Horas después de firmar la primera fase del alto el fuego, Israel ha comenzado a retirar sus tropas de varias regiones del norte de Gaza. De la Franja llegan este viernes imágenes de miles de palestinos desplazados que regresan a sus casas, y de Jerusalén un mensaje de celebración de Beniamín Netanyahu: “Hemos asegurado una combinación poderosa”, ha dicho el primer ministro israelí en la primera rueda de prensa después de que su gabinete aprobara el acuerdo.
El primer ministro israelí ha asegurado que, después del intercambio de rehenes, su ejército desarmará a Hamas “por las buenas o por las malas”
Horas después de firmar la primera fase del alto el fuego, Israel ha comenzado a retirar sus tropas de varias regiones del norte de Gaza. De la Franja llegan este viernes imágenes de miles de palestinos desplazados que regresan a sus casas, y de Jerusalén un mensaje de celebración de Beniamín Netanyahu: “Hemos asegurado una combinación poderosa”, ha dicho el primer ministro israelí en la primera rueda de prensa después de que su gabinete aprobara el acuerdo.
Según el pacto, el ejército israelí mantendrá “todas las posiciones clave” de la Franja —un 53% del territorio— a la par que recupera a los rehenes secuestrados el 7 de octubre de 2023. En las 72 horas posteriores a la retirada de tropas, se espera que Hamas libere a los 20 rehenes que siguen vivos en Gaza y los cadáveres de 28 ciudadanos israelíes. Netanyahu ha pronosticado que el próximo lunes, cuando la liberación se haya completado, será “un día de alegría nacional”.
Una vez Israel haya recuperado a sus rehenes, devolverá a Cisjordania o deportará a unos 1.700 palestinos que cumplen condena en prisiones israelíes, 250 de ellos en unidades de seguridad. Tel Aviv ha publicado una lista preliminar que incluye, entre otros nombres, el de Iyad Abu al-Rub, comandante de la Yihad Islámica Palestina en Yenín y responsable de tres ataques suicidas durante la Segunda Intifada.
Netanyahu ha asegurado que, después del intercambio, “Hamas será desarmado, y Gaza desmilitarizada”. En la rueda de prensa que ofreció la tarde del viernes, amenazó con reanudar el combate si no se cumplía este objetivo: “Si esto se consigue por las buenas, estupendo. Pero, si no, lo haremos por las malas”. Para ello, recordó que el Comando Sur del ejército israelí seguirá ocupando un 53% del territorio gazatí “para eliminar cualquier amenaza inmediata”.
Por eso, en Gaza hay quienes prefieren mantenerse prudentes. “No me fío de que sea seguro”, cuenta Maruán Isbitah, que desde que el asalto a la Ciudad de Gaza el pasado mes de septiembre se refugia con su familia en una tienda de campaña de la playa de Al-Mawasi. “En cualquier caso, lo que nos espera en la Ciudad de Gaza son escombros. Nada”, explica Isbitah a La Vanguardia.
Según lo acordado la noche del jueves, los palestinos que abandonaron Gaza durante la guerra podrán regresar por primera vez desde 2023 a través del paso de Rafah que conecta Egipto con el enclave palestino. Además, entrarán en la Franja 600 camiones diarios de ayuda humanitaria que podrán distribuir tanto las Naciones Unidas como oenegés internacionales y entidades privadas. Sin embargo, la salida de gazatíes del territorio estará sujeta a aprobación israelí y control de la Unión Europea.
Son varias las fuerzas internacionales que han expresado su intención de monitorear el fin de una guerra en la que han muerto 67.211 palestinos. Desde Ankara, Recep Tayip Erdogan ya dijo el jueves: “Turquía participará en el grupo de trabajo sobre Gaza y supervisará de cerca que ambas partes cumplen el acuerdo”. El presidente turco también aseguró que su gobierno participará en la reconstrucción del enclave palestino, donde según la ONU el 90% de los edificios residenciales han sido dañados.
La agencia de noticias Associated Press ha avanzado que Estados Unidos también desplegará una fuerza de paz de 200 tropas para supervisar el flujo de ayuda humanitaria y proveer asistencia logística y de seguridad en el enclave palestino. Desde Berlín, el canciller Friedrich Merz ha anunciado además que Alemania propondrá organizar una conferencia de reconstrucción para abordar “las necesidades más urgentes” en Gaza, como el suministro de agua y energía y la atención médica.
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