No salta, no remata, no bloquea. Y sin embargo, es imprescindible. Monica De Gennaro no necesita imponerse con altura para dominar una cancha de voleibol. Lo suyo es la anticipación, el coraje, el control de lo invisible. Leer el juego antes que nadie, lanzarse al suelo con precisión quirúrgica, sostener al equipo cuando todo tiembla. Desde la línea de fondo, Moki ha construido una de las carreras más brillantes del voleibol moderno.
La líbero de 38 años lidera a Italia y al Imoco Volley Conegliano en una temporada histórica
No salta, no remata, no bloquea. Y sin embargo, es imprescindible. Monica De Gennaro no necesita imponerse con altura para dominar una cancha de voleibol. Lo suyo es la anticipación, el coraje, el control de lo invisible. Leer el juego antes que nadie, lanzarse al suelo con precisión quirúrgica, sostener al equipo cuando todo tiembla. Desde la línea de fondo, Moki ha construido una de las carreras más brillantes del voleibol moderno.
Nacida en Piano di Sorrento, la líbero italiana lleva más de dos décadas en la élite. Ha disputado cuatro Juegos Olímpicos, ha sido reconocida como la mejor líbero del mundo en múltiples ocasiones y, a sus 38 años, sigue ampliando su leyenda. La temporada 2025 ha sido la culminación de ese camino: seis títulos entre su club, el Imoco Conegliano, y la selección italiana, además de ser elegida MVP de la Nations League.
Pero su historia no se resume en trofeos ni estadísticas. Es también la de una mujer que ha desafiado los estereotipos del éxito en el deporte; la de una jugadora que comparte cancha con su entrenador y marido, Daniele Santarelli, en una convivencia profesional tan exigente como singular. La de una figura que, sin buscar protagonismo, ha terminado por convertirse en referente absoluto del deporte italiano, a la altura de grandes nombres como Federica Pellegrini, Valentino Rossi o Jannik Sinner.
En un país donde los focos se posan a menudo sobre los deportes masculinos, Monica De Gennaro ha conseguido algo extraordinario. Abrirse paso con una voz silenciosa pero contundente. Su liderazgo no se mide en decibelios ni gestos grandilocuentes, sino en estabilidad, inteligencia y resultados. En Italia, donde el voleibol femenino tiene una afición fiel pero menos visibilidad mediática, ella representa una rareza. Una campeona total que trasciende su disciplina.
Una temporada para la historia
6 títulos en un año
Monica De Gennaro, la veterana líbero de la selección italiana y emblema del Imoco Volley Conegliano, cierra la temporada con un palmarés espectacular. Ha ganado la Nations League con Italia, donde no solo contribuyó decisivamente al triunfo de su país, sino que fue elegida MVP del torneo y reconocida como mejor líbero, integrándose también en el Dream Team del certamen.
Con su club, el Imoco Volley Conegliano, completó un sexteto dorado sin precedentes. Logró la Liga de Campeones 2024/25, su tercer título en esa competición; el Campeonato Mundial de Clubs, conquistado por el equipo en 2024; la Supercopa de Italia, la Copa de Italia y el Scudetto (Serie A1 italiana).
Durante el tercer partido de la final del Scudetto, se celebró un hito personal para ella: alcanzó los 500 partidos con la camiseta del Imoco Volley, consolidándose como única jugadora presente en los 27 títulos conquistados por el club desde su llegada en 2013.
Alma defensiva de la selección italiana
Y dominio total con el Imoco Volley
Desde su debut en la selección en 2006, Monica De Gennaro ha forjado una carrera brillante. SegúnVolleyball World y Federvolley es la jugadora con más experiencia en la campaña de la Nations League de 2025 y fue distinguida como la mejor jugadora del torneo junto a tres compañeras de la selección (Alessia Orro, Myriam Sylla y Paola Egonu). Fue su primera vez como MVP en un torneo internacional, un reconocimiento tardío pero merecido a su trayectoria.
El dominio de De Gennaro en el club italiano también es apabullante. Desde su llegada al Imoco en 2013, ha sido pieza imprescindible en cada una de las ocho ligas ganadas hasta 2025 En la Copa de Italia, el equipo levantó el trofeo en siete ocasiones, con triunfos consecutivos entre 2020‑21 y 2024‑25. Asimismo, la Supercopa de Italia también adornó la vitrina del club cada año desde 2016 hasta 2024.
En el plano continental, su victoria en la Champions League 2024‑25, frente a otro club italiano, Pallavolo Scandicci, elevó al Imoco a su tercer título europeo. A nivel mundial, el Mundial de Clubs logrado en 2024 confirmó su estatus como club de élite.
Un vínculo singular
Monica de Gennaro y Daniele Santarelli
Un elemento curioso que trasciende lo puramente deportivo. Monica De Gennaro está casada con su entrenador, Daniele Santarelli, quien dirige al Imoco Volley Conegliano y desde hace poco también es entrenador de la selección de Turquía. Este vínculo profesional y personal añade una dimensión singular a su carrera. Mientras ella brilla sobre la pista, él traza estrategias desde el banquillo, compitiendo en selecciones diferentes.
A sus 38 años, Moki demuestra que la edad es solo un número. Representó a Italia en cuatro Juegos Olímpicos, fue elegida la mejor líbero en los Juegos de París 2024 y ha recibido ese mismo reconocimiento en múltiples torneos internacionales y de clubs. La temporada 2025 marca un punto álgido en su carrera. Levantó seis títulos y recibió distinciones que completan un ciclo perfectísimo. Su recorrido, desde sus inicios en Sorrento hasta convertirse en leyenda, es una narrativa ejemplar del deporte italiano contemporáneo.
Un símbolo de constancia
Un ejemplo a seguir para las futuras generaciones
El legado de Monica De Gennaro va más allá de las medallas y trofeos. Su estilo, profesionalidad y liderazgo dentro y fuera del campo la convierten en un modelo para las jóvenes generaciones. No solo domina cada partido, personifica valores como el esfuerzo silencioso, la fidelidad a un proyecto y la excelencia en los detalles, virtudes escasas en un deporte cada vez más devorado por la velocidad y el espectáculo.
Con más de 500 partidos con el Imoco y una carrera internacional de casi dos décadas, la libero italiana sigue reinventándose cada temporada, sin perder ni un ápice de ferocidad competitiva y elegancia técnica.
En tiempos donde Italia celebra nuevas estrellas como Jannik Sinner en el tenis o Filippo Ganna en el ciclismo, Monica De Gennaro ocupa un lugar de honor entre quienes han elevado la bandera italiana al podio del deporte mundial. No es solo una campeona, es una institución. Una referencia imprescindible para entender lo que significa ganar desde la defensa, desde el sacrificio, desde la constancia.
Cierra 2025 como referente absoluto del voleibol. Pero también como figura esencial del imaginario deportivo italiano del siglo XXI.
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