En el anverso del documento de identidad de Rodrigo Paz , elegido el pasado domingo en las urnas para ser el próximo presidente de Bolivia , aparece como lugar de nacimiento España , y acto seguido la ubicación exacta: Santiago de Compostela. Fue un 22 de septiembre de 1967. El hecho, circunstancial, deja de serlo tanto cuando se conocen las circunstancias de sus padres: un padre exiliado de su Bolivia natal y una madre de corazón compostelano. Y faltaba todavía un giro más a la historia, porque Jaime Paz Zamora y Carmen Pereira no se conocieron en Galicia, sino en Lovaina (Bélgica), durante los estudios universitarios de este.Paz Zamora -que fue presidente de Bolivia entre 1989 y 1993- procede de una larga saga de políticos que se remonta a mediados del siglo XIX, asentados en el departamento de Tarija, al sur de Bolivia. Su tío Víctor Paz, fundador del Movimiento Nacionalista Revolucionario, fue presidente del país en cuatro ocasiones. Durante la tercera de ellas, en agosto de 1964, fue derrocado por el golpe de estado del general René Barrientos y su familia tuvo que tomar el camino del exilio, principalmente a Perú. Jaime Paz se había formado como seminarista en Argentina, donde desarrolló una profunda conciencia social, y trabajaba en labores asistenciales en La Paz, perfilando su faceta más activista. Su destino fue, en cambio, la Universidad Católica de Lovaina, gracias a una beca que le consiguió el obispo auxiliar de la capital boliviana, Armando González Granier.En la ciudad belga, Paz Zamora cursó Ciencias Sociales y Políticas y se empapó de las corrientes socialistas que circulaban por Europa en aquellos años. Y fue allí donde conoció a Carmen Pereira Carballo , una enfermera compostelana que trabajaba en Lovaina con su hermana Pilar. Ambas querían dejar atrás el aire viciado de la España franquista. La relación entre Jaime y Carmen se consolidó, y cuando ella quedó embarazada decidió regresar a Compostela para tener su primer hijo en casa de sus padres, en la céntrica plaza del Patio de Madres, en plena zona histórica. Allí vio la luz Rodrigo, al que su padre registró como boliviano en el consulado, como él mismo ha tenido que explicar en diversas ocasiones.MÁS INFORMACIÓN noticia Si El gran reto del presidente electo de Bolivia, Rodrigo Paz: corregir la economía de los excesos bolivarianosDe hecho, Rodrigo Paz tuvo que salir al paso durante esta campaña de acusaciones de ser «español» y no boliviano. «Me parece mal que un niño boliviano, por la situación política de su país no pudo nacer en su patria, ahora quiera juzgarlo como un hecho político», replicó a la campaña de bulos lanzada por sus adversarios en las redes sociales.Si la saga de los Paz entronca con la alta política boliviana, la de los Pereira lo hace ineludiblemente con la figura de don Jesús, un maestro republicano adelantado a su época y que fue represaliado tras la Guerra Civil. Natural de Noia aunque criado en Santiago, Jesús Pereira daba clases en una pequeña escuela en Santa Cruz de Ribadulla (Vedra). Un reciente libro reivindica su programa pedagógico, que resaltaba el valor de la lectura y adaptaba la didáctica a las circunstancias de sus jóvenes alumnos, hasta hacerse merecedor de una excelente reputación como docente. Con la victoria franquista, Pereira fue encarcelado, por más que no se hubiera significado políticamente. Peor aún, se le apartó de la docencia. Sin embargo, en 1943 abrió una preceptoría en la que daba clases particulares según su propio método, que acabó siendo muy popular en la ciudad. En 1954, el régimen le reinstaura como profesor en la Escuela Normal de Santiago, en el Colegio de San Xerome. Su mujer, María Carballo, también ejerció como maestra.El «tata Santiago»«Siempre fue una familia que nos amparó mucho» y «nos dio mucho respaldo», ha reconocido Rodrigo Paz, quien residió junto con su hermano Jaime durante distintos periodos en esos primeros años en Compostela. «Recién tomo conciencia de España a mis 8 o 9 años» , ha añadido. De su corretear por las empedradas calles del casco histórico y de la contemplación del Apóstol surge su devoción «por el tata Santiago», como llaman en Bolivia al santo cuyos restos dicen estar enterrados en la catedral gallega. Son años difíciles para los Paz-Pereira: cuando la familia se instaló en Chile, al poco tuvo que huir por el golpe de Pinochet y trasladarse a Argentina, de donde nuevamente se marcharon tras la llegada de Videla.La saga de los Pereira continuó con los hijos del abuelo Jesús: Pilar, Pedro, Aurora y Carmen, la madre de Rodrigo. Pilar desarrolló una carrera como locutora de radio y actriz de cine y teatro; Pedro, asentado en Vigo, se convirtió en un rostro muy querido en la ciudad olívica como presidente de la Fundación Banco de Alimentos; y Aurora ‘Aurichu’, se forjó un nombre en el mundo de la pintura gallega. Como curiosidad, Aurichu Pereira se casó en segundas nupcias con Xosé Manuel Beiras , histórico dirigente nacionalista gallego, que acabó siendo tío político de Rodrigo Paz, aunque estando uno y otro en las antípodas ideológicas.Rodrigo y Jaime Paz no han olvidado sus raíces gallegas. Como detalló una familiar compostelana a El Correo Gallego , ambos han participado de diversos encuentros familiares en Santiago a finales de los noventa y principios del 2000. En el último, hace un par de años, sí se ausentó el próximo presidente boliviano, acelerando ya su carrera política. «Son una familia muy unida» , subrayó esta familiar. Rodrigo mantiene aún hoy vivo el vínculo con España, ya que su madre reside en Madrid desde que se divorció de Jaime Paz Zamora hace más de treinta años. Paz Pereira se suma así a la nutrida lista de mandatarios iberoamericanos con ascendencia gallega , de la que sobresale Fidel Castro, cuyo padre era natural de Láncara (Lugo), villa que visitó en 1992 acompañado por el entonces presidente de la Xunta, Manuel Fraga. Hasta tres presidentes argentinos pueden presumir de abuelos gallegos (Alfonsín, De la Rúa y Cristina Fernández), además del uruguayo Tabaré Vázquez y el panameño Juan Carlos Varela. Santiago ya espera la visita de uno de sus vecinos. En el anverso del documento de identidad de Rodrigo Paz , elegido el pasado domingo en las urnas para ser el próximo presidente de Bolivia , aparece como lugar de nacimiento España , y acto seguido la ubicación exacta: Santiago de Compostela. Fue un 22 de septiembre de 1967. El hecho, circunstancial, deja de serlo tanto cuando se conocen las circunstancias de sus padres: un padre exiliado de su Bolivia natal y una madre de corazón compostelano. Y faltaba todavía un giro más a la historia, porque Jaime Paz Zamora y Carmen Pereira no se conocieron en Galicia, sino en Lovaina (Bélgica), durante los estudios universitarios de este.Paz Zamora -que fue presidente de Bolivia entre 1989 y 1993- procede de una larga saga de políticos que se remonta a mediados del siglo XIX, asentados en el departamento de Tarija, al sur de Bolivia. Su tío Víctor Paz, fundador del Movimiento Nacionalista Revolucionario, fue presidente del país en cuatro ocasiones. Durante la tercera de ellas, en agosto de 1964, fue derrocado por el golpe de estado del general René Barrientos y su familia tuvo que tomar el camino del exilio, principalmente a Perú. Jaime Paz se había formado como seminarista en Argentina, donde desarrolló una profunda conciencia social, y trabajaba en labores asistenciales en La Paz, perfilando su faceta más activista. Su destino fue, en cambio, la Universidad Católica de Lovaina, gracias a una beca que le consiguió el obispo auxiliar de la capital boliviana, Armando González Granier.En la ciudad belga, Paz Zamora cursó Ciencias Sociales y Políticas y se empapó de las corrientes socialistas que circulaban por Europa en aquellos años. Y fue allí donde conoció a Carmen Pereira Carballo , una enfermera compostelana que trabajaba en Lovaina con su hermana Pilar. Ambas querían dejar atrás el aire viciado de la España franquista. La relación entre Jaime y Carmen se consolidó, y cuando ella quedó embarazada decidió regresar a Compostela para tener su primer hijo en casa de sus padres, en la céntrica plaza del Patio de Madres, en plena zona histórica. Allí vio la luz Rodrigo, al que su padre registró como boliviano en el consulado, como él mismo ha tenido que explicar en diversas ocasiones.MÁS INFORMACIÓN noticia Si El gran reto del presidente electo de Bolivia, Rodrigo Paz: corregir la economía de los excesos bolivarianosDe hecho, Rodrigo Paz tuvo que salir al paso durante esta campaña de acusaciones de ser «español» y no boliviano. «Me parece mal que un niño boliviano, por la situación política de su país no pudo nacer en su patria, ahora quiera juzgarlo como un hecho político», replicó a la campaña de bulos lanzada por sus adversarios en las redes sociales.Si la saga de los Paz entronca con la alta política boliviana, la de los Pereira lo hace ineludiblemente con la figura de don Jesús, un maestro republicano adelantado a su época y que fue represaliado tras la Guerra Civil. Natural de Noia aunque criado en Santiago, Jesús Pereira daba clases en una pequeña escuela en Santa Cruz de Ribadulla (Vedra). Un reciente libro reivindica su programa pedagógico, que resaltaba el valor de la lectura y adaptaba la didáctica a las circunstancias de sus jóvenes alumnos, hasta hacerse merecedor de una excelente reputación como docente. Con la victoria franquista, Pereira fue encarcelado, por más que no se hubiera significado políticamente. Peor aún, se le apartó de la docencia. Sin embargo, en 1943 abrió una preceptoría en la que daba clases particulares según su propio método, que acabó siendo muy popular en la ciudad. En 1954, el régimen le reinstaura como profesor en la Escuela Normal de Santiago, en el Colegio de San Xerome. Su mujer, María Carballo, también ejerció como maestra.El «tata Santiago»«Siempre fue una familia que nos amparó mucho» y «nos dio mucho respaldo», ha reconocido Rodrigo Paz, quien residió junto con su hermano Jaime durante distintos periodos en esos primeros años en Compostela. «Recién tomo conciencia de España a mis 8 o 9 años» , ha añadido. De su corretear por las empedradas calles del casco histórico y de la contemplación del Apóstol surge su devoción «por el tata Santiago», como llaman en Bolivia al santo cuyos restos dicen estar enterrados en la catedral gallega. Son años difíciles para los Paz-Pereira: cuando la familia se instaló en Chile, al poco tuvo que huir por el golpe de Pinochet y trasladarse a Argentina, de donde nuevamente se marcharon tras la llegada de Videla.La saga de los Pereira continuó con los hijos del abuelo Jesús: Pilar, Pedro, Aurora y Carmen, la madre de Rodrigo. Pilar desarrolló una carrera como locutora de radio y actriz de cine y teatro; Pedro, asentado en Vigo, se convirtió en un rostro muy querido en la ciudad olívica como presidente de la Fundación Banco de Alimentos; y Aurora ‘Aurichu’, se forjó un nombre en el mundo de la pintura gallega. Como curiosidad, Aurichu Pereira se casó en segundas nupcias con Xosé Manuel Beiras , histórico dirigente nacionalista gallego, que acabó siendo tío político de Rodrigo Paz, aunque estando uno y otro en las antípodas ideológicas.Rodrigo y Jaime Paz no han olvidado sus raíces gallegas. Como detalló una familiar compostelana a El Correo Gallego , ambos han participado de diversos encuentros familiares en Santiago a finales de los noventa y principios del 2000. En el último, hace un par de años, sí se ausentó el próximo presidente boliviano, acelerando ya su carrera política. «Son una familia muy unida» , subrayó esta familiar. Rodrigo mantiene aún hoy vivo el vínculo con España, ya que su madre reside en Madrid desde que se divorció de Jaime Paz Zamora hace más de treinta años. Paz Pereira se suma así a la nutrida lista de mandatarios iberoamericanos con ascendencia gallega , de la que sobresale Fidel Castro, cuyo padre era natural de Láncara (Lugo), villa que visitó en 1992 acompañado por el entonces presidente de la Xunta, Manuel Fraga. Hasta tres presidentes argentinos pueden presumir de abuelos gallegos (Alfonsín, De la Rúa y Cristina Fernández), además del uruguayo Tabaré Vázquez y el panameño Juan Carlos Varela. Santiago ya espera la visita de uno de sus vecinos.
En el anverso del documento de identidad de Rodrigo Paz, elegido el pasado domingo en las urnas para ser el próximo presidente de Bolivia, aparece como lugar de nacimiento España, y acto seguido la ubicación exacta: Santiago de Compostela. Fue un 22 … de septiembre de 1967. El hecho, circunstancial, deja de serlo tanto cuando se conocen las circunstancias de sus padres: un padre exiliado de su Bolivia natal y una madre de corazón compostelano. Y faltaba todavía un giro más a la historia, porque Jaime Paz Zamora y Carmen Pereira no se conocieron en Galicia, sino en Lovaina (Bélgica), durante los estudios universitarios de este.
Paz Zamora -que fue presidente de Bolivia entre 1989 y 1993- procede de una larga saga de políticos que se remonta a mediados del siglo XIX, asentados en el departamento de Tarija, al sur de Bolivia. Su tío Víctor Paz, fundador del Movimiento Nacionalista Revolucionario, fue presidente del país en cuatro ocasiones. Durante la tercera de ellas, en agosto de 1964, fue derrocado por el golpe de estado del general René Barrientos y su familia tuvo que tomar el camino del exilio, principalmente a Perú. Jaime Paz se había formado como seminarista en Argentina, donde desarrolló una profunda conciencia social, y trabajaba en labores asistenciales en La Paz, perfilando su faceta más activista. Su destino fue, en cambio, la Universidad Católica de Lovaina, gracias a una beca que le consiguió el obispo auxiliar de la capital boliviana, Armando González Granier.
En la ciudad belga, Paz Zamora cursó Ciencias Sociales y Políticas y se empapó de las corrientes socialistas que circulaban por Europa en aquellos años. Y fue allí donde conoció a Carmen Pereira Carballo, una enfermera compostelana que trabajaba en Lovaina con su hermana Pilar. Ambas querían dejar atrás el aire viciado de la España franquista. La relación entre Jaime y Carmen se consolidó, y cuando ella quedó embarazada decidió regresar a Compostela para tener su primer hijo en casa de sus padres, en la céntrica plaza del Patio de Madres, en plena zona histórica. Allí vio la luz Rodrigo, al que su padre registró como boliviano en el consulado, como él mismo ha tenido que explicar en diversas ocasiones.
De hecho, Rodrigo Paz tuvo que salir al paso durante esta campaña de acusaciones de ser «español» y no boliviano. «Me parece mal que un niño boliviano, por la situación política de su país no pudo nacer en su patria, ahora quiera juzgarlo como un hecho político», replicó a la campaña de bulos lanzada por sus adversarios en las redes sociales.
Si la saga de los Paz entronca con la alta política boliviana, la de los Pereira lo hace ineludiblemente con la figura de don Jesús, un maestro republicano adelantado a su época y que fue represaliado tras la Guerra Civil. Natural de Noia aunque criado en Santiago, Jesús Pereira daba clases en una pequeña escuela en Santa Cruz de Ribadulla (Vedra). Un reciente libro reivindica su programa pedagógico, que resaltaba el valor de la lectura y adaptaba la didáctica a las circunstancias de sus jóvenes alumnos, hasta hacerse merecedor de una excelente reputación como docente. Con la victoria franquista, Pereira fue encarcelado, por más que no se hubiera significado políticamente. Peor aún, se le apartó de la docencia. Sin embargo, en 1943 abrió una preceptoría en la que daba clases particulares según su propio método, que acabó siendo muy popular en la ciudad. En 1954, el régimen le reinstaura como profesor en la Escuela Normal de Santiago, en el Colegio de San Xerome. Su mujer, María Carballo, también ejerció como maestra.
El «tata Santiago»
«Siempre fue una familia que nos amparó mucho» y «nos dio mucho respaldo», ha reconocido Rodrigo Paz, quien residió junto con su hermano Jaime durante distintos periodos en esos primeros años en Compostela. «Recién tomo conciencia de España a mis 8 o 9 años», ha añadido. De su corretear por las empedradas calles del casco histórico y de la contemplación del Apóstol surge su devoción «por el tata Santiago», como llaman en Bolivia al santo cuyos restos dicen estar enterrados en la catedral gallega. Son años difíciles para los Paz-Pereira: cuando la familia se instaló en Chile, al poco tuvo que huir por el golpe de Pinochet y trasladarse a Argentina, de donde nuevamente se marcharon tras la llegada de Videla.
La saga de los Pereira continuó con los hijos del abuelo Jesús: Pilar, Pedro, Aurora y Carmen, la madre de Rodrigo. Pilar desarrolló una carrera como locutora de radio y actriz de cine y teatro; Pedro, asentado en Vigo, se convirtió en un rostro muy querido en la ciudad olívica como presidente de la Fundación Banco de Alimentos; y Aurora ‘Aurichu’, se forjó un nombre en el mundo de la pintura gallega. Como curiosidad, Aurichu Pereira se casó en segundas nupcias con Xosé Manuel Beiras, histórico dirigente nacionalista gallego, que acabó siendo tío político de Rodrigo Paz, aunque estando uno y otro en las antípodas ideológicas.
Rodrigo y Jaime Paz no han olvidado sus raíces gallegas. Como detalló una familiar compostelana a El Correo Gallego, ambos han participado de diversos encuentros familiares en Santiago a finales de los noventa y principios del 2000. En el último, hace un par de años, sí se ausentó el próximo presidente boliviano, acelerando ya su carrera política. «Son una familia muy unida», subrayó esta familiar. Rodrigo mantiene aún hoy vivo el vínculo con España, ya que su madre reside en Madrid desde que se divorció de Jaime Paz Zamora hace más de treinta años.
Paz Pereira se suma así a la nutrida lista de mandatarios iberoamericanos con ascendencia gallega, de la que sobresale Fidel Castro, cuyo padre era natural de Láncara (Lugo), villa que visitó en 1992 acompañado por el entonces presidente de la Xunta, Manuel Fraga. Hasta tres presidentes argentinos pueden presumir de abuelos gallegos (Alfonsín, De la Rúa y Cristina Fernández), además del uruguayo Tabaré Vázquez y el panameño Juan Carlos Varela. Santiago ya espera la visita de uno de sus vecinos.
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