La noticia, aunque esperada desde hace tiempo, tuvo un enorme impacto anoche por su relevancia histórica, sus consecuencias en Oriente Medio e incluso su repercusión política interna en Francia. Emmanuel Macron anunció que París reconocerá el Estado de Palestina el próximo mes de septiembre durante la Asamblea General de la ONU en Nueva York.
El mandatario adelantó que oficializará ese reconocimiento en la Asamblea General de la ONU del próximo septiembre
La noticia, aunque esperada desde hace tiempo, tuvo un enorme impacto anoche por su relevancia histórica, sus consecuencias en Oriente Medio e incluso su repercusión política interna en Francia. Emmanuel Macron anunció que París reconocerá el Estado de Palestina el próximo mes de septiembre durante la Asamblea General de la ONU en Nueva York.
Aunque se trata de una decisión diferida, el solo hecho de comunicarla, de poner ya una fecha segura, generó muchas reacciones, de aplauso entusiasta y de rechazo rotundo, por no decir de indignación, dada la condición de Francia de miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU y de país que alberga la comunidad judía más numerosa de Europa.
El presidente francés, que ama el riesgo y también los focos, escogió un modo relativamente discreto para dar el paso, mediante una extensa carta dirigida al presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmud Abas.
“Fiel a su compromiso histórico para una paz justa y duradera en Oriente Medio, he decidido que Francia reconocerá el Estado de Palestina –afirma Macron-. Haré el anuncio solemne en la Asamblea General de las Naciones Unidas, el próximo mes de septiembre”.
Macron ya había previsto el reconocimiento en junio durante una conferencia, también en Nueva York, en la que iba a participar también el príncipe heredero de Arabia Saudí, Mohamed bin Salman. Pero el plan se frustró por el ataque israelí a Irán.
Para el presidente francés, “la urgencia es hoy que cese la guerra de Gaza y que la población civil sea socorrida”. Macron pide “el alto el fuego inmediato, la liberación de los rehenes y una ayuda humanitaria masiva a la población de Gaza”. El jefe de Estado francés estima que no hace falta solo construir el Estado de Palestina sino “asegurar su viabilidad” y “permitir que, aceptando su desmilitarización y reconociendo plenamente a Israel, participe en la seguridad de todo Oriente Medio.
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Hasta hoy, 148 países han reconocido el Estado de Palestino, aproximadamente el 75% de los miembros de la ONU. Pero Estados Unidos se opone ferozmente e Israel también, obviamente.
La reacción oficial en el Estado hebreo fue muy virulenta, como era de imaginar. Para el ministro de Defensa, Israel Katz, la decisión de Macron “es una vergüenza y una capitulación ante el terrorismo, además de un acicate a los asesinos de Hamas”. Según Katz, en vez de estar al lado de Israel, el presidente francés “se dedica a debilitarlo”. El viceprimer ministro, Yariv Levin, estuvo en la misma línea y calificó la decisión de “mancha negra en la historia francesa y una ayuda directa al terrorismo”.
El anuncio solemne lo hará Macron en la ONU en septiembre, pero Israel responde ya con indignación
La izquierda francesa se congratuló de la medida. Desde la extrema derecha, sin embargo, se deploró. Un portavoz del Reagrupamiento Nacional (RN), el partido de Le Pen, dijo que Macron había hecho “el mejor regalo a Hamas”.
El presidente francés corre el peligro de desestabilizar al propio Gobierno de coalición que encabeza François Bayrou, un ejecutivo ya débil y sin mayoría en la Asamblea Nacional, pues las opiniones sobre el reconocimiento de Palestina no son para nada unánimes. En el Gabinete hay ministros muy proisraelíes, como Manuel Valls, titular de Ultramar, y otros que están plenamente de acuerdo con la decisión de Macron.
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