Supervivientes ya tiene fecha para su gran final. Sorprendentemente no será el jueves de la semana que viene, día de gala, sino el próximo martes cuando finalmente se conozca al ganador. De momento, dos finalistas, los esperados, Montoya, proclamado este domingo, y Anita Williams, que anoche sufrió una tortura Leer Supervivientes ya tiene fecha para su gran final. Sorprendentemente no será el jueves de la semana que viene, día de gala, sino el próximo martes cuando finalmente se conozca al ganador. De momento, dos finalistas, los esperados, Montoya, proclamado este domingo, y Anita Williams, que anoche sufrió una tortura Leer
Ahora sí que sí, Supervivientes 2025 ya tiene a un paso las puertas de la final. Tres programas quedan de esta edición del reality: el jueves, con la gala en la que se conocerá al último expulsado, y, por tanto, a los finalistas al completo; el domingo, con el tradicional y emocionante cierre de la palapa; y el próximo martes -sí, el martes- con la gran final de Supervivientes. Telecinco y la dirección de Supervivientes han decidido un cambio histórico en el reality, pues la final no será un jueves, como tradicionalmente ha sido, sino el martes. ¿Acelerón de la final para tirar de debate el próximo jueves o necesidad de cara a Supervivientes All Stars que se estrenará en otoño? Todo puede ser. De lo que no hay duda es que está yendo todo como súper deprisa, todo pim, pam, pum.
De lo que no ha habido duda es que los dos primeros finalistas son los esperados. Tras ganar Montoya el pasado domingo la prueba de líder se convirtió en el primera finalista de Supervivientes 2025 para gloria de muchos y rechazo de otros tantos. Anoche, Anita William se convirtió, tampoco sin mucha novedad en el frente, en la segunda semifinalista. Dicen que ya está todo el pescado vendido, pero, cuidado, que en Supervivientes las sorpresas son más que habituales. Lo más probable es que este jueves Borja y Álvaro Muñoz Escassi se conviertan en los dos últimos finalistas y Damián Quintero sea el último expulsado de la edición. Cuatro peso pesados. Dos, tras haber sido los absolutos protagonistas de toda la edición; los otros dos, en representación de los grandes supervivientes. Y aquí entra en juego las estrategias, tanto de unos como de otros.
Álvaro Muñoz Escassi que hasta hace poco más de 48 horas daba por finiquitado Supervivientes, incluso, pidiendo que fuera él expulsado, ha dado un giro de 180 grados. En las últimas 48 horas se ha producido un hecho inédito y sorprendente: ya no hay guerras ni malos rollos, pues ahora todos son amigos del alma. Sí, entre el domingo y el martes, la paz, la calma y la concordia han quitado el sitio al enfrentamiento, las acusaciones y el tirarse del pelo. ¿Qué ha ocurrido? Podríamos titularlo, el extraño caso de Álvaro Muñoz Escassi y Montoya, pues han sido ellos dos los que han sentado las bases de esta reconciliación. Una especie de Winston Churchill y Franklin D. Roosevelt firmando la Carta del Atlántico. Así, de repente, sin que la organización de Supervivientes les diera ninguna advertencia, sin que pasara nada más allá que lo de todas las galas, sin obligación. Raro, raro, raro…
A ver, que está muy bien que se ponga un poco de calma a las semanas tan convulsas que se han vivido en Supervivientes con acusaciones de «violencia», con Supervivientes teniendo que mostrar vídeos minutados la consecución de unos hechos que provocaron unos días de grave tensión, con el grupo dividido en dos claro bandos –Anita y Montoya, por un lado, y Escassi, Borja y Damián por otro-, pero huele cuanto menos un poquito a muerto que se produzca a escasos días de la final, cuando ya se sabe que Montoya es el primer finalista y de una manera tan efusiva, con Montoya y Escassi besándose, compartiendo letrina, erección y si me apuras hasta colchoneta. Y es raro no sólo por parte de Escassi sino también por parte de Montoya. Es difícil saber si lo dos lo hacen de corazón y sin pensar más allá de quitar tensión los últimos días de reality o es que hay otras razones que responden más a estrategias de partida de ajedrez.
Escassi es muy listo. Sabe que las acusaciones de la semana pasada encendieron no sólo a Montoya sino especialmente a la dirección de Supervivientes y, por ende, a la cadena. Controla el medio, pues lleva muchos años trabajando en él. Es consciente de que ha llegado el momento de empezar a jugar bien sus cartas. Hasta ahora su partida ha sido la de ir de farol o la de mantener su rostro impertérrito, mientras el resto se llenaban de barro hasta las trancas. Ahora ha llegado el momento de jugar. Empezó la semana pasada y ha continuado ésta. Tiene muchas papeletas para convertirse en ganador de Supervivientes, aunque muchos crean que va a ser Montoya. Ojo con haver favoritos y vender la piel del oso antes de cazarla porque una final no funciona igual que una nominación cualquiera. Borja y Escassi representan el otro lado, tienen con ellos a los seguidores del resto, de Makoke, de Pelayo Díaz, de todos los que han ido cayendo en su batalla con Montoya y Anita. Y sí, Montoya y Anita Williams tienen muchos, muchísimos seguidores, pero… pero también un voto dividido.
¿Y Montoya? ¿Qué ha llevado a Montoya a ser ahora el mejor amigo de Escassi? Saber qué mueve a Montoya es muy complicado, pues es tanta su intensidad que todo es posible. Dijo anoche que él siempre ha tenido muy buen rollo con Escassi, que siempre se han entendido, que sus vidas son muy parecidas y que no entendía muy bien qué había pasado en estas últimas semanas entre ellos. ¿Estrategia? No le veo yo con tanta capacidad de montarla. Creo que se ha dejado llevar, que a los dos les conviene haber firmado la paz, que en cuanto pisen España, se sepa quién es el ganador y se sienten ya comidos y descansados va a ser la noche de los cuchillos largos.
De hecho, Anita Williams que también ha entrado en este mood de La casa de la pradera, al igual que Borja, e incluso, que Damián, se están dejando llevar conscientes de que mejor llegar todos como amiguis, que todos como enemigos irreconciliables.
Parecía que anoche Supervivientes: Tierra de Nadie iba a ser precisamente eso, un mundo de color de rosa, todo invadido por los osos amorosos, pero Supervivientes ha metido la sexta marcha y anoche no quedaba otra que celebrar su ya famoso juego de las tentaciones en el que la dirección de Supervivientes ofrece una tentación imposible de rechazar a cambio de un sacrificio. A mí este juego siempre me ha recordado a los sacrificios mayas. Y como siempre hubo drama. Mejor dicho, hubo dramón. ¡Mare de Déu la que lió Anita Williams!
Anita fue la primera en enfrentarse a este dilema,aunque no iba a ser la única, también Escassi y Damián Quintero se sacrificaron. Laura Madrueño le explicó que, para comerse una lasaña tenía que hacer algo: «Si te cortas 20 centímetros te comes dos trozos de esta lasaña gigante». Ni medio segundo tardó Anita Williams en romper a llorar sin consuelo. «El pelo es muy importante para mí», decía y gritaba entre lágrimas. Aceptó. Dos trozos de lasaña por 20 centímetros de pelo. Pero la cosa no iba a quedar ahí.
«Por favor, córtamelo bien, que esté recto. ¡Ay Dios mío!», gritaba y enloquecía al recibir el trozo de pelo que le cortaba la presentadora: «No me da para hacerme una coleta».
Antes de dar por finalizada la mesa de las tentaciones, Laura Madrueño le desvelaba a Anita la gran recompensa que podría tener además de lo ya conseguido, pero que implicaba más penitencia: «Puedes tener la lasaña completa y una llamada con tu hijo mañana en la playa a cambio de raparte al tres. Podrás tener una videollamada con él durante 10 minutos». Y por aquí, Anita Williams no pasó. «Si me lo hubieras ofrecido hace un mes y medio hubiera aceptado sin pensarlo, pero ahora queda muy poco para verle. Sé que él me va a entender cuando sea mayor», se justificaba la concursante.
Pero Laura Madrueño le lanzaba otra oferta: «Te doy cuatro trozos de lasaña, la videollamada con tu hijo y cortamos 25 centímetros más». Y aquí Anita Williams sí que aceptó. Otros 25 centímetros más entre gritos, llantos, tragedias, lágrimas y un sufrimiento que, insisto, ¡mare de Déu! Se lo cortó, claro que se lo cortó, sólo por «verle la carita». ¿Y Montoya? Montoya a su lado sin parar de decirle lo guapísima que estaba. Supervivientes tiene que dar gracias a que Anita Williams es la única mujer que queda en esta edición -esto da para largo y tendido-, pues si sólo hubiesen quedado varones, a ver de cómo sacan tanto drama.
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