Convencidas firmemente del papel que aún pueden desempeñar los pueblos, las mujeres rurales han celebrado esta semana su día. Una conmemoración de carácter internacional con fecha 15 de octubre que, además de festejar, sirve para concienciar y que ese día el foco se ponga en especial en ellas. «Piedra angular», «pilar fundamental» o «motor» que «sostiene comunidades enteras» han sido algunas de las definiciones que han usado desde las instituciones y asociaciones para definir su importante labor en los pequeños municipios. Hoy son las propias mujeres que residen en los entornos rurales las que toman la palabra y cuentan a ABC su día a día, los motivos por los que apuestan por el mundo rural y también sus reivindicaciones para poder seguir viviendo y trabajando donde reina «la cercanía», la «comodidad» y también, según cuentan algunas, las «oportunidades». Pero que requiere de «servicios» para poder retener habitantes.1 Nazaret Marcos, en la finca en la que cultiva setas en Paredes de Nava (Palencia) ABC «El mundo rural está lleno de oportunidades, también en lo tecnológico» Con valentía y decisión Nazaret Marcos cambió la ciudad por lo que siempre había querido: vivir en un pueblo. A los 13 años salió de su localidad, en la Sierra de la Culebra zamorana, para continuar sus estudios, pasó por distintos empleos, pero hace ocho años decidió embarcarse en la aventura de fundar su propia empresa de cultivo de setas. Nada le unía al municipio en el que ahora reside y trabaja, Paredes de Nava (Palencia), pero allí encontró la finca que «había soñado» para montar su negocio. Una corta historia que ya es de éxito porque ya ha sido premiada como mejor agricultora ecológica y por la innovación aplicada. «De lo que me arrepiento es de no haber tomado la decisión antes», expresa y recuerda que quizá lo que le echó en un inicio para atrás es que en los pueblos «muchas veces se espera de los jóvenes que estudien y se vayan». Ella decidió volver y asegura que, pese a que montar de cero tu propia empresa «es difícil», «es más fácil» si lo haces desde un «lugar en el que estés cómodo». Defiende también los pueblos como lugares «llenos de posibilidades y oportunidades» y no sólo en el ámbito agrario «también, por ejemplo, en el tecnológico», con capacidad técnica ya disponible y alquileres «más asequibles». Y en ese escenario tiene muy claro que «las mujeres son el futuro» y las «grandes fijadoras de población». Pero también está convencida de que «no se quedarán si no hay servicios». «Jamás lo harán sin médicos, sin pediatras, sin que pase un autobús… Queremos autonomía», reivindica. «Y eso ya no depende de los emprendedores, los políticos deben ser acordes con ello», reafirma.2 María Herranz, en su ganadería de bovino extensivo en San Juan del Molinillo (Ávila) ABC «Las mujeres son un motor importante, pero sin servicios no podrán quedarse» A María Herranz fue el paro lo que llevó a convertirse ganadera de bovino extensivo en San Juan del Molinillo (Ávila), su pueblo. Tras pasar por varios trabajos, también en la capital amurallada, se le presentó la oportunidad de quedarse con explotación agrícola familiar. «Y no me arrepiento, aunque las cosas en este sector cada vez están peor», lamenta sobre las dificultades que atraviesa el campo en estos momentos. «Aquí vivimos mejor y más tranquilos, pero también tenemos nuestras prisas«, comenta sobre el ritmo de vida que en general lleva la sociedad actual, pero algo tiene claro: »La calidad de vida es diferente». Son las mujeres las que mantienen «vivos» a los pueblos y son un «motor importante», mantiene también, pero advierte que «sin servicios» no podrán quedarse.3 Marisa Gil, alcaldesa de Fuente de Santa Cruz (Segovia) durante más de treinta años ABC «Intento siempre hacer cosas por el pueblo, si no ya me hubiera ido» Marisa Gil lleva al frente de la Alcaldía de Fuente de Santa Cruz (Segovia) desde 1991. Más de treinta años con el bastón de mando en un pueblo que ahora tiene algo más de un centenar de habitantes, pero con el que está muy comprometida. «Me gustaba hacer cosas por muy pueblo y decidí dar el paso de presentarme», recuerda. Su vocación era ser profesora, pero tras pasar por la universidad, apostó por volver a las raíces y allí sigue «satisfecha» con una labor que también tiene sinsabores. Aún así, siente «orgullo» de «hacer cosas por el pueblo» y seguirá haciéndolo. «Siempre intento hacerlo, en la Alcaldía y en la vida», dice, antes de asegurar también que la «vida en un pueblo te tiene que gustar». Y es que los inviernos «son duros», apostilla. Pero en Fuente de Santa Cruz son las mujeres las que lo mantienen «activo» y se «implican» en las actividades. Fundamental para sus vecinos es el «transporte», dice. «Aquí un coche no es un lujo, es una necesidad», considera, pero también lo es la sanidad. El médico pasa un día a la semana, pero señala que gran parte de la población son «mayores» y «no pueden desplazarse».4 Cristina Valles es la alguacil de Castrodeza (Valladolid) desde hace dos décadas ABC «Las mujeres son las más activas en el pueblo. Quizá somos más decididas» Cristina Valles está ya acostumbrada a recibir a los vecinos en su propia casa con dudas y preguntas. Es la alguacil -un puesto tradicionalmente ocupado por hombres- de Castrodeza (Valladolid) desde hace 29 años y a esta tarea dedica su día a día en la localidad en la que nació. Labores de mantenimiento, de jardinería y otras «muchas cosas» ocupan su jornada laboral, que es fundamental para la vida cotidiana de este municipio de unos 140 habitantes. En resumen, explica, «mantener el pueblo» porque «siempre» le ha gustado poder «ayudar» a los vecinos, entre los que reconoce que son las féminas «las más activas» del pueblo. «Quizá porque somos más decididas», apunta, para remarcar después que la mujer se está «imponiendo ya en muchos sectores de la sociedad».5 Rocío Sahelices está al frente del cuartel de la Guardia Civil en Cármenes (León) ABC «No cambio la vida en el pueblín por nada» Al frente del cuartel de la Guardia Civil de Cármenes (León) está Rocío Sahelices. «No cambio la vida en el pueblín por nada», explica convencida de lo que ha escogido. A caballo entre la localidad en la que trabaja y la también leonesa La Vid de Gordón, su origen, es una mujer rural decidida. «He estado en muchos sitios trabajando hasta que me pude venir aquí», dice esta sargento que ha pasado por varias provincias y que ha «renunciado» a seguir ascendiendo por permanecer en su tierra. «No quería alejarme de mi familia, ni de mis amigos, ni de mis recuerdos o mi esencia y no me arrepiento. Aquí yo soy feliz», subraya. Pero deja clara también sus reivindicaciones: «Si todos pagamos los mismos impuestos, deberíamos tener los mismos servicios», exige. Pone como ejemplo que muchas localidades del entorno no disponen de farmacia, no tienen consultorio médico o se han quedado sin banco, «lo que obliga a la gente, generalmente muy mayor, a tener que desplazarse». Por eso, demanda para el medio rural los «servicios mínimos» que animen a la población a poder quedarse. La «falta de perspectivas laborales» es otro de los obstáculos, enumera, porque para las «generaciones que vienen» un empleo en estas zonas sería también una «motivación». Además, reivindica el trabajo de la Guardia Civil en estas zonas. «También tienen derecho a la seguridad», considera, y asegura que su presencia en los pueblos «da tranquilidad». «Cuando es invierno y pasamos por los pequeños pueblos con las luces azules encendidas, quiero pensar que les acompañamos también un poco», comenta sobre la «soledad» que afecta en el día a día a la población mayor rural.6 Ana Isabel González es auxiliar de Ayuda a Domicilio en Dueñas (Palencia) ABC «En el mundo rural vivimos más tranquilos, con más cercanía» Donde la mujer rural tiene un peso importante, es el de los cuidados. A ellos ha dedicado ya muchos años de su vida Ana Isabel González, como auxiliar de Ayuda a Domicilio en Dueñas (Palencia), quien no duda que su desempeño es ahora clave en unos pueblos donde cada vez «la población es más mayor», «Muchos no quieren irse a una residencia y nosotras les ayudamos en todo. Desde que se levantan, a asearse, en las comidas, hacemos también con ellos gimnasia…», explica acerca de una profesión que emplea sobre todo a personal femenino y que es «más individual» que en una institución. Así, lleva «más de doce años» con algunos usuarios. «Son gente muy agradecida. Nos quieren como si fuéramos ya de la familia», comenta. Y todo con una vida «tranquila» y «donde todo está cerca», comenta sobre el lugar en el que vive, la cercana localidad de Venta de Baños, también en la provincia palentina. Convencidas firmemente del papel que aún pueden desempeñar los pueblos, las mujeres rurales han celebrado esta semana su día. Una conmemoración de carácter internacional con fecha 15 de octubre que, además de festejar, sirve para concienciar y que ese día el foco se ponga en especial en ellas. «Piedra angular», «pilar fundamental» o «motor» que «sostiene comunidades enteras» han sido algunas de las definiciones que han usado desde las instituciones y asociaciones para definir su importante labor en los pequeños municipios. Hoy son las propias mujeres que residen en los entornos rurales las que toman la palabra y cuentan a ABC su día a día, los motivos por los que apuestan por el mundo rural y también sus reivindicaciones para poder seguir viviendo y trabajando donde reina «la cercanía», la «comodidad» y también, según cuentan algunas, las «oportunidades». Pero que requiere de «servicios» para poder retener habitantes.1 Nazaret Marcos, en la finca en la que cultiva setas en Paredes de Nava (Palencia) ABC «El mundo rural está lleno de oportunidades, también en lo tecnológico» Con valentía y decisión Nazaret Marcos cambió la ciudad por lo que siempre había querido: vivir en un pueblo. A los 13 años salió de su localidad, en la Sierra de la Culebra zamorana, para continuar sus estudios, pasó por distintos empleos, pero hace ocho años decidió embarcarse en la aventura de fundar su propia empresa de cultivo de setas. Nada le unía al municipio en el que ahora reside y trabaja, Paredes de Nava (Palencia), pero allí encontró la finca que «había soñado» para montar su negocio. Una corta historia que ya es de éxito porque ya ha sido premiada como mejor agricultora ecológica y por la innovación aplicada. «De lo que me arrepiento es de no haber tomado la decisión antes», expresa y recuerda que quizá lo que le echó en un inicio para atrás es que en los pueblos «muchas veces se espera de los jóvenes que estudien y se vayan». Ella decidió volver y asegura que, pese a que montar de cero tu propia empresa «es difícil», «es más fácil» si lo haces desde un «lugar en el que estés cómodo». Defiende también los pueblos como lugares «llenos de posibilidades y oportunidades» y no sólo en el ámbito agrario «también, por ejemplo, en el tecnológico», con capacidad técnica ya disponible y alquileres «más asequibles». Y en ese escenario tiene muy claro que «las mujeres son el futuro» y las «grandes fijadoras de población». Pero también está convencida de que «no se quedarán si no hay servicios». «Jamás lo harán sin médicos, sin pediatras, sin que pase un autobús… Queremos autonomía», reivindica. «Y eso ya no depende de los emprendedores, los políticos deben ser acordes con ello», reafirma.2 María Herranz, en su ganadería de bovino extensivo en San Juan del Molinillo (Ávila) ABC «Las mujeres son un motor importante, pero sin servicios no podrán quedarse» A María Herranz fue el paro lo que llevó a convertirse ganadera de bovino extensivo en San Juan del Molinillo (Ávila), su pueblo. Tras pasar por varios trabajos, también en la capital amurallada, se le presentó la oportunidad de quedarse con explotación agrícola familiar. «Y no me arrepiento, aunque las cosas en este sector cada vez están peor», lamenta sobre las dificultades que atraviesa el campo en estos momentos. «Aquí vivimos mejor y más tranquilos, pero también tenemos nuestras prisas«, comenta sobre el ritmo de vida que en general lleva la sociedad actual, pero algo tiene claro: »La calidad de vida es diferente». Son las mujeres las que mantienen «vivos» a los pueblos y son un «motor importante», mantiene también, pero advierte que «sin servicios» no podrán quedarse.3 Marisa Gil, alcaldesa de Fuente de Santa Cruz (Segovia) durante más de treinta años ABC «Intento siempre hacer cosas por el pueblo, si no ya me hubiera ido» Marisa Gil lleva al frente de la Alcaldía de Fuente de Santa Cruz (Segovia) desde 1991. Más de treinta años con el bastón de mando en un pueblo que ahora tiene algo más de un centenar de habitantes, pero con el que está muy comprometida. «Me gustaba hacer cosas por muy pueblo y decidí dar el paso de presentarme», recuerda. Su vocación era ser profesora, pero tras pasar por la universidad, apostó por volver a las raíces y allí sigue «satisfecha» con una labor que también tiene sinsabores. Aún así, siente «orgullo» de «hacer cosas por el pueblo» y seguirá haciéndolo. «Siempre intento hacerlo, en la Alcaldía y en la vida», dice, antes de asegurar también que la «vida en un pueblo te tiene que gustar». Y es que los inviernos «son duros», apostilla. Pero en Fuente de Santa Cruz son las mujeres las que lo mantienen «activo» y se «implican» en las actividades. Fundamental para sus vecinos es el «transporte», dice. «Aquí un coche no es un lujo, es una necesidad», considera, pero también lo es la sanidad. El médico pasa un día a la semana, pero señala que gran parte de la población son «mayores» y «no pueden desplazarse».4 Cristina Valles es la alguacil de Castrodeza (Valladolid) desde hace dos décadas ABC «Las mujeres son las más activas en el pueblo. Quizá somos más decididas» Cristina Valles está ya acostumbrada a recibir a los vecinos en su propia casa con dudas y preguntas. Es la alguacil -un puesto tradicionalmente ocupado por hombres- de Castrodeza (Valladolid) desde hace 29 años y a esta tarea dedica su día a día en la localidad en la que nació. Labores de mantenimiento, de jardinería y otras «muchas cosas» ocupan su jornada laboral, que es fundamental para la vida cotidiana de este municipio de unos 140 habitantes. En resumen, explica, «mantener el pueblo» porque «siempre» le ha gustado poder «ayudar» a los vecinos, entre los que reconoce que son las féminas «las más activas» del pueblo. «Quizá porque somos más decididas», apunta, para remarcar después que la mujer se está «imponiendo ya en muchos sectores de la sociedad».5 Rocío Sahelices está al frente del cuartel de la Guardia Civil en Cármenes (León) ABC «No cambio la vida en el pueblín por nada» Al frente del cuartel de la Guardia Civil de Cármenes (León) está Rocío Sahelices. «No cambio la vida en el pueblín por nada», explica convencida de lo que ha escogido. A caballo entre la localidad en la que trabaja y la también leonesa La Vid de Gordón, su origen, es una mujer rural decidida. «He estado en muchos sitios trabajando hasta que me pude venir aquí», dice esta sargento que ha pasado por varias provincias y que ha «renunciado» a seguir ascendiendo por permanecer en su tierra. «No quería alejarme de mi familia, ni de mis amigos, ni de mis recuerdos o mi esencia y no me arrepiento. Aquí yo soy feliz», subraya. Pero deja clara también sus reivindicaciones: «Si todos pagamos los mismos impuestos, deberíamos tener los mismos servicios», exige. Pone como ejemplo que muchas localidades del entorno no disponen de farmacia, no tienen consultorio médico o se han quedado sin banco, «lo que obliga a la gente, generalmente muy mayor, a tener que desplazarse». Por eso, demanda para el medio rural los «servicios mínimos» que animen a la población a poder quedarse. La «falta de perspectivas laborales» es otro de los obstáculos, enumera, porque para las «generaciones que vienen» un empleo en estas zonas sería también una «motivación». Además, reivindica el trabajo de la Guardia Civil en estas zonas. «También tienen derecho a la seguridad», considera, y asegura que su presencia en los pueblos «da tranquilidad». «Cuando es invierno y pasamos por los pequeños pueblos con las luces azules encendidas, quiero pensar que les acompañamos también un poco», comenta sobre la «soledad» que afecta en el día a día a la población mayor rural.6 Ana Isabel González es auxiliar de Ayuda a Domicilio en Dueñas (Palencia) ABC «En el mundo rural vivimos más tranquilos, con más cercanía» Donde la mujer rural tiene un peso importante, es el de los cuidados. A ellos ha dedicado ya muchos años de su vida Ana Isabel González, como auxiliar de Ayuda a Domicilio en Dueñas (Palencia), quien no duda que su desempeño es ahora clave en unos pueblos donde cada vez «la población es más mayor», «Muchos no quieren irse a una residencia y nosotras les ayudamos en todo. Desde que se levantan, a asearse, en las comidas, hacemos también con ellos gimnasia…», explica acerca de una profesión que emplea sobre todo a personal femenino y que es «más individual» que en una institución. Así, lleva «más de doce años» con algunos usuarios. «Son gente muy agradecida. Nos quieren como si fuéramos ya de la familia», comenta. Y todo con una vida «tranquila» y «donde todo está cerca», comenta sobre el lugar en el que vive, la cercana localidad de Venta de Baños, también en la provincia palentina.
Viven en pequeños municipios y están convencidas de sus «posibilidades», pero piden para ellos «servicios básicos» que animen a la población a quedarse
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