Muchos han sido los intentos para poner letra a un himno de España que hasta ahora solo ha podido ser tarareado en eventos internacionales, deportivos y de otra índole, a diferencia de otros países que se desgañitan cantando a viva voz por su patria. Si bien ninguna de las letras que se han compuesto han conseguido asentarse para llegar a identificarnos con ellas, los acordes del himno español han sido utilizados para otras composiciones musicales en otros países -en Rusia, por ejemplo-. Una de las versiones españolas es un cántico religioso dedicado a la Virgen María y es parte del repertorio de un colegio de Brasil.Los pequeños alumnos del Colegio Bento XVI, una escuela católica que imparte clase a niños de infantil y primaria en la localidad brasileña de Formosa, cerca de Brasilia, recibieron hace solo unos días al Arzobispo Emérito del Ordenamiento Militar de Brasil, Fernando Guimaraes, y le deleitaron cantando a coro dicha canción llamada ‘La Virgen María’.La letra dice así:«La Virgen María es nuestra protectora, nuestra gran señora, a nada hay que temer. Vence al demonio, al mundo y a la carne. Guerra, guerra contra Lucifer. Vence al demonio, al mundo y a la carne. Guerra, guerra contra Lucifer. La Virgen María protege la inocencia, con su gran clemencia y vence al tentador. Para que al cielo vayamos cantando Gloria, gloria a Cristo redentor. Para que al cielo vayamos cantando Gloria, gloria a Cristo redentor. Alabemos todos a Dios sacramentado, nuestro bien amado y nuestro ángel Jesús, que por la causa de nuestros pecados fue muerto y enclavado en una cruz. Que por la causa de nuestros pecados fue muerto y enclavado en una cruz«.El origen de esta letra es español. Fue el sacerdote tarraconense Enrique Osso Cervelló, fallecido en 1895, quien compuso este himno con espíritu religioso. Fundador de la Compañia de Santa Teresa de Jesús, su canción sí quedó asentada en los países latinoamericanos. Osso fue beatificado por el Papa Juan Pablo II el 14 de octubre de 1979 y canonizado por el mismo pontífice el 16 de junio de 1993, convirtiéndose en Santo y, entre su legado eclesiástico, dejó esta obra que sigue viva. Muchos han sido los intentos para poner letra a un himno de España que hasta ahora solo ha podido ser tarareado en eventos internacionales, deportivos y de otra índole, a diferencia de otros países que se desgañitan cantando a viva voz por su patria. Si bien ninguna de las letras que se han compuesto han conseguido asentarse para llegar a identificarnos con ellas, los acordes del himno español han sido utilizados para otras composiciones musicales en otros países -en Rusia, por ejemplo-. Una de las versiones españolas es un cántico religioso dedicado a la Virgen María y es parte del repertorio de un colegio de Brasil.Los pequeños alumnos del Colegio Bento XVI, una escuela católica que imparte clase a niños de infantil y primaria en la localidad brasileña de Formosa, cerca de Brasilia, recibieron hace solo unos días al Arzobispo Emérito del Ordenamiento Militar de Brasil, Fernando Guimaraes, y le deleitaron cantando a coro dicha canción llamada ‘La Virgen María’.La letra dice así:«La Virgen María es nuestra protectora, nuestra gran señora, a nada hay que temer. Vence al demonio, al mundo y a la carne. Guerra, guerra contra Lucifer. Vence al demonio, al mundo y a la carne. Guerra, guerra contra Lucifer. La Virgen María protege la inocencia, con su gran clemencia y vence al tentador. Para que al cielo vayamos cantando Gloria, gloria a Cristo redentor. Para que al cielo vayamos cantando Gloria, gloria a Cristo redentor. Alabemos todos a Dios sacramentado, nuestro bien amado y nuestro ángel Jesús, que por la causa de nuestros pecados fue muerto y enclavado en una cruz. Que por la causa de nuestros pecados fue muerto y enclavado en una cruz«.El origen de esta letra es español. Fue el sacerdote tarraconense Enrique Osso Cervelló, fallecido en 1895, quien compuso este himno con espíritu religioso. Fundador de la Compañia de Santa Teresa de Jesús, su canción sí quedó asentada en los países latinoamericanos. Osso fue beatificado por el Papa Juan Pablo II el 14 de octubre de 1979 y canonizado por el mismo pontífice el 16 de junio de 1993, convirtiéndose en Santo y, entre su legado eclesiástico, dejó esta obra que sigue viva.
El autor original es un religioso español fallecido en 1895 y cuya letra, poco conocida en nuestro país, está muy asentada en Latinoamérica
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