“Tornem a casa, vibrem”, rezaba el eslogan de la potente campaña que el Barça lanzó el pasado 25 de junio, en la que el club anunció oficialmente la vuelta al Spotify Camp Nou para el 10 de agosto con ocasión del Trofeu Joan Gamper. Tal era la seguridad de la fecha, que el anuncio se acompañó de la presencia del presidente Joan Laporta en un gesto que subrayaba la relevancia institucional del proyecto, convertido en la joya de la corona de su segundo mandato presidencial. Pero no. El Gamper se jugará mañana en el Estadi Johan Cruyff (21h) con 6.000 espectadores ante el Como de Cesc Fàbregas tras el último de los cuatro intentos de regreso.
El club acumula cuatro fechas erróneas anunciadas para volver al Spotify Camp Nou y diez meses de retraso en las obras del nuevo feudo azulgrana
“Tornem a casa, vibrem”, rezaba el eslogan de la potente campaña que el Barça lanzó el pasado 25 de junio, en la que el club anunció oficialmente la vuelta al Spotify Camp Nou para el 10 de agosto con ocasión del Trofeu Joan Gamper. Tal era la seguridad de la fecha, que el anuncio se acompañó de la presencia del presidente Joan Laporta en un gesto que subrayaba la relevancia institucional del proyecto, convertido en la joya de la corona de su segundo mandato presidencial. Pero no. El Gamper se jugará mañana en el Estadi Johan Cruyff (21h) con 6.000 espectadores ante el Como de Cesc Fàbregas tras el último de los cuatro intentos de regreso.

Todo comenzó el 28 de mayo del 2023, día en el que se disputó el último partido en el Camp Nou. El Barça ganó 3-0 al Mallorca, con Sergio Busquets como capitán, en lo que fue también su despedida sobre el césped del antiguo estadio. Las obras comenzaron en junio del 2023, con una previsión de finalización total para el verano del 2026. En un proyecto planteado por fases, la mudanza debía durar tan solo un año y medio con un primer regreso que apuntaba al 125 aniversario del club, en noviembre del 2024 y ante unos 60.000 espectadores distribuidos entre la primera y la segunda gradería. Fue entonces cuando el barcelonismo descubrió lo que significan los imponderables: hechos o circunstancias que, teóricamente, no pueden preverse.
De noviembre del 2024 a enero del 2025
“Pero el club trabaja para volver antes de acabar el año 2024 o a principios del 2025”, declaró la vicepresidenta institucional Elena Fort, en una rueda de prensa en que incluso se detallaron el dispositivo y los precios de los abonos para medio curso. También se aseguró que los 17.000 socios que acudieron a Montjuïc tendrían un trato prioritario para el retorno.
Tras esta segunda decepción, el director de operaciones, Joan Sentelles, ya reconoció un retraso de al menos cuatro meses. Entre los motivos mencionó la quiebra de Inbersa, empresa encargada de suministrar la estructura metálica de la tribuna, lo que paralizó temporalmente el suministro y montaje. También se aludió a modificaciones técnicas no previstas en los anillos VIP y en la cubierta.
De enero a julio del 2025
En febrero del 2025 surgió una nueva dificultad: el Barcelona no lograba obtener el permiso del Ayuntamiento para que Limak trabajara 24 horas al día durante seis días a la semana. Este permiso fue finalmente concedido en marzo, cuando ya se barajaba una tercera fecha de regreso en mayo, coincidiendo con el clásico del 11 de mayo en el Camp Nou. Incluso se contempló jugar allí el último partido de Liga contra el Villarreal, pero desde la entidad se comunicó que la prioridad era avanzar en las obras durante el verano, y que el desmontaje de las grúas retrasaría el proceso.
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Nada más lejos de la realidad. Los permisos estaban estancados. De hecho, pese a la campaña, solo se había solicitado al Ayuntamiento la licencia de actividad pero no la de primera ocupación para abrir el estadio con un 60 % del aforo. A todo esto, en un inicio y frente a estos retrasos, se acordó una penalización de un millón de euros por cada día que se demorase la finalización de las obras, con un límite cercano a los 192 millones. Hasta mayo del 2025 se contabilizaron más de 166 días de retraso, lo que implicaba cientos de millones en penalizaciones potenciales. No obstante, según la letra pequeña del contrato, muchas de estas causas no son imputables a Limak.
Ahora el club rebaja el aforo inicial del campo de 60.000 a 27.000 espectadores sin perder de vista Montjuïc
El último movimiento que se ha efectuado en este sentido ha llegado esta semana. El Ayuntamiento ha autorizado una modificación en la licencia de obras con el objetivo de abrir el estadio en tres fases y con un aforo inicial de 27.000 espectadores.
Fuentes del club apuntan que, para jugar en el Camp Nou el 14 de septiembre en la cuarta jornada liguera ante el Valencia, deberían firmar el fin de obra de esta primera fase a finales de la próxima semana para que el consistorio tenga un mes para revisar y decidir. Por si acaso, dos temporadas después de aquel adiós al Camp Nou, Montjuïc está en el horizonte. Y mañana tocará presentar al equipo en el Johan Cruyff.
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