El presidente de Rusia, Vladímir Putin, dirigió este miércoles desde el Kremlin maniobras de las fuerzas nucleares rusas, horas después de que se cancelaran los planes de una cumbre en Budapest con su homólogo de EE.UU., Donald Trump, para buscar una solución a la guerra en Ucrania. Mientras, Moscú y Kyiv siguen disparándose drones y misiles. Las autoridades ucranianas denunciaron la muerte de seis personas en ataques rusos, mientras sus fuerzas alcanzaron una planta química en la región rusa de Briansk.
Siguen los ataques aéreos de Rusia contra Ucrania, que dejan 6 muertos según Kyiv, mientras los misiles ucranianos alcanzan una planta química en Briansk
El presidente de Rusia, Vladímir Putin, dirigió este miércoles desde el Kremlin maniobras de las fuerzas nucleares rusas, horas después de que se cancelaran los planes de una cumbre en Budapest con su homólogo de EE.UU., Donald Trump, para buscar una solución a la guerra en Ucrania. Mientras, Moscú y Kyiv siguen disparándose drones y misiles. Las autoridades ucranianas denunciaron la muerte de seis personas en ataques rusos, mientras sus fuerzas alcanzaron una planta química en la región rusa de Briansk.
En un vídeo difundido por el Kremlin, Putin insistió en que los ejercicios nucleares tenían un carácter “rutinario”. Durante el entrenamiento, se lanzaron un misil balístico intercontinental Yars desde un cosmódromo, un misil balístico Sinevá desde un submarino nuclear en el mar de Barents, así como misiles de crucero desde bombarderos estratégicos Túpolev Tu-95MS.
En el escenario de guerra real, la caída de restos de varios drones provocaron incendios en varios distritos de Kyiv, según informó a través de Telegram Timur Tkachenko, jefe de la administración militar de la ciudad.
Más de 400 drones y 15 misiles
De los seis fallecidos, dos se produjeron en la capital ucraniana. Las otras cuatro muertes, incluidas las de los dos niños, habrían ocurrido en la provincia que rodea la ciudad.
Según el balance de la Fuerza Aérea de Ucrania, el ataque ruso también se dirigió contra las provincias de Dnipropetrovsk, Zaporiyia, Cherkasi, Cherníguiv y Odesa. En total, el Ejército ruso utilizó 405 drones, 11 misiles balísticos (rusos Iskander-m o norcoreanos KN-23) y 4 misiles hipersónicos Kinzhal.
La nueva ofensiva rusa también afectó a las infraestructuras energéticas ucranianas, constató la ministra de Energía, Svitlana Hrinchuk. Desde el inicio del conflicto armado, hace más de tres años y medio, estas suelen ser objetivo prioritario de los ataques aéreos de Moscú.
Tras los impactos, Ucrania registró varios cortes de energía en varias regiones, explicó el Ministerio en un comunicado. El gobernador de la provincia de Poltava, en el centro del país, dijo que los ataques rusos dañaron instalaciones de petróleo y gas.
Kyiv dispara misiles Storm Shadow
Ucrania, por su parte, no está únicamente a la defensiva. A última hora del martes utilizó misiles Storm Shadow, de fabricación franco-británica, para atacar una planta química en el óblast ruso de Briansk.
“Se ha llevado a cabo un ataque masivo con misiles y aviones, que incluyen misiles Storm Shadow lanzados desde el aire, que han penetrado los sistemas defensivos rusos”, dijo el alto mando de las Fuerzas Armadas de Ucrania.
Rusia no hizo referencia al objetivo de este ataque. Pero el gobernador de Briansk, Alexánder Bogomaz, dijo que Ucrania había atacado esa región con drones y misiles, y el Ministerio de Defensa ruso confirmó un ataque, aunque no dio más detalles.
Tras este intercambio de fuego, Kyiv ha acusado a Moscú de negarse a negociar para buscar un fin a la guerra. “Hace tiempo que Ucrania aceptó la propuesta de EE.UU. para un alto el fuego, mientras que Moscú hace todo lo posible para que continúen las matanzas”, escribió en Telegram Andriy Yermak, jefe de la oficina del presidente ucraniano, Volodímir Zelenski.
Cumbre cancelada tras conversación telefónica de Lavrov y Rubio
Estos comentarios forman parte de la reacción de Ucrania después de que la Casa Blanca suspendiera el martes la cumbre entre Donald Trump y Vladímir Putin en Budapest.
El presidente estadounidense afirmó la semana pasada que en una conversación telefónica con Putin había acordado encontrarse con él en la capital húngara en el plazo de unas dos semanas, pero sin especificar una fecha concreta.
Este lunes el secretario de Estado norteamericano, Marco Rubio, y el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, mantuvieron una conversación telefónica que en principio, parecía haber ido bien y que en Moscú calificaron de “productiva”.
Trump no quería “perder tiempo” con una “reunión inútil”
Sin embargo, el martes, fuentes de la Casa Blanca descartaron a varios medios que el encuentro vaya a tener lugar en un futuro cercano, algo que confirmó el propio Trump, quien dijo no querer “perder tiempo” con una “reunión inútil”.
El motivo de esta decisión es que la posición rusa sigue siendo la misma que mantuvo Putin en la anterior cumbre entre los dos mandatarios, la celebrada en Anchorage (Alaska) en agosto, y eso iba a hacer imposible en Budapest lograr un compromiso de alto el fuego. Rusia exige que antes de negociar Ucrania se retire de todo el Donbass, lo que Kyiv considera inaceptable. El Kremlin también quiere que en una supuesta negociación se aborden “las causas subyacentes del conflicto”, es decir, el deseo de Ucrania de entrar en la OTAN. Moscú exige que en el futuro Ucrania se mantenga como un país neutral.
La cancelación de la cumbre por parte de la Casa Blanca pone el peso de la responsabilidad en la actitud rusa. Pero en Moscú insistían este miércoles en que ellos sí están interesados en el encuentro de los dos presidentes.
Un alto diplomático, el viceministro de Exteriores Serguéi Riabkov, dijo a la agencia Ría Nóvosti que los trabajos para ese encuentro al máximo nivel están en marcha. “Los preparativos para la cumbre continúan. No veo ningún obstáculo importante. La cuestión es si los parámetros esbozados por los presidentes en Anchorage se concretarán con detalles específicos. Es un proceso difícil, lo admito, pero precisamente para eso están los diplomáticos”, explicó.
Y desde Hungría, su primer ministro, Viktor Orbán, próximo tanto a Putin como a Trump, hizo un comentario en el que se mantiene abierto para futuras oportunidades. “Continúan los preparativos para la cumbre de paz. La fecha aún es incierta. Cuando llegue el momento, la celebraremos”, dijo el político ultranacionalista en la red social Facebook.
Internacional