Vivimos en un mundo que nos exige mucho más de lo que el cuerpo y la mente están diseñados para sostener. No solo cargamos con nuestras tareas, sino también con los pensamientos constantes, las emociones acumuladas, las preocupaciones del futuro y las conversaciones inconclusas del pasado. Esa carga mental -invisible, pero pesada- va tejiendo tensión en el cuerpo donde se pueden ver reflejadas en forma de insomnio, ansiedad, fatiga, irritabilidad o con una sensación de «no poder más». Aunque todo parezca estar bien, empezamos a sentirnos mal. Muchas veces, esta sensación, al no estar vinculada a ninguna situación concreta sino ser más bien un cúmulo de tensiones, no la identificamos fácilmente y la dejamos crecer en nuestra mente junto a más preocupaciones o anticipaciones de futuro un tanto catastróficas. Un mecanismo inconsciente que podemos revertir, detener o aliviar si rompemos con estos patrones automáticos de sobrecarga. Y es que quizá no podamos cambiar nuestro entorno, pero sí la forma de relacionarnos con él.Sobre este aspecto podríamos ofrecer muchas herramientas de autoconocimiento, pero me centraré hoy en una muy importante: la respiración. La práctica de mindfulness puede transformarse en una herramienta muy útil y poderosa de regulación para restablecer la calma mental cuando más lo necesitas. Cuando respiras de forma presente, sin forzar, sin cambiar nada, puedes facilitar la respiración completa y profunda. Un gesto pequeño y amable que envía un mensaje directo al sistema nervioso: «Estoy aquí. Estoy a salvo. Puedo soltar». Cuando el cuerpo recibe este mensaje, el sistema nervioso puede regularse, facilita la reducción del nivel de activación, se reduce la reactividad emocional y te ayuda a aclarar los pensamientos. Esto ocurre gracias a la presencia plena, en la que desactivamos el automático y regresamos al presente sin la urgencia de resolverlo todo, sin vivir en el colapso. Cuando regresamos al cuerpo y aliviamos sus tensiones, abrimos las sensaciones y permitimos su fluir natural hacia la regulación. Por eso, practicar técnicas como la respiración consciente o el mindfulness no es una moda sino una herramienta muy útil para nuestro equilibrio mental, y emocional. Es una forma práctica de cuidarnos. De parar antes de saturarnos o rompernos. De volver al cuerpo, al momento, al centro. A continuación, te comparto cinco claves para liberar la carga mental y regular tu sistema nervioso: • Detente, respira conscientemente y regresa al presente con amabilidad. Repite al menos 3 veces al día.La meditación nos ayuda a regular nuestro sistema nervioso y calmar la mente, especialmente la práctica de mindfulness. Esta práctica no tiene porqué ser tan larga como piensas, acompáñate al principio con pequeñas pausas que envíen a tu mente y a tu cuerpo señales de calma: cierra los ojos, inhala profundo y exhala lento durante 1 minuto. • Nombra lo que sientes sin juzgarlo.A veces no es lo que nos pasa, sino cómo lo ignoramos. Escribir o decir en voz alta «me siento sobrepasado» ya alivia tensión. • Reduce la estimulación y crea más espacio mental.Silenciar notificaciones, tomar pausas sin pantallas o caminar sin auriculares puede ayudarte a disminuir la sobrecarga de estímulos y demandas que agota a tu sistema nervioso. • Vuelve al cuerpo: el ancla más real.Moverte, estirarte o incluso darte una ducha consciente puede ayudarte a salir de la sobrecognición y volver a una sensación de presencia física. • Busca momentos de naturaleza o silencio cada semana.Aunque sean 10 minutos el contacto con entornos naturales regula la mente sin esfuerzo. Tu sistema nervioso sabe lo que tiene que hacer, solo necesita el entorno adecuado.Cómo meditar en la naturaleza belén colominaNo siempre podemos controlar lo que nos pasa, pero sí podemos aprender a crear espacios donde la mente respire y el cuerpo se sienta seguro. Liberar la carga mental no requiere grandes soluciones, sino pequeños momentos de conciencia sostenida. Si sientes que tu sistema está saturado, si cuesta parar, si la mente no se apaga, te invito a probar una herramienta simple pero transformadora: una meditación de respiración consciente, guiada paso a paso, para soltar y volver al centro.Ojalá te sea de utilidad. ¡Feliz camino!Noticias relacionadas estandar No Tres meditaciones guiadas en audio para disfrutar a solas y aprender a quererse más Belén Colomina estandar Si Mirarse y sentir: el arte de habitar el vínculo de pareja con más concienciaPodemos encontrarnos cada domingo en ABC Bienestar (te pongo aquí el listado de las meditaciones guiadas ). Además puedes saber más sobre mi trabajo en torno a los beneficios de la meditación en el libro ‘El poder sanador del silencio’ (Grijalbo) y en la cuenta de instagram: @belencolomina. Vivimos en un mundo que nos exige mucho más de lo que el cuerpo y la mente están diseñados para sostener. No solo cargamos con nuestras tareas, sino también con los pensamientos constantes, las emociones acumuladas, las preocupaciones del futuro y las conversaciones inconclusas del pasado. Esa carga mental -invisible, pero pesada- va tejiendo tensión en el cuerpo donde se pueden ver reflejadas en forma de insomnio, ansiedad, fatiga, irritabilidad o con una sensación de «no poder más». Aunque todo parezca estar bien, empezamos a sentirnos mal. Muchas veces, esta sensación, al no estar vinculada a ninguna situación concreta sino ser más bien un cúmulo de tensiones, no la identificamos fácilmente y la dejamos crecer en nuestra mente junto a más preocupaciones o anticipaciones de futuro un tanto catastróficas. Un mecanismo inconsciente que podemos revertir, detener o aliviar si rompemos con estos patrones automáticos de sobrecarga. Y es que quizá no podamos cambiar nuestro entorno, pero sí la forma de relacionarnos con él.Sobre este aspecto podríamos ofrecer muchas herramientas de autoconocimiento, pero me centraré hoy en una muy importante: la respiración. La práctica de mindfulness puede transformarse en una herramienta muy útil y poderosa de regulación para restablecer la calma mental cuando más lo necesitas. Cuando respiras de forma presente, sin forzar, sin cambiar nada, puedes facilitar la respiración completa y profunda. Un gesto pequeño y amable que envía un mensaje directo al sistema nervioso: «Estoy aquí. Estoy a salvo. Puedo soltar». Cuando el cuerpo recibe este mensaje, el sistema nervioso puede regularse, facilita la reducción del nivel de activación, se reduce la reactividad emocional y te ayuda a aclarar los pensamientos. Esto ocurre gracias a la presencia plena, en la que desactivamos el automático y regresamos al presente sin la urgencia de resolverlo todo, sin vivir en el colapso. Cuando regresamos al cuerpo y aliviamos sus tensiones, abrimos las sensaciones y permitimos su fluir natural hacia la regulación. Por eso, practicar técnicas como la respiración consciente o el mindfulness no es una moda sino una herramienta muy útil para nuestro equilibrio mental, y emocional. Es una forma práctica de cuidarnos. De parar antes de saturarnos o rompernos. De volver al cuerpo, al momento, al centro. A continuación, te comparto cinco claves para liberar la carga mental y regular tu sistema nervioso: • Detente, respira conscientemente y regresa al presente con amabilidad. Repite al menos 3 veces al día.La meditación nos ayuda a regular nuestro sistema nervioso y calmar la mente, especialmente la práctica de mindfulness. Esta práctica no tiene porqué ser tan larga como piensas, acompáñate al principio con pequeñas pausas que envíen a tu mente y a tu cuerpo señales de calma: cierra los ojos, inhala profundo y exhala lento durante 1 minuto. • Nombra lo que sientes sin juzgarlo.A veces no es lo que nos pasa, sino cómo lo ignoramos. Escribir o decir en voz alta «me siento sobrepasado» ya alivia tensión. • Reduce la estimulación y crea más espacio mental.Silenciar notificaciones, tomar pausas sin pantallas o caminar sin auriculares puede ayudarte a disminuir la sobrecarga de estímulos y demandas que agota a tu sistema nervioso. • Vuelve al cuerpo: el ancla más real.Moverte, estirarte o incluso darte una ducha consciente puede ayudarte a salir de la sobrecognición y volver a una sensación de presencia física. • Busca momentos de naturaleza o silencio cada semana.Aunque sean 10 minutos el contacto con entornos naturales regula la mente sin esfuerzo. Tu sistema nervioso sabe lo que tiene que hacer, solo necesita el entorno adecuado.Cómo meditar en la naturaleza belén colominaNo siempre podemos controlar lo que nos pasa, pero sí podemos aprender a crear espacios donde la mente respire y el cuerpo se sienta seguro. Liberar la carga mental no requiere grandes soluciones, sino pequeños momentos de conciencia sostenida. Si sientes que tu sistema está saturado, si cuesta parar, si la mente no se apaga, te invito a probar una herramienta simple pero transformadora: una meditación de respiración consciente, guiada paso a paso, para soltar y volver al centro.Ojalá te sea de utilidad. ¡Feliz camino!Noticias relacionadas estandar No Tres meditaciones guiadas en audio para disfrutar a solas y aprender a quererse más Belén Colomina estandar Si Mirarse y sentir: el arte de habitar el vínculo de pareja con más concienciaPodemos encontrarnos cada domingo en ABC Bienestar (te pongo aquí el listado de las meditaciones guiadas ). Además puedes saber más sobre mi trabajo en torno a los beneficios de la meditación en el libro ‘El poder sanador del silencio’ (Grijalbo) y en la cuenta de instagram: @belencolomina.
Vivimos en un mundo que nos exige mucho más de lo que el cuerpo y la mente están diseñados para sostener. No solo cargamos con nuestras tareas, sino también con los pensamientos constantes, las emociones acumuladas, las preocupaciones del futuro y las conversaciones inconclusas del … pasado. Esa carga mental -invisible, pero pesada- va tejiendo tensión en el cuerpo donde se pueden ver reflejadas en forma de insomnio, ansiedad, fatiga, irritabilidad o con una sensación de «no poder más». Aunque todo parezca estar bien, empezamos a sentirnos mal. Muchas veces, esta sensación, al no estar vinculada a ninguna situación concreta sino ser más bien un cúmulo de tensiones, no la identificamos fácilmente y la dejamos crecer en nuestra mente junto a más preocupaciones o anticipaciones de futuro un tanto catastróficas. Un mecanismo inconsciente que podemos revertir, detener o aliviar si rompemos con estos patrones automáticos de sobrecarga. Y es que quizá no podamos cambiar nuestro entorno, pero sí la forma de relacionarnos con él.
Sobre este aspecto podríamos ofrecer muchas herramientas de autoconocimiento, pero me centraré hoy en una muy importante: la respiración. La práctica de mindfulness puede transformarse en una herramienta muy útil y poderosa de regulación para restablecer la calma mental cuando más lo necesitas. Cuando respiras de forma presente, sin forzar, sin cambiar nada, puedes facilitar la respiración completa y profunda. Un gesto pequeño y amable que envía un mensaje directo al sistema nervioso: «Estoy aquí. Estoy a salvo. Puedo soltar». Cuando el cuerpo recibe este mensaje, el sistema nervioso puede regularse, facilita la reducción del nivel de activación, se reduce la reactividad emocional y te ayuda a aclarar los pensamientos. Esto ocurre gracias a la presencia plena, en la que desactivamos el automático y regresamos al presente sin la urgencia de resolverlo todo, sin vivir en el colapso. Cuando regresamos al cuerpo y aliviamos sus tensiones, abrimos las sensaciones y permitimos su fluir natural hacia la regulación.
Por eso, practicar técnicas como la respiración consciente o el mindfulness no es una moda sino una herramienta muy útil para nuestro equilibrio mental, y emocional. Es una forma práctica de cuidarnos. De parar antes de saturarnos o rompernos. De volver al cuerpo, al momento, al centro.
A continuación, te comparto cinco claves para liberar la carga mental y regular tu sistema nervioso:
• Detente, respira conscientemente y regresa al presente con amabilidad. Repite al menos 3 veces al día.
La meditación nos ayuda a regular nuestro sistema nervioso y calmar la mente, especialmente la práctica de mindfulness. Esta práctica no tiene porqué ser tan larga como piensas, acompáñate al principio con pequeñas pausas que envíen a tu mente y a tu cuerpo señales de calma: cierra los ojos, inhala profundo y exhala lento durante 1 minuto.
• Nombra lo que sientes sin juzgarlo.
A veces no es lo que nos pasa, sino cómo lo ignoramos. Escribir o decir en voz alta «me siento sobrepasado» ya alivia tensión.
• Reduce la estimulación y crea más espacio mental.
Silenciar notificaciones, tomar pausas sin pantallas o caminar sin auriculares puede ayudarte a disminuir la sobrecarga de estímulos y demandas que agota a tu sistema nervioso.
• Vuelve al cuerpo: el ancla más real.
Moverte, estirarte o incluso darte una ducha consciente puede ayudarte a salir de la sobrecognición y volver a una sensación de presencia física.
• Busca momentos de naturaleza o silencio cada semana.
Aunque sean 10 minutos el contacto con entornos naturales regula la mente sin esfuerzo. Tu sistema nervioso sabe lo que tiene que hacer, solo necesita el entorno adecuado.
Cómo meditar en la naturaleza
belén colomina
No siempre podemos controlar lo que nos pasa, pero sí podemos aprender a crear espacios donde la mente respire y el cuerpo se sienta seguro. Liberar la carga mental no requiere grandes soluciones, sino pequeños momentos de conciencia sostenida.
Si sientes que tu sistema está saturado, si cuesta parar, si la mente no se apaga, te invito a probar una herramienta simple pero transformadora: una meditación de respiración consciente, guiada paso a paso, para soltar y volver al centro.
Ojalá te sea de utilidad. ¡Feliz camino!
Podemos encontrarnos cada domingo en ABC Bienestar (te pongo aquí el listado de las meditaciones guiadas). Además puedes saber más sobre mi trabajo en torno a los beneficios de la meditación en el libro ‘El poder sanador del silencio’ (Grijalbo) y en la cuenta de instagram: @belencolomina.
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