Sara Curtis (Italia, 2006) es un torbellino. No se está quieta. Camina por la zona mixta con la misma determinación con la que nada. A su edad, ya ha superado el récord de los 100 libre de Federica Pellegrini, la legendaria diva de la natación italiana, y este viernes fue la primera mujer de su país en participar en la final mundial del hectómetro en Singapur. Fue octava (53s41).
La heredera de Pellegrini como icono femenino se rebela contra el “residual”, pero “latente” racismo
Sara Curtis (Italia, 2006) es un torbellino. No se está quieta. Camina por la zona mixta con la misma determinación con la que nada. A su edad, ya ha superado el récord de los 100 libre de Federica Pellegrini, la legendaria diva de la natación italiana, y este viernes fue la primera mujer de su país en participar en la final mundial del hectómetro en Singapur. Fue octava (53s41).
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No obstante, ella, con tanto garbo, salió del agua consciente de que tendrá más oportunidades y utilizó los altavoces de la prensa para lanzar su mensaje. De nuevo, sus éxitos reciben unos “residuales” pero “latentes” comentarios racistas en una Italia mirada bajo lupa por la Unión Europea. “Algunos escriben que mis récords italianos son nigerianos. Me repugna. Estos señores deberían consultar la Constitución y saber que uno de los requisitos para obtener la ciudadanía es tener un progenitor italiano. Mi padre es italiano y mi madre nació en Nigeria, donde nunca he estado, pero algún día iré. Proceder de dos culturas es mi riqueza”, reiteró, porque no es la primera vez que Curtis tiene que salir al paso de estos comentarios que no son nuevos en Italia.
En el 2022, Paola Egonu, una de las grandes jugadoras de voleibol del país, de padres nigerianos, decidió dejar la selección ante los insultos racistas. También los recibió el futbolista Mario Balotelli en sus años con la selección. La extrema derecha gobierna un país que intenta restringir la entrada de inmigrantes y todavía no se ha cambiado una ley de los años noventa en la que se prohíbe que un niño nacido en Italia tenga esta nacionalidad hasta los 18 años si los dos padres son nacidos fuera del país.
“Sara ha cambiado. Antes decía que no quería hacerles caso, que mejor ignorarlos, pero ahora no se calla”, explican fuentes próximas a la selección italiana.
Mi padre es italiano y mi madre es de Nigeria: mi riqueza, las dos culturas”
La historia personal de Curtis se repite a diario en Italia, y cada vez son más los hijos de inmigrantes que alcanzan la excelencia deportiva. Vicenzo es su padre italiano, que trabaja de camionero; su madre, Helen, nigeriana, lo conoció regentando un puesto en un mercado en Turín y ambos se trasladaron a Savigliano. Son los cimientos de Curtis, como explica a La Vanguardia: “Mis padres me enseñaron siempre su mejor versión. Son ejemplos para mí, especialmente mi madre. Siempre pagaron por mí, me compraron todo, ellos están encima. Es mi parte más importante”.
Cuando Curtis se apuntó al primer club de natación con nueve años, su entrenador hasta hace poco, Thomas Maggiora, se percató en cinco segundos de que era un diamante. Le pidió nadar 300 metros. Ella se lanzó e hizo un subacuático de 15 metros sin mover el cuerpo. Nunca olvidó esa imagen.
Mis padres son ejemplos, siempre me enseñaron su mejor versión”
Curtis nunca había sufrido episodios de racismo de niña. De hecho, a su escuela iban diez compañeros y solo uno de ellos tenía padre y madre italiana. Ha crecido en la humildad y la mezcla, comiendo los guisos nigerianos de su madre. “Es la nueva generación que viene en Italia, multicultural, descarada, sin complejos, segura de sí misma y sin pensar en el qué dirán. Como puede ser Lamine Yamal en España, son parecidos”, explican las mismas fuentes.
Los políticos en Italia la colocan como modelo (“es la manera de decir que estos son los inmigrantes buenos”, matizan) y ella se siente “un referente, un icono para los niños y las niñas”.
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En el agua, está llamada a ser una de las favoritas en Los Ángeles, su gran objetivo, en los 50 y 100 libre, y para Italia es una baza en los relevos 4×100 libre y 4×100 estilos y estilos mixtos. Este sábado empieza el reto de los 50.
En septiembre se irá de Italia. Una decisión madurada para seguir “progresando como persona, en la natación y en los estudios, me ha costado mucho tomarla por mi familia”. La Universidad de Virginia en Estados Unidos, en la que se entrenan las campeonas Kate Douglass o Gretchen Walsh, la espera con los brazos abiertos. “Me gusta su mentalidad”, apunta Curtis, la voz de Italia y la nueva diva de la piscina.
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