A veces, simplemente, tenemos que hacer lo que toca, lo que tenemos que hacer, nos guste o no nos guste.Hombre, yo siempre he sido de escuchar mi cuerpo y así lo recomiendo a mis pacientes y clientes, pero lo cierto es que a veces nuestro cuerpo necesita de un pequeño empujón.A menudo sabemos lo que tenemos que hacer, pero no lo hacemos. A mí me encanta nadar, pero toda la liturgia previa no. Me da palo, como se dice popularmente, ir a la piscina, cambiarme, especialmente en invierno con tantas capas, recorrer el pasillo frío, la ducha de antes de entrar al agua y esos dos primeros minutos de frío hasta que entras en calor.Una vez ya en la piscina, o en el mar, cuando nado al aire libre, ya me podría pasar horas y horas. Salir de la piscina también es un drama, sin gafas, sin ver bien, de nuevo el pasillo frío, además ahora mojado, ducharme en una cabina estrecha, cambiarme, secarme el pelo, vamos, toda una rutina que no me resulta agradable en absoluto por más que lo intento.Sí, enriquezco la experiencia con un gel de ducha que me gusta, aromático y cremoso y utilizo una toalla suave y agradable al tacto, pero poca cosa más puedo hacer. En invierno, cuando hace mucho frío -vivo en el pirineo- utilizo un albornoz, pero vamos, que casi es más incómodo bregar con él que con una toalla. Bueno, a lo que iba, que me despisto. Nadar tiene innumerables ventajas para mí y para cualquiera, pero si no soy capaz de superar esa pereza inicial me estaría perdiendo una experiencia agradable y buena para mí.Me gusta imaginar a nuestro cuerpo como un coche, un coche muy potente, un coche capaz de todo, como un vehículo todo terreno potente y versátil pero que, de la misma manera que pasa con los coches, por muy potente que sea, si no tiene un motor de arranque no podrá llevarnos a ningún lado.Sí, todos los coches tienen un pequeño motor de arranque que lo que hace es, precisamente, poner en movimiento al motor del vehículo, ese que tiene tantos caballos.A veces necesitamos un pequeño empujón para hacer lo que tenemos que hacer. A veces tenemos que hacer lo que nos va bien sin ganas , sin que nos apetezca, sin darle tantas vueltas. ¿Tienes que comer mejor? Pues a comer mejor, más verdura y fruta. No hace falta darle tantas vueltas. ¿Tienes que moverte más? Pues a moverte más. Puedes correr, pedalear, nadar o bailar. Mira de hacer algo que te guste, pero no hace falta montar un drama, te preparas tus cosas y al gimnasio cada día.¿Tienes que aprender un idioma? Pues nada a ver series en ese idioma, a estudiar y a aprender, que tampoco es tan complicado y es que, a menudo, nos montamos unos dramas en la cabeza que nos impiden hacer aquello que sabemos que nos hace bien.Haz lo que tienes que hacer incluso sin ganas, porque, afortunadamente, una vez lo hayas hecho, te sentirás bien, más sano y con más energía. Incorpora el medio y largo plazo en tu vida y podrás tener una vida mejor. Tus decisiones de hoy, tus hábitos de hoy será tu calidad de vida y tu bienestar de mañana. Ya puedes ir preparando los menús, la bolsa del gimnasio y empezar a cuidarte. No lo dejes para mañana…Noticias relacionadas estandar No Tomás Navarro, psicólogo: «La inspiración es lo que hay entre lo ordinario y lo extraordinario» estandar No «Leer te hace ser mejor persona si te comparas contigo mismo antes de comenzar la lectura» Tomás NavarroPuedes descubrir otros consejos de Tomás Navarro ( @tomasnavarropsi en instagram) para lograr cambios grandes dando pasos pequeños en su libro ‘ La senda Kaizen ‘ (Neko Books) para poner límites a aquellas personas que nos hacen daño en su obra ‘Tus líneas rojas’ (Zenith/Planeta), explorar un estilo de pensamiento más creativo, más abierto y más resiliente en ‘Piensa bonito’ y ayudar a los más pequeños a gestionar las emociones con el libro ‘Rita y el caparazón de oro’, que ha escrito junto a su mujer, Nuria Pablos ( @nuriapablos ). Y además, puedes leer aquí otros artículos de Tomás Navarro en ABC Bienestar A veces, simplemente, tenemos que hacer lo que toca, lo que tenemos que hacer, nos guste o no nos guste.Hombre, yo siempre he sido de escuchar mi cuerpo y así lo recomiendo a mis pacientes y clientes, pero lo cierto es que a veces nuestro cuerpo necesita de un pequeño empujón.A menudo sabemos lo que tenemos que hacer, pero no lo hacemos. A mí me encanta nadar, pero toda la liturgia previa no. Me da palo, como se dice popularmente, ir a la piscina, cambiarme, especialmente en invierno con tantas capas, recorrer el pasillo frío, la ducha de antes de entrar al agua y esos dos primeros minutos de frío hasta que entras en calor.Una vez ya en la piscina, o en el mar, cuando nado al aire libre, ya me podría pasar horas y horas. Salir de la piscina también es un drama, sin gafas, sin ver bien, de nuevo el pasillo frío, además ahora mojado, ducharme en una cabina estrecha, cambiarme, secarme el pelo, vamos, toda una rutina que no me resulta agradable en absoluto por más que lo intento.Sí, enriquezco la experiencia con un gel de ducha que me gusta, aromático y cremoso y utilizo una toalla suave y agradable al tacto, pero poca cosa más puedo hacer. En invierno, cuando hace mucho frío -vivo en el pirineo- utilizo un albornoz, pero vamos, que casi es más incómodo bregar con él que con una toalla. Bueno, a lo que iba, que me despisto. Nadar tiene innumerables ventajas para mí y para cualquiera, pero si no soy capaz de superar esa pereza inicial me estaría perdiendo una experiencia agradable y buena para mí.Me gusta imaginar a nuestro cuerpo como un coche, un coche muy potente, un coche capaz de todo, como un vehículo todo terreno potente y versátil pero que, de la misma manera que pasa con los coches, por muy potente que sea, si no tiene un motor de arranque no podrá llevarnos a ningún lado.Sí, todos los coches tienen un pequeño motor de arranque que lo que hace es, precisamente, poner en movimiento al motor del vehículo, ese que tiene tantos caballos.A veces necesitamos un pequeño empujón para hacer lo que tenemos que hacer. A veces tenemos que hacer lo que nos va bien sin ganas , sin que nos apetezca, sin darle tantas vueltas. ¿Tienes que comer mejor? Pues a comer mejor, más verdura y fruta. No hace falta darle tantas vueltas. ¿Tienes que moverte más? Pues a moverte más. Puedes correr, pedalear, nadar o bailar. Mira de hacer algo que te guste, pero no hace falta montar un drama, te preparas tus cosas y al gimnasio cada día.¿Tienes que aprender un idioma? Pues nada a ver series en ese idioma, a estudiar y a aprender, que tampoco es tan complicado y es que, a menudo, nos montamos unos dramas en la cabeza que nos impiden hacer aquello que sabemos que nos hace bien.Haz lo que tienes que hacer incluso sin ganas, porque, afortunadamente, una vez lo hayas hecho, te sentirás bien, más sano y con más energía. Incorpora el medio y largo plazo en tu vida y podrás tener una vida mejor. Tus decisiones de hoy, tus hábitos de hoy será tu calidad de vida y tu bienestar de mañana. Ya puedes ir preparando los menús, la bolsa del gimnasio y empezar a cuidarte. No lo dejes para mañana…Noticias relacionadas estandar No Tomás Navarro, psicólogo: «La inspiración es lo que hay entre lo ordinario y lo extraordinario» estandar No «Leer te hace ser mejor persona si te comparas contigo mismo antes de comenzar la lectura» Tomás NavarroPuedes descubrir otros consejos de Tomás Navarro ( @tomasnavarropsi en instagram) para lograr cambios grandes dando pasos pequeños en su libro ‘ La senda Kaizen ‘ (Neko Books) para poner límites a aquellas personas que nos hacen daño en su obra ‘Tus líneas rojas’ (Zenith/Planeta), explorar un estilo de pensamiento más creativo, más abierto y más resiliente en ‘Piensa bonito’ y ayudar a los más pequeños a gestionar las emociones con el libro ‘Rita y el caparazón de oro’, que ha escrito junto a su mujer, Nuria Pablos ( @nuriapablos ). Y además, puedes leer aquí otros artículos de Tomás Navarro en ABC Bienestar
A veces, simplemente, tenemos que hacer lo que toca, lo que tenemos que hacer, nos guste o no nos guste.
Hombre, yo siempre he sido de escuchar mi cuerpo y así lo recomiendo a mis pacientes y clientes, pero lo cierto es que a … veces nuestro cuerpo necesita de un pequeño empujón.
A menudo sabemos lo que tenemos que hacer, pero no lo hacemos. A mí me encanta nadar, pero toda la liturgia previa no. Me da palo, como se dice popularmente, ir a la piscina, cambiarme, especialmente en invierno con tantas capas, recorrer el pasillo frío, la ducha de antes de entrar al agua y esos dos primeros minutos de frío hasta que entras en calor.
Una vez ya en la piscina, o en el mar, cuando nado al aire libre, ya me podría pasar horas y horas. Salir de la piscina también es un drama, sin gafas, sin ver bien, de nuevo el pasillo frío, además ahora mojado, ducharme en una cabina estrecha, cambiarme, secarme el pelo, vamos, toda una rutina que no me resulta agradable en absoluto por más que lo intento.
Sí, enriquezco la experiencia con un gel de ducha que me gusta, aromático y cremoso y utilizo una toalla suave y agradable al tacto, pero poca cosa más puedo hacer. En invierno, cuando hace mucho frío -vivo en el pirineo- utilizo un albornoz, pero vamos, que casi es más incómodo bregar con él que con una toalla.
Bueno, a lo que iba, que me despisto. Nadar tiene innumerables ventajas para mí y para cualquiera, pero si no soy capaz de superar esa pereza inicial me estaría perdiendo una experiencia agradable y buena para mí.
Me gusta imaginar a nuestro cuerpo como un coche, un coche muy potente, un coche capaz de todo, como un vehículo todo terreno potente y versátil pero que, de la misma manera que pasa con los coches, por muy potente que sea, si no tiene un motor de arranque no podrá llevarnos a ningún lado.
Sí, todos los coches tienen un pequeño motor de arranque que lo que hace es, precisamente, poner en movimiento al motor del vehículo, ese que tiene tantos caballos.
A veces necesitamos un pequeño empujón para hacer lo que tenemos que hacer. A veces tenemos que hacer lo que nos va bien sin ganas, sin que nos apetezca, sin darle tantas vueltas.
¿Tienes que comer mejor? Pues a comer mejor, más verdura y fruta. No hace falta darle tantas vueltas. ¿Tienes que moverte más? Pues a moverte más. Puedes correr, pedalear, nadar o bailar. Mira de hacer algo que te guste, pero no hace falta montar un drama, te preparas tus cosas y al gimnasio cada día.
¿Tienes que aprender un idioma? Pues nada a ver series en ese idioma, a estudiar y a aprender, que tampoco es tan complicado y es que, a menudo, nos montamos unos dramas en la cabeza que nos impiden hacer aquello que sabemos que nos hace bien.
Haz lo que tienes que hacer incluso sin ganas, porque, afortunadamente, una vez lo hayas hecho, te sentirás bien, más sano y con más energía. Incorpora el medio y largo plazo en tu vida y podrás tener una vida mejor.
Tus decisiones de hoy, tus hábitos de hoy será tu calidad de vida y tu bienestar de mañana. Ya puedes ir preparando los menús, la bolsa del gimnasio y empezar a cuidarte. No lo dejes para mañana…
Puedes descubrir otros consejos de Tomás Navarro (@tomasnavarropsi en instagram) para lograr cambios grandes dando pasos pequeños en su libro ‘La senda Kaizen‘ (Neko Books) para poner límites a aquellas personas que nos hacen daño en su obra ‘Tus líneas rojas’ (Zenith/Planeta), explorar un estilo de pensamiento más creativo, más abierto y más resiliente en ‘Piensa bonito’ y ayudar a los más pequeños a gestionar las emociones con el libro ‘Rita y el caparazón de oro’, que ha escrito junto a su mujer, Nuria Pablos (@nuriapablos). Y además, puedes leer aquí otros artículos de Tomás Navarro en ABC Bienestar
Artículo solo para suscriptores
RSS de noticias de bienestar
