El pasado 10 de marzo, el comandante de la Guardia Civil Rubén Villalba, investigado en el caso Koldo por facilitar presuntamente teléfonos seguros a la trama que buscaba hacerse con contratos públicos de forma irregular, se reunió con Leire Díez. Era la segunda vez que se veían, y de esa reunión, el agente elaboró un informe detallado que ha acabado en manos del juez que investiga por tráfico de influencias y cohecho a la presunta ‘fontanera’ del PSOE que decía hablar en nombre de «altas instancias» del Gobierno de Pedro Sánchez.Esas notas tomadas por Villalba, a las que ha tenido acceso ABC, ponen negro sobre blanco la percepción que tuvo él de esa ‘enviada’ que buscaba su colaboración en diferentes frentes judiciales que afectan al Ejecutivo socialista y que le ofreció varias salidas para su situación judicial, siempre recomendando que se alejara de su actual abogado, del despacho de José Antonio Choclán -letrado que lleva también la defensa del empresario Víctor de Aldama-, y que fichara al de Koldo García.A lo largo de cinco páginas, Villalba detalla que Leire le propuso colaborar con ella para «intentar desmontar la Guardia Civil» y le comentó que tanto en los casos de hidrocarburos que se investigan en la Audiencia Nacional como en el caso Koldo -en el que ya constan como investigados el exministro José Luis Ábalos y el ex número tres socialista Santos Cerdán, que está en prisión- existía «un nexo común», el de Antonio Balas, jefe de Delitos Económicos de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil.Noticia Relacionada estandar Si La Fiscalía afirma que «el plan delictivo» de Leire Díez buscaba «denigrar a la UCO y a Anticorrupción» Javier Lillo y Carmen Lucas-TorresLa presunta fontanera le habló de que se debía realizar una operación quirúrgica en la Benemérita y apunto también a la posible colaboración con Balas de Manuel Sánchez Corbí, quien hoy lleva la seguridad de Acciona (una de las constructoras afectadas por la investigación del Supremo) y que fue jefe de la UCO, participando en operaciones tan relevantes como la liberación de José Antonio Ortega Lara, la operación Púnica o el caso Diana Quer. Leire Díez fue incluso más allá y le dijo que esas operaciones irregulares de las que acusaba a Balas contaban con la connivencia de «algunos diputados del PP en Andalucía».«Elefante en cacharrería»Tras esto, le pidió que hablara con Aldama y que indagara sobre varios mandos de la UCO o relacionados con ella, porque tenía «muchas pruebas» contra la Guardia Civil, tantas que se habían planteado ir contra todo ese cuerpo «como un elefante en una cacharrería, para mover los cimientos». Según le matizó, ella misma habría frenado ese movimiento para hacer algo más «selectivo» y quitarse así solo «elementos subversivos».Siguiendo con ese ataque a la Benemérita, y siempre según las notas de Villaba, Leire Díez aseveró en esa reunión que tenía constancia de que hay mandos de la UCO que han recibido pagos de empresarios, y que si el dueño de un puticlub denominado Don Ángelo hablara caerían muchos de ellos. En este sentido, le indicó que en su caso conocía que sus superiores se estaban apartando para que el corriera con toda la responsabilidad y le solicitó que también le hablara del actual director adjunto operativo (DAO) de la Guardia Civil, Manuel Llamas, porque tampoco se fiaban de él.En la conversación que recogió el comandante sale a relucir en varias ocasiones la figura de la directora general de la Guardia Civil, Mercedes González, con quien la fontanera habría mantenido diferentes encuentros, siempre según lo que le habría confesado Leire Díez a Villalba en esa reunión. En este sentido, la exmilitante del PSOE le explicó que en esos encuentros, la directora le habría trasladado que no se enteraba de lo que ocurrió en el seno del cuerpo que dirigía y que «está perpleja de lo que ocurre» y que no sabe como «meterle mano».«Que ellos, Leire y los de arriba en el Gobierno, saben lo que está pasando en la GC (Guardia Civil) pero que necesitan de pruebas más objetivas para poder atacar. Que están recopilando información de mandos de la UCO y otros que no están destinados en la UCO», apuntó el comandante sobre la conversación con Leire Díez.En ese informe de Villalba, él recoge que al día siguiente de su encuentro con Leire, su intermediario le llamó para decirle «que estaban impacientes desde arriba» con su encuentro y que la fontanera habría recibido «llamadas desde arriba» en el trayecto, como el de la directora de la Guardia Civil que esperaba el «feedback». Leire Díez, al hilo, le propuso tres opciones: que se reuniera con Fiscalía y contara la dinámica de funcionamiento en la UCO y la Jefatura de Información; que colaborara con el Cuerpo Nacional de Policía para «destapar» los movimientos irregulares de la UCO; y que fuera «la mano derecha de la directora de la Guardia Civil para que le cuente las dinámicas de trabajo y lo que está pasando en esas unidades.Ábalos y el «lío de faldas»Por otro lado, En ese viraje político de la conversación, Leire Díez le llegó a indicar que el actual fiscal jefe de la Fiscalía Anticorrupción, Alejandro Luzón, era «afín» al PP y que existía el pacto de que cuando el presidente ‘popular’ Alberto Núñez Feijóo se hiciera con La Moncloa en las elecciones generales de 2027, sería nombrado fiscal general del Estado.Con todo, Díez, según las notas del comandante, pronto recondujo la conversación para volver al tema de su defensa. Le propuso al abogado de Koldo García porque el de Ábalos -que entonces era Aníbal Álvarez- «ya tiene más que suficiente con todo lo que arrastra el ministro que caerá por su lío de faldas y lo que tiene en la entrepierna».Y mostró especial interés por Repsol. Según recogió el comandante, Leire acusó en varias ocasiones a la petrolera de estar detrás de operaciones contra determinadas empresas del sector de los hidrocarburos que son investigadas por la Audiencia Nacional por el fraude del IVA -Gaslow, Hafesa y Villafuel-, y apuntó que actuaba con la connivencia de la UCO. De hecho, llegó a deslizar que el jefe de la UCO Antonio Balas tenía apalabrado con esa multinacional un puesto de Seguridad.Para ella no habría ilegalidad en esas operaciones de Hafesa y Gaslow, y que lo único que habría es un interés de Repsol por «golpear a estas empresas para evitar que crezcan». El pasado 10 de marzo, el comandante de la Guardia Civil Rubén Villalba, investigado en el caso Koldo por facilitar presuntamente teléfonos seguros a la trama que buscaba hacerse con contratos públicos de forma irregular, se reunió con Leire Díez. Era la segunda vez que se veían, y de esa reunión, el agente elaboró un informe detallado que ha acabado en manos del juez que investiga por tráfico de influencias y cohecho a la presunta ‘fontanera’ del PSOE que decía hablar en nombre de «altas instancias» del Gobierno de Pedro Sánchez.Esas notas tomadas por Villalba, a las que ha tenido acceso ABC, ponen negro sobre blanco la percepción que tuvo él de esa ‘enviada’ que buscaba su colaboración en diferentes frentes judiciales que afectan al Ejecutivo socialista y que le ofreció varias salidas para su situación judicial, siempre recomendando que se alejara de su actual abogado, del despacho de José Antonio Choclán -letrado que lleva también la defensa del empresario Víctor de Aldama-, y que fichara al de Koldo García.A lo largo de cinco páginas, Villalba detalla que Leire le propuso colaborar con ella para «intentar desmontar la Guardia Civil» y le comentó que tanto en los casos de hidrocarburos que se investigan en la Audiencia Nacional como en el caso Koldo -en el que ya constan como investigados el exministro José Luis Ábalos y el ex número tres socialista Santos Cerdán, que está en prisión- existía «un nexo común», el de Antonio Balas, jefe de Delitos Económicos de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil.Noticia Relacionada estandar Si La Fiscalía afirma que «el plan delictivo» de Leire Díez buscaba «denigrar a la UCO y a Anticorrupción» Javier Lillo y Carmen Lucas-TorresLa presunta fontanera le habló de que se debía realizar una operación quirúrgica en la Benemérita y apunto también a la posible colaboración con Balas de Manuel Sánchez Corbí, quien hoy lleva la seguridad de Acciona (una de las constructoras afectadas por la investigación del Supremo) y que fue jefe de la UCO, participando en operaciones tan relevantes como la liberación de José Antonio Ortega Lara, la operación Púnica o el caso Diana Quer. Leire Díez fue incluso más allá y le dijo que esas operaciones irregulares de las que acusaba a Balas contaban con la connivencia de «algunos diputados del PP en Andalucía».«Elefante en cacharrería»Tras esto, le pidió que hablara con Aldama y que indagara sobre varios mandos de la UCO o relacionados con ella, porque tenía «muchas pruebas» contra la Guardia Civil, tantas que se habían planteado ir contra todo ese cuerpo «como un elefante en una cacharrería, para mover los cimientos». Según le matizó, ella misma habría frenado ese movimiento para hacer algo más «selectivo» y quitarse así solo «elementos subversivos».Siguiendo con ese ataque a la Benemérita, y siempre según las notas de Villaba, Leire Díez aseveró en esa reunión que tenía constancia de que hay mandos de la UCO que han recibido pagos de empresarios, y que si el dueño de un puticlub denominado Don Ángelo hablara caerían muchos de ellos. En este sentido, le indicó que en su caso conocía que sus superiores se estaban apartando para que el corriera con toda la responsabilidad y le solicitó que también le hablara del actual director adjunto operativo (DAO) de la Guardia Civil, Manuel Llamas, porque tampoco se fiaban de él.En la conversación que recogió el comandante sale a relucir en varias ocasiones la figura de la directora general de la Guardia Civil, Mercedes González, con quien la fontanera habría mantenido diferentes encuentros, siempre según lo que le habría confesado Leire Díez a Villalba en esa reunión. En este sentido, la exmilitante del PSOE le explicó que en esos encuentros, la directora le habría trasladado que no se enteraba de lo que ocurrió en el seno del cuerpo que dirigía y que «está perpleja de lo que ocurre» y que no sabe como «meterle mano».«Que ellos, Leire y los de arriba en el Gobierno, saben lo que está pasando en la GC (Guardia Civil) pero que necesitan de pruebas más objetivas para poder atacar. Que están recopilando información de mandos de la UCO y otros que no están destinados en la UCO», apuntó el comandante sobre la conversación con Leire Díez.En ese informe de Villalba, él recoge que al día siguiente de su encuentro con Leire, su intermediario le llamó para decirle «que estaban impacientes desde arriba» con su encuentro y que la fontanera habría recibido «llamadas desde arriba» en el trayecto, como el de la directora de la Guardia Civil que esperaba el «feedback». Leire Díez, al hilo, le propuso tres opciones: que se reuniera con Fiscalía y contara la dinámica de funcionamiento en la UCO y la Jefatura de Información; que colaborara con el Cuerpo Nacional de Policía para «destapar» los movimientos irregulares de la UCO; y que fuera «la mano derecha de la directora de la Guardia Civil para que le cuente las dinámicas de trabajo y lo que está pasando en esas unidades.Ábalos y el «lío de faldas»Por otro lado, En ese viraje político de la conversación, Leire Díez le llegó a indicar que el actual fiscal jefe de la Fiscalía Anticorrupción, Alejandro Luzón, era «afín» al PP y que existía el pacto de que cuando el presidente ‘popular’ Alberto Núñez Feijóo se hiciera con La Moncloa en las elecciones generales de 2027, sería nombrado fiscal general del Estado.Con todo, Díez, según las notas del comandante, pronto recondujo la conversación para volver al tema de su defensa. Le propuso al abogado de Koldo García porque el de Ábalos -que entonces era Aníbal Álvarez- «ya tiene más que suficiente con todo lo que arrastra el ministro que caerá por su lío de faldas y lo que tiene en la entrepierna».Y mostró especial interés por Repsol. Según recogió el comandante, Leire acusó en varias ocasiones a la petrolera de estar detrás de operaciones contra determinadas empresas del sector de los hidrocarburos que son investigadas por la Audiencia Nacional por el fraude del IVA -Gaslow, Hafesa y Villafuel-, y apuntó que actuaba con la connivencia de la UCO. De hecho, llegó a deslizar que el jefe de la UCO Antonio Balas tenía apalabrado con esa multinacional un puesto de Seguridad.Para ella no habría ilegalidad en esas operaciones de Hafesa y Gaslow, y que lo único que habría es un interés de Repsol por «golpear a estas empresas para evitar que crezcan».
El pasado 10 de marzo, el comandante de la Guardia Civil Rubén Villalba, investigado en el caso Koldo por facilitar presuntamente teléfonos seguros a la trama que buscaba hacerse con contratos públicos de forma irregular, se reunió con Leire Díez. Era la segunda vez que … se veían, y de esa reunión, el agente elaboró un informe detallado que ha acabado en manos del juez que investiga por tráfico de influencias y cohecho a la presunta ‘fontanera’ del PSOE que decía hablar en nombre de «altas instancias» del Gobierno de Pedro Sánchez.
Esas notas tomadas por Villalba, a las que ha tenido acceso ABC, ponen negro sobre blanco la percepción que tuvo él de esa ‘enviada’ que buscaba su colaboración en diferentes frentes judiciales que afectan al Ejecutivo socialista y que le ofreció varias salidas para su situación judicial, siempre recomendando que se alejara de su actual abogado, del despacho de José Antonio Choclán -letrado que lleva también la defensa del empresario Víctor de Aldama-, y que fichara al de Koldo García.
A lo largo de cinco páginas, Villalba detalla que Leire le propuso colaborar con ella para «intentar desmontar la Guardia Civil» y le comentó que tanto en los casos de hidrocarburos que se investigan en la Audiencia Nacional como en el caso Koldo -en el que ya constan como investigados el exministro José Luis Ábalos y el ex número tres socialista Santos Cerdán, que está en prisión- existía «un nexo común», el de Antonio Balas, jefe de Delitos Económicos de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil.
La presunta fontanera le habló de que se debía realizar una operación quirúrgica en la Benemérita y apunto también a la posible colaboración con Balas de Manuel Sánchez Corbí, quien hoy lleva la seguridad de Acciona (una de las constructoras afectadas por la investigación del Supremo) y que fue jefe de la UCO, participando en operaciones tan relevantes como la liberación de José Antonio Ortega Lara, la operación Púnica o el caso Diana Quer. Leire Díez fue incluso más allá y le dijo que esas operaciones irregulares de las que acusaba a Balas contaban con la connivencia de «algunos diputados del PP en Andalucía».
«Elefante en cacharrería»
Tras esto, le pidió que hablara con Aldama y que indagara sobre varios mandos de la UCO o relacionados con ella, porque tenía «muchas pruebas» contra la Guardia Civil, tantas que se habían planteado ir contra todo ese cuerpo «como un elefante en una cacharrería, para mover los cimientos». Según le matizó, ella misma habría frenado ese movimiento para hacer algo más «selectivo» y quitarse así solo «elementos subversivos».
Siguiendo con ese ataque a la Benemérita, y siempre según las notas de Villaba, Leire Díez aseveró en esa reunión que tenía constancia de que hay mandos de la UCO que han recibido pagos de empresarios, y que si el dueño de un puticlub denominado Don Ángelo hablara caerían muchos de ellos. En este sentido, le indicó que en su caso conocía que sus superiores se estaban apartando para que el corriera con toda la responsabilidad y le solicitó que también le hablara del actual director adjunto operativo (DAO) de la Guardia Civil, Manuel Llamas, porque tampoco se fiaban de él.
En la conversación que recogió el comandante sale a relucir en varias ocasiones la figura de la directora general de la Guardia Civil, Mercedes González, con quien la fontanera habría mantenido diferentes encuentros, siempre según lo que le habría confesado Leire Díez a Villalba en esa reunión. En este sentido, la exmilitante del PSOE le explicó que en esos encuentros, la directora le habría trasladado que no se enteraba de lo que ocurrió en el seno del cuerpo que dirigía y que «está perpleja de lo que ocurre» y que no sabe como «meterle mano».
«Que ellos, Leire y los de arriba en el Gobierno, saben lo que está pasando en la GC (Guardia Civil) pero que necesitan de pruebas más objetivas para poder atacar. Que están recopilando información de mandos de la UCO y otros que no están destinados en la UCO», apuntó el comandante sobre la conversación con Leire Díez.
En ese informe de Villalba, él recoge que al día siguiente de su encuentro con Leire, su intermediario le llamó para decirle «que estaban impacientes desde arriba» con su encuentro y que la fontanera habría recibido «llamadas desde arriba» en el trayecto, como el de la directora de la Guardia Civil que esperaba el «feedback». Leire Díez, al hilo, le propuso tres opciones: que se reuniera con Fiscalía y contara la dinámica de funcionamiento en la UCO y la Jefatura de Información; que colaborara con el Cuerpo Nacional de Policía para «destapar» los movimientos irregulares de la UCO; y que fuera «la mano derecha de la directora de la Guardia Civil para que le cuente las dinámicas de trabajo y lo que está pasando en esas unidades.
Ábalos y el «lío de faldas»
Por otro lado, En ese viraje político de la conversación, Leire Díez le llegó a indicar que el actual fiscal jefe de la Fiscalía Anticorrupción, Alejandro Luzón, era «afín» al PP y que existía el pacto de que cuando el presidente ‘popular’ Alberto Núñez Feijóo se hiciera con La Moncloa en las elecciones generales de 2027, sería nombrado fiscal general del Estado.
Con todo, Díez, según las notas del comandante, pronto recondujo la conversación para volver al tema de su defensa. Le propuso al abogado de Koldo García porque el de Ábalos -que entonces era Aníbal Álvarez- «ya tiene más que suficiente con todo lo que arrastra el ministro que caerá por su lío de faldas y lo que tiene en la entrepierna».
Y mostró especial interés por Repsol. Según recogió el comandante, Leire acusó en varias ocasiones a la petrolera de estar detrás de operaciones contra determinadas empresas del sector de los hidrocarburos que son investigadas por la Audiencia Nacional por el fraude del IVA -Gaslow, Hafesa y Villafuel-, y apuntó que actuaba con la connivencia de la UCO. De hecho, llegó a deslizar que el jefe de la UCO Antonio Balas tenía apalabrado con esa multinacional un puesto de Seguridad.
Para ella no habría ilegalidad en esas operaciones de Hafesa y Gaslow, y que lo único que habría es un interés de Repsol por «golpear a estas empresas para evitar que crezcan».
Límite de sesiones alcanzadas
- El acceso al contenido Premium está abierto por cortesía del establecimiento donde te encuentras, pero ahora mismo hay demasiados usuarios conectados a la vez. Por favor, inténtalo pasados unos minutos.
Volver a intentar
Has superado el límite de sesiones
- Sólo puedes tener tres sesiones iniciadas a la vez. Hemos cerrado la sesión más antigua para que sigas navegando sin límites en el resto.
Sigue navegando
Artículo solo para suscriptores
RSS de noticias de espana
