Dimanche.
El hombre encargado por el presidente Emmanuel Macron para dirigir el próximo gobierno multiplicó sus contactos para formar un equipo, tarea nada fácil porque los candidatos potenciales a ministros son conscientes de que el experimento puede ser muy breve y marcarles negativamente, al ser etiquetados como los últimos rescatadores de un macronismo en ruinas.
El tiempo apremia porque, según la Constitución, el presupuesto del Estado para el 2026 debe ser aprobado por el Gobierno y presentado al Parlamento, a más tardar, setenta días antes de acabar el año. Eso sería hoy o mañana. Sin embargo, parece que, dadas las circunstancias, podría haber una cierta flexibilidad en el calendario. Mañana no habrá Consejo de Ministros porque Macron viaja a Egipto para respaldar la paz en Gaza.
La amenaza de censura inmediata pende como una espada de Damocles. Los socialistas se sumarán a la izquierda radical, los comunistas, la extrema derecha y probablemente también los ecologistas si el primer ministro no acepta la suspensión de la reforma de las pensiones aprobada en el 2023, que elevó la edad de jubilación de 62 a 64 años. Según el primer secretario socialista, Olivier Faure, frenar en seco esta controvertida reforma, aprobada por decreto después de meses de protestas, es “una cuestión social y una reparación democrática”.
La presión sobre Lecornu –y sobre todo sobre Macron, que mueve los hilos– es máxima. Las voces a favor de que el presidente de la República dimita van creciendo. Muchos piensan que, si la inestabilidad se prolonga durante el año y medio que falta hasta las próximas elecciones al Elíseo, será una pesadilla que causará estragos. El semanario Le Point pide en su último número, en una portada impactante, que Macron se vaya para intentar poner fin al bloqueo, algo que no está garantizado. La revista lo acusa, además, de un hundimiento económico, social y político. Uno de los analistas de la publicación, en un toque de humor para convencer a Macron a renunciar a terminar el mandato, recuerda la célebre ironía de Georges Clemenceau, primer ministro durante la I Guerra Mundial, que nunca logró cumplir su ambición de acceder al Elíseo: “La vida me ha enseñado que hay dos cosas de las que se puede prescindir, la presidencia de la República y la próstata”.
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