Sin preguntas de la prensa, práctica habitual de su ya exsocio, Pedro Sánchez, Carles Puigdemont apareció en una sala de prensa improvisada en Perpiñán (Francia), entre un largo aplauso de los dirigentes elegidos por él, para certificar el final de la mayoría ficticia que el PSOE enarboló tras las elecciones generales del 23 de julio. « Pasamos a la oposición », declaró con vehemencia.Puntualmente a las cinco de la tarde, recordando que «hoy hace ocho años que el Parlament declaró la independencia», decisión que para Junts «sigue teniendo vigencia», el que fuera ‘president’ de la Generalitat y hoy ejerce de jefe de la oposición virtual, verbalizó lo que ya se había filtrado horas antes: la ruptura por unanimidad entre Junts y el PSOE. Que « ya no hay confianza suficiente y que la desconfianza mutua es evidente ». Puigdemont llegó a decir que ha sido «el PSOE el que ha roto el acuerdo» por los supuestos incumplimientos.Muy crítico con el los socialistas –en particular con el PSC de Salvador Illa–, el líder de Junts aseguró que « al PSOE solo le mueve el tacticismo por el poder». En su opinión «no tenía voluntad de cumplir con el acuerdo de Bruselas». El expresidente catalán, a modo de una mínima autocrítica, afirmó que «sabíamos quién teníamos delante». Y sentenció que «nosotros no estamos dispuestos a garantizar una legislatura en esas condiciones». Algo, dijo, que «el PSOE sabía desde el minuto uno». El líder de Junts, que hizo una lista de agravios como la desinversión «crónica del Estado» o el mal funcionamiento de Rodalies, cargó también contra su principal rival electoral en Cataluña, ERC, del que dijo que «es evidente que no tienen tanto problema» de sostener al PSOE pese a los incumplimientos. «Para hacer lo mismo que otros hacen, nosotros no somos los socios que buscáis » les trasladó a los socialistas. El líder de Junts sentenció que «no estamos dispuestos a ayudar a un Gobierno que no ayuda a Cataluña».En opinión de Puigdemont, tras veintidós meses de alianza con el Partido Socialista, que ha permitido entre otras cuestiones la aprobación de una amnistía que sigue sin ser aplicable a su persona o la mediación del conflicto por parte de un actor extranjero –que ahora cesan de forma fulminante–, « el PSOE ha actuado ignorando su debilidad parlamentaria ». Incluso llegó a decir que el partido de Pedro Sánchez «ha menospreciado los avisos y señales que les hemos mandado durante los diecinueve encuentros en Suiza».El expresidente de la Generalitat ha afeado la falta de concreciones de los acuerdos alcanzados con el PSOE durante todos estos meses, poniendo como ejemplo la negativa del Ministerio de Hacienda de hacer públicas las balanzas fiscales que Junts hace años que reclama. «¿Tan difícil es de entender que necesitamos eso, tras dos años de apoyo a Pedro Sánchez?», se preguntó Puigdemont. «Si no se han aclarado los compromisos adquiridos en 2024, ¿como vamos a negociar unos Presupuestos para 2026?» aseveró.Con el objetivo de justificar «la tardanza» en tomar la decisión de romper, según ha reconocido él mismo, por las presiones que desde hace meses venían recibiendo por parte del mundo municipal de Junts, Carles Puigdemont también puso en valor la catalanidad de la autovía A-2 en Sant Cugat, las bonificaciones del 100% de los monitores de deporte, la ley ELA o la posibilidad de hablar catalán en el Congreso. Iniciativas, todas ellas, que los separatistas han logrado rascar durante los casi dos años de matrimonio forzoso con el PSOE .En un mensaje dirigido al presidente del Gobierno, a modo de conclusión de un discurso que volvió a ser largamente aplaudido por los suyos, Carles Puigdemont recordó a Pedro Sánchez que « podrá ocupar sillones, podrá tener poder, pero no podrá gobernar ». Los independentistas manifiestan que «el PSOE tendrá que reflexionar». Sin preguntas de la prensa, práctica habitual de su ya exsocio, Pedro Sánchez, Carles Puigdemont apareció en una sala de prensa improvisada en Perpiñán (Francia), entre un largo aplauso de los dirigentes elegidos por él, para certificar el final de la mayoría ficticia que el PSOE enarboló tras las elecciones generales del 23 de julio. « Pasamos a la oposición », declaró con vehemencia.Puntualmente a las cinco de la tarde, recordando que «hoy hace ocho años que el Parlament declaró la independencia», decisión que para Junts «sigue teniendo vigencia», el que fuera ‘president’ de la Generalitat y hoy ejerce de jefe de la oposición virtual, verbalizó lo que ya se había filtrado horas antes: la ruptura por unanimidad entre Junts y el PSOE. Que « ya no hay confianza suficiente y que la desconfianza mutua es evidente ». Puigdemont llegó a decir que ha sido «el PSOE el que ha roto el acuerdo» por los supuestos incumplimientos.Muy crítico con el los socialistas –en particular con el PSC de Salvador Illa–, el líder de Junts aseguró que « al PSOE solo le mueve el tacticismo por el poder». En su opinión «no tenía voluntad de cumplir con el acuerdo de Bruselas». El expresidente catalán, a modo de una mínima autocrítica, afirmó que «sabíamos quién teníamos delante». Y sentenció que «nosotros no estamos dispuestos a garantizar una legislatura en esas condiciones». Algo, dijo, que «el PSOE sabía desde el minuto uno». El líder de Junts, que hizo una lista de agravios como la desinversión «crónica del Estado» o el mal funcionamiento de Rodalies, cargó también contra su principal rival electoral en Cataluña, ERC, del que dijo que «es evidente que no tienen tanto problema» de sostener al PSOE pese a los incumplimientos. «Para hacer lo mismo que otros hacen, nosotros no somos los socios que buscáis » les trasladó a los socialistas. El líder de Junts sentenció que «no estamos dispuestos a ayudar a un Gobierno que no ayuda a Cataluña».En opinión de Puigdemont, tras veintidós meses de alianza con el Partido Socialista, que ha permitido entre otras cuestiones la aprobación de una amnistía que sigue sin ser aplicable a su persona o la mediación del conflicto por parte de un actor extranjero –que ahora cesan de forma fulminante–, « el PSOE ha actuado ignorando su debilidad parlamentaria ». Incluso llegó a decir que el partido de Pedro Sánchez «ha menospreciado los avisos y señales que les hemos mandado durante los diecinueve encuentros en Suiza».El expresidente de la Generalitat ha afeado la falta de concreciones de los acuerdos alcanzados con el PSOE durante todos estos meses, poniendo como ejemplo la negativa del Ministerio de Hacienda de hacer públicas las balanzas fiscales que Junts hace años que reclama. «¿Tan difícil es de entender que necesitamos eso, tras dos años de apoyo a Pedro Sánchez?», se preguntó Puigdemont. «Si no se han aclarado los compromisos adquiridos en 2024, ¿como vamos a negociar unos Presupuestos para 2026?» aseveró.Con el objetivo de justificar «la tardanza» en tomar la decisión de romper, según ha reconocido él mismo, por las presiones que desde hace meses venían recibiendo por parte del mundo municipal de Junts, Carles Puigdemont también puso en valor la catalanidad de la autovía A-2 en Sant Cugat, las bonificaciones del 100% de los monitores de deporte, la ley ELA o la posibilidad de hablar catalán en el Congreso. Iniciativas, todas ellas, que los separatistas han logrado rascar durante los casi dos años de matrimonio forzoso con el PSOE .En un mensaje dirigido al presidente del Gobierno, a modo de conclusión de un discurso que volvió a ser largamente aplaudido por los suyos, Carles Puigdemont recordó a Pedro Sánchez que « podrá ocupar sillones, podrá tener poder, pero no podrá gobernar ». Los independentistas manifiestan que «el PSOE tendrá que reflexionar».
Sin preguntas de la prensa, práctica habitual de su ya exsocio, Pedro Sánchez, Carles Puigdemont apareció en una sala de prensa improvisada en Perpiñán (Francia), entre un largo aplauso de los dirigentes elegidos por él, para certificar el final de la mayoría ficticia que el … PSOE enarboló tras las elecciones generales del 23 de julio. «Pasamos a la oposición», declaró con vehemencia.
Puntualmente a las cinco de la tarde, recordando que «hoy hace ocho años que el Parlament declaró la independencia», decisión que para Junts «sigue teniendo vigencia», el que fuera ‘president’ de la Generalitat y hoy ejerce de jefe de la oposición virtual, verbalizó lo que ya se había filtrado horas antes: la ruptura por unanimidad entre Junts y el PSOE. Que «ya no hay confianza suficiente y que la desconfianza mutua es evidente». Puigdemont llegó a decir que ha sido «el PSOE el que ha roto el acuerdo» por los supuestos incumplimientos.
Muy crítico con el los socialistas –en particular con el PSC de Salvador Illa–, el líder de Junts aseguró que «al PSOE solo le mueve el tacticismo por el poder». En su opinión «no tenía voluntad de cumplir con el acuerdo de Bruselas». El expresidente catalán, a modo de una mínima autocrítica, afirmó que «sabíamos quién teníamos delante». Y sentenció que «nosotros no estamos dispuestos a garantizar una legislatura en esas condiciones». Algo, dijo, que «el PSOE sabía desde el minuto uno».
El líder de Junts, que hizo una lista de agravios como la desinversión «crónica del Estado» o el mal funcionamiento de Rodalies, cargó también contra su principal rival electoral en Cataluña, ERC, del que dijo que «es evidente que no tienen tanto problema» de sostener al PSOE pese a los incumplimientos. «Para hacer lo mismo que otros hacen, nosotros no somos los socios que buscáis» les trasladó a los socialistas. El líder de Junts sentenció que «no estamos dispuestos a ayudar a un Gobierno que no ayuda a Cataluña».
En opinión de Puigdemont, tras veintidós meses de alianza con el Partido Socialista, que ha permitido entre otras cuestiones la aprobación de una amnistía que sigue sin ser aplicable a su persona o la mediación del conflicto por parte de un actor extranjero –que ahora cesan de forma fulminante–, «el PSOE ha actuado ignorando su debilidad parlamentaria». Incluso llegó a decir que el partido de Pedro Sánchez «ha menospreciado los avisos y señales que les hemos mandado durante los diecinueve encuentros en Suiza».
El expresidente de la Generalitat ha afeado la falta de concreciones de los acuerdos alcanzados con el PSOE durante todos estos meses, poniendo como ejemplo la negativa del Ministerio de Hacienda de hacer públicas las balanzas fiscales que Junts hace años que reclama. «¿Tan difícil es de entender que necesitamos eso, tras dos años de apoyo a Pedro Sánchez?», se preguntó Puigdemont. «Si no se han aclarado los compromisos adquiridos en 2024, ¿como vamos a negociar unos Presupuestos para 2026?» aseveró.
Con el objetivo de justificar «la tardanza» en tomar la decisión de romper, según ha reconocido él mismo, por las presiones que desde hace meses venían recibiendo por parte del mundo municipal de Junts, Carles Puigdemont también puso en valor la catalanidad de la autovía A-2 en Sant Cugat, las bonificaciones del 100% de los monitores de deporte, la ley ELA o la posibilidad de hablar catalán en el Congreso. Iniciativas, todas ellas, que los separatistas han logrado rascar durante los casi dos años de matrimonio forzoso con el PSOE.
En un mensaje dirigido al presidente del Gobierno, a modo de conclusión de un discurso que volvió a ser largamente aplaudido por los suyos, Carles Puigdemont recordó a Pedro Sánchez que «podrá ocupar sillones, podrá tener poder, pero no podrá gobernar». Los independentistas manifiestan que «el PSOE tendrá que reflexionar».
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