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Dentro de las publicaciones del Instituto Nacional de Estadística (INE), pocas son más controvertidas en los últimos años que la contabilidad nacional, y dentro de esta, la contabilidad regional es la que da lugar a las comparativas más duras entre regiones. La publicación la semana pasada de nuevos datos ha dado el disparo de salida a una nueva ronda de comparaciones entre comunidades autónomas, donde la Comunidad de Madrid ha salido claramente como la región con un mayor crecimiento (en términos absolutos y relativos) en los últimos años.
El crecimiento de Madrid por encima de la media nacional no es algo exclusivo de los últimos años, desde hace algo más de una década el PIB de Madrid ha venido creciendo por encima del PIB nacional. Esto le ha permitido ganar peso frente a otras regiones históricamente relevantes en términos de PIB, como País Vasco y, desde 2017, Cataluña. Si observamos además la evolución de la población en estas tres regiones, podemos entender rápidamente como el limitado crecimiento poblacional tiene mucho que ver con el limitado crecimiento del PIB en el País Vasco, pero entre Madrid y Cataluña solo permitiría explicar una parte del desacople en términos de PIB.
Aunque las causas de la divergencia en población entre comunidades autónomas también responden a otros factores, lo cierto es que los flujos migratorios han sido el factor determinante en el crecimiento de Madrid y Cataluña desde 2019. Junto con la Comunidad Valenciana, son las tres regiones que han recibido un peso mayor de lo que les correspondería por población en los saldos migratorios con el resto del mundo. Por el contrario, regiones como las dos Castillas, País Vasco y especialmente Andalucía, el saldo migratorio ha sido inferior de lo que necesitarían para mantener su peso en la población total entre 2019 y 2023.
Ahora bien, si entre 2019 y 2024 la brecha en el crecimiento de la población solo explica una pequeña parte del desacople del PIB entre Madrid y Cataluña, ya que ambas regiones se benefician de sobremanera de los flujos migratorios con el exterior ¿De donde viene la otra parte? Pues bien, pese a que ambas regiones muestran un crecimiento eminentemente extensivo desde 2019 (esto es, añadiendo más factores productivos sin incrementar la productividad) el desempeño de Cataluña en cuanto al PIB per cápita ha sido notablemente peor al de Madrid en el último lustro.
Mientras que Madrid ha conseguido mantener un PIB per cápita un 37% entre 2019 y 2024 por encima del PIB per cápita nacional, en el caso de Cataluña esta diferencia positiva ha caído casi tres puntos en el mismo periodo del 17,6% al 14,7%. En otras palabras, aunque el crecimiento de ambas regiones se ha basado en buena medida en el incremento de la población, Madrid ha logrado mantener un PIB per capita notablemente por encima de la media nacional, mientras que Cataluña parece estar convergiendo a la media con fuerza tras la pandemia. Aunque aún falta información adicional de la contabilidad regional que permita analizar mejor en qué sectores de actividad se ha producido esta ralentización de la productividad en Cataluña, ya hay cierta información que nos puede dar pistas de donde se está parte del problema.
En primer lugar, hay sutiles cambios demográficos desde 2019 que han sido diferentes en Cataluña. Por ejemplo, en Madrid y España los menores de 25 años, el grupo de población que no trabaja ni recibe prestaciones, ha perdido medio punto de peso en la población total, mientras que en Cataluña la caída de este grupo ha sido ligeramente más moderada. Además, si observamos el porcentaje de población ocupada con los datos de contabilidad nacional hasta 2023, podemos ver como Madrid ha mantenido un dinamismo del empleo por encima de País Vasco y Cataluña, lo que podría explicar parte del peor desempeño de Cataluña en el PIB per capita.
Dicen por ahí que una vez que, una vez que empiezas a mirar la demografía, es imposible pensar en otra cosa. Lo cierto es que en los últimos años se trata de una variable clave que ha determinado, a través de los flujos migratorios, los patrones de crecimiento regional en España, dando el relevo a nuestra maltrecha tasa de natalidad. En ese sentido Madrid y Cataluña tenían todas las ventajas, con sus grandes economías de aglomeración, para crecer en el peso del PIB gracias a estos flujos, pero un peor desempeño en el PIB per cápita, con causas aún no del todo claras, ha lastrado el peso de Cataluña desde 2019, permitiendo a Madrid continuar ganando peso en la economía nacional.
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