Regresar al punto de partida. Tras varias semanas acariciando la esperanza de recibir potentes misiles estadounidenses Tomahawk, Volodímir Zelenski volvió el viernes de Washington con la sensación de que todo vuelve a empezar. Donald Trump no solo no le entregará las deseadas armas, sino que volvió a insistirle en que se pliegue a las exigencias de Rusia y acepte ceder territorio, según han publicado entre otros el Financial Times . También hubo alguna palabra más alta que otra, como en aquella triste reunión de febrero en la que el líder ucraniano fue poco menos que humillado en el despacho oval de la Casa Blanca. Por si fuera poco, el presidente de Estados Unidos, que parecía haberse puesto finalmente del lado de Ucrania, vuelve a mostrar su cercanía a su homólogo ruso, Vladímir Putin, con quien habló por teléfono el jueves y acordó celebrar su segunda cumbre del año en Budapest.
Putin sigue exigiendo que Kyiv renuncie a cuatro provincias ucranianas
Regresar al punto de partida. Tras varias semanas acariciando la esperanza de recibir potentes misiles estadounidenses Tomahawk, Volodímir Zelenski volvió el viernes de Washington con la sensación de que todo vuelve a empezar. Donald Trump no solo no le entregará las deseadas armas, sino que volvió a insistirle en que se pliegue a las exigencias de Rusia y acepte ceder territorio, según han publicado entre otros el Financial Times . También hubo alguna palabra más alta que otra, como en aquella triste reunión de febrero en la que el líder ucraniano fue poco menos que humillado en el despacho oval de la Casa Blanca. Por si fuera poco, el presidente de Estados Unidos, que parecía haberse puesto finalmente del lado de Ucrania, vuelve a mostrar su cercanía a su homólogo ruso, Vladímir Putin, con quien habló por teléfono el jueves y acordó celebrar su segunda cumbre del año en Budapest.
De vuelta a casa, tanto Zelenski como el Kremlin constataron que Moscú no ha cambiado sus exigencias para aceptar un alto el fuego y que Putin irá a la capital de Hungría con la misma posición que tenía en la anterior cumbre con Trump, la celebrada en agosto en Anchorage, Alaska.
“La consecuente postura de la Federación Rusa no ha cambiado”, aseguró ayer el portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov. Putin sigue manteniendo que Kyiv debe retirar sus tropas de las cuatro provincias ucranianas que Moscú declaró en el 2022 anexionadas a Rusia, es decir, Donetsk y Luhansk, que forman la región del Donbass, más Jersón y Zaporiyia. Además, el jefe del Kremlin también quiere que Ucrania renuncie a ingresar en la OTAN antes de empezar cualquier negociación.
Estas condiciones ya las expuso Putin en julio del 2024 y desde entonces su posición, al menos en público, no ha cambiado. Esto contrasta con la propuesta que, según The Washington Post , se discutió en la Casa Blanca la semana pasada. Putin habría propuesto a Trump que Zelenski renuncie a Donetsk (Luhansk está prácticamente bajo control ruso) a cambio de pequeñas partes de Jersón y Zaporiyia. Y el equipo de Trump se lo habría propuesto a Zelenski el viernes. El presidente ucraniano dijo que eso es inaceptable. En Donetsk, Ucrania cuenta con un frente defensivo que Rusia no ha podido atravesar en estos más de tres años y medio de conflicto. Perderlo debilitaría al país ante futuras ofensivas rusas, creen en Kyiv.
Lavrov y Rubio inician los contactos para la cita Putin-Trump con una “constructiva” llamada telefónica
En un encuentro con la prensa, Zelenski constató el domingo que en sus conversaciones con EE.UU., Rusia sigue exigiendo que Ucrania se retire del Donbass. Respecto al intercambio de Donetsk por partes de Jersón y Zaporiyia, el presidente ucraniano dijo que “por el momento no hay una posición clara” del Kremlin.
Tras constatar las posiciones inamovibles de los dos contendientes, Donald Trump ha abogado por que ambos bandos dejen de combatir y paren el conflicto tal y como está en la actualidad. Y en el futuro, ya negociarán sobre territorios.
Confirmado que, al menos por el momento, Ucrania no contará con los temidos Tomahawk, la atención se centrará en los próximos días en lo que pueda dar de sí la cumbre de Budapest. Según dijo Peskov, en Hungría Putin y Trump tratarán de avanzar en la resolución del conflicto ucraniano, pero también en la restauración de las relaciones bilaterales.
Los trabajos para su organización no han hecho más que empezar. El primer paso lo dieron ayer el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, y el secretario de Estado norteamericano, Marco Rubio, quienes mantuvieron una conversación “constructiva” por teléfono. Los jefes de la diplomacia de ambos países podrían reunirse personalmente esta semana, pero aún se desconoce dónde, señaló Serguéi Riabkov, viceministro ruso de Exteriores.
Kyiv y la UE temen que, como en Anchorage, Moscú aproveche la cumbre para ganar tiempo
Tanto Ucrania como la Unión Europea temen que, igual que la cumbre de Alaska, la de Budapest le sirva a Putin para ganar tiempo. Moscú, por su parte, acusa a Kyiv de entorpecer cualquier avance. Peskov aseguró que Rusia está comprometida en un trabajo serio con EE.UU. para buscar la paz en Ucrania, pero que esta envía señales contradictorias que dificultan más el proceso.
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