El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva , ha sorprendido a los ambientalistas y a los líderes del tercer sector cuando se preparan para asistir a la COP30 de Belém , la cumbre internacional del clima, que se celebrará por primera vez en una ciudad amazónica, un territorio crucial frente a la crisis climática. Lula, que se presenta como líder climático internacional, acaba de concederle a Petrobras la licencia para iniciar la perforación de un pozo exploratorio en aguas profundas en la región de la Desembocadura del Amazonas, anticipándose a las presiones que debe enfrentar en el evento con relación a ese tema. Mientras la estatal Petrobras, políticos y sectores de la economía, han celebrado lo que consideran un avance, organizaciones ambientales han calificado la liberación como un «duro golpe» a las políticas ambientales, además de destacar la incoherencia del Gobierno que presenta dos discursos, uno sobre la transición energética y otro sobre la protección de la Amazonia.Noticia Relacionada estandar No El presidente ‘verde’ de Austria renuncia a ir a la Cumbre del Clima de Brasil por su alto coste Rosalía Sánchez El alojamiento por día es de 1.400 dólares de media en Belén, sede de la COP 2025En esta ocasión, Lula no se pronunció públicamente, pero en oportunidades anteriores ha declarado que Brasil no puede renunciar a esta riqueza , que el mundo aún no está preparado para vivir sin petróleo y que su país tiene derecho a explorar la última gota. Para los ambientalistas, el proceso de explotación de ese crudo amazónico puede ser caro y estar listo cuando el mundo haya llegado al límite recomendado para terminar de explotar petróleo, probablemente en 2050.Lula y el petróleo amazónicoEn una nota de prensa, la petrolera aseguró que operará «con seguridad, responsabilidad y calidad técnica», y afirmó que esta fase solo busca confirmar el potencial de la llamada Margen Ecuatorial, una de las nuevas fronteras de gas y petróleo de Brasil. «Lula acaba de enterrar su pretensión de ser líder climático en el fondo del océano en la Desembocadura del Amazonas . El Gobierno será debidamente procesado por esto en los próximos días», declaró Suely Araújo, coordinadora de Políticas Públicas de la organización brasileña Observatorio del Clima. «Por un lado, el Gobierno brasileño actúa contra la humanidad, al estimular más expansión fósil, contrariando a la ciencia y apostando por más calentamiento global», reforzó la activista. La preocupación de los ambientalistas se basa en que esta región, vital para la biodiversidad y el clima del planeta, es considerada una zona prioritaria para la exclusión de combustibles fósiles. El bloque FZA-M-059, donde se encuentra el pozo, está a 500 kilómetros de la desembocadura del Amazonas y a 175 kilómetros de la costa, en una zona de mar abierto, que Guyana, desde su lado, ya explota con éxitoCOP30 empañada por el crudoPara los ambientalistas, la controvertida decisión del Gobierno Lula expone sus fuertes contradicciones internas, especialmente con la ministra de Medio Ambiente y Cambio Climático, Marina Silva, una activista histórica y reconocida internacionalmente. «Vivimos un momento de muchas contradicciones, y lo importante es que estamos dispuestos a superarlas», llegó a declarar Marina Silva hace unos meses, tratando de explicar la dificultad de equilibrar la balanza entre la necesidad de recursos y la agenda climática. La decisión ocurre también cuando científicos de renombre, como el brasileño Carlos Nobre, copresidente del Panel Científico para la Amazonía y miembro del Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC) de la ONU, han advertido que la Amazonia está muy cerca del punto de no retorno. «No hay ninguna justificación para cualquier nueva exploración de petróleo», sostiene el climatólogo sobre el peligro de agravar esta crisis planetaria. «La Amazonía está muy próxima del punto de no retorno, que será irreversiblemente atingido si el calentamiento global llega a los 2 grados centígrados y la deforestación ultrapasa el 20 por ciento», explica Nobre. «Brasil tiene la oportunidad de explorar su enorme potencial de generación energética solar y eólica y volverse una potencia mundial en energías sustentables. Abrir nuevas áreas de producción de petróleo va a ayudar a agravar aún más el cambio climático», subraya el científico Paulo Artaxo, colega de Nobre en el IPCC. Desde el punto de vista económico y energético, el Ministro de Minas y Energía, Alexandre Silveira, celebró la noticia como un paso para el «futuro de la soberanía energética» de Brasil. La expectativa es que esta zona tenga reservas estimadas de 1,1 millones de barriles de petróleo al día, superando la capacidad de los actuales campos de Tupi y Búzios, en Río de Janeiro, los más importantes de Brasil, necesarios, según el ministro para una «transición energética justa» del país.La petrolera se defiendeEn un comunicado, la petrolera Petrobras, defendió que la licencia se ha obtenido tras un «riguroso proceso de licenciamiento ambiental» y que se han implementado mejoras significativas en la estructura de respuesta a emergencias, incluyendo un nuevo Centro de Rehabilitación y Despetrolización (CRD) en Oiapoque, la ciudad más al norte de Brasil. «En todos los escenarios alineados con el Acuerdo de París, las actividades de petróleo y gas continuarán siendo esenciales, por los próximos años, para viabilizar que la transición energética suceda con garantía de disponibilidad, acceso y confiabilidad en el suministro de energía», justificó la compañía en el documento. La fase exploratoria, autorizada por el Instituto Brasileño del Medio Ambiente (Ibama), debe durar unos cinco meses y servirá para evaluar si hay petróleo y gas en escala comercial en el área. Antes de iniciar la producción, la estatal deberá confirmar la viabilidad económica, declarar la comercialidad de los pozos y obtener un nuevo licenciamiento ambiental para la actividad productiva. Frente a la lluvia de críticas, el Ibama alegó que la licencia fue resultado de un proceso riguroso y transparente, que incluyó la elaboración de un Estudio de Impacto Ambiental, tres audiencias públicas y la realización de 65 reuniones técnicas con diversos actores. El instituto remarcó que, a pesar del rechazo inicial en mayo de 2023, la aprobación fue posible gracias a una intensa negociación con Petrobras que culminó en «significativa mejoría del proyecto presentado, sobre todo en lo que se refiere a la estructura de respuesta a emergencias». Independiente de los argumentos técnicos, Lula y su Gobierno llegarán a la inauguración de la primera COP amazónica de la historia, con una mancha de crudo difícil de limpiar. El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva , ha sorprendido a los ambientalistas y a los líderes del tercer sector cuando se preparan para asistir a la COP30 de Belém , la cumbre internacional del clima, que se celebrará por primera vez en una ciudad amazónica, un territorio crucial frente a la crisis climática. Lula, que se presenta como líder climático internacional, acaba de concederle a Petrobras la licencia para iniciar la perforación de un pozo exploratorio en aguas profundas en la región de la Desembocadura del Amazonas, anticipándose a las presiones que debe enfrentar en el evento con relación a ese tema. Mientras la estatal Petrobras, políticos y sectores de la economía, han celebrado lo que consideran un avance, organizaciones ambientales han calificado la liberación como un «duro golpe» a las políticas ambientales, además de destacar la incoherencia del Gobierno que presenta dos discursos, uno sobre la transición energética y otro sobre la protección de la Amazonia.Noticia Relacionada estandar No El presidente ‘verde’ de Austria renuncia a ir a la Cumbre del Clima de Brasil por su alto coste Rosalía Sánchez El alojamiento por día es de 1.400 dólares de media en Belén, sede de la COP 2025En esta ocasión, Lula no se pronunció públicamente, pero en oportunidades anteriores ha declarado que Brasil no puede renunciar a esta riqueza , que el mundo aún no está preparado para vivir sin petróleo y que su país tiene derecho a explorar la última gota. Para los ambientalistas, el proceso de explotación de ese crudo amazónico puede ser caro y estar listo cuando el mundo haya llegado al límite recomendado para terminar de explotar petróleo, probablemente en 2050.Lula y el petróleo amazónicoEn una nota de prensa, la petrolera aseguró que operará «con seguridad, responsabilidad y calidad técnica», y afirmó que esta fase solo busca confirmar el potencial de la llamada Margen Ecuatorial, una de las nuevas fronteras de gas y petróleo de Brasil. «Lula acaba de enterrar su pretensión de ser líder climático en el fondo del océano en la Desembocadura del Amazonas . El Gobierno será debidamente procesado por esto en los próximos días», declaró Suely Araújo, coordinadora de Políticas Públicas de la organización brasileña Observatorio del Clima. «Por un lado, el Gobierno brasileño actúa contra la humanidad, al estimular más expansión fósil, contrariando a la ciencia y apostando por más calentamiento global», reforzó la activista. La preocupación de los ambientalistas se basa en que esta región, vital para la biodiversidad y el clima del planeta, es considerada una zona prioritaria para la exclusión de combustibles fósiles. El bloque FZA-M-059, donde se encuentra el pozo, está a 500 kilómetros de la desembocadura del Amazonas y a 175 kilómetros de la costa, en una zona de mar abierto, que Guyana, desde su lado, ya explota con éxitoCOP30 empañada por el crudoPara los ambientalistas, la controvertida decisión del Gobierno Lula expone sus fuertes contradicciones internas, especialmente con la ministra de Medio Ambiente y Cambio Climático, Marina Silva, una activista histórica y reconocida internacionalmente. «Vivimos un momento de muchas contradicciones, y lo importante es que estamos dispuestos a superarlas», llegó a declarar Marina Silva hace unos meses, tratando de explicar la dificultad de equilibrar la balanza entre la necesidad de recursos y la agenda climática. La decisión ocurre también cuando científicos de renombre, como el brasileño Carlos Nobre, copresidente del Panel Científico para la Amazonía y miembro del Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC) de la ONU, han advertido que la Amazonia está muy cerca del punto de no retorno. «No hay ninguna justificación para cualquier nueva exploración de petróleo», sostiene el climatólogo sobre el peligro de agravar esta crisis planetaria. «La Amazonía está muy próxima del punto de no retorno, que será irreversiblemente atingido si el calentamiento global llega a los 2 grados centígrados y la deforestación ultrapasa el 20 por ciento», explica Nobre. «Brasil tiene la oportunidad de explorar su enorme potencial de generación energética solar y eólica y volverse una potencia mundial en energías sustentables. Abrir nuevas áreas de producción de petróleo va a ayudar a agravar aún más el cambio climático», subraya el científico Paulo Artaxo, colega de Nobre en el IPCC. Desde el punto de vista económico y energético, el Ministro de Minas y Energía, Alexandre Silveira, celebró la noticia como un paso para el «futuro de la soberanía energética» de Brasil. La expectativa es que esta zona tenga reservas estimadas de 1,1 millones de barriles de petróleo al día, superando la capacidad de los actuales campos de Tupi y Búzios, en Río de Janeiro, los más importantes de Brasil, necesarios, según el ministro para una «transición energética justa» del país.La petrolera se defiendeEn un comunicado, la petrolera Petrobras, defendió que la licencia se ha obtenido tras un «riguroso proceso de licenciamiento ambiental» y que se han implementado mejoras significativas en la estructura de respuesta a emergencias, incluyendo un nuevo Centro de Rehabilitación y Despetrolización (CRD) en Oiapoque, la ciudad más al norte de Brasil. «En todos los escenarios alineados con el Acuerdo de París, las actividades de petróleo y gas continuarán siendo esenciales, por los próximos años, para viabilizar que la transición energética suceda con garantía de disponibilidad, acceso y confiabilidad en el suministro de energía», justificó la compañía en el documento. La fase exploratoria, autorizada por el Instituto Brasileño del Medio Ambiente (Ibama), debe durar unos cinco meses y servirá para evaluar si hay petróleo y gas en escala comercial en el área. Antes de iniciar la producción, la estatal deberá confirmar la viabilidad económica, declarar la comercialidad de los pozos y obtener un nuevo licenciamiento ambiental para la actividad productiva. Frente a la lluvia de críticas, el Ibama alegó que la licencia fue resultado de un proceso riguroso y transparente, que incluyó la elaboración de un Estudio de Impacto Ambiental, tres audiencias públicas y la realización de 65 reuniones técnicas con diversos actores. El instituto remarcó que, a pesar del rechazo inicial en mayo de 2023, la aprobación fue posible gracias a una intensa negociación con Petrobras que culminó en «significativa mejoría del proyecto presentado, sobre todo en lo que se refiere a la estructura de respuesta a emergencias». Independiente de los argumentos técnicos, Lula y su Gobierno llegarán a la inauguración de la primera COP amazónica de la historia, con una mancha de crudo difícil de limpiar.
El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, ha sorprendido a los ambientalistas y a los líderes del tercer sector cuando se preparan para asistir a la COP30 de Belém, la cumbre internacional del clima, que se celebrará por primera vez en … una ciudad amazónica, un territorio crucial frente a la crisis climática. Lula, que se presenta como líder climático internacional, acaba de concederle a Petrobras la licencia para iniciar la perforación de un pozo exploratorio en aguas profundas en la región de la Desembocadura del Amazonas, anticipándose a las presiones que debe enfrentar en el evento con relación a ese tema.
Mientras la estatal Petrobras, políticos y sectores de la economía, han celebrado lo que consideran un avance, organizaciones ambientales han calificado la liberación como un «duro golpe» a las políticas ambientales, además de destacar la incoherencia del Gobierno que presenta dos discursos, uno sobre la transición energética y otro sobre la protección de la Amazonia.
En esta ocasión, Lula no se pronunció públicamente, pero en oportunidades anteriores ha declarado que Brasil no puede renunciar a esta riqueza, que el mundo aún no está preparado para vivir sin petróleo y que su país tiene derecho a explorar la última gota. Para los ambientalistas, el proceso de explotación de ese crudo amazónico puede ser caro y estar listo cuando el mundo haya llegado al límite recomendado para terminar de explotar petróleo, probablemente en 2050.
Lula y el petróleo amazónico
En una nota de prensa, la petrolera aseguró que operará «con seguridad, responsabilidad y calidad técnica», y afirmó que esta fase solo busca confirmar el potencial de la llamada Margen Ecuatorial, una de las nuevas fronteras de gas y petróleo de Brasil.
«Lula acaba de enterrar su pretensión de ser líder climático en el fondo del océano en la Desembocadura del Amazonas. El Gobierno será debidamente procesado por esto en los próximos días», declaró Suely Araújo, coordinadora de Políticas Públicas de la organización brasileña Observatorio del Clima. «Por un lado, el Gobierno brasileño actúa contra la humanidad, al estimular más expansión fósil, contrariando a la ciencia y apostando por más calentamiento global», reforzó la activista.
La preocupación de los ambientalistas se basa en que esta región, vital para la biodiversidad y el clima del planeta, es considerada una zona prioritaria para la exclusión de combustibles fósiles. El bloque FZA-M-059, donde se encuentra el pozo, está a 500 kilómetros de la desembocadura del Amazonas y a 175 kilómetros de la costa, en una zona de mar abierto, que Guyana, desde su lado, ya explota con éxito
COP30 empañada por el crudo
Para los ambientalistas, la controvertida decisión del Gobierno Lula expone sus fuertes contradicciones internas, especialmente con la ministra de Medio Ambiente y Cambio Climático, Marina Silva, una activista histórica y reconocida internacionalmente. «Vivimos un momento de muchas contradicciones, y lo importante es que estamos dispuestos a superarlas», llegó a declarar Marina Silva hace unos meses, tratando de explicar la dificultad de equilibrar la balanza entre la necesidad de recursos y la agenda climática.
La decisión ocurre también cuando científicos de renombre, como el brasileño Carlos Nobre, copresidente del Panel Científico para la Amazonía y miembro del Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC) de la ONU, han advertido que la Amazonia está muy cerca del punto de no retorno. «No hay ninguna justificación para cualquier nueva exploración de petróleo», sostiene el climatólogo sobre el peligro de agravar esta crisis planetaria. «La Amazonía está muy próxima del punto de no retorno, que será irreversiblemente atingido si el calentamiento global llega a los 2 grados centígrados y la deforestación ultrapasa el 20 por ciento», explica Nobre.
«Brasil tiene la oportunidad de explorar su enorme potencial de generación energética solar y eólica y volverse una potencia mundial en energías sustentables. Abrir nuevas áreas de producción de petróleo va a ayudar a agravar aún más el cambio climático», subraya el científico Paulo Artaxo, colega de Nobre en el IPCC.
Desde el punto de vista económico y energético, el Ministro de Minas y Energía, Alexandre Silveira, celebró la noticia como un paso para el «futuro de la soberanía energética» de Brasil. La expectativa es que esta zona tenga reservas estimadas de 1,1 millones de barriles de petróleo al día, superando la capacidad de los actuales campos de Tupi y Búzios, en Río de Janeiro, los más importantes de Brasil, necesarios, según el ministro para una «transición energética justa» del país.
La petrolera se defiende
En un comunicado, la petrolera Petrobras, defendió que la licencia se ha obtenido tras un «riguroso proceso de licenciamiento ambiental» y que se han implementado mejoras significativas en la estructura de respuesta a emergencias, incluyendo un nuevo Centro de Rehabilitación y Despetrolización (CRD) en Oiapoque, la ciudad más al norte de Brasil.
«En todos los escenarios alineados con el Acuerdo de París, las actividades de petróleo y gas continuarán siendo esenciales, por los próximos años, para viabilizar que la transición energética suceda con garantía de disponibilidad, acceso y confiabilidad en el suministro de energía», justificó la compañía en el documento.
La fase exploratoria, autorizada por el Instituto Brasileño del Medio Ambiente (Ibama), debe durar unos cinco meses y servirá para evaluar si hay petróleo y gas en escala comercial en el área. Antes de iniciar la producción, la estatal deberá confirmar la viabilidad económica, declarar la comercialidad de los pozos y obtener un nuevo licenciamiento ambiental para la actividad productiva.
Frente a la lluvia de críticas, el Ibama alegó que la licencia fue resultado de un proceso riguroso y transparente, que incluyó la elaboración de un Estudio de Impacto Ambiental, tres audiencias públicas y la realización de 65 reuniones técnicas con diversos actores. El instituto remarcó que, a pesar del rechazo inicial en mayo de 2023, la aprobación fue posible gracias a una intensa negociación con Petrobras que culminó en «significativa mejoría del proyecto presentado, sobre todo en lo que se refiere a la estructura de respuesta a emergencias».
Independiente de los argumentos técnicos, Lula y su Gobierno llegarán a la inauguración de la primera COP amazónica de la historia, con una mancha de crudo difícil de limpiar.
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