Michael Johnson (57) dice:
Grand Slam Track cancela la reunión de Los Ángeles, cuarta y última parada de su primera temporada
Michael Johnson (57) dice:
-A lo largo de mi vida he iniciado numerosos proyectos empresariales. Ninguno de ellos ha sido rentable en el primer año. No es así como construyes un negocio.
Y los escépticos enarcan una ceja.
Grand Slam Track, el último de esos numerosos proyectos del Expreso de Waco ha entrado en una vía muerta: no se celebrará la última de sus cuatro paradas, la reunión de los Ángeles, programada para el 27-29 de junio.
Los escépticos opinan que Grand Slam Track ha estirado más el brazo que la manga, que el proyecto nunca ha ocupado una primera línea mediática (y así es: no sé si usted, lector, sabe de qué estoy hablando cuando hablo de Grand Slam Track), que decenas de estrellas le han dado la espalda y jamás han comparecido en ninguna de las tres reuniones (entre ellos, los fenomenales Noah Lyles y Julien Alfred o el mediofondista Jakob Ingebrigtsen) y que el público tampoco se ha entregado a la idea.
Con la boca pequeña, los escépticos también opinan que el negocio de Grand Slam Track no está siendo un negocio en sí, pues no genera beneficios.
Michael Johnson responde:
-Ahora estamos enfocados en el 2026.
Y añade que en este primer año (con las reuniones de Kingston, Miami y Filadelfia y la cancelación de Los Ángeles), el programa piloto ha cumplido sus objetivos y debe pensar en cubrirse las espaldas para todo lo que queda por venir.
Lo cierto es que las cifras que ha movido Grand Slam Track son fantásticas, muy pocas veces vistas antes, sobre todo desde la perspectiva de los atletas.
En un pispás, velocistas como Melissa Jefferson-Wooden, campeona del reto de la velocidad corta (100 y 200) en las tres reuniones que se han celebrado, se ha embolsado 300.000 dólares (unos 270.000 euros), cantidad que jamás hubiera imaginado en una reunión de la Diamond League, hipotética rival de Grand Slam Track, y mucho menos en unos Campeonatos del Mundo o unos Juegos Olímpicos.
Los premios son magníficos, pero son excesivos.
Y por eso mismo, Grand Slam Track ha decidido congelar pagos y esperar a tiempos mejores: cancelar Los Ángeles le permite ahorrarse cerca de tres millones de euros, veremos si es maná para el 2026.
Los patrocinadores se han agotado, las televisiones tampoco se han entregado a la idea y las ventas de entradas nunca han alzado el vuelo (abundaba el cemento en las gradas de Kingston, tampoco la parroquia de Los Ángeles estaba pasando por las taquillas).
La deriva de Los Ángeles ha sido la puntilla.
En la ciudad, abundan las protestas por las redadas migratorias de Donald Trump, el ejército patrulla la ciudad, se multiplican las detenciones y se proponen toques de queda. A tres años vista, los Juegos de Los Ángeles empiezan a ir a contrarreloj. A dos semanas vista, la cuarta reunión de Grand Slam Track allí era inconcebible.
”La decisión de concluir la temporada inaugural de Grand Slam Track no se toma a la ligera, sino que está basada en la creencia de que hemos alcanzado con éxito los objetivos que nos propusimos en esta temporada piloto. El panorama económico global ha cambiado drásticamente en el último año, y esta decisión empresarial se ha tomado para asegurar nuestra estabilidad a largo plazo como la principal liga de pista del mundo. Nuestra atención ahora está en 2026…”, insiste Michael Johnson, posiblemente con la idea de ganar tiempo.

Emilee Chinn / Getty Images via AFP
Otra cosa es lo que piense Sir Sebastian Coe, presidente de World Athletics, ejecutivo que enarca una ceja cuando piensa en Grand Slam Track (él tiene su propio proyecto alternativo, el World Athletics Ultimate Championships que arranca el año que viene en Budapest), o los saltadores y los lanzadores, especialistas que nunca han tenido espacio en el circo de Michael Johnson, coto reducido a velocistas y mediofondistas.
-Yo no puedo salvarles a todos -decía Michael Johnson en los inicios, cuando comunicaba su idea.
Su tono siempre tiende a ser tan mesiánico como condescendiente.
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