En la última década, las denuncias de ancianos víctimas de violencia en Cataluña han aumentado más de un 35 por ciento, pasando de 1.121 en 2015 a 1.510 el año pasado. En el conjunto de la comunidad, los Mossos d’Esquadra realizan el seguimiento a 1.315 mayores de 65 años que han sufrido abusos y/o malos tratos. De ellos, casi siete de cada diez cuentan con medidas de protección judicial o de la fiscalía vigentes. La gran mayoría por haber sufrido violencia doméstica (939); de género (301); sexual (48) o por odio y discriminación (7), así como las clasificadas como «otras violencias machistas» (20), como la económica. Afecta casi por igual a mujeres -53,8 por ciento de las denuncias- que a hombres -el porcentaje restante-. Y casi seis de cada diez víctimas tienen entre 65 y 75 años. Según ha detallado la Policía catalana en una nota de prensa, el perfil más habitual del maltratador es bien un familiar directo o un cuidador externo. Los detenidos o investigados por este tipo de delitos -abusos y/o malos tratos- durante el pasado año fueron un total de 524. De ellos, 274 por violencia de género; 190, doméstica; y 60, sexual. «Los abusos, agresiones y malos tratos pueden suceder en el ámbito familiar, comunitario o institucional, y son ejercidos por alguien con quien el anciano mantenía una relación de confianza, y puede ser constatable objetivamente o percibido subjetivamente. Las mujeres, además, sufren una doble discriminación: por el hecho de ser mayores y por su género, algo que las hace susceptibles a sufrir más abusos y maltratos que los hombres», constata el Cuerpo catalán, que advierte de la gran vulnerabilidad de muchas víctimas, que presentan patologías asociadades, dependencia en sus ciudadanos, y también emocional por el vínculo familiar, ya que el agresor suele «formar parte de su entorno más inmediato», bien su pareja o un pariente. Noticia Relacionada estandar No El maltrato de los mayores y la violencia de género en la tercera edad, dos problemas silenciados en España Alexia Columba Jerez Es un tema cronificado por un edadismo continuo en nuestra sociedad que hace que permanezca invisibilizadoPor eso los Mossos, en vísperas del Día Mundial de Toma de Conciencia del Abuso y Maltrato en la Vejez, apuntan que la coordinación entre Servicios Sociales, de salud, Justicia y seguridad, así como la propia ciudadanía es «imprescindible» para la detección y atención a los ancianos víctimas de violencia. En la última década, las denuncias de ancianos víctimas de violencia en Cataluña han aumentado más de un 35 por ciento, pasando de 1.121 en 2015 a 1.510 el año pasado. En el conjunto de la comunidad, los Mossos d’Esquadra realizan el seguimiento a 1.315 mayores de 65 años que han sufrido abusos y/o malos tratos. De ellos, casi siete de cada diez cuentan con medidas de protección judicial o de la fiscalía vigentes. La gran mayoría por haber sufrido violencia doméstica (939); de género (301); sexual (48) o por odio y discriminación (7), así como las clasificadas como «otras violencias machistas» (20), como la económica. Afecta casi por igual a mujeres -53,8 por ciento de las denuncias- que a hombres -el porcentaje restante-. Y casi seis de cada diez víctimas tienen entre 65 y 75 años. Según ha detallado la Policía catalana en una nota de prensa, el perfil más habitual del maltratador es bien un familiar directo o un cuidador externo. Los detenidos o investigados por este tipo de delitos -abusos y/o malos tratos- durante el pasado año fueron un total de 524. De ellos, 274 por violencia de género; 190, doméstica; y 60, sexual. «Los abusos, agresiones y malos tratos pueden suceder en el ámbito familiar, comunitario o institucional, y son ejercidos por alguien con quien el anciano mantenía una relación de confianza, y puede ser constatable objetivamente o percibido subjetivamente. Las mujeres, además, sufren una doble discriminación: por el hecho de ser mayores y por su género, algo que las hace susceptibles a sufrir más abusos y maltratos que los hombres», constata el Cuerpo catalán, que advierte de la gran vulnerabilidad de muchas víctimas, que presentan patologías asociadades, dependencia en sus ciudadanos, y también emocional por el vínculo familiar, ya que el agresor suele «formar parte de su entorno más inmediato», bien su pareja o un pariente. Noticia Relacionada estandar No El maltrato de los mayores y la violencia de género en la tercera edad, dos problemas silenciados en España Alexia Columba Jerez Es un tema cronificado por un edadismo continuo en nuestra sociedad que hace que permanezca invisibilizadoPor eso los Mossos, en vísperas del Día Mundial de Toma de Conciencia del Abuso y Maltrato en la Vejez, apuntan que la coordinación entre Servicios Sociales, de salud, Justicia y seguridad, así como la propia ciudadanía es «imprescindible» para la detección y atención a los ancianos víctimas de violencia.
Parejas, familiares o cuidadores externos son quienes perpetran la violencia contra los mayores de 65 años
En la última década, las denuncias de ancianos víctimas de violencia en Cataluña han aumentado más de un 35 por ciento, pasando de 1.121 en 2015 a 1.510 el año pasado. En el conjunto de la comunidad, los Mossos d’Esquadra realizan el seguimiento a 1.315 mayores de 65 años que han sufrido abusos y/o malos tratos. De ellos, casi siete de cada diez cuentan con medidas de protección judicial o de la fiscalía vigentes. La gran mayoría por haber sufrido violencia doméstica (939); de género (301); sexual (48) o por odio y discriminación (7), así como las clasificadas como «otras violencias machistas» (20), como la económica.
Afecta casi por igual a mujeres -53,8 por ciento de las denuncias- que a hombres -el porcentaje restante-. Y casi seis de cada diez víctimas tienen entre 65 y 75 años. Según ha detallado la Policía catalana en una nota de prensa, el perfil más habitual del maltratador es bien un familiar directo o un cuidador externo. Los detenidos o investigados por este tipo de delitos -abusos y/o malos tratos- durante el pasado año fueron un total de 524. De ellos, 274 por violencia de género; 190, doméstica; y 60, sexual.
«Los abusos, agresiones y malos tratos pueden suceder en el ámbito familiar, comunitario o institucional, y son ejercidos por alguien con quien el anciano mantenía una relación de confianza, y puede ser constatable objetivamente o percibido subjetivamente. Las mujeres, además, sufren una doble discriminación: por el hecho de ser mayores y por su género, algo que las hace susceptibles a sufrir más abusos y maltratos que los hombres», constata el Cuerpo catalán, que advierte de la gran vulnerabilidad de muchas víctimas, que presentan patologías asociadades, dependencia en sus ciudadanos, y también emocional por el vínculo familiar, ya que el agresor suele «formar parte de su entorno más inmediato», bien su pareja o un pariente.
Por eso los Mossos, en vísperas del Día Mundial de Toma de Conciencia del Abuso y Maltrato en la Vejez, apuntan que la coordinación entre Servicios Sociales, de salud, Justicia y seguridad, así como la propia ciudadanía es «imprescindible» para la detección y atención a los ancianos víctimas de violencia.
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