Louis Prevost habla con orgullo y con prudencia de su hermano. Se define como un conservador MAGA , el grupo afín a Donald Trump, y reconoce que «choca con León en varios temas». Ha pasado unos días en Roma, y cuando el Papa tenía tiempo libre lo llamaba para estar juntos. «Es mi hermano, pero ahora es también el hermano o el padre del mundo», lo justifica. «Veo las cosas que hace como Papa y pienso: ‘Eso es lo que habría hecho Rob’. Está siendo él mismo», asegura.Cuando ve el Papa en los medios, ¿qué no reflejan de él?Creo que en prensa no es fácil percibir cómo actúa. Puedes leer que el Papa hizo esto o aquello, pero para entenderlo tienes que hablar con él. Tiene la capacidad de hablar con cualquiera. No se pone por encima ni por debajo de nadie, se adapta al nivel de la persona con la que habla. Cuando debe decirte algo duro, lo hace de forma educada, sin ofender, pero quien recibe la crítica se da cuenta de que debería reflexionar sobre lo que está escuchando. A veces lo hace conmigo. Me corrige, me dice que estoy equivocado… pero somos hermanos, y yo también respondo que no estoy de acuerdo.León XIV ha dicho que no comparte las opiniones «de uno de sus hermanos». No especifica con quien, pero creo que se refiere a usted.Podría ser. En Estados Unidos soy afín al grupo MAGA del partido de Donald Trump. Soy políticamente muy conservador. Como Papa es difícil que él comparta, por ejemplo, mis ideas sobre política migratoria. En eso tenemos opiniones diferentes. Noticias relacionadas estandar No ¿Qué es la misa tridentina que ha reautorizado el Papa León XIV? L. G. estandar No Bolaños se reúne en el Vaticano con Parolin con las indemnizaciones de los abusos como telón de fondo Javier Martínez-Brocal¿Cómo eran sus padres?Mi padre era conservador, mi madre no tanto. Así que los tres hermanos intentamos encontrar un equilibrio entre ambos. Eran católicos, muy religiosos. Recibimos educación religiosa, fuimos a escuelas católicas. Nos educaron para ser buenas personas, obedecer las leyes, seguir las enseñanzas de la Iglesia y ser buenos seres humanos, como lo fueron ellos. Los imitamos y la gente lo ha notado. Éramos una familia muy unida, los cinco, y la gente aún lo comenta. «Ustedes se llevan tan bien…», y eso es poco común. Se llevan bien a pesar de tener ideas diferentes…Así crecimos y así nos educaron nuestros padres. Yo era el mayor, y cuando éramos pequeños a veces incluso pegaba a mis hermanos. Pero cuando se dieron cuenta de que juntos eran más fuertes que yo, dejé de hacerlo. Aprendimos donde estaban los límites. Y hasta hoy, hablamos al menos una vez por semana. Ahora tenemos una pequeña reunión familiar en Roma. Para el Papa será difícil conseguir tiempo libre para estar con nosotros. Pero hacemos lo que podemos.¿Es difícil mantener el contacto con él?Yo solía pensar que tengo muchas cosas que hacer, pero ahora él tiene un trabajo que le ocupa las 24 horas. Es difícil encontrar tiempo para hablar con calma. Si hablamos es por la tarde en Florida, cuando él se está yendo a dormir. Entonces charlamos, pero muy poco pues debe irse a dormir. ¿Se han visto estos días?¿Te refieres a vernos con Rob, con mi hermano menor, con el Papa? Sí, estuvimos juntos anoche en Roma. Llamó y nos dijo: «Estoy libre un par de horas, si tenéis tiempo». Terminamos pasando cuatro horas y media juntos. Fue increíble. ¿Lo volveremos a hacer? ¡Quién sabe! Es mi hermano, pero ahora es también el hermano del mundo, el padre del mundo, lo que prefieras. Tiene muchas más cosas de las que preocuparse, más que de nosotros. Nos sentimos muy afortunados. ¿Ha cambiado él mucho en estos cinco meses?No. Y eso es otra cosa sobre él: es quién es, y es constante. Y creo que eso lo va a convertir en un gran Papa. Tiene muy claro lo que se necesita, hacia dónde quiere llevar a la Iglesia. Conoce el Derecho Canónico, lo ha estudiado. Veo las cosas que hace como Papa y pienso: «Eso es lo que habría hecho mi hermano». Está siendo él mismo.Es un Papa que por ahora no levanta la voz.No creo que se deje alterar fácilmente. Pero no diría que es callado o tímido: si tiene algo que decir, lo va a decir. Volvamos a su vida familiar. ¿Les costó mucho cuando decidió dejar la casa para hacerse sacerdote?Estoy convencido de que esa decisión hizo muy felices a nuestros padres. La mayoría de las familias católicas rezan para que algún hijo o nieto tenga vocación al sacerdocio o sea monja o entregue su vida a Dios. Los hermanos le dijimos: «¿Por qué quieres hacer eso? Pero bueno, tú haz lo tuyo. Te apoyamos. No estás loco, quieres hacer algo bueno. Adelante. Te respaldamos al 100%». Y así fue. También lo chinchábamos: «¿Uno como tú al seminario!?».¿Lo visitaban en el seminario?—De vez en cuando. Se le veía contento. Si él era feliz, nosotros también. Durante ese periodo, yo estaba primero en la universidad y luego en el ejército, con la Marina, lejos de la familia. No estuve cuando se ordenó sacerdote ni en sus primeros años, así que no conocí su vida durante esa etapa. Me la perdí. Ahora quiero venir a acompañarle de vez en cuando.¿Estuvo con él en Perú?Le pregunté si podía ir a visitarlo y me dijo: «Sí, vente una semana». Fue maravilloso verlo en ese entorno, en las misiones. Fue revelador verlo disfrutar de esa vida. Eran lugares poco accesibles. Yo pensaba «¡Dios mío, ¿pero cómo llegas hasta ahí?!». Tenía una especie de jeep y un burro.¿Cómo ha cambiado su vida desde que eligieron Papa a su hermano?Ha cambiado mucho, porque lo que ahora hago y digo puede tener un impacto en lo que él hace o dice, y lo último que quiero es perjudicarlo o hacerle quedar mal. No quiero que por mi culpa se le vea de forma negativa. Por eso he moderado mis declaraciones sobre lo que pienso, para que nadie escriba: «El hermano del Papa dijo que…». En general, me mantengo callado. He ajustado mi forma de actuar, de comportarme y de hablar. ¿Le piden que entregue mensajes al Papa?Hay gente que dice, «¿Puedes pedirle al Papa que rece por mí?» Pero digo que no puedo hacerlo, que no es posible. Es mi hermano pero es también el Papa, hay protocolos que respetar. Sin embargo, si quieren que yo rece, lo hago encantado. O cuando me dicen que rezan por él, les doy las gracias. ¿En qué se parece usted al Papa?Tenemos muchos intereses en común. A los dos siempre nos han gustado los coches. Pero también tenemos diferencias de opinión y en varios temas a veces chocamos. Así son las familias. Tenemos nuestras discusiones, pero siempre nos reconciliamos y seguimos adelante. Louis Prevost habla con orgullo y con prudencia de su hermano. Se define como un conservador MAGA , el grupo afín a Donald Trump, y reconoce que «choca con León en varios temas». Ha pasado unos días en Roma, y cuando el Papa tenía tiempo libre lo llamaba para estar juntos. «Es mi hermano, pero ahora es también el hermano o el padre del mundo», lo justifica. «Veo las cosas que hace como Papa y pienso: ‘Eso es lo que habría hecho Rob’. Está siendo él mismo», asegura.Cuando ve el Papa en los medios, ¿qué no reflejan de él?Creo que en prensa no es fácil percibir cómo actúa. Puedes leer que el Papa hizo esto o aquello, pero para entenderlo tienes que hablar con él. Tiene la capacidad de hablar con cualquiera. No se pone por encima ni por debajo de nadie, se adapta al nivel de la persona con la que habla. Cuando debe decirte algo duro, lo hace de forma educada, sin ofender, pero quien recibe la crítica se da cuenta de que debería reflexionar sobre lo que está escuchando. A veces lo hace conmigo. Me corrige, me dice que estoy equivocado… pero somos hermanos, y yo también respondo que no estoy de acuerdo.León XIV ha dicho que no comparte las opiniones «de uno de sus hermanos». No especifica con quien, pero creo que se refiere a usted.Podría ser. En Estados Unidos soy afín al grupo MAGA del partido de Donald Trump. Soy políticamente muy conservador. Como Papa es difícil que él comparta, por ejemplo, mis ideas sobre política migratoria. En eso tenemos opiniones diferentes. Noticias relacionadas estandar No ¿Qué es la misa tridentina que ha reautorizado el Papa León XIV? L. G. estandar No Bolaños se reúne en el Vaticano con Parolin con las indemnizaciones de los abusos como telón de fondo Javier Martínez-Brocal¿Cómo eran sus padres?Mi padre era conservador, mi madre no tanto. Así que los tres hermanos intentamos encontrar un equilibrio entre ambos. Eran católicos, muy religiosos. Recibimos educación religiosa, fuimos a escuelas católicas. Nos educaron para ser buenas personas, obedecer las leyes, seguir las enseñanzas de la Iglesia y ser buenos seres humanos, como lo fueron ellos. Los imitamos y la gente lo ha notado. Éramos una familia muy unida, los cinco, y la gente aún lo comenta. «Ustedes se llevan tan bien…», y eso es poco común. Se llevan bien a pesar de tener ideas diferentes…Así crecimos y así nos educaron nuestros padres. Yo era el mayor, y cuando éramos pequeños a veces incluso pegaba a mis hermanos. Pero cuando se dieron cuenta de que juntos eran más fuertes que yo, dejé de hacerlo. Aprendimos donde estaban los límites. Y hasta hoy, hablamos al menos una vez por semana. Ahora tenemos una pequeña reunión familiar en Roma. Para el Papa será difícil conseguir tiempo libre para estar con nosotros. Pero hacemos lo que podemos.¿Es difícil mantener el contacto con él?Yo solía pensar que tengo muchas cosas que hacer, pero ahora él tiene un trabajo que le ocupa las 24 horas. Es difícil encontrar tiempo para hablar con calma. Si hablamos es por la tarde en Florida, cuando él se está yendo a dormir. Entonces charlamos, pero muy poco pues debe irse a dormir. ¿Se han visto estos días?¿Te refieres a vernos con Rob, con mi hermano menor, con el Papa? Sí, estuvimos juntos anoche en Roma. Llamó y nos dijo: «Estoy libre un par de horas, si tenéis tiempo». Terminamos pasando cuatro horas y media juntos. Fue increíble. ¿Lo volveremos a hacer? ¡Quién sabe! Es mi hermano, pero ahora es también el hermano del mundo, el padre del mundo, lo que prefieras. Tiene muchas más cosas de las que preocuparse, más que de nosotros. Nos sentimos muy afortunados. ¿Ha cambiado él mucho en estos cinco meses?No. Y eso es otra cosa sobre él: es quién es, y es constante. Y creo que eso lo va a convertir en un gran Papa. Tiene muy claro lo que se necesita, hacia dónde quiere llevar a la Iglesia. Conoce el Derecho Canónico, lo ha estudiado. Veo las cosas que hace como Papa y pienso: «Eso es lo que habría hecho mi hermano». Está siendo él mismo.Es un Papa que por ahora no levanta la voz.No creo que se deje alterar fácilmente. Pero no diría que es callado o tímido: si tiene algo que decir, lo va a decir. Volvamos a su vida familiar. ¿Les costó mucho cuando decidió dejar la casa para hacerse sacerdote?Estoy convencido de que esa decisión hizo muy felices a nuestros padres. La mayoría de las familias católicas rezan para que algún hijo o nieto tenga vocación al sacerdocio o sea monja o entregue su vida a Dios. Los hermanos le dijimos: «¿Por qué quieres hacer eso? Pero bueno, tú haz lo tuyo. Te apoyamos. No estás loco, quieres hacer algo bueno. Adelante. Te respaldamos al 100%». Y así fue. También lo chinchábamos: «¿Uno como tú al seminario!?».¿Lo visitaban en el seminario?—De vez en cuando. Se le veía contento. Si él era feliz, nosotros también. Durante ese periodo, yo estaba primero en la universidad y luego en el ejército, con la Marina, lejos de la familia. No estuve cuando se ordenó sacerdote ni en sus primeros años, así que no conocí su vida durante esa etapa. Me la perdí. Ahora quiero venir a acompañarle de vez en cuando.¿Estuvo con él en Perú?Le pregunté si podía ir a visitarlo y me dijo: «Sí, vente una semana». Fue maravilloso verlo en ese entorno, en las misiones. Fue revelador verlo disfrutar de esa vida. Eran lugares poco accesibles. Yo pensaba «¡Dios mío, ¿pero cómo llegas hasta ahí?!». Tenía una especie de jeep y un burro.¿Cómo ha cambiado su vida desde que eligieron Papa a su hermano?Ha cambiado mucho, porque lo que ahora hago y digo puede tener un impacto en lo que él hace o dice, y lo último que quiero es perjudicarlo o hacerle quedar mal. No quiero que por mi culpa se le vea de forma negativa. Por eso he moderado mis declaraciones sobre lo que pienso, para que nadie escriba: «El hermano del Papa dijo que…». En general, me mantengo callado. He ajustado mi forma de actuar, de comportarme y de hablar. ¿Le piden que entregue mensajes al Papa?Hay gente que dice, «¿Puedes pedirle al Papa que rece por mí?» Pero digo que no puedo hacerlo, que no es posible. Es mi hermano pero es también el Papa, hay protocolos que respetar. Sin embargo, si quieren que yo rece, lo hago encantado. O cuando me dicen que rezan por él, les doy las gracias. ¿En qué se parece usted al Papa?Tenemos muchos intereses en común. A los dos siempre nos han gustado los coches. Pero también tenemos diferencias de opinión y en varios temas a veces chocamos. Así son las familias. Tenemos nuestras discusiones, pero siempre nos reconciliamos y seguimos adelante.
Louis Prevost habla con orgullo y con prudencia de su hermano. Se define como un conservador MAGA, el grupo afín a Donald Trump, y reconoce que «choca con León en varios temas». Ha pasado unos días en Roma, y cuando el Papa … tenía tiempo libre lo llamaba para estar juntos. «Es mi hermano, pero ahora es también el hermano o el padre del mundo», lo justifica. «Veo las cosas que hace como Papa y pienso: ‘Eso es lo que habría hecho Rob’. Está siendo él mismo», asegura.
Cuando ve el Papa en los medios, ¿qué no reflejan de él?
Creo que en prensa no es fácil percibir cómo actúa. Puedes leer que el Papa hizo esto o aquello, pero para entenderlo tienes que hablar con él. Tiene la capacidad de hablar con cualquiera. No se pone por encima ni por debajo de nadie, se adapta al nivel de la persona con la que habla. Cuando debe decirte algo duro, lo hace de forma educada, sin ofender, pero quien recibe la crítica se da cuenta de que debería reflexionar sobre lo que está escuchando. A veces lo hace conmigo. Me corrige, me dice que estoy equivocado… pero somos hermanos, y yo también respondo que no estoy de acuerdo.
León XIV ha dicho que no comparte las opiniones «de uno de sus hermanos». No especifica con quien, pero creo que se refiere a usted.
Podría ser. En Estados Unidos soy afín al grupo MAGA del partido de Donald Trump. Soy políticamente muy conservador. Como Papa es difícil que él comparta, por ejemplo, mis ideas sobre política migratoria. En eso tenemos opiniones diferentes.
¿Cómo eran sus padres?
Mi padre era conservador, mi madre no tanto. Así que los tres hermanos intentamos encontrar un equilibrio entre ambos. Eran católicos, muy religiosos. Recibimos educación religiosa, fuimos a escuelas católicas. Nos educaron para ser buenas personas, obedecer las leyes, seguir las enseñanzas de la Iglesia y ser buenos seres humanos, como lo fueron ellos. Los imitamos y la gente lo ha notado. Éramos una familia muy unida, los cinco, y la gente aún lo comenta. «Ustedes se llevan tan bien…», y eso es poco común.
Se llevan bien a pesar de tener ideas diferentes…
Así crecimos y así nos educaron nuestros padres. Yo era el mayor, y cuando éramos pequeños a veces incluso pegaba a mis hermanos. Pero cuando se dieron cuenta de que juntos eran más fuertes que yo, dejé de hacerlo. Aprendimos donde estaban los límites. Y hasta hoy, hablamos al menos una vez por semana. Ahora tenemos una pequeña reunión familiar en Roma. Para el Papa será difícil conseguir tiempo libre para estar con nosotros. Pero hacemos lo que podemos.
¿Es difícil mantener el contacto con él?
Yo solía pensar que tengo muchas cosas que hacer, pero ahora él tiene un trabajo que le ocupa las 24 horas. Es difícil encontrar tiempo para hablar con calma. Si hablamos es por la tarde en Florida, cuando él se está yendo a dormir. Entonces charlamos, pero muy poco pues debe irse a dormir.
¿Se han visto estos días?
¿Te refieres a vernos con Rob, con mi hermano menor, con el Papa? Sí, estuvimos juntos anoche en Roma. Llamó y nos dijo: «Estoy libre un par de horas, si tenéis tiempo». Terminamos pasando cuatro horas y media juntos. Fue increíble. ¿Lo volveremos a hacer? ¡Quién sabe! Es mi hermano, pero ahora es también el hermano del mundo, el padre del mundo, lo que prefieras. Tiene muchas más cosas de las que preocuparse, más que de nosotros. Nos sentimos muy afortunados.
¿Ha cambiado él mucho en estos cinco meses?
No. Y eso es otra cosa sobre él: es quién es, y es constante. Y creo que eso lo va a convertir en un gran Papa. Tiene muy claro lo que se necesita, hacia dónde quiere llevar a la Iglesia. Conoce el Derecho Canónico, lo ha estudiado. Veo las cosas que hace como Papa y pienso: «Eso es lo que habría hecho mi hermano». Está siendo él mismo.
Es un Papa que por ahora no levanta la voz.
No creo que se deje alterar fácilmente. Pero no diría que es callado o tímido: si tiene algo que decir, lo va a decir.
Volvamos a su vida familiar. ¿Les costó mucho cuando decidió dejar la casa para hacerse sacerdote?
Estoy convencido de que esa decisión hizo muy felices a nuestros padres. La mayoría de las familias católicas rezan para que algún hijo o nieto tenga vocación al sacerdocio o sea monja o entregue su vida a Dios. Los hermanos le dijimos: «¿Por qué quieres hacer eso? Pero bueno, tú haz lo tuyo. Te apoyamos. No estás loco, quieres hacer algo bueno. Adelante. Te respaldamos al 100%». Y así fue. También lo chinchábamos: «¿Uno como tú al seminario!?».
¿Lo visitaban en el seminario?
—De vez en cuando. Se le veía contento. Si él era feliz, nosotros también. Durante ese periodo, yo estaba primero en la universidad y luego en el ejército, con la Marina, lejos de la familia. No estuve cuando se ordenó sacerdote ni en sus primeros años, así que no conocí su vida durante esa etapa. Me la perdí. Ahora quiero venir a acompañarle de vez en cuando.
¿Estuvo con él en Perú?
Le pregunté si podía ir a visitarlo y me dijo: «Sí, vente una semana». Fue maravilloso verlo en ese entorno, en las misiones. Fue revelador verlo disfrutar de esa vida. Eran lugares poco accesibles. Yo pensaba «¡Dios mío, ¿pero cómo llegas hasta ahí?!». Tenía una especie de jeep y un burro.
¿Cómo ha cambiado su vida desde que eligieron Papa a su hermano?
Ha cambiado mucho, porque lo que ahora hago y digo puede tener un impacto en lo que él hace o dice, y lo último que quiero es perjudicarlo o hacerle quedar mal. No quiero que por mi culpa se le vea de forma negativa. Por eso he moderado mis declaraciones sobre lo que pienso, para que nadie escriba: «El hermano del Papa dijo que…». En general, me mantengo callado. He ajustado mi forma de actuar, de comportarme y de hablar.
¿Le piden que entregue mensajes al Papa?
Hay gente que dice, «¿Puedes pedirle al Papa que rece por mí?» Pero digo que no puedo hacerlo, que no es posible. Es mi hermano pero es también el Papa, hay protocolos que respetar. Sin embargo, si quieren que yo rece, lo hago encantado. O cuando me dicen que rezan por él, les doy las gracias.
¿En qué se parece usted al Papa?
Tenemos muchos intereses en común. A los dos siempre nos han gustado los coches. Pero también tenemos diferencias de opinión y en varios temas a veces chocamos. Así son las familias. Tenemos nuestras discusiones, pero siempre nos reconciliamos y seguimos adelante.
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