El pleno del Concello de Santiago decidirá este miércoles si da luz verde definitiva a la ordenanza de la tasa turística, una medida que el gobierno local quiere activar en octubre y que, a las puertas de su votación, genera un firme rechazo en el sector hotelero. La Unión Hotelera de Compostela (UHC), que agrupa la mayoría de plazas hoteleras de la ciudad, denuncia que la propuesta se ha elaborado sin diálogo real, con precipitación y penalizando «al que más aporta» a la economía local: el turista que pernocta.«Nosotros hemos repetido por activa y por pasiva que estaríamos encantado de reunirnos, pero en reuniones reales de trabajo, con la corporación municipal», explica Esteban Iglesias, presidente de la UHC, en conversación con ABC. «Si hay una aprobación de una ordenanza municipal por parte de la mayoría del Pleno, siguiendo totalmente el proceso democrático, tenemos que acatarla y cumplir la ordenanza», concede. Pero recalca que desde su «punto de vista se están haciendo las cosas mal, porque no se está teniendo en cuenta al sector».Los hosteleros subrayan que la contribución de su sector al tejido económico compostelano es fundamental. Solo en el ámbito hotelero «el turismo genera más de mil empleos en Santiago, sin contar pensiones, ni albergues, ni alojamientos de otra índole desde el punto de vista turístico. Los hoteles de la ciudad al final generan una riqueza totalmente transversal». Iglesias destaca también el impacto indirecto: «El sector de la pesca, el sector de la ganadería, las gestorías que trabajan dándole cobertura a los restaurantes… Al final creo que si lo resumimos, esta ciudad, Santiago (…), es turismo en toda su amplitud».Desde la Unión Hotelera advierten de que la tasa ignora una de las claves del actual modelo turístico compostelano: que la saturación no la generan quienes duermen en la ciudad, sino los excursionistas que visitan la urbe. «El [perfil] que satura la ciudad es el de la persona que pasa unas horas aquí», afirma Iglesias. «Eso se convierte en un problema de saturación en determinadas calles, en determinados días y en determinados meses del año». Por eso, pide que se regule ese flujo: «De alguna manera limitemos eso. Controlemos el número de autobuses que llegan a la ciudad. Nadie lo sabe. Y da igual que lleguen 100, que lleguen 200, van a entrar en la ciudad igual».Perfiles diferentes«Se va a penalizar, desde nuestro punto de vista, al que más aporta a la economía de la ciudad», advierte. «Tenemos cierto temor por que esto de decir ‘el turista nos estorba’ se acabe convirtiendo en ‘el turista se va’. Pues está pasando este verano en Baleares». Iglesias insiste en que el perfil turístico compostelano no es el de los destinos masificados: «El turista que viaja a esta ciudad es un turista muy ordenado. Un turista con una conciencia cultural brutal. Viene apostando por la buena gastronomía. Le encanta visitar los museos».Desde su punto de vista, el verdadero problema no es la recaudación, sino la gestión. «Trabajemos en eso. Trabajemos juntos, porque al final nosotros no buscamos el enfrentamiento con las personas que nos gobiernan. Buscamos una cercanía, buscamos que se nos tenga en cuenta». Lamenta, en ese sentido, que «ha faltado un diálogo absoluto. Y de alguna manera solo nos tienen en cuenta para que seamos los recaudadores y nada más».Otra de las críticas viene por la desproporción entre temporadas. «Esta ciudad tuvo de mayo a octubre un 80% de ocupación, cosa que es muy aceptable, es un buen dato, pero los otros seis meses tuvimos un 48% de ocupación», recuerda el presidente de la UHC. «No vemos adecuado el que los pocos clientes que llegan a nuestros hoteles en ese momento tengan que pagar una tasa, porque de alguna manera ya están pagando sus impuestos»; alude, entre otros, al 10% de IVA que paga al hotel.Por eso, desde la UHC plantean alternativas que no fueron tenidas en cuenta. «Por ejemplo, nos hubiera gustado, si en un primer momento hubiesen negociado con nosotros, que hubiese una tasa turística de temporada alta para que de alguna manera se crease una comparativa y quien venga en temporada baja no la tuviese que pagar. Quizás de esa manera también fomentásemos el turismo en temporada baja».Sobre el cumplimiento legal, Iglesias recuerda que «hay una ley autonómica que habilita a la implantación de la tasa turística». Pero cree que la ordenanza municipal no satisface algunos de los artículos: «Para aprobar la ordenanza municipal tiene que haber consenso con el sector. Entonces, ya en ese punto claramente no cumple». Reitera que la implantación se ha planteado «con precipitación» y que esto «lleva a no hacer las cosas bien».Al final, el representante del sector turístico local comparte otra inquietud: «Nos preocupa muchísimo la hospitalidad […], que siempre se ha reflejado como algo muy positivo; tenemos que seguir en esa línea. Y que no se nos vaya de las manos el discurso generalizado en torno al aumento del turismo, que llega a verse como muy negativo». El pleno del Concello de Santiago decidirá este miércoles si da luz verde definitiva a la ordenanza de la tasa turística, una medida que el gobierno local quiere activar en octubre y que, a las puertas de su votación, genera un firme rechazo en el sector hotelero. La Unión Hotelera de Compostela (UHC), que agrupa la mayoría de plazas hoteleras de la ciudad, denuncia que la propuesta se ha elaborado sin diálogo real, con precipitación y penalizando «al que más aporta» a la economía local: el turista que pernocta.«Nosotros hemos repetido por activa y por pasiva que estaríamos encantado de reunirnos, pero en reuniones reales de trabajo, con la corporación municipal», explica Esteban Iglesias, presidente de la UHC, en conversación con ABC. «Si hay una aprobación de una ordenanza municipal por parte de la mayoría del Pleno, siguiendo totalmente el proceso democrático, tenemos que acatarla y cumplir la ordenanza», concede. Pero recalca que desde su «punto de vista se están haciendo las cosas mal, porque no se está teniendo en cuenta al sector».Los hosteleros subrayan que la contribución de su sector al tejido económico compostelano es fundamental. Solo en el ámbito hotelero «el turismo genera más de mil empleos en Santiago, sin contar pensiones, ni albergues, ni alojamientos de otra índole desde el punto de vista turístico. Los hoteles de la ciudad al final generan una riqueza totalmente transversal». Iglesias destaca también el impacto indirecto: «El sector de la pesca, el sector de la ganadería, las gestorías que trabajan dándole cobertura a los restaurantes… Al final creo que si lo resumimos, esta ciudad, Santiago (…), es turismo en toda su amplitud».Desde la Unión Hotelera advierten de que la tasa ignora una de las claves del actual modelo turístico compostelano: que la saturación no la generan quienes duermen en la ciudad, sino los excursionistas que visitan la urbe. «El [perfil] que satura la ciudad es el de la persona que pasa unas horas aquí», afirma Iglesias. «Eso se convierte en un problema de saturación en determinadas calles, en determinados días y en determinados meses del año». Por eso, pide que se regule ese flujo: «De alguna manera limitemos eso. Controlemos el número de autobuses que llegan a la ciudad. Nadie lo sabe. Y da igual que lleguen 100, que lleguen 200, van a entrar en la ciudad igual».Perfiles diferentes«Se va a penalizar, desde nuestro punto de vista, al que más aporta a la economía de la ciudad», advierte. «Tenemos cierto temor por que esto de decir ‘el turista nos estorba’ se acabe convirtiendo en ‘el turista se va’. Pues está pasando este verano en Baleares». Iglesias insiste en que el perfil turístico compostelano no es el de los destinos masificados: «El turista que viaja a esta ciudad es un turista muy ordenado. Un turista con una conciencia cultural brutal. Viene apostando por la buena gastronomía. Le encanta visitar los museos».Desde su punto de vista, el verdadero problema no es la recaudación, sino la gestión. «Trabajemos en eso. Trabajemos juntos, porque al final nosotros no buscamos el enfrentamiento con las personas que nos gobiernan. Buscamos una cercanía, buscamos que se nos tenga en cuenta». Lamenta, en ese sentido, que «ha faltado un diálogo absoluto. Y de alguna manera solo nos tienen en cuenta para que seamos los recaudadores y nada más».Otra de las críticas viene por la desproporción entre temporadas. «Esta ciudad tuvo de mayo a octubre un 80% de ocupación, cosa que es muy aceptable, es un buen dato, pero los otros seis meses tuvimos un 48% de ocupación», recuerda el presidente de la UHC. «No vemos adecuado el que los pocos clientes que llegan a nuestros hoteles en ese momento tengan que pagar una tasa, porque de alguna manera ya están pagando sus impuestos»; alude, entre otros, al 10% de IVA que paga al hotel.Por eso, desde la UHC plantean alternativas que no fueron tenidas en cuenta. «Por ejemplo, nos hubiera gustado, si en un primer momento hubiesen negociado con nosotros, que hubiese una tasa turística de temporada alta para que de alguna manera se crease una comparativa y quien venga en temporada baja no la tuviese que pagar. Quizás de esa manera también fomentásemos el turismo en temporada baja».Sobre el cumplimiento legal, Iglesias recuerda que «hay una ley autonómica que habilita a la implantación de la tasa turística». Pero cree que la ordenanza municipal no satisface algunos de los artículos: «Para aprobar la ordenanza municipal tiene que haber consenso con el sector. Entonces, ya en ese punto claramente no cumple». Reitera que la implantación se ha planteado «con precipitación» y que esto «lleva a no hacer las cosas bien».Al final, el representante del sector turístico local comparte otra inquietud: «Nos preocupa muchísimo la hospitalidad […], que siempre se ha reflejado como algo muy positivo; tenemos que seguir en esa línea. Y que no se nos vaya de las manos el discurso generalizado en torno al aumento del turismo, que llega a verse como muy negativo».
El pleno del Concello de Santiago decidirá este miércoles si da luz verde definitiva a la ordenanza de la tasa turística, una medida que el gobierno local quiere activar en octubre y que, a las puertas de su votación, genera un firme rechazo en el … sector hotelero. La Unión Hotelera de Compostela (UHC), que agrupa la mayoría de plazas hoteleras de la ciudad, denuncia que la propuesta se ha elaborado sin diálogo real, con precipitación y penalizando «al que más aporta» a la economía local: el turista que pernocta.
«Nosotros hemos repetido por activa y por pasiva que estaríamos encantado de reunirnos, pero en reuniones reales de trabajo, con la corporación municipal», explica Esteban Iglesias, presidente de la UHC, en conversación con ABC. «Si hay una aprobación de una ordenanza municipal por parte de la mayoría del Pleno, siguiendo totalmente el proceso democrático, tenemos que acatarla y cumplir la ordenanza», concede. Pero recalca que desde su «punto de vista se están haciendo las cosas mal, porque no se está teniendo en cuenta al sector».
Los hosteleros subrayan que la contribución de su sector al tejido económico compostelano es fundamental. Solo en el ámbito hotelero «el turismo genera más de mil empleos en Santiago, sin contar pensiones, ni albergues, ni alojamientos de otra índole desde el punto de vista turístico. Los hoteles de la ciudad al final generan una riqueza totalmente transversal». Iglesias destaca también el impacto indirecto: «El sector de la pesca, el sector de la ganadería, las gestorías que trabajan dándole cobertura a los restaurantes… Al final creo que si lo resumimos, esta ciudad, Santiago (…), es turismo en toda su amplitud».
Desde la Unión Hotelera advierten de que la tasa ignora una de las claves del actual modelo turístico compostelano: que la saturación no la generan quienes duermen en la ciudad, sino los excursionistas que visitan la urbe. «El [perfil] que satura la ciudad es el de la persona que pasa unas horas aquí», afirma Iglesias. «Eso se convierte en un problema de saturación en determinadas calles, en determinados días y en determinados meses del año». Por eso, pide que se regule ese flujo: «De alguna manera limitemos eso. Controlemos el número de autobuses que llegan a la ciudad. Nadie lo sabe. Y da igual que lleguen 100, que lleguen 200, van a entrar en la ciudad igual».
Perfiles diferentes
«Se va a penalizar, desde nuestro punto de vista, al que más aporta a la economía de la ciudad», advierte. «Tenemos cierto temor por que esto de decir ‘el turista nos estorba’ se acabe convirtiendo en ‘el turista se va’. Pues está pasando este verano en Baleares». Iglesias insiste en que el perfil turístico compostelano no es el de los destinos masificados: «El turista que viaja a esta ciudad es un turista muy ordenado. Un turista con una conciencia cultural brutal. Viene apostando por la buena gastronomía. Le encanta visitar los museos».
Desde su punto de vista, el verdadero problema no es la recaudación, sino la gestión. «Trabajemos en eso. Trabajemos juntos, porque al final nosotros no buscamos el enfrentamiento con las personas que nos gobiernan. Buscamos una cercanía, buscamos que se nos tenga en cuenta». Lamenta, en ese sentido, que «ha faltado un diálogo absoluto. Y de alguna manera solo nos tienen en cuenta para que seamos los recaudadores y nada más».
Otra de las críticas viene por la desproporción entre temporadas. «Esta ciudad tuvo de mayo a octubre un 80% de ocupación, cosa que es muy aceptable, es un buen dato, pero los otros seis meses tuvimos un 48% de ocupación», recuerda el presidente de la UHC. «No vemos adecuado el que los pocos clientes que llegan a nuestros hoteles en ese momento tengan que pagar una tasa, porque de alguna manera ya están pagando sus impuestos»; alude, entre otros, al 10% de IVA que paga al hotel.
Por eso, desde la UHC plantean alternativas que no fueron tenidas en cuenta. «Por ejemplo, nos hubiera gustado, si en un primer momento hubiesen negociado con nosotros, que hubiese una tasa turística de temporada alta para que de alguna manera se crease una comparativa y quien venga en temporada baja no la tuviese que pagar. Quizás de esa manera también fomentásemos el turismo en temporada baja».
Sobre el cumplimiento legal, Iglesias recuerda que «hay una ley autonómica que habilita a la implantación de la tasa turística». Pero cree que la ordenanza municipal no satisface algunos de los artículos: «Para aprobar la ordenanza municipal tiene que haber consenso con el sector. Entonces, ya en ese punto claramente no cumple». Reitera que la implantación se ha planteado «con precipitación» y que esto «lleva a no hacer las cosas bien».
Al final, el representante del sector turístico local comparte otra inquietud: «Nos preocupa muchísimo la hospitalidad […], que siempre se ha reflejado como algo muy positivo; tenemos que seguir en esa línea. Y que no se nos vaya de las manos el discurso generalizado en torno al aumento del turismo, que llega a verse como muy negativo».
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