Viernes 10 de octubre, Día Internacional de la Salud Mental . Una fecha simbólica para visibilizar su estado, tratamiento e influencia por una sociedad que ya la ha sacado del armario pero ahora tiene que encontrarle su sitio. José Tenorio Iglesias, decano del Colegio Oficial de Psicología de Andalucía Occidental, reflexiona sobre los desafíos del presente con balcones al mañana.La coincidencia en el diagnóstico es indiscutible: se necesita reforzar la atención especializada y dar asistencia a la primaria . También reducir los fármacos, atender a las necesidades individuales, aprender a lidiar con los nuevos conflictos y dominar los ya existentes. Licenciado en Psicología por la Universidad de Sevilla en 1982, apunta con sus palabras que se ha recorrido un buen trecho del sendero, pero se arrancó demasiado tarde y aún queda un largo camino por recorrer.-¿Cuáles son actualmente los principales retos de la salud mental?-Evidentemente, llegar a más personas y a todos los sectores de edad. Se necesita que se traten tanto los trastornos mentales graves como moderados. Por lo tanto, hay que garantizar la prestación de servicios con equidad desde la Sanidad Pública. Con derechos para todas las personas. Será fundamental reforzar la atención especializada y comenzar a dar asistencia para los trastornos de salud mental en la Atención Primaria, no solamente con fármacos sino también con tratamientos psicológicos.-¿Cuáles son los problemas de salud mental más comunes?-Se dan con mayor frecuencia en la población los trastornos del estado de ánimo, principalmente de tipo depresivo, los trastornos de ansiedad y los relacionados con el estrés. También reactivos a situaciones que la persona vive. A otra escala, nos encontramos con trastornos del sueño, de la conducta alimentaria, los obsesivo-compulsivos, los de personalidad y los trastornos por consumo de sustancias. Hay otros de mayor gravedad, pero que se dan con menos frecuencia.-¿Se han detectado peculiaridades en Andalucía con respecto al resto de comunidades?-No me constan estudios con datos concluyentes que expresen diferencias significativas. Habrá variaciones, seguramente. Sí se ve en Andalucía algo parejo a toda la realidad estatal, y es que hay un incremento de demanda de personas con salud mental y un aumento en las personas más jóvenes.-Entonces siguen aumentando los problemas de salud mental en los jóvenes. ¿A qué se debe?-Se observa un incremento en la demanda de tratamiento de los jóvenes, pero no hay que inferir que están teniendo más problemas de salud mental. Influye que ahora están más atentos a sus necesidades y más motivados para requerir tratamientos de salud mental. Son problemas de índice moderado, no graves, y suelen responder muy bien a los tratamientos psicológicos.«Hay que reforzar la figura del psicólogo escolar para detectar señales que los niños no saben comunicar»-¿Las redes sociales son un nuevo acelerador de los problemas de salud mental?-Son un nuevo elemento que se incorpora a la realidad y que, por tanto, trae sus luces y sus sombras. Pueden propiciar un aumento de elementos estresores para las personas, que hagan poner más en peligro su equilibrio emocional. Pero pueden servir de manera positiva para sentir apoyo y conexión con los demás, y algo tan negativo como sufrir acoso y agresiones de otras personas. Muchas redes van difundiendo prototipos de personas que frustran mucho, a la población en general, y hay una menor aceptación de sí misma.-¿Cuándo es recomendable acudir al psicólogo y cuándo al psiquiatra?-Ambos son profesionales relacionados con la salud mental y perfectamente preparados para afrontar y ayudar en estos problemas. Es difícil dar unas pautas para elegir uno u otro. No obstante, si la persona piensa que para su problema lo que necesita es una terapia psicológica, mejor que venga al psicólogo.-Siempre se ha sido muy crítico con la administración y el sistema sanitario con respecto al tratamiento de los problemas de salud mental. ¿Se ha avanzado algo? ¿Qué queda por hacer?-Sí, se ha sido crítico porque el tratamiento de la salud mental necesita que se avance y mucho más rápido. Ha sido incorporado al sistema público desde hace pocos años y necesita un mayor recorrido para que llegue al nivel de otros tratamientos especializados de salud. Se ha avanzado, pero queda mucho por conseguir.Queda incrementar recursos para tratamientos especializados y atender la salud mental desde la atención primaria para llegar a todas las capas de la población, sobre todo a trastornos moderados y reactivos que previenen mucho la cronificación de otras patologías. También atender con tratamientos psicológicos como alternativa al exceso de fármacos en problemas que se pueden resolver sin los mismos.-¿Cómo se debería afrontar en las aulas el tema de la salud mental?-Hay que afrontarlo como todos los problemas de salud. Con absoluta normalidad, haciendo mucha prevención, logrando que los chicos y chicas estén atentos no sólo a su salud física sino a su equilibrio emocional y a su salud mental, y por tanto detecten las amenazas lo antes posible para que reciban ayuda. Cuanto más temprana es la intervención, más eficaz es e impide el desarrollo de otras complicaciones. Destacaría la importancia del psicólogo escolar. Sería muy interesante reforzar esta figura para detectar señales que los niños no saben comunicar y que pueden estar relacionadas con dificultades que puedan estar atravesando, tal y como dicen las estadísticas.-Hasta hace muy poco no se hablaba de salud mental. ¿Ahora cree que se habla demasiado? Empieza a haber una tendencia que critica que se esté todo el tiempo con este concepto en la cabeza y se corre el riesgo de banalizar enfermedades o trastornos graves al incluirlo todo en el mismo saco.-No creo que nunca se hable demasiado. Aparentemente se habla mucho, pero porque antes se ha callado. Es muy positivo que esté presente y que la gente pida que se tienda a ello, como ocurre con los problemas físicos. Ahora se le da mayor importancia.-¿Se ha reducido el estigma?-En gran medida, así es. Hoy en día, la mayoría de las personas, con transparencia, reconocen problemas de salud mental y demandan tratamientos ante ello. Pero el estigma ha sido tan fuerte que aún queda camino por recorrer, sobre todo en los enfermos mentales graves.-¿Cómo imagina la atención psicológica dentro de diez años? ¿Cree que habrá algún cambio relevante?-Quiero imaginarla con una atención psicológica plenamente desarrollada en el sistema público tanto a nivel especializado como en la atención primaria. Veo una atención psicológica a cargo de profesionales de la psicología facultados para ello, que de manera conjunta y conjuntada atiendan a las personas según los problemas que se vayan presentando. Estamos trabajando para que sea posible este cambio.-¿Qué significa y cuáles son las claves para tener una buena salud mental?-Se suele equiparar con el equilibrio y el bienestar. Eso no significa que en nuestras vidas no haya desequilibrio o malestar. Por tanto, una buena salud mental es afrontar nuestras dificultades con recursos personales para reducir nuestro sufrimiento y no provocárselo a los demás. La prevención es la mejor clave que existe. Aprender a ver nuestro estado psicológico igual que vemos nuestro cuerpo y sabemos cuándo no está bien. Incluir factores de corrección cuando veamos que algo no funciona. Prevención, escuchar nuestro estado psicológico y saber pedir ayuda en cuanto la necesitemos.-¿Qué mensaje le gustaría dejar en este Día Mundial de la Salud Mental?-La salud mental es un derecho y todas las personas deben ser atendidas por el sistema sanitario público. A nivel individual, que sea una obligación, algo a mantener, como hemos llegado al convencimiento de la salud física. Y hacer mucha prevención, aprender a cuidarnos. Es un derecho para la ciudadanía y una obligación para nosotros. Viernes 10 de octubre, Día Internacional de la Salud Mental . Una fecha simbólica para visibilizar su estado, tratamiento e influencia por una sociedad que ya la ha sacado del armario pero ahora tiene que encontrarle su sitio. José Tenorio Iglesias, decano del Colegio Oficial de Psicología de Andalucía Occidental, reflexiona sobre los desafíos del presente con balcones al mañana.La coincidencia en el diagnóstico es indiscutible: se necesita reforzar la atención especializada y dar asistencia a la primaria . También reducir los fármacos, atender a las necesidades individuales, aprender a lidiar con los nuevos conflictos y dominar los ya existentes. Licenciado en Psicología por la Universidad de Sevilla en 1982, apunta con sus palabras que se ha recorrido un buen trecho del sendero, pero se arrancó demasiado tarde y aún queda un largo camino por recorrer.-¿Cuáles son actualmente los principales retos de la salud mental?-Evidentemente, llegar a más personas y a todos los sectores de edad. Se necesita que se traten tanto los trastornos mentales graves como moderados. Por lo tanto, hay que garantizar la prestación de servicios con equidad desde la Sanidad Pública. Con derechos para todas las personas. Será fundamental reforzar la atención especializada y comenzar a dar asistencia para los trastornos de salud mental en la Atención Primaria, no solamente con fármacos sino también con tratamientos psicológicos.-¿Cuáles son los problemas de salud mental más comunes?-Se dan con mayor frecuencia en la población los trastornos del estado de ánimo, principalmente de tipo depresivo, los trastornos de ansiedad y los relacionados con el estrés. También reactivos a situaciones que la persona vive. A otra escala, nos encontramos con trastornos del sueño, de la conducta alimentaria, los obsesivo-compulsivos, los de personalidad y los trastornos por consumo de sustancias. Hay otros de mayor gravedad, pero que se dan con menos frecuencia.-¿Se han detectado peculiaridades en Andalucía con respecto al resto de comunidades?-No me constan estudios con datos concluyentes que expresen diferencias significativas. Habrá variaciones, seguramente. Sí se ve en Andalucía algo parejo a toda la realidad estatal, y es que hay un incremento de demanda de personas con salud mental y un aumento en las personas más jóvenes.-Entonces siguen aumentando los problemas de salud mental en los jóvenes. ¿A qué se debe?-Se observa un incremento en la demanda de tratamiento de los jóvenes, pero no hay que inferir que están teniendo más problemas de salud mental. Influye que ahora están más atentos a sus necesidades y más motivados para requerir tratamientos de salud mental. Son problemas de índice moderado, no graves, y suelen responder muy bien a los tratamientos psicológicos.«Hay que reforzar la figura del psicólogo escolar para detectar señales que los niños no saben comunicar»-¿Las redes sociales son un nuevo acelerador de los problemas de salud mental?-Son un nuevo elemento que se incorpora a la realidad y que, por tanto, trae sus luces y sus sombras. Pueden propiciar un aumento de elementos estresores para las personas, que hagan poner más en peligro su equilibrio emocional. Pero pueden servir de manera positiva para sentir apoyo y conexión con los demás, y algo tan negativo como sufrir acoso y agresiones de otras personas. Muchas redes van difundiendo prototipos de personas que frustran mucho, a la población en general, y hay una menor aceptación de sí misma.-¿Cuándo es recomendable acudir al psicólogo y cuándo al psiquiatra?-Ambos son profesionales relacionados con la salud mental y perfectamente preparados para afrontar y ayudar en estos problemas. Es difícil dar unas pautas para elegir uno u otro. No obstante, si la persona piensa que para su problema lo que necesita es una terapia psicológica, mejor que venga al psicólogo.-Siempre se ha sido muy crítico con la administración y el sistema sanitario con respecto al tratamiento de los problemas de salud mental. ¿Se ha avanzado algo? ¿Qué queda por hacer?-Sí, se ha sido crítico porque el tratamiento de la salud mental necesita que se avance y mucho más rápido. Ha sido incorporado al sistema público desde hace pocos años y necesita un mayor recorrido para que llegue al nivel de otros tratamientos especializados de salud. Se ha avanzado, pero queda mucho por conseguir.Queda incrementar recursos para tratamientos especializados y atender la salud mental desde la atención primaria para llegar a todas las capas de la población, sobre todo a trastornos moderados y reactivos que previenen mucho la cronificación de otras patologías. También atender con tratamientos psicológicos como alternativa al exceso de fármacos en problemas que se pueden resolver sin los mismos.-¿Cómo se debería afrontar en las aulas el tema de la salud mental?-Hay que afrontarlo como todos los problemas de salud. Con absoluta normalidad, haciendo mucha prevención, logrando que los chicos y chicas estén atentos no sólo a su salud física sino a su equilibrio emocional y a su salud mental, y por tanto detecten las amenazas lo antes posible para que reciban ayuda. Cuanto más temprana es la intervención, más eficaz es e impide el desarrollo de otras complicaciones. Destacaría la importancia del psicólogo escolar. Sería muy interesante reforzar esta figura para detectar señales que los niños no saben comunicar y que pueden estar relacionadas con dificultades que puedan estar atravesando, tal y como dicen las estadísticas.-Hasta hace muy poco no se hablaba de salud mental. ¿Ahora cree que se habla demasiado? Empieza a haber una tendencia que critica que se esté todo el tiempo con este concepto en la cabeza y se corre el riesgo de banalizar enfermedades o trastornos graves al incluirlo todo en el mismo saco.-No creo que nunca se hable demasiado. Aparentemente se habla mucho, pero porque antes se ha callado. Es muy positivo que esté presente y que la gente pida que se tienda a ello, como ocurre con los problemas físicos. Ahora se le da mayor importancia.-¿Se ha reducido el estigma?-En gran medida, así es. Hoy en día, la mayoría de las personas, con transparencia, reconocen problemas de salud mental y demandan tratamientos ante ello. Pero el estigma ha sido tan fuerte que aún queda camino por recorrer, sobre todo en los enfermos mentales graves.-¿Cómo imagina la atención psicológica dentro de diez años? ¿Cree que habrá algún cambio relevante?-Quiero imaginarla con una atención psicológica plenamente desarrollada en el sistema público tanto a nivel especializado como en la atención primaria. Veo una atención psicológica a cargo de profesionales de la psicología facultados para ello, que de manera conjunta y conjuntada atiendan a las personas según los problemas que se vayan presentando. Estamos trabajando para que sea posible este cambio.-¿Qué significa y cuáles son las claves para tener una buena salud mental?-Se suele equiparar con el equilibrio y el bienestar. Eso no significa que en nuestras vidas no haya desequilibrio o malestar. Por tanto, una buena salud mental es afrontar nuestras dificultades con recursos personales para reducir nuestro sufrimiento y no provocárselo a los demás. La prevención es la mejor clave que existe. Aprender a ver nuestro estado psicológico igual que vemos nuestro cuerpo y sabemos cuándo no está bien. Incluir factores de corrección cuando veamos que algo no funciona. Prevención, escuchar nuestro estado psicológico y saber pedir ayuda en cuanto la necesitemos.-¿Qué mensaje le gustaría dejar en este Día Mundial de la Salud Mental?-La salud mental es un derecho y todas las personas deben ser atendidas por el sistema sanitario público. A nivel individual, que sea una obligación, algo a mantener, como hemos llegado al convencimiento de la salud física. Y hacer mucha prevención, aprender a cuidarnos. Es un derecho para la ciudadanía y una obligación para nosotros.
Viernes 10 de octubre, Día Internacional de la Salud Mental. Una fecha simbólica para visibilizar su estado, tratamiento e influencia por una sociedad que ya la ha sacado del armario pero ahora tiene que encontrarle su sitio. José Tenorio Iglesias, decano del Colegio … Oficial de Psicología de Andalucía Occidental, reflexiona sobre los desafíos del presente con balcones al mañana.
La coincidencia en el diagnóstico es indiscutible: se necesita reforzar la atención especializada y dar asistencia a la primaria. También reducir los fármacos, atender a las necesidades individuales, aprender a lidiar con los nuevos conflictos y dominar los ya existentes. Licenciado en Psicología por la Universidad de Sevilla en 1982, apunta con sus palabras que se ha recorrido un buen trecho del sendero, pero se arrancó demasiado tarde y aún queda un largo camino por recorrer.
-¿Cuáles son actualmente los principales retos de la salud mental?
-Evidentemente, llegar a más personas y a todos los sectores de edad. Se necesita que se traten tanto los trastornos mentales graves como moderados. Por lo tanto, hay que garantizar la prestación de servicios con equidad desde la Sanidad Pública. Con derechos para todas las personas. Será fundamental reforzar la atención especializada y comenzar a dar asistencia para los trastornos de salud mental en la Atención Primaria, no solamente con fármacos sino también con tratamientos psicológicos.
-¿Cuáles son los problemas de salud mental más comunes?
-Se dan con mayor frecuencia en la población los trastornos del estado de ánimo, principalmente de tipo depresivo, los trastornos de ansiedad y los relacionados con el estrés. También reactivos a situaciones que la persona vive. A otra escala, nos encontramos con trastornos del sueño, de la conducta alimentaria, los obsesivo-compulsivos, los de personalidad y los trastornos por consumo de sustancias. Hay otros de mayor gravedad, pero que se dan con menos frecuencia.
-¿Se han detectado peculiaridades en Andalucía con respecto al resto de comunidades?
-No me constan estudios con datos concluyentes que expresen diferencias significativas. Habrá variaciones, seguramente. Sí se ve en Andalucía algo parejo a toda la realidad estatal, y es que hay un incremento de demanda de personas con salud mental y un aumento en las personas más jóvenes.
-Entonces siguen aumentando los problemas de salud mental en los jóvenes. ¿A qué se debe?
-Se observa un incremento en la demanda de tratamiento de los jóvenes, pero no hay que inferir que están teniendo más problemas de salud mental. Influye que ahora están más atentos a sus necesidades y más motivados para requerir tratamientos de salud mental. Son problemas de índice moderado, no graves, y suelen responder muy bien a los tratamientos psicológicos.
«Hay que reforzar la figura del psicólogo escolar para detectar señales que los niños no saben comunicar»
-¿Las redes sociales son un nuevo acelerador de los problemas de salud mental?
-Son un nuevo elemento que se incorpora a la realidad y que, por tanto, trae sus luces y sus sombras. Pueden propiciar un aumento de elementos estresores para las personas, que hagan poner más en peligro su equilibrio emocional. Pero pueden servir de manera positiva para sentir apoyo y conexión con los demás, y algo tan negativo como sufrir acoso y agresiones de otras personas. Muchas redes van difundiendo prototipos de personas que frustran mucho, a la población en general, y hay una menor aceptación de sí misma.
-¿Cuándo es recomendable acudir al psicólogo y cuándo al psiquiatra?
-Ambos son profesionales relacionados con la salud mental y perfectamente preparados para afrontar y ayudar en estos problemas. Es difícil dar unas pautas para elegir uno u otro. No obstante, si la persona piensa que para su problema lo que necesita es una terapia psicológica, mejor que venga al psicólogo.
-Siempre se ha sido muy crítico con la administración y el sistema sanitario con respecto al tratamiento de los problemas de salud mental. ¿Se ha avanzado algo? ¿Qué queda por hacer?
-Sí, se ha sido crítico porque el tratamiento de la salud mental necesita que se avance y mucho más rápido. Ha sido incorporado al sistema público desde hace pocos años y necesita un mayor recorrido para que llegue al nivel de otros tratamientos especializados de salud. Se ha avanzado, pero queda mucho por conseguir.
Queda incrementar recursos para tratamientos especializados y atender la salud mental desde la atención primaria para llegar a todas las capas de la población, sobre todo a trastornos moderados y reactivos que previenen mucho la cronificación de otras patologías. También atender con tratamientos psicológicos como alternativa al exceso de fármacos en problemas que se pueden resolver sin los mismos.
-¿Cómo se debería afrontar en las aulas el tema de la salud mental?
-Hay que afrontarlo como todos los problemas de salud. Con absoluta normalidad, haciendo mucha prevención, logrando que los chicos y chicas estén atentos no sólo a su salud física sino a su equilibrio emocional y a su salud mental, y por tanto detecten las amenazas lo antes posible para que reciban ayuda. Cuanto más temprana es la intervención, más eficaz es e impide el desarrollo de otras complicaciones. Destacaría la importancia del psicólogo escolar. Sería muy interesante reforzar esta figura para detectar señales que los niños no saben comunicar y que pueden estar relacionadas con dificultades que puedan estar atravesando, tal y como dicen las estadísticas.
-Hasta hace muy poco no se hablaba de salud mental. ¿Ahora cree que se habla demasiado? Empieza a haber una tendencia que critica que se esté todo el tiempo con este concepto en la cabeza y se corre el riesgo de banalizar enfermedades o trastornos graves al incluirlo todo en el mismo saco.
-No creo que nunca se hable demasiado. Aparentemente se habla mucho, pero porque antes se ha callado. Es muy positivo que esté presente y que la gente pida que se tienda a ello, como ocurre con los problemas físicos. Ahora se le da mayor importancia.
-¿Se ha reducido el estigma?
-En gran medida, así es. Hoy en día, la mayoría de las personas, con transparencia, reconocen problemas de salud mental y demandan tratamientos ante ello. Pero el estigma ha sido tan fuerte que aún queda camino por recorrer, sobre todo en los enfermos mentales graves.
-¿Cómo imagina la atención psicológica dentro de diez años? ¿Cree que habrá algún cambio relevante?
-Quiero imaginarla con una atención psicológica plenamente desarrollada en el sistema público tanto a nivel especializado como en la atención primaria. Veo una atención psicológica a cargo de profesionales de la psicología facultados para ello, que de manera conjunta y conjuntada atiendan a las personas según los problemas que se vayan presentando. Estamos trabajando para que sea posible este cambio.
-¿Qué significa y cuáles son las claves para tener una buena salud mental?
-Se suele equiparar con el equilibrio y el bienestar. Eso no significa que en nuestras vidas no haya desequilibrio o malestar. Por tanto, una buena salud mental es afrontar nuestras dificultades con recursos personales para reducir nuestro sufrimiento y no provocárselo a los demás. La prevención es la mejor clave que existe. Aprender a ver nuestro estado psicológico igual que vemos nuestro cuerpo y sabemos cuándo no está bien. Incluir factores de corrección cuando veamos que algo no funciona. Prevención, escuchar nuestro estado psicológico y saber pedir ayuda en cuanto la necesitemos.
-¿Qué mensaje le gustaría dejar en este Día Mundial de la Salud Mental?
-La salud mental es un derecho y todas las personas deben ser atendidas por el sistema sanitario público. A nivel individual, que sea una obligación, algo a mantener, como hemos llegado al convencimiento de la salud física. Y hacer mucha prevención, aprender a cuidarnos. Es un derecho para la ciudadanía y una obligación para nosotros.
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