Léon Marchand, Summer McIntosh y David Popovici. El orden no altera el resultado. Los tres son los nadadores hasta el momento de estos Mundiales de Singapur. El francés suma el único récord mundial, tras pulverizar el miércoles el de 200 estilos del estadounidense Ryan Lochte. La canadiense añade su tercer oro y el rumano se transforma en el rey de la velocidad al repetir el oro del 200 libre en el 100 con récord de Europa. Sonrientes, felices, mejorados tras la resaca de París, emocionaron a los espectadores del World Aquatic Center de Singapur, lleno a rebosar, animoso especialmente con Yu Zidi, que ya puede decir que es la medallista mundial más joven de la historia. 12 años. Dos cuartos puestos y un bronce.
El francés ganó los 200 estilos, la canadiense consiguió su tercer oro y el rumano su segundo con récord
Léon Marchand, Summer McIntosh y David Popovici. El orden no altera el resultado. Los tres son los nadadores hasta el momento de estos Mundiales de Singapur. El francés suma el único récord mundial, tras pulverizar el miércoles el de 200 estilos del estadounidense Ryan Lochte. La canadiense añade su tercer oro y el rumano se transforma en el rey de la velocidad al repetir el oro del 200 libre en el 100 con récord de Europa. Sonrientes, felices, mejorados tras la resaca de París, emocionaron a los espectadores del World Aquatic Center de Singapur, lleno a rebosar, animoso especialmente con Yu Zidi, que ya puede decir que es la medallista mundial más joven de la historia. 12 años. Dos cuartos puestos y un bronce.
En los 200 mariposa había dos focos claros. ¿Sería Summer McIntosh de batir el récord mundial? ¿Podría la niña Yu Zidi de 12 años subirse al podio? Ambas respuestas fueron negativas, pero por los pelos. En una carrera memorable, la segunda más rápida de la historia, la canadiense se quedó a 18 centésimas del récord mundial de la china Liu Zige, conseguido con bañador mágico en los Mundiales de Roma de 2009. Registró la ya triple medallista mundial 2m01s99. “Di lo mejor de mi, quería el récord, pero no pudo ser. Gané la carrera, gané el oro, está muy bien”, dijo. Cuando tocó pared y giró a ver el cronómetro se le leyó todo en los labios. “Fuck”.
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Resuelta la primera ecuación, la segunda fue igual de memorable. Yu Zidi nadó por la calle 8 y fue creciendo en cada largo. Si la prueba hubiera sido de 250, seguramente habría tocado entre las tres primeras aunque acabó sin aire, apoyada durante bastantes segundos en la corchera, dando la espalda a sus compañeras, como si no quisiera mostrar que es humana y tiene momentos de debilidad. Tras un primer largo en el que tocó última, después encontró el ritmo y fue ganando posiciones. Finalizó cuarta con 2m06s43, cuatro décimas mejor que el tiempo con el que ganó el campeonato nacional de China.
Se quedó a apenas tres décimas del bronce, que fue a parar a manos de la australiana Elizabeth Dekkers (2m06s13). La plata se la llevó la única que pudo seguir en algún momento la estela de McIntosh, la estadounidense que se entrena con Bob Bowman Regan Smith (2m04s99). Pero Yu Zidi participó en las eliminatorias del relevo 4×200 libre en el que China se metió en la final, y por la tarde, sin ella, consiguieron la medalla de bronce después de la Estados Unidos de Katie Ledecky, plata, y la Australia de Mollie O’Callaghan, oro. Todas las nadadoras que participaron tienen derecho a medalla, incluida la niña de 12 años, que logra batir un récord inimaginable de precocidad. Y pudo compartir un podio soñado con su ídolo Bingjie Li.
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No falló McIntosh ni tampoco Léon Marchand, que de nuevo nadó por debajo del récord del mundo, ya antiguo, de Ryan Lochte. En dos días lo ha superado dos veces. Esta vez salió igual de rápido, pero llegó más apurado de fuerzas para marcar 1m53s68. A partir de esa mariposa, los parciales fueron a peor. Primer oro para el francés, que compartió podio con sus otros dos compañeros de equipo, todos ellos entrenados en Texas por Bob Bowman, el mago de los estilos. Segundo fue el estadounidense Shane Casas (1:54.30) y tercero el húngaro Hubert Kos (1:55.34).
Aún con el corazón en un puño, salió a escena la otra gran estrella de estos Mundiales de Singapur, el rumano David Popovici. Y tampoco falló. Se quedó a 11 centésimas del récord mundial de los 100 libre, en poder del chino que quedó apeado en semifinales, Pan Zhanle (46s40). Popovici ha mejorado la primera parte de la prueba, es más explosivo, y eso acompañado de su último 50, donde es el mejor con diferencia, le lleva a poder aspirar a superar la marca del récord si mantiene este progreso. Popovici ganó por cuatro décimas (46s51), con récord de Europa y de los Campeonatos. Le siguió el estadounidense Jack Alexy (46s92), que de nuevo volvió a nadar por debajo de 47 segundos. Cosa seria. Y tercero fue el australiano Kyle Chalmers (47s17).
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En la final de los 50 espalda, la estadounidense Katharine Berkhoff sorprendió a su compañera Regan Smith y aprovechó la ausencia de la australiana Kilye McKeown para colgarse el oro con 27s08, récord de América. La plata fue para Smith con (27s25) y el bronce para la china Letian Wan (27s30). Una jornada apasionante e histórica aunque no hubiera, esta vez, récord mundial.
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