La recta final de la legislatura está siendo una montaña rusa para Juanma Moreno . El desconcierto generado por los cribados fallidos de cáncer de mama del Servicio Andaluz de Salud (SAS) ha dado paso a los nervios en el PP andaluz por los daños electorales que puede ocasionarle esta crisis de consecuencias imprevisibles. Para colmo de males, el caso ha explotado cuando faltan, como mucho, ocho meses para los comicios, con los de Santiago Abascal crecidos en las encuestas y dispuestos a ponerles las cosas muy difíciles al presidente andaluz, mientras la ministra y candidata del PSOE, María Jesús Montero , está exprimiendo al máximo el escándalo para apuntalar su relato del deterioro de la sanidad pública en manos de los conservadores.Es el momento político más complicado que vive el presidente desde que llegó al Palacio de San Telmo hace casi ocho años. Y en el Gobierno andaluz cunde la sensación de que PSOE y Vox han hecho confluir sus intereses, desde posiciones ideológicas contrapuestas , en una suerte de pinza contra-natura para descabalgar del poder al presidente que gobierna con mayoría absoluta desde junio de 2022. A los socialistas les conviene dividir el voto de la derecha. A Vox, que el «bicharraco que es el PSOE andaluz» –como lo definió Montero– le pegue un buen mordisco a los populares para arrebatarle su primacía y obligarle a pactar, como sucedió en la primera legislatura, cuando un acuerdo entre Vox, Ciudadanos y PP puso fin a casi 37 años de gobiernos de la izquierda.Como punta de lanza contra el Ejecutivo andaluz , ambas formaciones están utilizando los retrasos injustificados para una segunda prueba a las mujeres cuyas mamografías arrojaron un resultado dudoso y que en algunos casos acabaron desarrollando un cáncer que no se trató a tiempo. Salvo giro de guion, los populares tendrán que acostumbrarse al martilleo constante a cuenta de los errores del SAS en una cuestión tan sensible de aquí hasta que se celebren las elecciones.Vox aprieta y pide elecciones yaCatapultado por los sondeos, Vox aprieta. Santiago Abascal convocó este viernes a la prensa ante la sede del Parlamento andaluz para reclamar a Moreno que convoque elecciones en Andalucía, sin esperar a la próxima primavera, y que dimita «para que los andaluces vuelvan a ser preguntados si quieren la continuación de las políticas socialistas o si quieren una alternativa de verdad».Salvo giro de guion, los populares tendrán que acostumbrarse al martilleo constante con los errores del SASEl presidente de Vox trata de movilizar a los votantes descontentos con la gestión del PP, pero también a electores sin una ideología definida, a jóvenes seducidos por la «antipolítica» y a indecisos, que son los que hacen que las victorias caigan de uno u otro lado. En Sevilla repitió el mensaje de que el PP y el PSOE son la misma cosa y Juanma Moreno «se ha convertido en el principal continuador de las políticas socialistas en España» por su apoyo a las energías verdes o a la acogida de los menores migrantes apelando al «corazón así de ancho de los andaluces». « El problema es que tienen un corazón gigante para los de fuera y un corazón miserable para los de dentro», recriminó el dirigente de Vox a los conservadores. Abascal llegó a Sevilla cargado de munición contra Moreno. Anunció que va a denunciar el cribado fallido ante la Fiscalía para que «se sepa qué es lo que ha fallado, quiénes son los responsables y asuman las consecuencias judiciales que se deriven». Los errores en el programa de detección precoz del cáncer, a los que la Junta ha respondido con un plan de choque para chequear a 2.000 pacientes afectadas en menos de dos meses, no se arreglan «mirando para otro lado ni haciendo que dimita un consejero para luego recolocarlo en otro sitio, como ha hecho con los anteriores consejeros», le afeó Abascal en alusión a Jesús Aguirre y Catalina García, quienes precedieron en el cargo a la dimitida Rocío Hernández y ahora ocupan la presidencia del Parlamento y otra consejería, respectivamente.En la arremetida contra el presidente andaluz, no faltó su tema preferido, la inmigración. Abascal incluso vinculó los errores en los cribados con lo que denominó « las políticas de la invasión islamista que ponen en peligro a las mujeres ». Éstas «pagan el pato» de las políticas de «inmigración masiva» impulsadas por el PP y el PSOE, que «están llevando al colapso de los servicios públicos» en España, proclamó.Montero acusa a Moreno de falta de empatíaLa vicepresidenta primera del Gobierno y líder del PSOE andaluz, María Jesús Montero, también aprovechó los errores en el cribado para atacar a Moreno desde San Fernando (Cádiz), donde visitaba unas instalaciones de Navantia. La ministra llevó agua del cribado al molino de «la privatización de la sanidad» , el banderín de enganche de su discurso contra el PP. Relacionó la fiebre por la contratación de seguros sanitarios con el supuesto desmantelamiento de este servicio público. Ese «aumento de la privatización tiene que ver con todo lo que pasa», dijo.La ministra de Hacienda y candidata del PSOE a la Presidencia autonómica insistió en abrir una causa general sobre la «forma de gestionar» de Moreno. Lo acusó de «mentir», de «falta de transparencia y de empatía» con las mujeres afectadas: « No conocemos a estas alturas dónde está el problema » en el que «se nos va la vida» y «qué dimensión tiene». Dicho esto, se presentó como la salvadora de la sanidad pública. «Lo urgente, lo importante en este momento es recuperar la confianza de los ciudadanos en el sistema sanitario público», una tarea de reconstrucción para la que, a su juicio, el PP no está legitimado. Aunque en sus intervenciones suele presumir de los avances que se produjeron en el sistema sanitario durante los gobiernos del PSOE andaluz , la memoria histórica no se compadece con este discurso. En el último lustro que estuvo al frente de la Consejería de Salud, entre 2009 y 2013 (en septiembre de dicho año Susana Díaz la envió a Hacienda), el gasto sanitario sufrió un tajo de 1.464 millones de euros, coincidiendo con la pasada crisis económica. El Gobierno de Moreno ha elevado a máximos el gasto en sanidad, más de 15.200 millones. Aun así, el despliegue de recursos ha quedado eclipsado , como los recientes anuncios de rebajas en el tramo autonómico del IRPF, por el enorme boquete abierto con los cribados fallidos del cáncer de mama. Entre tanto, PSOE y Vox aprietan, cada uno por su lado, para sacar rédito a costa de la tormenta perfecta desatada en torno al Gobierno del PP, con unas elecciones a la vuelta de la esquina. La recta final de la legislatura está siendo una montaña rusa para Juanma Moreno . El desconcierto generado por los cribados fallidos de cáncer de mama del Servicio Andaluz de Salud (SAS) ha dado paso a los nervios en el PP andaluz por los daños electorales que puede ocasionarle esta crisis de consecuencias imprevisibles. Para colmo de males, el caso ha explotado cuando faltan, como mucho, ocho meses para los comicios, con los de Santiago Abascal crecidos en las encuestas y dispuestos a ponerles las cosas muy difíciles al presidente andaluz, mientras la ministra y candidata del PSOE, María Jesús Montero , está exprimiendo al máximo el escándalo para apuntalar su relato del deterioro de la sanidad pública en manos de los conservadores.Es el momento político más complicado que vive el presidente desde que llegó al Palacio de San Telmo hace casi ocho años. Y en el Gobierno andaluz cunde la sensación de que PSOE y Vox han hecho confluir sus intereses, desde posiciones ideológicas contrapuestas , en una suerte de pinza contra-natura para descabalgar del poder al presidente que gobierna con mayoría absoluta desde junio de 2022. A los socialistas les conviene dividir el voto de la derecha. A Vox, que el «bicharraco que es el PSOE andaluz» –como lo definió Montero– le pegue un buen mordisco a los populares para arrebatarle su primacía y obligarle a pactar, como sucedió en la primera legislatura, cuando un acuerdo entre Vox, Ciudadanos y PP puso fin a casi 37 años de gobiernos de la izquierda.Como punta de lanza contra el Ejecutivo andaluz , ambas formaciones están utilizando los retrasos injustificados para una segunda prueba a las mujeres cuyas mamografías arrojaron un resultado dudoso y que en algunos casos acabaron desarrollando un cáncer que no se trató a tiempo. Salvo giro de guion, los populares tendrán que acostumbrarse al martilleo constante a cuenta de los errores del SAS en una cuestión tan sensible de aquí hasta que se celebren las elecciones.Vox aprieta y pide elecciones yaCatapultado por los sondeos, Vox aprieta. Santiago Abascal convocó este viernes a la prensa ante la sede del Parlamento andaluz para reclamar a Moreno que convoque elecciones en Andalucía, sin esperar a la próxima primavera, y que dimita «para que los andaluces vuelvan a ser preguntados si quieren la continuación de las políticas socialistas o si quieren una alternativa de verdad».Salvo giro de guion, los populares tendrán que acostumbrarse al martilleo constante con los errores del SASEl presidente de Vox trata de movilizar a los votantes descontentos con la gestión del PP, pero también a electores sin una ideología definida, a jóvenes seducidos por la «antipolítica» y a indecisos, que son los que hacen que las victorias caigan de uno u otro lado. En Sevilla repitió el mensaje de que el PP y el PSOE son la misma cosa y Juanma Moreno «se ha convertido en el principal continuador de las políticas socialistas en España» por su apoyo a las energías verdes o a la acogida de los menores migrantes apelando al «corazón así de ancho de los andaluces». « El problema es que tienen un corazón gigante para los de fuera y un corazón miserable para los de dentro», recriminó el dirigente de Vox a los conservadores. Abascal llegó a Sevilla cargado de munición contra Moreno. Anunció que va a denunciar el cribado fallido ante la Fiscalía para que «se sepa qué es lo que ha fallado, quiénes son los responsables y asuman las consecuencias judiciales que se deriven». Los errores en el programa de detección precoz del cáncer, a los que la Junta ha respondido con un plan de choque para chequear a 2.000 pacientes afectadas en menos de dos meses, no se arreglan «mirando para otro lado ni haciendo que dimita un consejero para luego recolocarlo en otro sitio, como ha hecho con los anteriores consejeros», le afeó Abascal en alusión a Jesús Aguirre y Catalina García, quienes precedieron en el cargo a la dimitida Rocío Hernández y ahora ocupan la presidencia del Parlamento y otra consejería, respectivamente.En la arremetida contra el presidente andaluz, no faltó su tema preferido, la inmigración. Abascal incluso vinculó los errores en los cribados con lo que denominó « las políticas de la invasión islamista que ponen en peligro a las mujeres ». Éstas «pagan el pato» de las políticas de «inmigración masiva» impulsadas por el PP y el PSOE, que «están llevando al colapso de los servicios públicos» en España, proclamó.Montero acusa a Moreno de falta de empatíaLa vicepresidenta primera del Gobierno y líder del PSOE andaluz, María Jesús Montero, también aprovechó los errores en el cribado para atacar a Moreno desde San Fernando (Cádiz), donde visitaba unas instalaciones de Navantia. La ministra llevó agua del cribado al molino de «la privatización de la sanidad» , el banderín de enganche de su discurso contra el PP. Relacionó la fiebre por la contratación de seguros sanitarios con el supuesto desmantelamiento de este servicio público. Ese «aumento de la privatización tiene que ver con todo lo que pasa», dijo.La ministra de Hacienda y candidata del PSOE a la Presidencia autonómica insistió en abrir una causa general sobre la «forma de gestionar» de Moreno. Lo acusó de «mentir», de «falta de transparencia y de empatía» con las mujeres afectadas: « No conocemos a estas alturas dónde está el problema » en el que «se nos va la vida» y «qué dimensión tiene». Dicho esto, se presentó como la salvadora de la sanidad pública. «Lo urgente, lo importante en este momento es recuperar la confianza de los ciudadanos en el sistema sanitario público», una tarea de reconstrucción para la que, a su juicio, el PP no está legitimado. Aunque en sus intervenciones suele presumir de los avances que se produjeron en el sistema sanitario durante los gobiernos del PSOE andaluz , la memoria histórica no se compadece con este discurso. En el último lustro que estuvo al frente de la Consejería de Salud, entre 2009 y 2013 (en septiembre de dicho año Susana Díaz la envió a Hacienda), el gasto sanitario sufrió un tajo de 1.464 millones de euros, coincidiendo con la pasada crisis económica. El Gobierno de Moreno ha elevado a máximos el gasto en sanidad, más de 15.200 millones. Aun así, el despliegue de recursos ha quedado eclipsado , como los recientes anuncios de rebajas en el tramo autonómico del IRPF, por el enorme boquete abierto con los cribados fallidos del cáncer de mama. Entre tanto, PSOE y Vox aprietan, cada uno por su lado, para sacar rédito a costa de la tormenta perfecta desatada en torno al Gobierno del PP, con unas elecciones a la vuelta de la esquina.
La recta final de la legislatura está siendo una montaña rusa para Juanma Moreno. El desconcierto generado por los cribados fallidos de cáncer de mama del Servicio Andaluz de Salud (SAS) ha dado paso a los nervios en el PP andaluz por los … daños electorales que puede ocasionarle esta crisis de consecuencias imprevisibles. Para colmo de males, el caso ha explotado cuando faltan, como mucho, ocho meses para los comicios, con los de Santiago Abascal crecidos en las encuestas y dispuestos a ponerles las cosas muy difíciles al presidente andaluz, mientras la ministra y candidata del PSOE, María Jesús Montero, está exprimiendo al máximo el escándalo para apuntalar su relato del deterioro de la sanidad pública en manos de los conservadores.
Es el momento político más complicado que vive el presidente desde que llegó al Palacio de San Telmo hace casi ocho años. Y en el Gobierno andaluz cunde la sensación de que PSOE y Vox han hecho confluir sus intereses, desde posiciones ideológicas contrapuestas, en una suerte de pinza contra-natura para descabalgar del poder al presidente que gobierna con mayoría absoluta desde junio de 2022.
A los socialistas les conviene dividir el voto de la derecha. A Vox, que el «bicharraco que es el PSOE andaluz» –como lo definió Montero– le pegue un buen mordisco a los populares para arrebatarle su primacía y obligarle a pactar, como sucedió en la primera legislatura, cuando un acuerdo entre Vox, Ciudadanos y PP puso fin a casi 37 años de gobiernos de la izquierda.
Como punta de lanza contra el Ejecutivo andaluz, ambas formaciones están utilizando los retrasos injustificados para una segunda prueba a las mujeres cuyas mamografías arrojaron un resultado dudoso y que en algunos casos acabaron desarrollando un cáncer que no se trató a tiempo. Salvo giro de guion, los populares tendrán que acostumbrarse al martilleo constante con los errores del SAS en una cuestión tan sensible de aquí hasta que se celebren las elecciones.
Vox aprieta y pide elecciones ya
Catapultado por los sondeos, Vox aprieta. Santiago Abascal convocó este viernes a la prensa ante la sede del Parlamento andaluz para reclamar a Moreno que convoque elecciones en Andalucía, sin esperar a la próxima primavera, y que dimita «para que los andaluces vuelvan a ser preguntados si quieren la continuación de las políticas socialistas o si quieren una alternativa de verdad».
Salvo giro de guion, los populares tendrán que acostumbrarse al martilleo constante con los errores del SAS
El presidente de Vox trata de movilizar a los votantes descontentos con la gestión del PP, pero también electores sin una ideología definida, jóvenes seducidos por la «antipolítica» y los indecisos, que son los que hacen que las victorias caigan de uno u otro lado. En Sevilla repitió el mensaje de que el PP y el PSOE son la misma cosa y Juanma Moreno «se ha convertido en el principal continuador de las políticas socialistas en España» por su apoyo a las energías verdes o a la acogida de los menores migrantes apelando al «corazón así de ancho de los andaluces». «El problema es que tiene un corazón gigante para los de fuera y un corazón miserable para los de dentro», les recriminó el dirigente de Vox.
Abascal llegó a Sevilla cargado de munición contra Moreno. Anunció que va a denunciar el cribado fallido ante la Fiscalía para que «se sepa qué es lo que ha fallado, quiénes son los responsables y asuman las consecuencias judiciales que se deriven». Los errores en el programa de detección precoz del cáncer, a los que la Junta ha respondido con un plan de choque para chequear a 2.000 pacientes afectadas en menos de dos meses, no se arreglan «mirando para otro lado ni haciendo que dimita un consejero para luego recolocarlo en otro sitio, como ha hecho con los anteriores consejeros», le afeó Abascal en alusión a Jesús Aguirre y Catalina García, quienes precedieron en el cargo a la dimitida Rocío Hernández.
En su arremetida contra el presidente andaluz, no faltó su tema preferido, la inmigración. Abascal incluso vinculó los errores en los cribados con lo que denominó «las políticas de la invasión islamista que ponen en peligro a las mujeres». Éstas «pagan el pato» de las políticas de «inmigración masiva» impulsadas por el PP y el PSOE, que «están llevando al colapso de los servicios públicos» en España, proclamó.
Montero carga acusa a Moreno de falta de empatía
La vicepresidenta primera del Gobierno y líder del PSOE andaluz, María Jesús Montero, también aprovechó los errores en el cribado para arremeter contra Moreno desde San Fernando (Cádiz), donde visitaba unas instalaciones de Navantia. La ministra llevó agua del cribado al molino de «la privatización de la sanidad», el banderín de enganche de su discurso contra el PP. Relacionó la fiebre por la contratación de seguros sanitarios con el supuesto desmantelamiento de este servicio público. Ese «aumento de la privatización tiene que ver con todo lo que pasa», dijo.
Montero insistió en abrir una causa general la «forma de gestionar» de Moreno. Lo acusó de «mentir», de «falta de transparencia y de empatía» con las mujeres afectadas: «No conocemos a estas alturas dónde está el problema» en el que «se nos va la vida» y «qué dimensión tiene». Dicho esto, se presentó como la salvadora de la sanidad pública. «Lo urgente, lo importante en este momento es recuperar la confianza de los ciudadanos en el sistema sanitario público», una tarea de reconstrucción para la que, a su juicio, el PP no está legitimado.
Aunque en sus intervenciones suele presumir de los avances que se produjeron en el sistema sanitario durante los gobiernos del PSOE andaluz, la memoria histórica no se compadece con este discurso. En el último lustro que estuvo al frente de la Consejería de Salud, entre 2009 y 2013 (en septiembre de dicho año Susana Díaz la envió a Hacienda), el gasto sanitario sufrió un tajo de 1.464 millones de euros, coincidiendo con la pasada crisis económica.
El Gobierno de Moreno ha elevado a máximos el gasto en sanidad, más de 15.200 millones. Aun así, el despliegue de recursos ha quedado eclipsado, como la lluvia de rebajas en el IRPF, por el enorme boquete abierto con los cribados fallidos. Entre tanto, PSOE y Vox aprietan, cada uno por su lado, para sacar rédito a costa de la tormenta perfecta desatada en torno al Gobierno del PP, con unas elecciones a la vuelta de la esquina.
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