El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez , ha confirmado este domingo por la tarde, en una declaración sin preguntas y sin periodistas en la sala de prensa de La Moncloa, que España ha alcanzado un acuerdo con la OTAN para no incrementar hasta el 5% de su Producto Interior Bruto (PIB) su gasto en defensa, que según ha detallado se quedará en el 2,1%. El suficiente, a su juicio, para mejorar las capacidades en seguridad de nuestro país sin mermar por ello el estado del bienestar. Y alcanzado, ha presumido, después de «una negociación diplomática discreta y eficaz, honesta y justa, leal en definitiva con los aliados, que salvaguarda la soberanía de España, al tiempo que garantiza el éxito de la cumbre de la OTAN la próxima semana en La Haya». El jefe del Ejecutivo, en una alocución de quince minutos, se ha referido breve y ligeramente al ataque de Estados Unidos a Irán de este fin de semana, para diagnosticar que «el mundo se asoma a un abismo oscuro». Y ha lamentado que se normalice «que ciertas potencias se bombardeen entre sí, que sus líderes intercambien amenazas nucleares y que la población civil sea la que sufra todas estas consecuencias». Sánchez ha pedido «contención a unos y otros», sin citar expresamente a Donald Trump. Reiterando argumentos ya expresados en su carta del pasado jueves al secretario general de la Alianza Atlántica, el ex primer ministro holandés Mark Rutte , al que se ha referido como «mi amigo», Sánchez ha empezado explicando que la vecindad europea «se ha vuelto más inestable y belicosa que lo que era hace unos años; al imperialismo de la Rusia de Vladimir Putin se ha sumado la proliferación de amenazas híbridas, de nuevos conflictos armados, un rebrote de terrorismo yihadista, golpes de estado en una región muy importante para España como es el Sahel, y un conflicto creciente y muy preocupante en Oriente Medio que amenaza con desestabilizar al mundo entero. La delicada situación en Irán es un muy buen ejemplo de ello», ha concluido. Noticia Relacionada MONNET & CO. opinion Si El coste de la desunión José M. de AreilzaSánchez, cuyo anuncio el jueves de que no pretendía cumplir con el 5%, a pocos días de la cumbre de la OTAN que tendrá lugar en La Haya la semana entrante, recibió la crítica de la portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt , ha asegurado que el método que tradicionalmente ha empleado la Alianza Atlántica no se basa en porcentajes sobre el producto bruto de cada país sino en un análisis de sus capacidades y en la necesidad de que cada socio desarrolle una parte proporcional de las mismas. «Asimetrías» en la Alianza Así, y según ha argumentado, existe una «asimetría» entre unos países que sí deberán invertir ese 5% para cumplir y otros que no. Algo que según ha expresado es «normal» e incluso «inevitable» por las diferencias entre unos y otros. Para remarcar su argumento, Sánchez ha puesto como ejemplo que «el salario medio de un soldado, en algunos países, es tres veces mayor que en otros». O que producir ciertas capacidades de defensa «en algunos países cuesta la mitad que en otros».En la parte más política de su discurso, y tras dejar claro que según los expertos españoles y según ha avalado la OTAN con el 2,1% del PIB será suficiente para mantener tanto el personal como las infraestructuras que España aporta a sus socios. Sánchez ha dibujado un panorama cuasi apocalíptico ante la eventualidad de haber aumentado el gasto militar hasta ese 5%. Tras haber manifestado este mismo año que la subida al 2% no costaría «ni un céntimo» a los ciudadanos, el jefe del Ejecutivo ha dicho que estos tres puntos porcentuales de más supondrían «despilfarrar miles de millones de euros», sin que «paradójicamente, estuviéramos más seguros».En esa línea, ha aseverado que el aumento al 5% «nos obligaría a, o bien subir drásticamente los impuestos a la clase media y trabajadora, o a recortar severamente nuestro estado del bienestar. A renunciar, por tanto, a muchos de los avances sociales que nos ha costado tanto conquistar». Además de a reducir «nuestro compromiso con los derechos humanos, con el medio ambiente y con la paz». Lejos de quedarse en el esbozo genérico de ese cálculo, ha cifrado en 3.000 euros anuales lo que se le subirían los impuestos a cada trabajador medio, y ha asegurado que se eliminarían las prestaciones por desempleo, enfermedad o maternidad, así como se reducirían «en un 40% todas las pensiones». También que se reduciría a la mitad la inversión estatal en Educación, desde la infantil hasta la universidad.Sánchez imprime este golpe de timón lanzando un claro guiño a sus socios de la izquierda, reacios o furibundamente contrarios tanto al aumento del gasto en defensa como a la propia existencia de la OTAN. Y lo hace cuando el caso Cerdán ha provocado un cataclismo en el PSOE y ha aumentado la desconfianza de esos aliados, alguno de los cuales, como Podemos , ya da por finiquitada la legislatura. El presidente del Gobierno ha concluido su declaración institucional asegurando que «los heraldos del desastre y la mentira dirán que esta decisión, que este acuerdo, rompe la unidad de la OTAN y deja a España fuera de su paraguas protector. Pero la ciudadanía debe estar tranquila y saber que ninguna de estas cosas es cierta». El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez , ha confirmado este domingo por la tarde, en una declaración sin preguntas y sin periodistas en la sala de prensa de La Moncloa, que España ha alcanzado un acuerdo con la OTAN para no incrementar hasta el 5% de su Producto Interior Bruto (PIB) su gasto en defensa, que según ha detallado se quedará en el 2,1%. El suficiente, a su juicio, para mejorar las capacidades en seguridad de nuestro país sin mermar por ello el estado del bienestar. Y alcanzado, ha presumido, después de «una negociación diplomática discreta y eficaz, honesta y justa, leal en definitiva con los aliados, que salvaguarda la soberanía de España, al tiempo que garantiza el éxito de la cumbre de la OTAN la próxima semana en La Haya». El jefe del Ejecutivo, en una alocución de quince minutos, se ha referido breve y ligeramente al ataque de Estados Unidos a Irán de este fin de semana, para diagnosticar que «el mundo se asoma a un abismo oscuro». Y ha lamentado que se normalice «que ciertas potencias se bombardeen entre sí, que sus líderes intercambien amenazas nucleares y que la población civil sea la que sufra todas estas consecuencias». Sánchez ha pedido «contención a unos y otros», sin citar expresamente a Donald Trump. Reiterando argumentos ya expresados en su carta del pasado jueves al secretario general de la Alianza Atlántica, el ex primer ministro holandés Mark Rutte , al que se ha referido como «mi amigo», Sánchez ha empezado explicando que la vecindad europea «se ha vuelto más inestable y belicosa que lo que era hace unos años; al imperialismo de la Rusia de Vladimir Putin se ha sumado la proliferación de amenazas híbridas, de nuevos conflictos armados, un rebrote de terrorismo yihadista, golpes de estado en una región muy importante para España como es el Sahel, y un conflicto creciente y muy preocupante en Oriente Medio que amenaza con desestabilizar al mundo entero. La delicada situación en Irán es un muy buen ejemplo de ello», ha concluido. Noticia Relacionada MONNET & CO. opinion Si El coste de la desunión José M. de AreilzaSánchez, cuyo anuncio el jueves de que no pretendía cumplir con el 5%, a pocos días de la cumbre de la OTAN que tendrá lugar en La Haya la semana entrante, recibió la crítica de la portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt , ha asegurado que el método que tradicionalmente ha empleado la Alianza Atlántica no se basa en porcentajes sobre el producto bruto de cada país sino en un análisis de sus capacidades y en la necesidad de que cada socio desarrolle una parte proporcional de las mismas. «Asimetrías» en la Alianza Así, y según ha argumentado, existe una «asimetría» entre unos países que sí deberán invertir ese 5% para cumplir y otros que no. Algo que según ha expresado es «normal» e incluso «inevitable» por las diferencias entre unos y otros. Para remarcar su argumento, Sánchez ha puesto como ejemplo que «el salario medio de un soldado, en algunos países, es tres veces mayor que en otros». O que producir ciertas capacidades de defensa «en algunos países cuesta la mitad que en otros».En la parte más política de su discurso, y tras dejar claro que según los expertos españoles y según ha avalado la OTAN con el 2,1% del PIB será suficiente para mantener tanto el personal como las infraestructuras que España aporta a sus socios. Sánchez ha dibujado un panorama cuasi apocalíptico ante la eventualidad de haber aumentado el gasto militar hasta ese 5%. Tras haber manifestado este mismo año que la subida al 2% no costaría «ni un céntimo» a los ciudadanos, el jefe del Ejecutivo ha dicho que estos tres puntos porcentuales de más supondrían «despilfarrar miles de millones de euros», sin que «paradójicamente, estuviéramos más seguros».En esa línea, ha aseverado que el aumento al 5% «nos obligaría a, o bien subir drásticamente los impuestos a la clase media y trabajadora, o a recortar severamente nuestro estado del bienestar. A renunciar, por tanto, a muchos de los avances sociales que nos ha costado tanto conquistar». Además de a reducir «nuestro compromiso con los derechos humanos, con el medio ambiente y con la paz». Lejos de quedarse en el esbozo genérico de ese cálculo, ha cifrado en 3.000 euros anuales lo que se le subirían los impuestos a cada trabajador medio, y ha asegurado que se eliminarían las prestaciones por desempleo, enfermedad o maternidad, así como se reducirían «en un 40% todas las pensiones». También que se reduciría a la mitad la inversión estatal en Educación, desde la infantil hasta la universidad.Sánchez imprime este golpe de timón lanzando un claro guiño a sus socios de la izquierda, reacios o furibundamente contrarios tanto al aumento del gasto en defensa como a la propia existencia de la OTAN. Y lo hace cuando el caso Cerdán ha provocado un cataclismo en el PSOE y ha aumentado la desconfianza de esos aliados, alguno de los cuales, como Podemos , ya da por finiquitada la legislatura. El presidente del Gobierno ha concluido su declaración institucional asegurando que «los heraldos del desastre y la mentira dirán que esta decisión, que este acuerdo, rompe la unidad de la OTAN y deja a España fuera de su paraguas protector. Pero la ciudadanía debe estar tranquila y saber que ninguna de estas cosas es cierta».
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha confirmado este domingo por la tarde, en una declaración sin preguntas y sin periodistas en la sala de prensa de La Moncloa, que España ha alcanzado un acuerdo con la OTAN para no incrementar hasta el 5% … de su Producto Interior Bruto (PIB) su gasto en defensa, que según ha detallado se quedará en el 2,1%. El suficiente, a su juicio, para mejorar las capacidades en seguridad de nuestro país sin mermar por ello el estado del bienestar. Y alcanzado, ha presumido, después de «una negociación diplomática discreta y eficaz, honesta y justa, leal en definitiva con los aliados, que salvaguarda la soberanía de España, al tiempo que garantiza el éxito de la cumbre de la OTAN la próxima semana en La Haya».
El jefe del Ejecutivo, en una alocución de quince minutos, se ha referido breve y ligeramente al ataque de Estados Unidos a Irán de este fin de semana, para diagnosticar que «el mundo se asoma a un abismo oscuro». Y ha lamentado que se normalice «que ciertas potencias se bombardeen entre sí, que sus líderes intercambien amenazas nucleares y que la población civil sea la que sufra todas estas consecuencias». Sánchez ha pedido «contención a unos y otros», sin citar expresamente a Donald Trump.
Reiterando argumentos ya expresados en su carta del pasado jueves al secretario general de la Alianza Atlántica, el ex primer ministro holandés Mark Rutte, al que se ha referido como «mi amigo», Sánchez ha empezado explicando que la vecindad europea «se ha vuelto más inestable y belicosa que lo que era hace unos años; al imperialismo de la Rusia de Vladimir Putin se ha sumado la proliferación de amenazas híbridas, de nuevos conflictos armados, un rebrote de terrorismo yihadista, golpes de estado en una región muy importante para España como es el Sahel, y un conflicto creciente y muy preocupante en Oriente Medio que amenaza con desestabilizar al mundo entero. La delicada situación en Irán es un muy buen ejemplo de ello», ha concluido.
Sánchez, cuyo anuncio el jueves de que no pretendía cumplir con el 5%, a pocos días de la cumbre de la OTAN que tendrá lugar en La Haya la semana entrante, recibió la crítica de la portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, ha asegurado que el método que tradicionalmente ha empleado la Alianza Atlántica no se basa en porcentajes sobre el producto bruto de cada país sino en un análisis de sus capacidades y en la necesidad de que cada socio desarrolle una parte proporcional de las mismas.
«Asimetrías» en la Alianza
Así, y según ha argumentado, existe una «asimetría» entre unos países que sí deberán invertir ese 5% para cumplir y otros que no. Algo que según ha expresado es «normal» e incluso «inevitable» por las diferencias entre unos y otros. Para remarcar su argumento, Sánchez ha puesto como ejemplo que «el salario medio de un soldado, en algunos países, es tres veces mayor que en otros». O que producir ciertas capacidades de defensa «en algunos países cuesta la mitad que en otros».
En la parte más política de su discurso, y tras dejar claro que según los expertos españoles y según ha avalado la OTAN con el 2,1% del PIB será suficiente para mantener tanto el personal como las infraestructuras que España aporta a sus socios. Sánchez ha dibujado un panorama cuasi apocalíptico ante la eventualidad de haber aumentado el gasto militar hasta ese 5%. Tras haber manifestado este mismo año que la subida al 2% no costaría «ni un céntimo» a los ciudadanos, el jefe del Ejecutivo ha dicho que estos tres puntos porcentuales de más supondrían «despilfarrar miles de millones de euros», sin que «paradójicamente, estuviéramos más seguros».
En esa línea, ha aseverado que el aumento al 5% «nos obligaría a, o bien subir drásticamente los impuestos a la clase media y trabajadora, o a recortar severamente nuestro estado del bienestar. A renunciar, por tanto, a muchos de los avances sociales que nos ha costado tanto conquistar». Además de a reducir «nuestro compromiso con los derechos humanos, con el medio ambiente y con la paz».
Lejos de quedarse en el esbozo genérico de ese cálculo, ha cifrado en 3.000 euros anuales lo que se le subirían los impuestos a cada trabajador medio, y ha asegurado que se eliminarían las prestaciones por desempleo, enfermedad o maternidad, así como se reducirían «en un 40% todas las pensiones». También que se reduciría a la mitad la inversión estatal en Educación, desde la infantil hasta la universidad.
Sánchez imprime este golpe de timón lanzando un claro guiño a sus socios de la izquierda, reacios o furibundamente contrarios tanto al aumento del gasto en defensa como a la propia existencia de la OTAN. Y lo hace cuando el caso Cerdán ha provocado un cataclismo en el PSOE y ha aumentado la desconfianza de esos aliados, alguno de los cuales, como Podemos, ya da por finiquitada la legislatura. El presidente del Gobierno ha concluido su declaración institucional asegurando que «los heraldos del desastre y la mentira dirán que esta decisión, que este acuerdo, rompe la unidad de la OTAN y deja a España fuera de su paraguas protector. Pero la ciudadanía debe estar tranquila y saber que ninguna de estas cosas es cierta».
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